Catorce.
Capítulo catorce.
- ¿Y cuál es el plan?
Temprano, en la mañana, todos estaban en la mesa desayunando. Jeff aprovechó el momento para preguntar si alguien había pensado en alguna estrategia de combate para enfrentar a Steinz, en caso de que volviera a atacar.
Sus padres llegarían en cualquier momento pero no veía correcto abandonar a Olivia, Isaías y a los otros, a su suerte, y no luchar a su lado siendo parte del problema, cuando su vida estaba en peligro como la de ellos y cuando aún podía ser parte de la solución.
- No se me ocurre nada. - dijo Oliv, dándose por vencido. Había pasado la noche entera rodando en la cama, sin poder conciliar el sueño. Al igual que los demás, la chica no tenía nada.
- Ya pensaremos en algo. - respondió Isaías, intentando darle esperanzas al resto del equipo. No le gustaba que se quedaran de brazos cruzados, como unos completos ineptos, solo porque todos tenían los ánimos bajos.
Su experiencia le había enseñado que debían permanecer juntos y no ceder ante el derrotismo.
- Lo siento, chicos. No he dormido nada. - Olivia los miró excusándose. Helen le sonrió.
- Ni yo, pero lo mejor es que nos demos prisa y trabajemos en equipo. - La pelinegra estaba hablando, ahora todos la veían. Olivia asintió.
- Steinz siempre va a todos lados con cuatro de sus mejores hombres, debemos estar alertas. También somos cinco.
- Una sola cosa, Helen... - hizo una pausa. - Si vamos a volver a arriesgarlo todo por ti, es momento de que nos cuentes la verdad. - Jeff se había levantado de su silla, encarando a la chica. Olivia, Susan y Molineri se miraban confundidos. ¿A qué verdad se refería?
Si él y sus amigos iban a arriesgar su vida por ella, necesitaba asegurarse de que harían lo correcto, pensó el chico. Debían saber cada detalle.
- ¿De qué conoces a Steinz? ¿Qué fue lo qué pasó? Suena a que sabes mucho de él.
- Él es... - tragó saliva. - Él es mi padre.
¿Qué Steinz qué? Olivia y Jeff habían abierto los ojos sorprendidos, pero la expresión en los rostros de Susan y de Molineri no había cambiado, seguía intacta; revelando que ellos ya lo sabían y que lo habían guardado muy bien.
La pregunta de Jeff había sido necesaria. Ninguno de los dos lo podía creer, tenían que confiar el uno en el otro y así no podían hacerlo, ni aunque quisieran.
Isaías y Susan les habían ocultado información importante que podía poner en riesgo toda la misión si Jeff y Olivia se hubiesen equivocado.
¿Helen, Susan y Molineri los estaban excluyendo de saber lo que realmente había pasado, pero sí continuaban poniendo su vidas en riesgo? Aquello era muy injusto y no estaba bien.
¿Cómo los protegerían a ambos, ocultándoles información crucial?
- ¿Y por qué tu padre querría asesinarte? - Esta vez ella era quien preguntaba. - ¿Por qué tu padre te haría algo así?
De cualquier modo, Helen era una persona cercana y Molineri era como un padre para ella. Ambos la habían apoyado y ahora Olivia debía estar ahí para los dos, pero primero debía entender todo el panorama.
Al igual que Jeff, aunque no conociera a Helen conocía a Molineri y sabía que lo que había hecho no había sido con una mala intención, simplemente había creído, de manera errada, que así los mantendría a salvo, supuso.
- No es eso. - interrumpió Helen. - Él siempre ha querido que dirija en un futuro el negocio familiar, pero no es lo que yo quiero, por eso huí y por eso he estado en esta situación por mucho tiempo. No me apetece estar relacionada con sus negocios corruptos; pensé que después de tantos años ya se había dado por vencido.
La situación con Helen le recordó a su padre. Olivia la entendía, Susan y Helen eran lo más cercano que tenía a amigas o hermanas, así que siempre estaría dispuesta a ayudarlas. Así como a Jeff y a Molineri.
Además, aunque Olivia no pudiera describir a su padre como un villano, después de lo que él había hecho por ella, en muchas ocasiones Elías Morgan la puso entre la espada y la pared y alguna que otra vez Oliv había querido ahorcarlo.
- Ahora que todos estamos en contexto, es hora de pensar en un plan... - comentó Molineri. Esa era la parte que más le preocupaba: Aún, no tenían un plan de contraataque.
- Ya han hecho mucho por mí. Huí por toda la ciudad de sus hombres, hasta que Lucas e Isaías me encontraron y me trajeron aquí. Sé lo que tenemos que hacer para que Steinz ceda; deben entregarme. Renunciaré a mi libertad, estoy cansada de escapar.
Molineri revolvió el cabello de su hijo con nostalgia. Tenía que enviarlo a varios kilómetros y aquello constituiría un retraso, pero no podía esperar a que el conflicto con Steinz volviera a explotar para sacar a Chaze de allí, por más que quisiera ayudar a Helen.
- Primero debo llevar este encargo. -
Además, ya no tenían a Lucas con ellos y por mucha experiencia en combate y misiones de espionaje que tuviera Isaías, el chico había sido un apoyo crucial para él y, ahora que no estaba, Isaías sabía que todo iba a ser más difícil y que eso suponía que, en el peor de los casos, si no les ocurría una mejor idea tendrían que llevar a cabo el plan de Helen.
Después de todo lo que habían hecho Lucas y él, no podía rendirse y dejar que Steinz hiciera lo que quería con su vieja amiga y protegida. No podían fallar en la misión. Helen no les había contado a Olivia ni a Jeff que aquel hombre había llegado a golpearla.
Sin embargo, por el momento no quedaba de otra, Jeff se quedaría vigilando el fuerte con las chicas mientras él regresaba. Les había encargado trabar puertas y ventanas y monitorizar todas las cámaras de seguridad, sin despegar el ojo ni un segundo. Por ninguna razón, debían abandonar el recinto.
Tenían la sospecha de que alguien los había seguido en su viaje de regreso, por lo tanto, debían pensar cómo responder a un ataque de Steinz y su banda de criminales por si llegaba a ocurrir antes de que estuviera de vuelta en el Complejo.
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