Capítulo 58

Segundo intento.


Por fin había llegado el día, después de rectificar los arreglos de más que había hecho sobre su proyecto, por fin Sakura estaba prepara para la siguiente operación de prueba. El reloj marcaba las cinco treinta de la tarde y los días posteriores habían sido utilizados para asegurar el estado del pequeño niño, de los insectos, y los instrumentos que se necesitarían para la operación, aunque en ese preciso instante Sakura se encontraba en la habitación del pequeño Yuki tomando su mano mientras él admiraba aquel rostro lleno de serenidad.

—Si esto no funciona detendré todo, creo que…. No seré capaz de hacerlo una vez más. —traga grueso —Los Aburame han creado una mezcla de plantas desconocidas para mí, y ellos dijeron que eso alejaría a los escarabajos de mi chakra, así que lo único que falta es ver si… con el tejido hecho, eres capaz de hablar un poco mejor.

El pequeño sonríe mostrándose algo emocionado, y al verlo ella puede sentirse plenamente feliz. Sin soltar la mano del pequeño une su frente y cierra los ojos para pedir a los cielos que todo marche de acuerdo a lo planeado.

—Haré lo posible Yuki, daré todo de mí.

Un sonido breve, como el de la arena deslizándose, hace subir la mirada de la Haruno para observa a unos insectos haciendo fila frente al rostro del pequeño, al verlos Sakura regresa la mirada hacia la entrada encontrándose con su amigo del clan Aburame que sonríe levemente. Shino le señala con el mentón al niño en la cama y Sakura da un asentimiento para ver como delante de ella un
texto se escribía por mano del pequeño. Un simple gracias, la hacía sentir tan confiada.

—De nada Yuki. Bien. —acaricia los rulos del pequeño —Es hora de ir a prepararme, las enfermeras te llevarán y Reiji junto a algunos de tus amigos están esperando afuera para verte antes que vayamos a la acción.

La breve risa del pequeño la llena de ternura y luego de asentir sale hacia el pasillo recibiendo la mano de Shino sobre su hombro para brindarle su confianza, las enfermeras se hacen presentes y luego del agradecimiento ellas entran para preparar al niño. En su camino Sakura hace respiraciones profundas para calmar su nerviosismo antes de tan importante suceso, se adentra a la sala y avanza a los lugares de limpieza para que la preparen mientras su mano derecha, Ino, le da un último repaso sobre los pasos a seguir en su propia operación.

—Estás demasiado nerviosa Sakura y no es normal ese estado en alguien de tu calibre. Esta es la segunda vez que haces la operación y deberías tenerlo bajo control, pero… —observa la sala —has traído a más gente que la primera vez, un médico de respaldo por cualquier situación y… se
supone que esto era en una pequeña escala, solo debías recuperar una parte del tejido, pero quieres ir a lo grande y…

—Lo sé, esta es la última vez que lo voy a intentar, si vuelvo a rectificar todo posiblemente se necesité mucha más experiencia de lo que yo tengo, así que… quiero hacer una prueba completa, sobre todo tomaré notas, y si no resulta tendremos que esperar a que Tsunade sama regrese de su
viaje. Necesito los ojos de los Hyuga para ver los movimientos del interior, a los Aburame para controlar a los insectos si llegan a salir del huésped, y mis compañeros médicos para cualquier situación inesperada si es que los insectos se vuelven locos. ¿Crees que estoy exagerando? No
pienso jugar con la vida de ese pequeño niño, Ino, es muy importante para mí.

—Uh… —eleva el índice hacia ella — ¿No estás infringiendo una regla? Dijiste qué él es importante para ti, lo que significa que no deberías… sé que no es tu familia, pero…

—Estoy intentando no interferir de manera sentimental, me mantengo profesional en el interior del quirófano… y creo que eso es todo lo que importa.

Ino admira la seriedad de su amiga, la observa seguir lavando sus manos de manera cuidadosa y al terminar de limpiar sus manos se adentra a la sala correspondiente donde las enfermeras le colocan su bata, unos guantes y un gorro de protección, Ino la sigue de cerca permitiendo que la
preparen del mismo modo; dentro de la sala el pequeño Yuki ya se encontraba acostado en la camilla y las enfermeras ajustaban las intravenosas.

—Cuando decida que esta lista —menciona una asistente.

—Si. —observa al Hyuga de menor edad —Ailse, por favor enciende comunicador, quiero hablar
con el Hokage y los demás.

—Si señora.

Con la mirada recorre el pequeño panel de control y al segundo presiona el botón correspondiente
a la petición de su superior, Neji sonríe bajo el cubre bocas mostrándose divertido ante el
comportamiento de aquel muchacho hacia la médico en jefe. Sakura inhala profundamente y exhala para mostrarse más relajada hacia los altos mandos que verían el proceso de operación.

—El procedimiento es casi el mismo, simplemente hemos añadido algunos arreglos como el repelente para los escarabajos, y el hecho de que vamos a recrear todo el tejido perdido de los pliegues vocales, esta será la última vez que intentaré esto. —declara firmemente —Si funciona, el
procedimiento se podrá llevar a cabo con los otros niños de Suna que han obtenido heridas por medio de los escarabajos… si no podemos obtener resultados… —baja la mirada —el
procedimiento sigue siendo útil para casos normales sin la intervención de los escarabajos, así que… —observa a los altos mandos y vuelve la mirada sobre su equipo —daremos inicio.

Con una simple mirada sobre las enfermeras Sakura logra hacer entender a su equipo, ellas dan
un asentimiento para después hacer correr la anestesia por la intravenosa y revisar por última vez los signos vitales. Sakura se acerca a la camilla y luego de hablar con su asistente en cirugía dirige la mirada sobre el pequeño en cama para acercarse de manera sutil hasta ser capaz de tocar su mano.

—Me haré cargo de todo, no te preocupes por nada.

El niño sonríe, y al ver el efecto de la anestesia la mirada jade de la doctora en jefe se dirige hacia los dos Hyuga avisando que es hora de encender su poder ocular, ella hace fluir el chakra por sus dedos creando las finas agujas de chakra; Ino es quién se ocupa de verter el repelente contra los
escarabajos, y con todos preparados el tratamiento da inicio.

—Sé que logrará hacerlo.

Ante aquella declaración los dos hombres en la pequeña habitación vuelven la mirada sobre el
sexto Hokage que mantiene una mirada tranquila sobre la mujer de melena rosa. Shibi Aburame
parpadea sorprendido por la confianza de aquel hombre y simplemente vuelve la mirada hacia la operación, en la sala se encontraba su hijo preparado para asistir en caso de emergencia.

—Ciertamente ES… una chica excepcional, sorprendente para alguien de su edad… —sonríe —
pero al igual que usted, sexto, estoy depositando mi confianza en el tratamiento de esa chica, mis
mejores médicos no han logrado tanto como ella.

Sonríe —Sakura realmente es alguien de confianza, —declara el joven de la arena —es audaz, y aunque su fuerza en batalla es formidable, a la hora de hacer algo tan delicado como esto, puede ser la más cuidadosa. —ríe —Ni en sueños yo podría hacer algo que requiera tanta tensión como eso… sería un tremendo desastre.

—Mi hijo Shino es cercano a ella y me ha asegurado que podría dominar esto después de la primera falla, me dijo que… posiblemente solo existe un sesenta por ciento de probabilidad de que no pueda lograrlo, pero es capaz de dejar algo tan grande como esto a mitad de camino para alguien con más experiencia, como la quinta.

—Esa mujer a pesar de su edad se encuentra muy entregada a su profesión.

A pesar de la charla el sexto Hokage mantenía la mirada sobre aquella mujer que movía los dedos con agilidad manteniendo su mirada fija en los movimientos de sus manos mientras su sentido auditivo estaba atento a las instrucciones dadas por los Hyuga. Las horas transcurrían con cansancio y pesar, los Hyuga cambiaban cada tanto turnándose para dirigir a la doctora mientras
que la médico ayudante movía los brazos en un intento de quitar la tensión de sus hombros; la
mayoría de la operación la había llevado la doctora principal, pero aun siendo de ese modo, la doctora ayudante estaba agotada de las pequeñas partes en las que había tenido que intervenir.

— ¿Cuánto falta Ailse?

—No mucho, unas cuatro tiras más.

—Bien. —sonríe sin apartar la mirada —Hemos hecho un buen trabajo juntos, todos lo hemos hecho muy bien chicos y chicas. Aun si el tratamiento no sale como lo teníamos planeado, les agradezco la confianza que han puesto sobre mí, y…

—Alto doctora, es el final, puede dar el punto —señala el chico Hyuga.

—Sí, gracias.

—Es mi turno. —señala con calma la doctora ayudante —haré dos tiras, y usted podrá terminar el tratamiento.

—Muy bien, cuento con usted.

La mujer continua con el tratamiento mientras la doctora de edad más joven retrocede moviendo el brazo en círculos para descansar los hombros, para luego abrir y cerrar los dedos en espera de quitar la tensión. La mano de Neji toca el hombro de su menor permitiéndole descansar, Alise no
duda en tomar la palabra del mayor y rápidamente desactiva su poder ocular para tomar una botella de agua y acercarse a la médico principal cediendo el agua.

—Gracias —susurra con una leve reverencia.

—No es nada, lo ha hecho genial.

—Tú me has guiado de una manera increíble. —toma un sorbo de agua —Neji tenía razón al decir que tu control sobre el Byakugan es de lo mejor. —sonríe tocando el brazo del muchacho —Espero poder contar contigo más adelante, en futuras operaciones.

—Sería un verdadero honor.

Las horas siguen transcurriendo y la última pasada de chakra es dada. Sakura aleja las manos manteniendo la vista sobre el cuello del pequeño niño, su mirada jade se dirige dubitativa hacia el par de chicos Hyuga que desactivan su poder ocular para informar que todo parecía estar en perfecto estado; la relajación invade la sala y todos sonríen bajo las protecciones de sus rostros para mirarse y felicitarse por el buen trabajo mientras que Ino se acerca a su amiga ayudándole a limpiar sus manos y quitarle un poco de la tensión en sus dedos, Sakura suspira y eleva la mirada hacia los altos mandos que habían permanecido atentos al procedimiento.

—Ailse, enciende el comunicador.

—Enseguida.

Inhala profundamente —El procedimiento ha sido un éxito, solo basta ver si tiene un verdadero
resultado sobre el pequeño. —da una reverencia —Gracias por el apoyo y la confianza, por permitirme hacer esto.

—Bien. —inicia el de mayor edad —Mi clan esta agradecido por tus conocimientos, gracias a tu proyecto podemos entender un poco más de una especie desconocida para nosotros, creo que mis compañeros están de acuerdo conmigo —observa a los tres hombres en la pequeña sala —es hora de que descanses. Deja de preocuparte tanto, has creado algo bueno y útil en más de un caso, lo has hecho bien.

—El líder del clan Aburame tiene toda la razón, —sonríe bajo su máscara —lo has hecho de una manera increíble Sakura, toma un descanso.

— ¡Vamos a beber algo! —expresa con emoción levantándose un poco de su asiento —Kiba esta libre, podríamos ir al refugio de los Inuzuka. ¿Qué te parece? Es una propuesta muy buena como para rechazarla.

Al verlo bromear ella sonríe bajo la protección y simplemente baja la mirada sintiendo como la relajación invade todos sus sentidos, estaba hecho, lo que se había propuesto estaba hecho y ahora el pequeño estaría… bien.

—Gracias por la propuesta Kankuro, pero me quedaré hasta tener los resultados completos, si aun
estás disponible para ese entonces… aceptaré con gusto.

—Hecho. —eleva el pulgar —Nos vemos más tarde entonces.

Apenas el lugar se vaciaba tanto de médicos como altos mandos, Sakura despide a las ultimas enfermeras y vuelve la mirada a la habitación de observación, ahí, sentado en un sillón de tapiz negro de cuero, Kakashi había dado un arreglo de voz que buscaba obtener la atención de ella.

—Ey. —quita el cubre bocas de su rostro —Hasta Shikamaru se ha ido ¿Necesitas decirme algo?

—Simplemente… —entrelaza sus dedos —Lo hiciste muy bien Sakura, de verdad me enorgullece
haber sido tu profesor en algún momento. Quiero abrazarte justo ahora.

Ríe enternecida —Gracias, la verdad… —eleva la mirada en otra dirección —un abrazo reconfortante luego de un trabajo tan pesado… —observa al hombre —no suena nada mal, pero… —quita sus guantes de látex —lamento decirte, que ya hay una persona que me dará un abrazo
apenas salga de esta sala.

Riendo decide recargar el mentón de su puño —Déjame adivinar… un chico de cabello negro que finge ser muy cool.

—Él no finge ser muy “Cool” —expresa con gracia —es simplemente… algo apartado.

—Eso lo hacía ver cool cuándo eras más pequeña.

— ¡Oh por favor! ¡Supéralo de una vez Hatake!

Entre sus leves risas animadas ambos se observan mutuamente y luego de asentir deciden despedirse, al salir de la sala Sakura se encuentra con Reiji quién se acerca con prisa dándole un cálido abrazo lleno de consuelo, delante de ellos Kakashi aparece a unos pasillos de distancia y no
pierde la oportunidad para reírse de lo que veía además de hacer ademanes que invitaban a Sakura a pensar que aquel chico era una pequeña versión de Sasuke Uchiha, ella respondía en negativa mientras atendía al cálido gesto.

Con la noche llegando sobre la villa los pequeños ojos celestes de Yuki se abrían con algo de presar, a su lado podía ver a una doctora de rosada melena que dormitaba con los brazos cruzados del mismo modo que sus piernas, su cabello estaba atado en un chongo algo desarreglado que dejaba algunos mechones caer frente a su rostro cansado, pero la sonrisa del
pequeño crecía al poder verla de nuevo; estirando su pequeña mano intentaba llamar la atención de aquella hermosa mujer, pero un pequeño grupo de insectos detenía su intento atrayendo su mirada hasta un hombre recargado en la pared de entrada, él elevaba el índice sobre sus labios pidiendo silencio al menor, quién asentía mirando una nube de insectos formar palabras. «Ella se
encuentra muy cansada debido a tanto trabajo, déjala descansar un poco más, yo me ocuparé de tú cuidado hoy» con una sonrisa en cara aquel pequeño accedía para acomodarse en su cama e intentar dormir un poco más.

La mañana llegaba con una inquietud creciente, al tener los primeros rayos de luz sobre su rostro Sakura abría los ojos llena de miedo para observar al pequeño que dormía plácidamente en la cama del hospital, su mirada subía con rapidez hacia los aparatos médicos para verificar que el pequeño siguiera con vida, luego analizaba el pulso del menor y hasta no verlo tomar una profunda respiración ella no pudo quedarse más tranquila.

—Él está bien, despertó anoche alrededor de las dos cuarenta y cinco de la noche, me quedé cuidando su estado toda la noche.

—Shino. —expresa algo sorprendida — ¿Qué haces…? —sacude la cabeza centrando sus desordenadas ideas — ¿Cómo dices?

—Vine a ver el estado de ambos, quise asegurarme de que ambos estuvieran bien así que decidí quedarme adentro cuando terminaste dormida, lo vi despertar, llame al chico del clan Hyuga para asegurarme del estado de los escarabajos… —sonríe levemente —todo esta bien. Una enfermera
vino hace poco y dijo que su estado es bueno.

Ella traga grueso sintiendo un fuerte nudo en el estómago, a pesar de toda la preocupación que sentía por aquel chico se había quedado dormida en cuanto pudo, eso… a pesar de que la hacia sentir mal, al saber que ese chico se encontraba a salvo de cualquier peligro, se sentía
enormemente tranquila. Con Yuki despierto vinieron algunos estudios, la mayoría del día se aseguraron del estado del pequeño y no fue hasta llegada la tarde cuando el Hokage junto a su mano derecha y el líder del clan Aburame se hicieron presentes en la habitación del hospital.

—Bien. —expresa con inquietud y nerviosismo —Ya hemos revisado su estado y… —extiende su mano hacia la derecha mostrando al chico Hyuga —Ailse se ha asegurado del movimiento que han tenido los escarabajos durante todo el día, ellos han… —frota sus puños mirando los apuntes en su tablilla medica —estado alejándose del tejido nuevo, no parecen afectados pues siguen con su rutina habitual en el cuerpo de Yuki… —vuelve la mirada sobre el mayor.

Sonríe con un asentimiento tranquilo —Según la información que mi hijo me ha dado, creo que los escarabajos no han sido perturbados, siguen una rutina habitual en el cuerpo de su huésped, únicamente… —eleva sus dedos índice y medio para pedir el acercamiento de uno de sus hombres —Debemos arreglar la cantidad de la planta. —observa a la doctora —Me han dicho que los escarabajos están manteniendo mucha distancia de esa zona, eso significa que tienen una menor cantidad de ingesta y eso podría llegar a ser un poco peligroso para los insectos… y para su portador.

— ¿En qué sentido podría ser arriesgado?

—Si pasan hambre ellos podrían volverse locos, pero… —observa al menor —no creo que él se encuentre en tanto peligro, aun es pequeño y no ha desarrollado su chakra del todo, solo tenemos que asegurarnos de su control sobre el chakra aumente, que tenga reservas de donde todos los
escarabajos puedan alimentarse… cosas de las que mi clan que puede encargar.

Ella baja la mirada con una inquietud que viaja por su garganta hasta la boca de su estómago, sus ojos jade viajan de derecha a izquierda y luego de tragar grueso da un asentimiento tratando de mostrarse firme a todo aquello.

—Um… entonces, si ese es el único problema, y es tratable, creo que él esta bien. —muerde su labio inferior observando al pequeño —Lo único que falta es la prueba del tejido, la muestra de si lo que hicimos ha servido o solo ha sido… una pérdida de tiempo.

—Sakura… —menciona el Hokage como llamado de atención —basta.

—Uh… —retrocede apenada por su actitud —Si, lo lamento. Bueno… —sonríe hacia el menor —es tú hora de lucirte.

El pequeño aprieta las sábanas a su lado mientras observa a los presentes en aquella sala, enfermeras y enfermeros conocidos, los altos mando tanto de la villa como del clan Aburame y sus respectivas manos derechas, y… aquella dulce mujer que había logrado ganarse su confianza, ella quería parecer confiada, pero se podía ver muy claramente el miedo que poseía su mirada. Su boca se abrió…

—Sakur…a… Sakura san.

La mayor se estremeció observando con asombro como aquel pequeño parecía forzarse un poco para seguir hablando, sus labios temblaban y se sujetaba el cuello mientras fruncia el entrecejo.

—No te fuerces, había una posibilidad de qué…

—Gracias… por… ayu… ayudar… —aprieta inquietamente los labios con las lágrimas al borde de sus pestañas —ayudarme.

La mayor se contuvo lo mejor posible, parpadeando y haciendo viajar su mirada de derecha a izquierda, tragando grueso, pero sin poder evitarlo se acercaba a aquel pequeño en cama hasta poder rodearlo en un fuerte e inquieto abrazo. Los mayores se miraban entre sonrisas, Shibi san
estrechaba la mano del Hokage y daba media vuelta dando un mensaje a su mano derecha y tocando el hombro de su hijo en pedimento a que se mantenga en aquel lugar; Shikamaru ríe levemente divertido con la escena descansando la mano sobre el hombro de su mayor para dirigirle una sonrisa.

—Lo hizo muy bien, pero bueno… yo sabía que ella podría.

—Yo también lo sabía, Shikamaru. —observa a la joven —Deberías de ir a traer al clon de Sasuke, el niño estará feliz de mostrarles a sus amigos que ya puede hablar.

—Comprendo. —vuelve la mirada a su amigo — ¿Sabes dónde está ese niño?

—Creo que se quedó en la sala de espera, te ayudaré a buscarlo.

Ambos salieron de aquella sala permitiendo que el Hokage se acercará hasta la cama donde aquel
niño era abrazado con mucho cariño, ella hablaba sin parar expresando la felicidad que sentía por escucharlo hablar, alabando lo hermoso de su voz. Teniendo las mejillas morenas de aquel chico entre sus manos, sentía como las pequeñas manos de aquel pequeño le limpiaban las lágrimas.

—Me gusta… estar contigo… y se… se siente raro… —toca su garganta —cada que… que hablo…

Atemorizada regresa la mirada —Ailse, enciende el Byakugan y analiza el movimiento de los pliegues, por favor.

— ¡Enseguida!

El pequeño sonríe —No duele… se siente, fres… fresco…

—Debe ser debido a la mezcla repelente —expresa tranquilamente — ¿No lo crees? —toca el hombro de la chica —La planta, creo que Shibi san me dijo que es algo así como la menta, es algo fresco, te lo escribió en la descripción de la pomada, posiblemente…

—Al hablar se sentiría frío, un poco picante.

— ¡Así! —asiente convencido —así se siente. Entonces…

—Primeramente —expresa más tranquila —vamos a tener que ponerte algunos ejercicios, tienes
que estar en rehabilitación para que tu garganta se acostumbre a la pronunciación, también… —
acaricia los rulos castaños con cariño —debo pedirte que hables lo menos posible, no debemos forzar tu garganta.

El pequeño asiente totalmente seguro de las palabras que le da aquella mujer, al terminar de hablarle sobre las futuras cosas que debía atravesar, Yuki observa a su mayor de Suna que se adentra con la emoción en toda su mirada, Reiji pasa con prisa y mientras le habla a aquel chico
Sakura retrocede hasta encontrarse al lado de su antiguo profesor.

—Estaba realmente preocupada, pero no salió tan mal, al menos… sé que podrá mejorar.

—Podrías darle clases de manejo de chakra.

—Usted es bueno para eso.

La risa del hombre atrae las miradas en toda la sala, las enfermeras que estaban arreglando los artefactos médicos regresan la mirada mostrándose encantadas ante la presencia de aquel hombre mientras que los varones de la sala solo lo observan de reojo y vuelven a lo suyo cuanto antes. Al percatarse del encanto que aquel hombre irradiaba sin intentarlo Sakura solo niega
cruzándose de brazos para mirarlo.

—No te cansas de enamorar a la gente.

—Bueno… —encoge los hombros —me sale natural, simplemente me he cansado de evitarlo.

—Me gusta mucho más cuando eres infantil.

Sus miradas se mantienen encantadas uno por el otro, aun había algo entre ellos. Reiji interrumpe tomando la mano de Sakura para apartarla de aquel hombre y acercarla al pequeño niño en cama que sonríe apenas la tiene cerca.

—Bueno… —rodea los hombros del menor —lamentablemente tenemos que quedarnos aquí por hoy, pero mañana luego de terminar mi turno podemos irnos a casa. ¿Qué tal?

—Si… —abraza el torso de la mujer —Gracias.

—No es nada, ahora… —toma la tablilla médica —necesito hacerte unas preguntas. —observa al joven que llega al lado del Hokage —Shino quisiera la ayuda de tus insectos, solo por un momento.

—Ni te preocupes. —hace salir a sus insectos —puedes pedirme esto cuantas veces creas que es necesario.

Para cuando las preguntas llegan a su fin Shino sale de aquella habitación dejando solo a los menores junto a aquella médico, Reiji había tomado asiento en el sofá de la habitación mientras que escuchaba a Sakura hablarle de sus ideas para ayudar a sus otros amigos que también tenían
problemas para controlar la voraz hambre de los escarabajos. Durante la cena Reiji observa de reojo a aquella mujer logrando atraer su atención.

— ¿Qué pasa? —cuestiona dulcemente.

— ¿Cuándo te verás con ese tipo?

— ¿Qué? —sonríe dudosa — ¿Qué tipo?

—El Hokage.

— ¿Kakashi? Uh… —eleva la mirada pensativa —No lo sé, la verdad no había pensado en eso… posiblemente en unas semanas, dejaré de posponerlo así que no vayas a intentar detenerme de verlo… —observa al chico —sé que no te agrada, pero ha sido mi Sensei por mucho tiempo, lo conozco y no es un hombre malo… ha mejorado, y confío en él.

— ¿A mejorado? ¿Eso significa que no era tan bueno como lo hace ver?

—Eso significa, —limpia la boca del menor —que las personas siguen cometiendo errores a lo largo de sus vidas… todos mejoramos.

—No me da confianza.

—Ya lo sé, pero… —analiza al chico —Reiji, no quería decirte esto tan directamente, pero creo que es mejor que lo dejemos claro desde ahora. No pienso salir con un adolescente, ahora soy una adulta y no… —suspira —simplemente no es lo mío salir con alguien menor que yo.

Con la presión en su pecho el chico simplemente baja su mirada hacia la charola con comida que tenía en manos, toma un bocado y luego de masticar la comida termina dando un arreglo de voz para observa aquellos ojos jade que se mantienen con inquietud sobre él.

— ¿De qué hablas? Yo nunca dije…

—Solo lo dije… —desvía la mirada —para que no te hagas una idea rara, sinceramente no tengo planeado tener una relación por un tiempo… olvidar el amor… —pasa la palma sobre sus cabellos —no suena tan mal en algunas ocasiones.

—Siempre pensé que a las mujeres les encantaba la idea del amor.

—Claro que lo hace, un amor de película emociona a quién sea, pero… eso no es real, los amores tienen algunas fallas de por medio y aunque en ocasiones puedas pasar de esas fallas, hay veces en las que no es de ese modo… en las que prefieres olvidarlo por un tiempo, darte un momento de ello… —ríe observando al chico —es tonto, y complicado, pero tú mismo sabes cuando es bueno
seguir ahí… y cuando no.

—Entonces… ¿No estás enamorada de él?

Sonríe levemente entre su pensar —Si lo estoy. —ríe entre una suave negativa —Antes de los momentos difíciles, creo que me di cuenta de la buena combinación que podemos ser, pero… quizá nos faltó hablar más, o fue un mal momento para iniciar. No lo sé… aun nos falta hablar de ello, y eso mismo es lo que vamos a hacer.

—No me gusta ese tipo.

Ríe —A mí tampoco, no me permite beber.

Ante la sorpresa del joven adolescente comienza a reír y cambia de tema para hablarle al pequeño Yuki sobre lo que había ocurrido en la villa mientras él estaba dentro del hospital, cosas que Reiji le había contado a ella para que se despegara un poco del trabajo excesivo que se había exigido
durante todo aquel tiempo.

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