treinta y cuatro.



Harry.


Despertar junto a la persona que amas definitivamente no tiene precio, ese alguien con la que siempre has planeado esta justo a tu lado durmiendo plácidamente, tranquila, en paz.

Nunca había despertado con una sonrisa tan grande hasta hoy, ver a Olivia descansando en mi pecho, abrazada a mí, no tiene precio, es algo único y me siento afortunado de vivirlo junto a ella.

Ya que durante un mes este será mi hogar personal, tengo que ir a buscar un poco de ropa a casa, pero eso lo veré después, ahora solo quiero disfrutar de esta hermosa compañía.

Me desprendo lentamente de Olivia tratando de no despertarla, lo logro, aunque oigo un rezongo de su parte que me hace reír, luego toma una almohada abrazándola, debe pensar que soy yo, por que le da un ligero beso a la almohada, rio negando con mi cabeza y bajo hacia el primer piso, hare el desayuno para ambos.

Agradezco saber dónde está localizado todo facilitándome todo el proceso de hacer brevemente la comida para ambos.

Tostadas, waffles y jugo de naranja junto a un té, es el desayuno perfecto para este día un poco nublado.

Ya una vez listo subo lentamente para no meter ruido y no despertar a mi chica, además tratando de que no se derrame el té que tengo, llego al segundo piso con éxito, abro la puerta con el pie y la veo a ella, aun durmiendo.

Dejo la bandeja en la mesita del costado de su cama, para despertarla de la mejor manera que puedes despertar a la mujer que amas.

Me coloco frente a ella, empiezo a besar su mano para luego ir subiendo por su brazo, veo una pequeña sonrisa asomarse de esos labios que tanto amo, para luego empezar a repartir caricias en su rostro acompañados de pequeños besos también, la veo abrir esos hermosos ojos cafés que tanto amo.

— Que buena manera de despertar – susurra. – Desearía despertar así todas las mañanas – bosteza.

— Yo no tengo problema con despertarte así por el resto de mi vida. – susurro acariciando su mejilla suavemente, ella toma mi mano para luego llevársela a sus labios dándole un pequeño beso.

— Buenos Días – sonríe.

— Si que son buenos – susurro.

— Huele rico – menciona.

— Traje el desayuno para ambos – me paro de la cama para traer la bandeja, Oli se sienta para que pueda colocarle la bandeja en sus piernas, me siento al otro lado y empezamos a comer entre risas y besos.

Una vez que ya terminamos nuestra primera comida del día, ya que Olivia tenía que guardar reposo, nos dispusimos a ver una película en Netflix en su televisión.

— Por ser mi enfermero personal, te dejare elegir la película, pero como te conozco tanto se cual querrás ver. – dice ella sonriendo mientras entra al menú y selecciona mi película favorita de todos los tiempos.

— Te amo – susurro en su oído, mientras ella se acurruca en mi pecho.

— Yo más – dice poniéndole play a la película.

Tal como dijo Olivia, ella me conoce y ambos nos conocemos perfectamente en todos los ámbitos, por eso nuestro amor es tan fuerte porque no hay nada ni nadie que nos pueda derrumbar.

The Notebook, es la película que ella escogió porque sabe que es mi favorita.

Pero a la mitad de la película ambos terminamos durmiendo profundamente abrazado del otro.


Dos horas más tarde...


Era mediodía y Harry con Olivia aún seguían acostados, habían caído en los brazos de Morfeo por un par de horas, pero una vez que despertaron, se quedaron conversando un largo tiempo.

— Aun no puedo creer que no podre trabajar en un mes – murmura enojada.

— Tómalo con unas minis vacaciones – menciono Harry.

— ¿prometes que no me aburriré? - mira al ojiverde.

— Lo prometo, porque nos encargaremos de hacer esto lo más entretenido posible – ríe Harry. – Pero no hablemos de tu trabajo ni del mío, hablemos de nosotros.

— Está bien – accede la castaña - ¿Te puedo hacer una pregunta?

— Todas las que quieras – dijo Harry.

— ¿Cómo nos imaginas en un futuro?

— Esa es una pregunta que estaré encantado en responderla. – respira profundamente – Nos imaginó viviendo en Holmes Chapel, tranquilos, juntos en una bella casa, con un perro llamado Lenon, dos maravillosos niños, por supuesto, una niña y un niño, primero el niño para que pueda cuidar a su hermanita – reímos – Tu y yo casados, más que felices y hasta viejitos juntos.

— Me encanta la idea de vivir en Holmes Chapel – sonríe ella. – Alejados de la gran ciudad y un juntos para siempre.

— Te amo tanto Olivia Golden, no sabes hasta cuanto llega a ser la magnitud de mi amor por ti, no sabes cuánto me arrepiento de haber terminado contigo, es un error que siempre lo recordare, pero lo recordare siempre para no volver a cometer el mismo.

— Pero ahora estamos juntos y eso es lo que importa. – Olivia le acaricia la mejilla a Harry suavemente.

— ¿Puedo hacerte la misma pregunta a ti? – sonríe tiernamente.

— Claro – se sonrieron – Nos imaginó a ti y a mi viviendo aquí en Londres, en cualquier parte de la ciudad, pero que sea tranquilo para ambos, tres niños, con dos años de diferencia con el otro, una hermosa casa en donde tengamos una sala llena de instrumentos para que tú le enseñes a nuestros hijos a tocar la guitarra, el piano, entre otros. Y obviamente tu y yo casados hasta viejitos.

— ¡Por Dios! - exclama Harry - ¡Te amo tanto! ¡Eres el amor de mi vida Olivia Golden!

— Y tú el mío Harry Styles – susurra Olivia acercándose a los labios de su novio.

Para luego besarse, transmitiendo todo el amor que existe entre ellos.

— ¿Qué te parece si nos vamos a la Isla de Anguila por una semana? – susurro Harry apenas se separaron del beso.

— Me gusta.

— No hay prensa ni nadie que pueda molestarnos, solo tú y yo – deja un corto beso en sus labios.

— Me encanta la idea de solo tú y yo en una isla – reímos.

— Te amo.

— Yo también.

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