Capítulo 48.
Escrito: 31/ 12/ 2021
Un joven callado.
Para cuando la mañana llegó un joven ninja de melena rosa ya se encontraba recargada de los pilares en la salida de Konoha manteniendo la vista sobre un par de sobres con lazos llamativos; al llegar Shino la joven borro su leve sonrisa y guardando aquellos sobres se enderezó para poder saludar a su compañero de misión.
—Ey, hola. ¿Ya listo?
—Sí, vayamos cuanto antes.
Entre un asentimiento ambos inician su camino en completo silencio, solo se necesitaba medio día para llegar a la villa de Suna así que deberían estar llegando por la tarde justo antes de que el sol si quiera se encondiera. Al entrar en el desierto Shino dirigió la mirada con dirección hacia la joven médico que avanzaba con completa ligereza y ningún rasgo de cansancio.
—Los sobres que tenías en la mañana...
—Oh... —sonríe sin apartar la vista del frente —uno es de la quinta Hokage y el otro es de mis padres.
— ¿Cómo están?
—La señorita Tsunade está pasándola genial, aunque no puedo decir lo mismo de Sizune que es quién la cuida después de que se embriaga y pierde todo el dinero en sus apuestas. —ríe —En cuanto a mis padres... la verdad parece que están bien, sus trabajos no son malos, pero no pueden enviarme mucho dinero, ellos quieren enviarme dinero sin importar lo que les diga, aunque la verdad no lo necesito en lo absoluto.
—Me sorprendió verte aquel día con la misión de los gatos, sabía que nuestra situación era similar a la tuya con Sasuke y Naruto, pero... últimamente había escuchado varios rumores sobre...
— ¡Basta! —expresa con cansancio —sinceramente no quiero escuchar absolutamente nada de rumores que corren por la villa. —exhala un suspiro cansado —Simplemente no pensaba dejarlos solos, Hinata es una de mis mejores amigas y ustedes también... Kiba estaba en problemas, ustedes ya tenían el plan organizado más o menos bien, con o sin mi ayuda hubieran seguido adelante, y es mejor tener mi ayuda en la villa... —regresa la mirada al chico —alguien que supiera lo que tramaban y pudiera dar el aviso para que todos se preparan por cualquier cosa.
—Lo siento si te he molestado, no era mi intención...
—No... —baja la mirada con desanimo —yo lo lamento, es que... —frota su muñeca con inquietud —he estado un poco inquieta con todos esos rumores que giraban en torno a mí en su mayoría... —sonríe con incomodidad hacia él —me supongo que hablas sobre lo mío con Kakashi.
—Sí... —da un asentimiento.
—Pues la verdad ya habíamos dejado de tener lo que teníamos, y le pedí específicamente que no tuviera tratos especiales conmigo. Actué al lado de ustedes porque quise hacerlo, sinceramente si tenía miedo de lo que ayudarlos significaría para mí, pero... son mis amigos, no pensaba abandonarlos.
Deteniendo su andar aquel joven daba media vuelta para ver de frente a su compañera que sorprendida se detenía dejándolo organizar las palabras que diría a continuación.
—Eres como Naruto.
— ¿Perdón?
—Eres como Naruto, tú... buscas la forma de ayudarlos a todos, aunque al final puedas salir herida.
—Bueno... —sonríe avergonzada —pasamos muchas cosas juntos Shino, todos hemos tenido momentos únicos en grupo, peleamos codo a codo y enfrentamos muchas cosas... sé que ustedes harían lo necesario para ayudarme si yo lo necesitará, y aunque no fuera así yo no me detendría de ayudarlos, tarde o temprano todo vuelve a ti, por eso trato de ser una mejor persona cada día... —admira el camino a seguir —vayamos ¿Sí?
Sin decir más Shino la sigue de cerca. Al llegar a la villa son recibidos por el hermano del medio que sonriente se acerca con total confianza hasta tomar al usuario de los Aburame por los hombros, Shino se aleja levemente mostrando la incomodidad que le causa aquella unión y al segundo Sakura se acerca deteniendo aquel abrazo incomodo.
—Vaya, andas muy animado hoy.
—Oh, es qué... —rasca su nuca con pena.
Shino suspira y algo incomodo saca una pequeña caja de entre su ropa y la entrega al chico, Kankuro la toma mostrando su claro entusiasmo al tener aquel obsequio entre manos; al elevar la mirada los analiza y da media vuelta hacia la torre Hokage.
—Bien, vayamos yendo. Me quiero suponer que han leído el informe y ya están enterados de lo que está ocurriendo con el veneno y nuestros problemas de agua.
—Básicamente se están enfrentando a una escasez de agua gracias a unos tipos que...—encoge los hombros frunciendo levemente los labios—la verdad no tengo idea de lo que están buscando de ustedes, y además los atacan cada vez que intentan ir a arreglar la tubería de Suna.
—Nosotros tampoco sabemos nada sobre esos tipos, ni siquiera nos han pedido nada, únicamente atacan a los ninjas que mandamos para reparar la tubería, pero puede ser que simplemente nos estén robando el agua y por eso mismo no quieren que arreglemos la tubería, quizá tienen tomas extras o algo... no sabemos si están de paso o lo que sea...
—Y en el transcurso de eso les han envenenado a varias personas.
—Con un veneno desconocido y muy letal —asiente —duran menos de veinticuatro horas con vida así que no podemos ni tener una revisión completa de lo que ocurre, pero... —vuelve la mirada hacia chica —logramos descubrir un suero que los hace mantener un poco más su vida, mínimos segundos que pueden ayudarte.
—Diría que haré lo posible, pero ya que han pasado dos días desde que enviaron el mensaje dudo mucho que tengan algún sujeto de prueba aún con vida.
—Y estás en lo correcto. —apunta con sus índices hacia ella y luego gira para seguir su camino —Pero hay un grupo decidido a ir y servir como sujetos de prueba... —vuelve la mirada analizando al chico callado —aunque aun no entiendo porque...
—Sus insectos han desarrollado una inmunidad contra ciertos tipos de veneno, Shino —toca el brazo del chico —a su modo también es un especialista en veneno.
—Mis insectos lo son.
—Tú lo eres amigo —sonríe entusiasmada.
Shino sonríe levemente y desvía la mirada permitiendo que aquella chica gane la batalla en palabrería. Apenas entran a la torre principal Kankuro los guía a la oficina de su hermano menor y los deja en la entrada de la oficina para despedirse al segundo alejándose con una sonrisa en cara y aquel obsequió en manos, la mirada jade de aquella chica se dirige sobre el joven Aburame.
—Es un obsequio que envió Kiba.
Contesta con anticipación permitiéndole digerir aquellas palabras para adentrarse enseguida hacia el interior de la oficina donde ya los esperaban; en el interior de la oficina podían mirar a Temari quién se encontraba cerca de su hermano menor señalándole algunos puntos importantes en las hojas que analizaban juntos, al percatarse de la presencia de aquellos ninjas ambos dejaron los papeles de lado para mirarlos.
—Bienvenidos —sonríe la mayor.
—Ya tenemos preparadas sus habitaciones, por hoy deberían ir a descansar.
—Le agradezco Kazekage, pero... —sonríe avergonzada —aún es temprano y quisiera darle un vistazo al informe de sus médicos, además de escuchar sus opiniones.
—Yo debo obtener una prueba del veneno para mis insectos.
—Bueno... —menciona la mayor analizando los documentos —si es así puedo llevarlos al ala médica para que se pongan al corriente con el tema.
—No te preocupes Temari, yo me sé el camino, ha menos que lo hayan cambiado desde la última vez que vine.
—Creo que no. —sonríe algo extrañada con la confianza —Entonces... lo dejo en tus manos Sakura.
La chica sonríe con entusiasmo y solo toma su camino tomando a su compañero por la manga de su ropa; al llegar Sakura saluda al equipo médico con total calma y luego de revisar los documentos y escuchar con mucha atención los síntomas, permite que Shino y sus insectos prueben suerte con la muestra de poco veneno que tienen. Fueron llevados al tercer piso donde tenían planeado tener una cena con el Hokage, Gaara ya estaba ahí teniendo un conjunto más relajado y algunos papeles en mano.
—Hola —sonríe la joven adentrándose —nos dijeron que viniéramos aquí.
—Sí. —sonríe con calma —tomen asiento, Temari viene en breve y Kankuro... —estira el cuello mirando al hombre en el teléfono —quizá venga en un rato.
—Gracias.
Al estar ambos en su asiento Gaara observa a ambos chicos mirando su inquietud sobre aquel momento, era verdad que desde hacia un tiempo no veía a ninguno de los dos y sus lazos no eran tan... fuertes.
—Es bueno verte Shino.
— ¿Hu? —eleva la mirada con sorpresa —Hu, si... es bueno verte.
—Puedes hablarme con normalidad, no tengo problema con ello.
—Oh, claro Gaara...
—Pensé que tú eras quién estaba al teléfono con Lee —confiesa divertida.
—Oh, claro que no. —ríe levemente avergonzado —Nosotros somos más de cartas... así es mejor, así no me mantengo tan distraído como mi hermano. —observa al Aburame —escuché que Kiba esta pensando en mudarse por unos meses para probar la vida en Suna.
—... Sinceramente no tengo idea de eso.
Algo dudosa de la situación, Sakura interviene sujetando el brazo de su compañero al momento exacto en el que la comida entra en la estancia para ser colocada en la mesa, Temari entra y toma su asiento entre el exhalar de un suspiro.
—Shino ha tenido el horario un poco ocupado, todos hemos estado ocupados, así que no nos hemos visto mucho con nuestros amigos.
—Es verdad, escuché que Sasuke había regresado.
—Lo hizo, y por el momento no parece tener la intención de irse.
Vuelve la mirada al Aburame —Entonces no los sabías, la verdad Temari se enteró por pura casualidad, Lee tampoco sabía nada.
—Shikamaru menos, al parecer, —señala con el pulgar sobre su hombro —esos dos se mueven en silencio, demasiado silencio para mi gusto, un día voy a despertar y esos dos estarán a mi lado besándose.
— ¡Deja de decir idioteces! —pide con enfado desde la esquina de la habitación —Necesito irme Kiba, la cena ya esta servida... si, si... ¡Oye, Shino, Kiba manda saludos!
El chico da un asentimiento algo incomodo permitiendo que aquel hombre termine la llamada para tomar asiento al lado de todos, con todos en la mesa dan las gracias por la comida y empiezan a degustar con calma.
—Um... —cubre levemente su boca —por lo que hemos visto nos tomará menos de dos meses para descubrir la cura, si es algo complicado, pero Kankuro dijo algo de... unos sujetos de prueba.
—Oh. —deja la comida de lado —Sé que suena mal y a locura, pero no piensen mal de nosotros, estamos en mitad del desierto y esa es nuestra única toma de agua encargada de abastecer a toda la villa, somos muy cuidadosos con ella.
—La gente se ha ofrecido por su cuenta porque estamos pasando un mal momento por este tema en la tubería, todos lo estamos, —explica la mayor con pena —nosotros al igual que toda la villa estamos ahorrando la mayor cantidad de agua posible, pero gracias esa gente nuestros cultivos están sufriendo daños enormes.
—De hecho, últimamente he estado hablando con Kakashi para invertir en la construcción de una segunda toma de agua, pero... —suspira —eso tomará su tiempo. Por el momento tenemos que hacernos cargo de este lío, así que... —analiza a ambos —menos de dos meses.
—Es ciertamente algo complicado y nunca antes visto por mí ni por Shino, traje un documento con las clases de veneno conocido y tú gente me ha mostrado los venenos conocidos por ellos, creo que hay una mezcla de venenos y también uno desconocido... mañana mismo haré el informe que te explique a detalle así que deberíamos terminar de cenar.
El chico da un asentimiento y al segundo siguen con la cena abordando un tema más tranquilo dirigido por la mayor de ellos quién se burlaba de las citas que había tenido con el joven mano derecha del Hokage y también sacaba a relucir las raras citas que habían tenido sus hermanos con sus respectivas parejas. Al finalizar la cena Gaara se encargó de llevar a ambos chicos para mostrarles sus habitaciones.
—Mm Shino, —observa de reojo al muchacho —espero Kankuro no te moleste mucho con esos intentos de hablar contigo, sucede qué... Kiba siempre habla de ti y Hinata así que mi hermano comprende la importancia que tienen ustedes para él, quiere intentar formar una relación con ustedes para que no sea raro cuando deban estar los cuatro juntos.
—Así que es así, —asiente —es un poco incomodo ya que jamás me había propuesto a hablar con él, pero puedo intentarlo si tanta importancia tiene para Kankuro san. —observa a la joven —Oye Sakura, sé que puede sonar raro, pero... ¿Te importaría si durmiéramos en la misma habitación? Quiero hablar un poco contigo sobre algo y no quisiera que eso interrumpiera nuestro trabajo...
—Es verdad que será un trabajo largo y vamos a mantenernos ocupados por bastante tiempo separando venenos y luego buscando el veneno desconocido... —sonríe —si hay habitaciones para dos, por mí no hay ningún problema.
—Claro que las hay —asiente con duda —Um... síganme por aquí entonces.
Al estar solos en la habitación cada uno dejo sus cosas en el lado que les correspondía y Shino permitió que su compañera fuera primero al cuarto de baño para dejarla arreglarse mientras él tomaba una ducha después. Con ambos listos para ir a dormir Sakura se mantenía con los pies sobre la cama cruzados entre el secarse el cabello y mirar a su compañero con algo de duda, era muy extraño ser capaz de verle la cara a ese chico, y ahí estaba, sin sus gafas mostrando sus ojos de un tono muy claro.
—Entonces... —inclina el rostro admirando la palidez de su tez — ¿De qué querías hablar Shino?
Sacudiendo sus ideas Sakura volvía la mirada sobre las paredes decoradas con algunos cuadros para distraerse de aquel rostro poco usual de ver, Shino elevo la mirada y colocándose las gafas mantenía la mirada baja.
—Es sobre Hinata...
— ¿Hinata? —vuelve la mirada sobre él — ¿Qué ocurre con ella? Si sabes algo de lo que le pasa recientemente, la verdad es que Ino y yo estábamos un poco preocupadas y queríamos saber...
—Um... de hecho, —sujeta su nuca agachando más la mirada —necesito confesarte algo.
—Sí claro Shino, puedes decirme lo que quieras.
Frotando su muñeca, el chico se mantenía inquieto con las palabras que diría a continuación, y al notarlo Sakura se acercaba al borde de su cama bajando los pies al suelo para mostrarle que estaba dispuesta a ponerle total atención.
—El día de la fiesta por fines de año yo le di un regalo a Hinata, era... era una bufanda, la escogí con mucho cuidado y... puse una nota en ella.
—Muy bien... —espera pacientemente.
—Le confesé que ella me atraía como mujer, creo que... además de estar nerviosa por ser la próxima cabecilla de su clan, yo ayudé a que ahora mismo ella este tan... brusca y distanciada.
— ¿Te habló en mal tono? —cuestiona sorprendida.
—No lo hizo. —traga grueso —Pensé que sería bueno dejarla pensar en mis palabras por un tiempo así que fui a su casa hasta el inicio del nuevo año, al parecer salió de su clase y algunos chicos y chicas se acercaron a hablarle de buena forma... —agacha la cabeza con culpabilidad —ella les respondió de mala manera y los corrió al segundo... no tuve el valor para ir a hablar con ella.
—Podría ser que no sea por tú confesión Shino, una confesión puede tomar por sorpresa a mucha gente, pero no creo que los haga enfadarse a tal punto que cambie su comportamiento con todo el mundo a su alrededor, en todo caso... podría ser que solo cambie su actitud sobre ti, y eso aun no lo sabemos ¿Cierto?
—No, no me atreví a darle la cara, ella tampoco me ha buscado por lo ocupada que esta.
Con una sonrisa más tranquila da un asentimiento volviendo a subir sus piernas sobre la cama, Shino suspira admirando la cama en la cual dormiría esa noche.
— ¿Qué harás con respecto a eso? Sinceramente puede ser que tú confesión no la este ayudando en un momento de tanta tensión en su clan, yo creo que deberías darle la oportunidad de hablar, ambos deberían hablar de frente y sacar ese nerviosismo de su cuerpo, tal vez eso la haga tranquilizarse un poco ¿No lo crees?
Shino subió la mirada y manteniendo la mirada fija sobre aquella muchacha simplemente daba un asentimiento. Al segundo ambos decidieron recostarse en las camas y apenas las luces se apagaron, gracias a los insectos de Shino, ambos mantuvieron la mirada sobre el techo mientras dejaban a sus pensamientos fluir con respecto a todo lo que les ocurría. La mente de Sakura seguía jugándole una mala pasada así que entre su cansancio sobre aquella constante charla mental girando en torno a Kakashi Hatake, decidió darse media vuelta sobre la cama para admirar a su compañero de misión.
—Es... algo tonto sabes.
— ¿Qué cosa? —expresaba volviendo la mirada de reojo bajo sus gafas.
—El amor, el lío que es todo... —suspira —es tan difícil simplemente confesarte hacia una persona, y luego vienen estos problemas intermedios, las diferencias, la gente que se interpone... —aferra las mantas sobre su pecho —y aun así, aun entre ese dolor, tú sabes que fuiste feliz... —traga grueso girando boca arriba —ya sea que todo vuelva a funcionar con esa persona o que simplemente todo se vaya al demonio... —asiente para sí misma —sabes que volverás a hacerlo, vas a volver a salir y vas a volver a enamorarte entregando todo... o casi todo de ti.
—Siempre he creído que es algo... natural de las personas, antes también se me hacia algo estúpido e innecesario, pero... es una sensación nueva, un nuevo viaje que todos tomamos en la vida, y... creo que no importa lo mucho que llegué a lastimar porque siempre obtenemos algo de ello, aprendemos, superamos, no lo sé, amamos de buen modo obteniendo algo bueno entre lo malo. Es complicado.
Ella ríe volviendo la mirada a él —Sí, es algo endemoniadamente complicado.
—Pero nos aventuramos a hacerlo —vuelve la mirada sobre ella.
—Lo hacemos —asiente.
—Y no siempre se siente tan mal.
—No lo hace, a veces es... tan malditamente natural que... sientes que no podría ser mejor.
—Y lo vale.
—Lo vale por completo.
Ambos sonríen y simplemente inhalan con profundidad volviendo la mirada sobre el apenas iluminado techo de aquella habitación.
—Buenas noches Sakura.
—Buenas noches Shino.
Lo valía, podía recordarlo por completo, dios, que belleza era compartir los días con aquel hombre que la hacia sentir tan tranquila, al lado de él todo transcurría con total calma... era un pequeño riachuelo viajando bajo la sombra de un bosque, junto a él las cosas más vergonzosas dejaban de existir, aun lo recordaba, aquella charla con respecto a su primera vez, estaba tan avergonzada aquel día y luego él fue y le confesó lo inquieto que se había sentido también, eso... eso de verdad le había calmado las ansias que la invadían por dentro y la habían hecho sentir mejor. Lo extrañaba, era normal añorar algo tan bueno, pero debía aguardar un poco más, aun tenía cosas que probarse y aun había tiempo para volver a estar juntos.
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