Capítulo 12

Escrito: 28/ 07/ 2021

Buscando.

Su mañana estaba siendo tan agitada como en los últimos días, toda la aldea se encontraba agitada y la gente tenía tanto miedo que los gritos y risas normales ya no adornaban las calles. Suspirando, pasa la manga de su bata por sobre su frente y se aparta para dejar que su ayudante le quite las gafas plásticas de los ojos, las demás investigadoras estiran sus cuerpos y tratan de descansar, de destensar sus cuerpos.

—Sakura.

En la puerta aparecía su amiga Ino, Sakura sonreía mostrándole una calma de mentira mientras terminaba de quitarse la bata y guantes de protección; al estar lista la chica se despide de sus compañeros y sale de la habitación, Ino porta su bata del hospital, era su día de turno.

— ¿Qué tal va tu día? —analiza la luz de las ventanas — ¿Ya es hora del almuerzo?

—Si, pensé que sería bueno recordártelo, —empuja la frente de su amiga con su índice —frente de marquesina.

Riendo la empuja con su hombro —Vamos, de verdad quiero tomar un descanso —frota su hombro —no hemos descubierto nada, fuera de los cuerpos esas cosas solo son unos bichos normales... fuera de los cuerpos no reaccionan contra el chakra, quieren avanzar a él, es lo único que sabemos, son... devoradores de chakra.

— ¿Y ya han preguntado a los Aburame?

—Fue lo primero que se hizo, —suspira —no conocen ningún bicho como ese... —estira el cuello —están buscando entre sus documentos más antiguos, pero no parece haber efecto, el otro día Shino me dijo no había posibilidad de que ese bicho estuviera en sus documentos, él ha estudiado todo eso desde pequeño y no recuerdo nada de ese bicho.

Al salir Sakura entrecierra los ojos con algo de dolor, había pasado días encerrada en busca de dar respuesta a los altos mandos, las enfermeras se habían encargado de llevar comida todos los días y a todas horas, su vida en los últimos días había sido tras cuatro paredes blancas y unas gafas plásticas que protegían su vista.

—Tienes marcas rojas en el rostro —menciona sin importancia.

— ¿Oh? —toca su rostro —ha, es por las gafas protectoras.

—Estas muy perdida.

— ¿Qué? —ríe divertida —Pero ¿qué dices?

—Estas obsesionada con buscar la información, al culpable, has estado metida por días en esos laboratorios sin encontrar nada, nadie ha encontrado nada, los ninjas en el bosque no encuentran nada, los Inuzuka no rastrean nada, no hay... —detiene su andar con seriedad en su cara —nada Sakura.

—Eso es... —menciona sin darle la cara —porque no hemos buscado correctamente.

— ¡Lo qué está pasando no tiene pies ni cabeza! —explica exaltada — ¡Antes parecía que querían llevarnos a luchar! ¡A romper la alianza! ¡Pero ya no es así, estamos juntos ahora! —aprieta los puños tratando de controlarse —Es inútil, no hay... nada, —desvía el rostro —no hay razón...

—Qué mi alumna piense eso me rompe un poco el corazón.

Ambas vuelven la mirada hacia aquel hombre, Ino se estremece apenada por sus palabras, pero solo baja la cara. Asuma sonríe posando la mano sobre la cabeza de su alumna con cariño.

—No nos demos por vencidos tan pronto, debe cometer un error, todos cometen errores... algo debe haber.

Insegura eleva la mirada —Si...

Él sonríe —Hoy prometí que invitaría el almuerzo a Chouji... —admira a la joven de melena rosa — ¿Vienen?

—Um... —retrocede con pena —creo que no, iré a comer por mi cuenta, pero gracias por la invitación.

La chica se aleja sin más dejando a su amiga en plena calle, por suerte no había mucha gente en los alrededores y apenas unas cuantas personas habían escuchado el altercado entre ambas. Para cuando se percató de que su rumbo sin sentido la había llevado a una casa que no era su hogar, sintió que su mundo se destruía, las lágrimas fluyeron por sus mejillas y su boca se abría incapaz de pronunciar palabra.

La puerta delante de ella se abre dejando ver a su profesor con ropa casual, una camiseta negra algo suelta y su rutinario pantalón casual suelto, aun así, el rostro del hombre lucía cansado, el Sharingan que normalmente dormía ahora se había despertado. Y al verla, el mundo se le vino abajo. Su mirada subió en dirección a la gente que pasaba por la calle y rápidamente tomo a su alumna para guiarla al interior de la casa donde prosiguió llorando en sus brazos.

—Basta, no puedo soportar verte llorar.

—Lo siento... —gimotea apretando los labios —lo siento... solo... dame un segundo...

—No... —tomando a la joven por las mejillas lograba obtener su mirada —sigue llorando, suéltalo todo Sakura... —toma la mano de la joven —vamos, ve a darte un baño muy largo, me toca preparar el almuerzo.

La chica seguía intentando retener sus lágrimas, pero seguía la sugerencia de su... de aquel hombre. Al adentrarse al cuarto de baño sintió el mundo derrumbarse frente a ella, dejo deslizar su cuerpo contra la puerta y simplemente se encogió sobre su cuerpo dejando fluir sus lágrimas por sobre su piel. Era duro, era duro saber que tú podías obtener una solución a tal problema, pero... eras incapaz. En aquel cuarto su voz fluía entre gritos llenos de pesar, estaba abrumada, aterrada, desesperada, tantos días metida en aquellos laboratorios y lo único que habían obtenido eran suposiciones, no había rastro de nada.

Al salir del baño la chica se encontró con su cambio de ropa frente al espejo, se cambió con calma y salió con la secadora de pelo en mano, Kakashi sonrío al verla, esta vez tenía su máscara puesta, pero ella sabía que él sonreía. Tranquilamente tomo asiento al lado del hombre, él se giró en el sofá para verla de frente, acaricio los pómulos de la joven con sus pulgares permitiéndole relajarse.

—En un momento te seco el cabello.

—Si, está bien.

—Tu rostro se ha hinchado un poco... pero aun luces muy linda, dentro de poco estarás como nueva.

Al abrir los ojos se encuentra con aquel hombre — ¿Por qué vine aquí?

— ¿Qué? —cuestiona confundido.

— ¿Por qué vine aquí? Mis pies... avanzaron por su cuenta y cuando me percate ya estaba aquí... ni siquiera sabía si estabas aquí, ni siquiera tengo llaves para entrar, yo no sé porque vine aquí...

—Yo tampoco sé porque cuando me siento de lo peor decido ir a tu lado, solo... ocurre.

Sus miradas se encontraban de frente y no sabían que hacer a continuación, solo querían quedarse ahí, así, de esa forma, para siempre.

—Tengo miedo.

—Todos lo tenemos.

Tomando el rostro de la joven con toda su palma inhala profundamente entre el acercar su rostro, ella lo permite, sus ojos se cierran, y se quedan ahí. La tarde cayó y Sakura se encontraba profundamente dormida en la cama de Kakashi, él se levantó con cuidado haciendo crujir las sabanas lo mínimo posible, tomo camino a la puerta y al abrir miro la suerte brillar ante sus ojos, Lee detuvo su andar con entusiasmo y elevo la mano en un saludo mientras continuaba sus ejercicios.

— ¡Oye Lee, necesito que me hagas un favor!

— ¡Si claro! —avanza a la casa — ¿Qué puedo hacer por usted?

—Necesito que vayas a la torre de la Hokage y le digas que Sakura se tomará el día libre, ¿Podrías hacerme ese favor?

— ¡Si claro! Ella... —inclina el rostro al interior de la casa — ¿Esta bien?

—Si, solo cansada, estuvo muy metida en lo de la investigación y está agotada.

—He escuchado que no han avanzado en nada, —detiene su ejercicio con pesar —todos están muy tocados con el ataque... fue muy traumático, de verdad toco a muchos...

—Fue un ataque horrible y aun no podemos saber ni lo que es.... —toca el hombro del chico —tú estás bien ¿Verdad?

—Sí, puedo con ello —sonríe —simplemente intento no pensarlo tanto. —observa el camino —bueno, iré a darle la información a la Hokage.

— ¡Gracias Lee!

El chico se aleja con una sonrisa en cara. Al entrar, Kakashi observa el apartamento ya no tan vacío, hay ropa de la joven en algunos lados, donas, broches; la sonrisa en su cara crece y su mano lo despoja de la máscara que cubre su rostro mientras avanza, hacia tanto tiempo que no se sentía así de a gusto. Al entrar en la cama se aferra al cuerpo a su lado pegando su pecho a aquella pequeña espalda, le encantaba saber que podía cubrirla con su cuerpo.

Inhalando profundamente, Sakura abría los ojos notando la luz de las farolas colarse por las ventanas, reconocía aquel cuarto; girando el cuerpo podía ver como el hombre a su lado se acomodaba para seguirla abrazando, él ahora tenía la barbilla sobre su hombro, pensar que... estar con él le daba tanta tranquilidad ¿Cómo había pasado? ¿Desde cuándo estaba tan cerca de él? Suavemente se gira de frente a su cuerpo y toca aquel rostro descubierto, toca su barbilla, sube por sus mejillas, dibuja sus pómulos y avanza por aquella cicatriz dando camino sobre su frente, cuando se percata ya se encuentra con los labios abiertos muy cerca de aquel hombre... y cuando aquellos ojos negros se abren, ella se aventura a probar los labios ajenos.

Kakashi apenas y se sorprende, sus manos se posan en la espalda de la mujer que le besa y ponen presión sobre aquel cuerpo ajeno buscando más cercanía, con el beso terminado fluye un jadeo de cansancio, se miran, se analizan... acarician el rostro contrarío como si hubieran encontrado algo muy especial delante de ellos. Lo siguiente son jadeos, el sonido de la cama y las sabanas crujiendo, la ropa cayendo y sus suspiros vueltos suspiros largos. En su cama se encontraba una chica desnuda, y sobre ella, un hombre sin piel... decidido a dejarse ver.

—Kakashi... —susurraba perdida en su mirada.

— ¿Sí? —inclina su cuerpo sobre él de ella.

—No sé qué es esto...

Niega tragando grueso —Yo tampoco.

Entre las piernas de aquella joven se encuentra un miembro viril erecto, que pone presión contra su piel, que se adentra en sus ideas penetrando sus sentimientos, confundiendo sus sentidos; entre cada embestida los jadeos de ambos se unen en una danza cintura contra cintura, la espalda de ella se contrae hacia el vientre de él, y él, él goza sintiendo su cuerpo derretirse, la piel le tiemblan en sentidos que jamás había notado antes... todo se agudiza, la voz de ella resuena en aquella habitación, sus jadeos, el pronunciar de su nombre.

La imagen más clara esa noche es la de ella, y en aquellos ojos jades, él. Girando su cuerpo boca abajo en la cama, siente nuevamente aquel miembro entrar en su interior, los jadeos terminan sobre las sabanas arrugadas que son apretadas por sus manos, Kakashi gruñe hecho un desastre, sintiendo el calor recorrer su pelvis y subir por su estómago, su mano se desliza sobre la espalda de aquella joven delineando su cuerpo y se adentra por aquella melena rosa en busca de poseerla entre su puño, el fuerte gemido de ella lo vuelve loco, el calor y el frío se mezclan en su interior mientras sigue moviendo las caderas.

—Ka... Kakashi... ¡Mngh! —trata de cubrir su boca.

—Sakura... —jadea perdido.

Los brazos de aquel hombre rodean el cuerpo de la joven cuando llega la hora de venirse, de entrar en el éxtasis. Al despertar la mañana siguiente Sakura se queda mirando la nada, el techo ya no es un techo, solo... algo ahí, y el hombre a su lado, parece... un dios, un dios benevolente que está ahí para ella. Cálido, ese día se sentía cálido.

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