Capítulo 28
Escrito: 27/ 08/ 2021
Manejo egoísta.
Sasuke suspiró admirando la hoja donde tenía marcadas sus misiones para los días que se quedaría en Konoha, apenas había pasado un día y la lista había llegado a sus manos con prisa, pero era extraño, aquellas misiones de rango bajo eran todas... en solo una parte de la villa.
— ¿Por qué tienes esa cara de duda? —toma asiento a su lado mostrando una radiante sonrisa — ¿Qué pasa Sasuke? ¿Al final crees que sería mejor tomar misiones de rango alto?
—No... —vuelve la mirada sobre él —Naruto, dime loco, pero... —muestra la hoja —todas esas misiones están a la otra orilla de la villa.
—Si... —eleva las cejas con duda —no entiendo —ríe apenado.
Con un suspiro se levanta —Nada Naruto, hoy tengo... la mayoría del día ocupado.
—De verdad te lleno los días... —observa con sorpresa —y eso que los trabajos aun no están correctamente llegando.
—Escuché que hubo un problema con unos... bichos de chakra.
—Gusanos, —corrige —eran capaces de controlar a la gente, succionar y ceder chakra a quién lo tuviera dentro del cerebro. Sakura me dijo que el tipo trataba de unirnos con medidas desesperadas, y de la última información que Kakashi y ella me dieron, aun parece que nadie sabe a qué villa pertenece.
—Por cierto, ¿Cómo está Sakura?
— ¿Sakura chan? Creo que mejor que antes, pero sucedieron un par de cosas de las que no te hablé sobre ella, um... —entrelaza sus dedos —parece que con todo lo ocurrido por esos gusanos, los padres de Sakura tuvieron problemas de dinero que no podían solucionar dentro de la villa, tuvieron que irse de improviso... o algo así... ella tuvo que dejar su casa y se quedó un rato con Hinata, um... —ladea la cabeza inseguro de sus palabras —ella estuvo muy cerrada con ese asunto y no quería que nadie la ayudará a superarlo o... a conseguir empleo, —aferra las manos a su cama —aunque la cosa estaba tan mal que ciertamente era difícil conseguir un mínimo trabajo... en fin, ella decidió aceptar la ayuda de Kakashi sensei y ahora está viviendo en su casa, además me contaron que recientemente tomo lugar como la jefa del hospital.
—Wow... —sonríe —me voy un rato y hacen un desastre de la villa.
—Bueno, —ríe dejándose caer en la cama —intentamos localizarte para pedirte información, pero nunca tuvimos respuesta tuya.
—Oh... —niega —alguien mató a mi halcón.
Luego de ponerse el uniforme ninja el joven observó al chico en la cama, Naruto estaba boca arriba con una pierna encima de la otra mientras tarareaba una canción manteniendo los ojos cerrados, le parecía estúpido como ese chico se creía todo lo que salía de su boca y, aun así, era más estúpido como se sentía mal por engañarlo con ese intento de volver a la villa.
—Me iré ahora.
— ¡Oh! —levanta el cuerpo con agilidad — ¡Vamos juntos, voy a ayudarte un poco!
Con un suspiro daba a entender que no estaba en desacuerdo con esa idea. Había algo estúpidamente molesto en ese chico.... Y era que no importaba cuán estúpida fuera su idea... Sasuke no podía rehusarse a seguirlo.
Los siguientes días transcurrieron en los intentos de evadir a sus fans y viejos compañeros Ninja, la gran parte de los días se la vivía trabajando y la otra parte durmiendo y comiendo en casa de Naruto, sorpresivamente aquel rubio había perfeccionado su habilidad en la cocina y ahora era casi como una esposa perfecta que espera a su marido para la cena, con la simple diferencia...
— ¡Ugh! Demasiada sal, Idiota.
— ¡Lo lamento! —ríe frotando su nuca con la pala.
— ¡Naruto, con eso mueves la comida! —suspira levantándose para quitarle la pala —no puedo creer que me des de comer de esta forma... —avanza al fregadero.
Entre una risa se aparta un poco —Pero aun así accedes a comer lo que hago.
—Bueno... —desvía la mirada sobre el agua que cae en la cuchara —no es como que quiera gastar lo poco que gano.
Tristemente aun le fallaba bastante la medición dentro de la cocina, al parecer el chico había estado recibiendo clases de la joven Hyuga que le mostraba como preparar comida sencilla para por lo menos una cena y un almuerzo, Sasuke le había dicho que eso no era necesario y que bien él mismo podía preparar la comida, pero Naruto se había negado varías veces.
—No entiendo porque tomaste esta necedad con la cocina, ya te dije que no es necesario y en todo caso tú deberías ser quién tomé las pruebas de comida, ¿Es qué acaso no tienes papilas gustativas?
—Claro que las tengo, pero mi percepción... —dudaba de su buena pronunciación —sobre la comida es distinta a la tuya, y lo que estoy intentando hacer... —añade agua a la mezcla —es que sea de tu agrado.
—Aún así, ya te dije que no es necesario que hagas esto, te has comportado como una esposa principiante en los últimos días, ya faltan dos días para que me marché Naruto, no era necesario...
— ¿De verdad te vas a marchar? —menciona desanimado limpiando sus manos —esperaba qué... —suspira —no lo sé, qué cambiarás de parecer...
Inhalando profundamente suelta un extenso suspiro —Yo te dije.
—Sé lo que me dijiste, lamento no haber sido lo suficientemente inteligente para mantenerte en la villa.
Deteniendo sus palabras observó detenidamente a aquel chico que le daba la espalda, Naruto había crecido bastante y había hecho muchas cosas luego de la guerra al igual que él, pero como siempre... ese chico parecía mucho más distinto; con un semblante decaído movía la comida de la cacerola, tenía un short suelto con terminaciones parecidas a las olas de un color verde, y una camiseta sencilla de color gris, sus piernas con leves brillos dorados se lucían sin pena y los músculos de sus brazos se marcaban mientras movía la comida para evitar que se quemase. Al volver la mirada Naruto se percató de aquella mirada sobre él y al segundo le dedicó una sonrisa.
—Soné muy estúpido ¿Cierto? —ríe levemente.
—Siempre suenas así —sonríe levemente —lo hiciste bien, es decir, al menos sabes lavar ropa —bromea.
—De hecho, le pedí ayuda a una señora en la lavandería —confiesa con pena.
Riendo avanza por unos tazones —Eres un verdadero desastre, no entiendo como pretendes hacerme volver... ¿Piensas convertirte en mi esclavo o algo así?
—Si eso hace que vuelvas...
El silencio se hizo presente y sirvieron la comida para tomar asiento frente al otro, había algo raro desde hace tiempo entre ellos, pero no querían decirle nada al otro aun cuando en momentos como ese estuvieran envueltos en nerviosismo e incomodidad.
—Sabes, de verdad tengo curiosidad por Sakura, quisiera saber de su propia boca si se encuentra bien.
—Entonces intenta pasarte por el hospital, su horario ahora es completo, no sale del hospital por nada del mundo... —sonríe suavemente —sale muy tarde en la noche, a las doce más o menos, y eso es de vez en cuando, parece que aun tiene cosas que solucionar con las nuevas "Mejoras"
—Bueno... intentaré ir a verla... —sube de reojo la mirada — ¿Quieres acompañarme? Quizá podamos hacer una reunión de equipo o algo así.
—En donde esta Sakura esta Kakashi sensei, así que será fácil poder salir con ambos.
— ¿Por qué dices eso? Solo comparten casa ¿No es así?
—Bueno, sí. Pero ellos se han vuelto muy unidos... fue desde antes de la guerra, pero luego de ella fue mucho más, no lo sé, debieron darse cuenta que tienen cosas en común o algo así.
— ¿Cómo no lo sabes? Antes te la vivías pegado a Sakura.
—Lo hacía, pero después de todo lo que paso trate de seguirte la pista mientras que ella estaba siendo retenida por Tsunade casi siempre, luego de eso ella se quedó al lado de Kakashi y yo seguí detrás de ti.
—Das demasiada importancia a lo que hago, sinceramente ya soy muy mayorcito Naruto, puedo tomar mis decisiones y creí haber dejado las cosas en claro, solo es una redención, viviré un tiempo fuera de la villa y obtendré lo necesario para poder volver a ayudar aquí.
— ¿Y qué es lo necesario?
—Algo que solo yo podré comprender.
Naruto suspiró rendido a esa explicación, y solo siguieron su comida mientras el rubio intentaba ingresar pláticas graciosas o algo que desviará la tensión de aquella mesa. La mañana siguiente llegó a Konoha y Naruto se hacia presente a primera hora del día en la oficina del Hokage, sin dudarlo le dan la entrada y él pasa con una amplia sonrisa radiante.
— ¿Qué ocurre Naruto? —cuestiona sin mirarlo
—Sasuke ha decidido que se quedará una semana más y quería que usted le asignara nuevas misiones para la siguiente semana.
— ¿De verdad se quedará tanto tiempo? —eleva la ceja con duda —no pensé que fuera a durar tanto, ya hemos visto que cuándo toma sus decisiones es difícil que lo hagas ceder de sus palabras.
—Hu, sí... —rasca su barbilla con pena —bueno, él decidió darme la oportunidad.
—La oportunidad... —asiente —sinceramente no comprendo la oportunidad de qué...
—De convencerlo, de convencerlo de quedarse de una vez, sea como sea podemos recibirlo en la villa sin problemas, entonces... yo quiero que se quede.
Con un suspiro analiza sus papeles —Ni siquiera intentaré cuestionarte tus razones, pienso dejar que hagas lo que quieras, las misiones estarán listas para mañana temprano.
—Oh, antes de que me vaya... ¿Cuándo volverá Shikamaru?
— ¿Ya te has cansado de trabajar aquí? —comenta burlón.
El rubio frota su nuca con algo de pena —No exactamente, pero... —ríe —un poco sí.
—Bueno... creo que ya solo faltan dos semanas para que vuelta, Lee ya ha vuelto.
—Pensé que él duraría más tiempo allá ya que se fue un poco tarde.
—Al parecer Gaara se rehusó a detenerlo por más tiempo, aunque Lee quería quedarse.
—Lee debe ser una buena distracción para Gaara si tuvo que alejarlo —ríe —bueno, me voy.
Al verlo dejar aquella oficina Kakashi borro la leve sonrisa que trataba de mantener sobre su rostro, y mirando la puerta deseaba que aquellas palabras fueran mentira, qué al final de cuentas Sasuke decidiera solo marcharse y dejarlos ahí; ya había logrado que ese chico no tuviera tiempo para hablar con Sakura, pero... una semana más significaba más tiempo para intentar hablar con ella, y él no estaba listo para verla enamorándose de otro tipo.
Al llegar la noche Kakashi se presentó en el hospital con una sonrisa, analizó algunos papeles al lado de su compañera de habitación y finalmente se despidieron de los trabajadores para salir rumbo a su hogar.
— ¿Quieres comprar algo fuera? No tengo ganas de cocinar —informa con calma.
—Muy bien... —gira la mirada hacia ella — ¿Qué tal carne?
— ¡Uy, claro! —sonríe ampliamente.
Con un andar tranquilo hablaban de cosas cotidianas que necesitarían para su hogar además de cosas interesantes que habían ocurrido en su día, él reía y ella se acercaba hasta poder tomarse de su brazo como lo hacían con normalidad; compraron comida y algunos dulces, las cosas necesarias para llevar a casa y entre una nueva risa animada se vieron deteniendo su andar con sorpresa... y furia por parte del Hatake. La chica Haruno admiró con sorpresa al chico delante de ella y soltando su agarre sobre el cuerpo ajeno dio un paso adelante tomando al chico en brazos con un abrazo fuerte que lo sorprendió.
— ¡Sasuke! —ríe apartándose —no puedo creer que estés aquí —informa muy animada —pensé que Naruto no sería capaz de convencerte, pero mírate... —inclina el rostro de derecha a izquierda admirando a su amigo —la prótesis parece estar muy bien... tú te ves bien, el cabello largo siempre te ha lucido genial.
Naruto comenzó a reír por las rápidas palabras que salían de aquella chica, pero Sasuke se detuvo a pensar un poco en todo lo que había escuchado y frunciendo un poco el ceño analizó la sinceridad de su compañera al hablar y defenderse de la burla de Naruto.
— ¿Cómo? —sonríe levemente — ¿Kakashi no te lo había dicho? Fui a su oficina apenas llegué para informarle de mi estadía por una semana, además de que le pedí que me pusiera en algunas misiones.
Borrando su sonrisa volvió la mirada sobre el hombre detrás de ella analizando ese rostro que un poco agachado evitaba hacer contacto con ella, él parecía molesto, pero no sentía culpa alguna por no haberle dicho nada... no parecía dispuesto a decir que lo sentía y eso la hizo sorprenderse.
—Él... —vuelve la mirada tratando de sonreír con normalidad — ¡Debió olvidarlo! Ya sabes, ahora es Hokage y se mantiene muy ocupado, además las cosas han estado...
—Hablas demasiado rápido.
Ella se congeló, recordaba ese frío trato que siempre le dedicaba aquel chico, ahora era molesto y la hacía sentir mucho más incómoda que antes; cubriendo su boca trataba de mantener su sonrisa mientras pensaba en una forma de seguir aquella conversación.
—Oh si, supongo que los viejos hábitos siguen ahí, simplemente estoy sorprendida... —une sus manos frente a su cuerpo —y feliz de verte, de saber que estás bien.
—Mm —asiente calmado — ¿Qué decías antes de que te interrumpiera?
Nuevamente se mostraba la leve sorpresa en su rostro, normalmente aquel chico la hubiera cortado por completo impidiendo que dijera cualquier cosa, pero... le estaba preguntando de lo que estaba hablando antes de ser interrumpida. Era sorpresivo, pero si pensaba mejor tenía que intentarlo, no había sido su intención interrumpirla de una forma que la hiciera sentir nerviosa... al verla dudar quiso remendar todo enseguida, y parecía funcionar, pues una sonrisa más tranquila surcaba aquel rostro de porcelana.
—Bueno... que las cosas han sido un poco desastrosas por aquí.
— ¿De verdad?
¿Él estaba manteniendo una conversación con ella? Su sonrisa se expandió, y Kakashi frunció el ceño elevando la mirada con disgusto siendo incapaz de llamar la atención de ella... no lo veía en lo absoluto, ella solo... miraba a ese chico.
— ¡Bueno! —expresa Naruto rodeando a su compañero por el hombro — ¿Qué tal si hablamos en una tienda de comida? Sasuke y yo buscábamos un buen lugar para comer, y ahora que los hemos encontrado estamos dispuestos a invitarles la cena, o una bebida, lo que gusten, deberíamos charlar como en los viejos tiempos ¿No lo creen?
— ¡Si! —expresa animada volviendo la mirada hacia el hombre a su lado — ¿Kakashi?... —cuestionaba dudosa borrando su sonrisa.
—No lo creo —rodea el hombro de la chica —nosotros ya hemos comprado la cena y deberíamos llevarla a casa, además ambos estamos cansados así que no creo que sea buena idea ir con ustedes, mucho menos beber alcohol, ella no debería....
Error, el enfadó la lleno en un segundo y apartándose del brazo de aquel hombre le dirigió una dura mirada para seguir su camino con enfado, ambos chicos miraron con duda la escena delante de ellos, su sensei corría tras su compañera de equipo con mucha desesperación al intentar obtener su atención.
—Algo raro está ocurriendo aquí... —musitaba entre el volver a su camino —hay que ir a comer.
— ¿He? Si —sonríe.
Al llegar a casa Sakura cerró la puerta con enfado y se quitó los zapatos para meterse descalza y hecha una furia al interior de su hogar, avanzó a la nevera sacando siete botellas de sake que había comprado días atrás, y luego camino a la mesa de centro de la sala poniendo todo ahí y sentándose frente a ella. Al llegar Kakashi dejo todas las compras en el camino apresurándose a detenerla por la muñeca.
— ¿¡Qué haces!? —cuestionaba duramente.
— ¿¡Qué te pasa!? —levantándose lo empuja por el pecho con enfado — ¡Pensé que ya habíamos dejado esa estupidez del alcohol a un lado! —pasa la mano sobre su pelo mostrándose molesta y sorprendida por todo lo que había ocurrido — ¡No me dijiste absolutamente nada de la llegada de Sasuke! —jadea incrédula — ¡Hemos tenido bastantes días libres y más calmados últimamente y no se te paso por la cabeza decirme que él había regresado!
— ¿¡Y por qué te importa tanto!?
De un jalón había bajado la máscara que le cubría la mitad de la cara, y aquel alto tono de voz había sorprendido bastante a la joven ninja que llena de frustración frotaba su rostro tratando de entender qué demonios era lo que estaba pasando con ese hombre.
—Me gritaste.
— ¿¡No tengo derecho!? ¡Tú me estabas gritando Sakura! ¿¡Eres la única que puede hacerlo!? —expresa con enfado.
Sorprendida trataba de retener sus emociones —Me sigues gritando...
— ¿¡Y qué!? ¡No llores como una niña inocente ahora! ¡Estás aquí peleando porque te trato como una niña, pero apenas puedes utilizas eso como excusa para dete...!
— ¡No estoy utilizando ninguna maldita excusa... —frota su rostro secando las lágrimas que habían escapado, estaba frustrada y pasaba la mano por su cabello además de tensar la barbilla y desviar la mirada —jamás me habías gritado! ¡Jamás te había... —inhala tratando de contenerse —visto así de enfadado e irracional!
—Pues este soy yo.
Esa respuesta la había terminado, ella dejo fluir las lágrimas que ya empañaban su vista y entre un asentimiento avanzó hacia la puerta poniéndose sus zapatos para marcharse cuanto antes, él exhalo un suspiro de incredulidad.
— ¿Qué... ahora irás a pedirle refugio a él?
—Muérete... idiota.
Tomando su bolso abrió la puerta y cerró de golpe para salir cuanto antes, estaba llorando a mares en la obscuridad de la calle y el frío de aquella noche, sin dudarlo más tragó grueso y se puso en dirección al hospital, no quería que nadie la viera en ese estado tan ridículo. Kakashi gruñó con enfado y gritó con fuerza conteniéndose de golpear algo para liberar el estrés, jamás se había sentido de ese modo... no sobre una mujer.
—Idiota...
Frotando su rostro avanza al sofá dejándose caeren el mientras miraba las botellas de sake sobre la mesa... ella no era una niña.Paso la mano sobre su cabello apretándolo como castigo por ser tan... estúpido.Solo... no quería dejarla con él, no quería verla sonreírle, solo... deseabatenerla entre sus manos y nunca soltarla, por eso mismo había sido tan infantily nuevamente... había jugado con las misiones de aquel chico.
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