Capítulo 52

Asuntos políticos.

El regreso a Konoha se retrasó por parte de ambos jóvenes enviados para la misión del veneno, dos semanas antes ya habían sido capaces de crear una cura para el veneno que consumía la vida humana a una velocidad terrorífica, ahora, ellos se quedaban para saber lo que les ocurriría a los niños que habían creado ese veneno. Entrando en las celdas Shino y Sakura reciben toda la atención de los niños que se acercan en su espera, ellos asienten en saludo y les acercan las charolas con comida.

—Coman bien. Gaara vendrá en breve, fuera de ser el Kazekage dijo que quiere hablar con ustedes.

—Pueden confiar en él. —aclara el muchacho —Él no está en contra de que vayan con nosotros a Konoha.

Los días pasados los chicos mayores debieron enfrentarse a muchos interrogatorios, desde como crearon el veneno hasta como llegaron a convertirse en una cantidad diminuta de gente y demás cosas mientras los menores permanecían en celdas donde les daban comida y agua. Shino había permanecido al lado de los mayores limitando el interrogatorio cuando se trataba del control de los insectos mientras Sakura se la pasaba cerca de la celda de los pequeños haciéndoles compañía y protegiéndolos de cualquier situación.

Un golpeteo con el índice sobre los barrotes atrae la atención de ambos adultos, Sakura avanza cerca de las rejas tomando asiento en el suelo para asentir en espera del pequeño. Yuki sonríe levemente y suavemente inicia con las señas, ahora Sakura comprendía porque el pequeño prefería esforzarse en hacer señas en lugar de utilizar sus insectos para hablar, Shino le permitió saber un poco de aquellos escarabajos y la diferencia entre sus insectos y ellos. El pequeño no podía hablar porque el chakra que se extraía de su cuerpo era demasiado y los escarabajos habían sido muy agresivos a la hora de conseguirlo, logrando herir las cuerdas vocales del pequeño y diferentes partes de algunos otros niños.

— ¿Tienes miedo? —el pequeño asiente —todos lo tienen —asiente comprensiva —Bueno si es sobre Gaara, les prometo que él no es una mala persona, en el pasado llego a tener sus problemas que lo llevaron a hacer muchas cosas, pero ahora él es diferente y después de la guerra perdió a Shukaku así que básicamente ahora es un ninja como nosotros, su poder nato es aún increíble, es fuerte y valiente, lucha por ayudar a su gente aun cuando ellos lo hayan rechazado en algún momento. Él los va a ayudar.

—Gaara es bueno, y comprensivo sobre la situación de ustedes y al de mi gente, mi familia solucionará todo esto y ustedes podrán volver con nosotros a Konoha.

El pequeño sonríe levemente mirando a sus hermanos, los mayores se miraban entre sí y algo dudosos de la situación decidían acercarse a las rejas para hablar con sus dos guardianes.

—Aun si vamos a Konoha seremos castigados ¿No es así?

—No creo que podamos evitar el castigo —contesta entre el ajustar de sus gafas —si es que Suna permite que vuelvan con nosotros lo mínimo que van a pedir es que reciban un castigo por las vidas que se llevaron.

—Podría ser un tiempo de mantenerlos encerrados, —levantándose observa de frente a los niños —o quizá servicio comunitario, asistir en misiones sin paga, y serían misiones de trabajo pesado.

— ¿Iremos todo o solamente los que son poseedores del conocimiento?

Ambos se miran con algo de duda y eso hace que los pequeños comprendan la seriedad del asunto, había solamente tres mayores, una chica y dos muchachos, solo uno de los muchachos era capaz de controlar a los insectos así que posiblemente cinco niños viajarían con él a Konoha mientras los otros dos adolescentes se quedarían con tres niños en Suna.

—Es difícil solamente llevarnos a los que tienen el conocimiento del jutsu de insectos, sinceramente no creo que mi clan busque llevarlos a todos, así que lo lamento, pero cinco de ustedes deberán quedarse.

—Pero de verdad no deben preocuparse —interviene a prisa sonriendo entre el agitar de sus manos en una negativa —Gaara y sus hermanos los van a cuidar así que todo estará bien.

Los pequeños se miran con algo de miedo en su semblante decaído, el chico mayor que controlaba los insectos simplemente apretaba los puños frunciendo el ceño, tenía dos hermanos y ellos debían quedarse en Suna mientras él era llevado a Konoha. Gaara exhala un suave suspiro luego de escuchar las dudas que atormentaban a los pequeños, con pasos tranquilos se presentaba delante de ellos atrayendo su atención.

—Hola.

Todos los pequeños se levantan de golpe dando una reverencia que mantienen hasta que el joven de melena carmesí les pide no lo hagan más.

—Escuché lo que ustedes dijeron, sus dudas son comprensibles. —observa al hombre del clan Aburame —Por eso mismo estoy intentando buscar una solución, me informaron que algunos de ustedes tienen lazos familiares con no poseedores del jutsu de insectos, así que quiero dejarles algo claro —sonriendo hacia la muchacha de Konoha la sujeta por el hombro —Suna y Konoha son más unidos que cualquier otra villa, hablamos sin mentiras hacia el otro y sinceramente no busco obtener más resentimiento de ustedes hacia mí.

— ¿Qué hará entonces? —expresa entre el levantarse a las rejas.

Gaara observa con calma el recelo que pintan los ojos negros del chico tras las rejas, un joven de melena negra atada en una coleta no tan larga, Sakura era capaz de recordar a su compañero de equipo al ver a ese chico.

—Las familias afectadas han pedido que ustedes sean castigados con un encierro de dos años, luego de eso los que deban quedarse aquí podrán decidir lo que harán en adelante, mi plan es ofrecer trabajos cercanos a la torre principal donde mis hermanos y yo seamos capaces de saber que se encuentran a salvo, pero viendo sus lazos familiares estoy dejando dos caminos más que tomar.

— ¿Qué serían? —cuestiona la chica de melena castaña risada —Mi hermano se marchará y yo me quedaré encerrada por dos años, necesito más opciones que solo la espera.

—Lamento decir que la espera es indiscutible, deben recibir su castigo por lo que hicieron.

—Lo teníamos claro cuando hicimos lo que hicimos chicos —declara el chico de tez clara y melena negra al ras. Vuelve la mirada al hombre — ¿Podría proseguir Kazekage?

—Si claro. —suspira —Verán, yo sé muy bien que sus familias tenían algo contra mí así estoy dispuesto a dejarlos irse a Konoha apenas su castigo en Suna termine, aunque sin importar nada son habitantes de Suna y tienen permitido volver apenas pasen los dos años; Al lugar al cual quieran ir a vivir su vida, estoy dispuesto a permitirlo. Aunque mientras tanto me veo limitado a solo ofrecerles el consuelo de que cuidaré a sus familiares mientras estén sobre mi arena.

Los chicos se miran con algo de incertidumbre y finalmente se acercan a sus familiares dando un abrazo de consuelo mientras se cuestionan en susurros si están de acuerdo con lo que pasará a continuación, si podrán soportar dos años de lejanía y finalmente la pregunta que todos esperaban. ¿Cuál era su elección final?

—Creo que probaremos suerte en Konoha —declara el pelinegro de melena larga mostrándose un poco menos a la defensiva —yo me haré cargo de ver que tan bien podemos vivir en Konoha —observa a sus compañeros.

—Y nosotros veremos si podemos volver a incorporarnos en Suna —declara la chica —es nuestra tierra natal y es difícil despedirse de ella, pero hemos estado tanto tiempo lejos y cometimos tal error para salir del desierto.

—La gente podría repudiarnos. —aclara el otro joven —En nuestra mayoría somos niños, no podemos hacerlos enfrentarse a eso.

—Lo comprendo. —asiente el Kazekage —Y yo aceptaré la decisión que tomen.

El resto de la tarde el Kazekage se la paso en una reunión con los ancianos de la villa siendo acompañado por el joven Aburame quién les informaba sus puntos en defensa para querer llevarse a los pequeños; Sakura suspiraba encontrándose sentada fuera de las celdas de los pequeños.

—De verdad me da mucha curiosidad el tema de los insectos, pero respeto el secreto de Shino Nadie además de ustedes lo sabe ¿Cierto?

—Nadie más. —declara la joven — ¿Cómo es Konoha? Yo no podré ir, pero mi hermanito irá con ustedes. Kirara se quedará conmigo... —acaricia el cabello del menor —solo Yuki estará allá, solo

—Konoha es tranquilo, nuestros ninjas son fuertes, Shino es alguien muy amable, aunque callado y si eso no te basta, —gira la mirada observando a la chica detrás de las rejas —yo soy un ninja médico que te da su palabra de qué el pequeño Yuki estará bajo mi cuidado.

— ¿Cómo serías capaz de hacer eso? —sujeta las rejas en mano poniéndose en rodillas.

—Tengo un contacto al lado del sexto Hokage, y Shino es amigo mío, también —sonríe —estoy segura de que seré su doctora principal porque ya estoy involucrada hasta el cuello con ustedes. —observa a todos —Yuki es el más herido de todos ustedes, principalmente por la edad los escarabajos hirieron muy gravemente sus cuerdas vocales, pero es algo reversible con un tratamiento adecuado. Y por suerte yo soy la mejor doctora de la zona.

— ¿De verdad lo cuidarías? —cuestiona totalmente esperanzada.

—Bueno, sí. —mete la mano entre los barrotes —no me molestaría cuidar de él. —frota su cabello dirigiendo una cálida sonrisa —Parece ser un niño muy tranquilo y es extremadamente adorable.

Al notar el sonrojo del pequeño solo aparta la mano mirando como su moreno rostro niega con prisa, la joven mayor detrás de las rejas observa con cariño como su hermano parece confiar en aquella muchacha así que se limita a sonreír admirando la cercanía que se crea entre ellos.

[Konoha, torre principal]

—Entonces el asunto está terminado.

Declaraba con semblante serio el miembro del clan Aburame mientras se cruzaba de brazos girando hacia el Hokage. Kakashi suspiraba girando su silla para levantarse y mirar de frente al cabecilla del clan controlador de insectos.

—Sí, me supongo dejarán que Shino y Sakura se hagan cargo del traslado. Únicamente es un chico de diecisiete años y niños menores, uno de diez años, uno de ocho, dos de siete y uno de cinco.

—Si. Los dejaremos traerlos hasta la frontera, luego los ayudaremos hasta donde los retendremos.

—No olvide que deben traerlos Shibi —desliza la mano por el mando —para que se archiven sus nombres y edades correctamente, también debemos obtener sus huellas dactilares y algunas otras cosas. —vuelve la mirada al hombre frente a él —Sé que es un poderoso secreto de tu clan, pero tú clan esta bajo el cuidado de esta villa y de mí. Yo he puesto sus intereses en el foco para que el Kazekage y su gente se retuviera de obtener esa información que tanto quieren proteger.

—Y lo agradezco.

—No lo parece. Sé que ustedes tienen sus modos de comportarse, pero en este preciso momento no pareces feliz con mi presencia y mi único pedimento de tomar la información básica de esos niños.

—Es simple desconfianza tu inicio como Hokage no fue el mejor.

—He retomado mi puesto de buen modo, bajo mi cuidado la villa se ha expandido y la movilidad entre Suna y Konoha ha crecido, nuestras inversiones son

—Sé muy bien que lo has estado haciendo genial en los últimos meses Kakashi, pero siempre me comporto de este modo cuando se trata del secreto de mi clan. Confío en la fuerza de mi hijo y sé que podrá traer a esos niños a salvo y sin problemas, además la chica no es alguien débil de la cual desconfiar —ajusta sus gafas —simplemente hay un secreto andando sin cuidado

—Bueno, podríamos evitarnos el que vengan a pie. Dentro de dos días se inaugura el tren a Suna y ellos podrían ser los primero en utilizarlo.

—Eso no suena tan mal pero en ese caso necesito enviar a unos cuantos de mis hombres para asegurar el viaje ¿Te parece bien?

—Me parece bien.

Luego de una despedida sencilla el hombre del clan Aburame abandona la oficina junto al Hokage en su mano derecha para tomar caminos diferentes; entre su avance hacia la oficina principal Kakashi exhala un suspiro mientras la dura mirada que debía mantener decae frente a los ojos de su mano derecha.

— ¿Es por las cartas?

—Siento que ni siquiera las ha abierto

— ¿Por qué sentirías eso?

—Antes de irse parecía estar al borde de sus emociones, quería venir conmigo tanto como yo deseo ir con ella, pero se retuvo ella no quería incumplir su palabra, se alejó para no incumplirlas y mis cartas son un paso más cerca de incumplirlo.

—Sigues intentándolo demasiado. —suspira —Sinceramente no la has dejado casi ni un segundo sola para pensar, las flores, las cartas, el ir a su casa sigues apareciendo delante de ella para hacerla dudar de todo aun cuando ella parece estar segura y feliz con lo que tiene sin ti.

—Lo intento ¿Bien? —expresa con enfado —de verdad lo estoy intentando, pero es imposible no desear volver a lo que teníamos.

—Kakashi —detiene su andar evitando abrir la puerta delante de ellos —cuando algo se rompe nunca vuelve a ser lo que era, las cosas cambian, aunque no quieras, aunque hagas hasta lo imposible —observa de frente al hombre —si ustedes vuelven a estar juntos, lo que ella busca es que no vuelva a suceder lo mismo. Así que deberías prepararte para cambiar. Que es lo que ella busca.

Al abrirse la puerta Kakashi se adentraba en la habitación con las palabras de aquel chico bien marcadas en su mente; él estaba desesperado por compañía y calidez, tan desesperado que más de una vez ignoró lo que aquella chica deseaba, todo surgía con tanta normalidad entre ellos que jamás se cuestionó si necesitaba algo diferente.

[Dos días después]

— ¡Bueno! —expresa sonriente tendiendo las manos a los costados —Buenas nuevas, no quería decirles nada hasta llegado el día. —abre las rejas — ¡Y el día es hoy! —observa a los niños que se irán con ellos — ¿Ya se han despedido?

—Lo hicimos desde temprano —señala el mayor agachando la mirada.

—Bien. —dice con tranquilidad sujetando el hombro del chico —Ellos estarán bien así que deja de preocuparte tanto. —vuelve la mirada a los pequeños — ¡Vamos a viajar en tren!

Las cuestiones surgían de todas las bocas y las manos del pequeño Yuki, Sakura intentaba contarles todo, pero finalmente simplemente les decía que era hora de ir a verlo con sus propios ojos; una última despedida y para cuando estuvieron frente al tren los pequeños se mostraban enormemente sorprendidos, hasta el chico mayor elevaba la mirada con completa sorpresa hacia el enorme vagón de metal.

— ¿Ya estamos todos? —cuestionaba Shino contando a los niños.

—Sí, todos se despidieron ya así que podemos partir.

—Oye —mencionaba jalando la blusa de la joven —El Kazekage había dicho

—Mira para allá. —señala con la barbilla —Gaara y Kankuro vienen para despedirlos mientras Temari se encarga de mantener vigilada la celda donde están tus hermanos. Me dijeron que Kankuro será normalmente el de las guardias, pero por ahora fue Temari para presentarse con ellos y arreglar su documentación.

— ¿De verdad estarán?

—Deja de preocuparte. —palmea con fuerza la espalda del chico —Gaara cumple su palabra sin dudarlo, hubo una ocasión

Mientras la chica obtenía la atención de todos los niños con su historia los Aburame y Gaara tenían una charla, un apretón de manos y una despedida. Los niños entraban al vagón sumamente impresionados aun cuando les estuvieran poniendo esposas en las muñecas y obtuvieran mirada de desprecio por parte de los ciudadanos de Suna. Al estar todos en su asiento Sakura les pidió un momento para ir a despedirse y antes de marcharse gira levemente la vista a ellos.

—No miren por las ventanas, bajen la mirada y parezcan tristes para que las familias de los fallecidos se sientan un poco satisfechas —observa al mayor — ¿Entiendes lo que quiero decir?

—Lo comprendo. —observa a los niños —Bajen su mirada tal cuál ella ha dicho chicos.

Sakura se aleja apenas los ve actuar, al estar en la puerta del vagón se despide de Temari y Gaara con un abrazo, la rubia le cede un papel dirigido a su pareja en Konoha y ella lo recibe con alegría muy dispuesta a entregarlo. El tren se pone en marcha y apenas salen de Suna ambos chicos vuelven al interior del vagón donde los niños elevan la mirada con sorpresa por lo que ocurría a su alrededor.

—Será bueno que les quitemos las esposas —sugiere Shino.

—Si no hay problema para ti.

—Quiero confiar en ellos, debemos tener confianza en nosotros si pensamos trabajar juntos.

Los mayores sueltan las manos de los pequeños y les informan que está permitido correr por todo el vagón mientras no pasen a los otros vagones. Yuki se acerca a Sakura y ella enseguida vuelve la mirada prestando completa atención al movimiento de sus manos; el pequeño extiende las manos mostrando lo alargado del tren y luego intenta señalar una caja, ella comprende que él habla del vagón, finalmente el pequeño posa sus dedos, índice y anular, sobre su palma abierta haciendo que caminen fuera de la palma para finalmente señalar las puertas de salida con duda en el semblante.

—Él quiere decir

—Lo comprendí —expresa con calma la chica —quiere saber por qué no pueden salir de este vagón hacia los siguientes. —sonríe al pequeño —Pues hay dos razones, —recorre su cuerpo en el asiento dejando al pequeño sentarse a su lado —la primera es que el tren sirve para movilizar a gente desde Konoha a Suna y viceversa, hay pasajeros en los otros vagones y este es especial para movilizar a personas detenidas junto al vagón de atrás y la otra razón. —toma una hoja de papel y una pluma —es que el tren —comienza a dibujar —se divide por vagones que son conectados por tornillos gigantes, solo hay una pequeña plataforma que nos divide del otro vagón, es peligroso pasar.

— ¿Cómo lo entiendes? —cuestiona sin mirarla —A nosotros nos tomó mucho tiempo poder entender lo que trataba de decir, primero pensamos que simplemente se tomaría su tiempo para hablar, pero cuando creció intento decirnos algo con señales.

El pequeño toca su brazo y mientras el chico a su lado habla él comienza dar las señales que siguen esas palabras.

—Intentaba decir, No importa cuánto esperen, no puedo hablar, me duele cuando lo hago al ver que no comprendíamos comenzó a escribirlo con los escarabajos, sus padres se sintieron mal al saber que era imposible que hablará, pero no había otra forma de sobrevivir en el desierto

—Gaara dijo que estar afuera era peligroso.

El pequeño atrae la atención de ella y comienza a hablarle de los diversos insectos que abundan en el desierto y lo difícil que es escapar de las tormentas de arena, tal le contaban los chicos, en su mayoría la gente que había abandonado la villa de Suna en inconformidad por el reciente nombramiento del Kazekage, no eran poseedores de la cantidad necesaria de chakra para crear jutsus. Al llegar a Konoha el tren se detiene atrayendo la atención de toda la gente en el mirador, el primer viaje había resultado exitoso y la gente bajaba de sus vagones narrando la genial experiencia que había sido viajar en aquel tren.

—Les colocaré las esposas niños, —informa el chico —mi clan estará esperando por nosotros afuera, creo que primero iremos a la torre Hokage para ajustar algunos documentos y después podremos llevarlos a donde reside mi clan para mostrarles sus habitaciones.

—Se les dejará descansar por hoy —informa un Aburame del vagón —así que pueden ducharse en la residencia principal en la cual los hospedarán, ahí hay ropas y todo lo que necesitarán, mañana al medio día tendrán que responder nuestras dudas.

Los pequeños asienten y apenas todos se encuentran esposados Sakura se posiciona detrás de todos junto al chico de mayor edad y el pequeño Yuki; al salir Shino saluda a su padre y mientras da un informe rápido los pequeños son guiados al frente donde el Hokage y su mano derecha los esperan.

—Bueno, misión completada —informa Sakura con una leve sonrisa —pero —frota el cabello del pequeño —hay un pequeño inconveniente con estos niños así que Shino me ha pedido que me haga cargo de la salud de los chicos.

—Eso significa que estarás en las cercanías de los Aburame.

—Algo así. —eleva la mirada encogiéndose de hombros —Vayamos, Shino dijo que viene en breve y sus compañeros vienen con nosotros.

Al ver el asentir de los Aburame decidieron seguir su camino hacia la torre Hokage. Al llegar a la oficina principal se vieron dividiéndose en dos grupos, Sakura asistía a la oficina del Hokage mientras los niños seguían a Shikamaru y los Aburame para completar el papeleo. Entrando en la habitación Sakura sacó los documentos de su misión dando entrega al Hokage quién la miraba con algo de inquietud.

— ¿Fue difícil?

—Un poco, más que nada sorpresivo —declara con franqueza —no nos esperábamos para nada que fueran controladores de insectos, mucho menos que fueran niños —suspira —el pequeño tiene gravemente herida la garganta, las cuerdas vocales están tengo que tratarlo.

—Si, está bien. —pone su sello sobre los papeles — ¿Irás directamente a tu casa o te quedarás un poco con ellos?

— ¿Vamos en la misma dirección? —cuestiona sonriente.

—Si. —expresa más tranquilo.

—Entonces vayamos.

Al salir de aquella habitación cada uno avanza con sus ideas externas a la antigua relación que mantuvieron en su momento, pero al llegar al lugar donde estaban llevando a cabo el papeleo Sakura no pudo evitar admirar con tranquilidad a aquel hombre que parecía tomar todo con normalidad, no había preguntado por los sobres, y eso la tranquilizaba bastante. Exhalando un suspiro posaba la palma sobre su vientre.

— ¿Todo está bien?

Al volver la mirada nota la repentina aparición de su compañero de misión, Shino la mira levemente volviendo la mirada al interior de la sala donde el Hokage se informaba sobre los pequeños niños y comenzaba a charlar con ellos.

—Sí. Él actuó de forma madura, de verdad me sorprendió. —comenta con gracia —quiero tomarme unos días y luego hablaré con él correctamente.

—Vamos a pasarlo juntos por un tiempo así que no dudes en llamar si necesitar ayuda.

—Sí. —asiente volviendo la mirada —Cuento contigo compañero.

Para cuando todo el papeleo termina Sakura y Shino permanecen al lado del grupo de niños esperando pacientemente para que el líder de los Aburame les de la señal de marcharse; el padre de Shino se despide con una leve reverencia al Hokage y su hijo lo sigue de cerca mientras Sakura se acerca al joven Nara mostrando un sobre.

—Te lo envían de Suna.

—Oh. —sonríe admirando el sobre —Gracias Sakura.

—No es nada. —observa de reojo al hokage —Luego hay que salir a tomar té, o algo, algún día.

—Suena bien.

—Nos vemos chicos —sonríe más animada.

Ambos hombres la despiden y apenas la chica desaparece del pasillo Shikamaru observa con orgullo como el hombre a su lado había logrado contenerse de cuestionarle cualquier cosa de aquellas cartas, y luego de dar una palmada en la espalda de su mayor lo invita a seguir su camino.

Sakura sale con prisa encontrando rápidamente al grupo de niños y al clan Aburame, su sonrisa crece al notar la mirada de los pequeños sobre ella, pero se retiene de hablar muy fuerte al mirar la atención del clan más silencioso de la villa.

—Entonces. —da una reverencia al cabecilla del clan — ¿Cómo quedaremos con los cuidados de los niños? El más pequeño tiene un serio problema en la garganta así que quisiera hacerle un chequeo completo cuanto antes si no es un inconveniente para ustedes.

Dirigiendo la mirada a su hijo nota un breve asentimiento que lo hace volver la mirada hacia la joven chica, conocía a esa muchacha, muchos en la villa debieron conocerla después de la guerra cuando lucho espléndidamente en el frente llegando a la lucha final para protegerlos a todos. Sakura Haruno, discípula principal de la sannin legendaria, médico y guerrera brutal.

—Puedes proceder a llevarte uno por día para chequeo, por hoy el mayor puede ir contigo, el pequeño tiene que venir con nosotros

— ¡Me rehusó! —replica el mayor.

—Creo que eso no es buena idea —interfiere ella.

— ¿Por qué? —cuestiona sumamente calmado.

—El niño tiene un problema del habla muy grave, sus cuerdas vocales están muy dañadas, si intenta utilizar los escarabajos para hablar sus cuerdas vocales recibirán una herida mucho mayor y el simple movimiento del habla causa un daño en menor cantidad a su garganta, pero —observa al niño —no habla muy bien.

Al ver la calma del cabecilla del grupo decide avanzar hacia el chico de mayor edad, Sakura acaricia el cabello del pequeño y le dedica una leve sonrisa para después sujetar al mayor por el hombro, el chico de melena carbón se sorprende, pero simplemente la mira y luego baja la mirada permitiéndole hablar por ellos.

—Este chico es el único mayor de edad entre ellos, su punto de confianza, es imposible que me lo lleve él se rehúsa, y los menores tendrán miedo si él no se encuentra presente, es mejor y más fácil. —prosigue avanzando al cabecilla —que él sea el último en ser entrevistado y que inicien hablando con los menores.

—Y que te lleves al pequeño.

—Es por la gravedad de su estado, los demás niños tienen un daño menor en el cuerpo, la pequeña tiene dificultad en un solo ojo y también es uno de los casos complicados, los otros tres están más normales. Pequeños problemas en la movilidad de sus articulaciones, sean manos o piernas

Girando la mirada hacia su hijo, el líder del clan busca la confianza de su predecesor con respecto a la joven ninja, y finalmente da un asentimiento para tomar a los demás niños y guiarlos a la residencia Aburame. El mayor de ellos emite un par de palabras en silencio y simplemente sigue a los hombres que los guían.

—No es que mi padre desconfíe de ti, pero yo debo quedarme con ustedes mientras haces el análisis.

—Lo comprendo Shino, y no tenemos problema alguno con ello.

Entre un andar tranquilo llegan al hospital de Konoha, Yuki permanece sujeto a la mano de aquella joven chica, y no es hasta que ella le pide que siga los procedimientos para llevar a cabo el chequeo que sus manos se sueltan; Shino permanece con el cuerpo recargado de la pared mientras la chica habla sobre las cosas que el pequeño había mirado en su transcurso al hospital. Un golpe en la puerta llama la atención de los tres y apenas Sakura da permiso de pasar pueden ver a Neji en la entrada.

—Ey.

—Hola —expresa animada — ¿Estás en turno? Me dijeron por ahí que seguías viniendo al hospital a ayudar un poco.

—Sí, no lo sé. —observa la sala —Es algo interesante estar por aquí ayudando a la gente —baja la mirada sobre el pequeño — ¿Es de la arena? Escuche por algún lado que vendrían niños de Suna.

—Sí, estarán bajo el cuidado del clan Aburame. —señala a su compañero con un cabeceo.

—Oh. —sonríe con vergüenza —Hola Shino.

—No te preocupes, estoy acostumbrado. —baja la mirada — ¿Has hablado con Hinata últimamente?

—No demasiado, ella sigue estando muy ocupada con sus estudios. Tenten intentó ir a hablar con ella, pero Hinata se negó a recibirla, quizá tienen una pelea o algo.

Ella sonríe y posando las palmas en la cintura se gira hacia su amigo, era más que obvio que lo decía para que ella fuera a investigar un poco la situación. Neji sonríe con diversión y simplemente se encoge de hombros causando que ella suspire y vuelva a su trabajo.

—En fin, chicos. ¿Cómo les fue en su misión?

—Mucho estudio y poca acción. —informa entre el seguir analizando la información —Pasamos la mayoría del tiempo estudiando venenos, hablando de venenos y probando venenos junto a los antídotos.

—Ciertamente fue más estudio que nada.

—Entonces ¿Vamos a beber más tarde? Quiero tratar de invitar a Hinata, Ino dijo que está de acuerdo, aunque Sai no puede asistir porque tiene una misión fuera.

— ¿Tú lo estas organizando? —cuestiona con emoción girando hacia él.

—Sí. Naruto y Sasuke vendrán, Tenten también, y por esta vez se nos une Chouji.

—Espero que invite la comida y no solo termine con ella —ríe divertida —sí, por mi bien.

— ¿Y qué me dices tú, Shino?

—Oh no creo poder asistir, con el tema de los chicos debo estar en casa para ayudar a mi padre en lo que necesite.

—Bueno, —exhala un suspiro —entonces nos vemos más tarde Sakura, en el lugar de carnes de siempre, Chouji paga la carne y nosotros las guarniciones y bebida.

—Bien —eleva la palma en despedida.

El término del chequeo llegó y mientras Sakura tomaba asiento para analizar los datos Shino permanecía al lado del chico dejándole ver a sus insectos y lo que ellos eran capaces de hacer. Apretando sus parpados Sakura elevó la mirada hacia su amigo y el pequeño que jugueteaba sobre su regazo, ambos chicos le prestaban atención y eso la hacía sonreír.

—Quisiera que él se quedará conmigo, en mi casa.

—Sakura eso

—Lo sé, y pienso pedirle esto a tu padre si es necesario. —suspira disminuyendo su sonrisa —Se lo prometí a su hermana. Y sinceramente —muestra las radiografías —está a nada de quedarse completamente mudo, necesito estar con él para un chequeo constante, puedo curarlo.

Al ver la determinación de su amiga Shino exhala un suspiro entre el bajar su mirada, el chico sobre sus piernas parecía muy interesado en la respuesta que él pudiera darle, de preferencia una afirmativa al pedimento de aquella chica, era muy obvio que ese niño confiaba mucho en ella.

—Tienes que tener los documentos que demuestren la gravedad de la herida, los documentos normales de un doctor, porque debes actuar como un doctor y no una chica interesada en cumplir una promesa.

—Lo entiendo. —sonríe —Es fácil porque verdaderamente soy un doctor y realmente necesito tratarlo.

—Bien, entonces prepara todo y llévalo mañana temprano a mi casa, te haré una cita con mi padre para que puedas explicarle el estado en el que se encuentra Yuki, además de que también debes hablar con el mayor de ellos.

—Oh, por cierto. ¿Les dio su nombre?

—Pues —niega —se rehusó a dar su nombre, aunque si dio toda la demás información que se requería.

—Muy bien. —sonríe inclinándose al pequeño hasta tomar su mano —Verás que podré llevarte conmigo.

El pequeño sonreía con entusiasmo y Shino simplemente se contuvo de decir cualquier cosa desalentadora para luego levantarse y despedirse. Lo que viniera para ella, para ellos, fuera lo que fuera, sinceramente Sakura se sentía tranquila sobre ellos.

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