diez.
Tercer día de la convención, y no me quiero ir, no quiero volver a esa realidad que me va a seguir atormentando, ayer no dormí porque apenas cerraba mis ojos todos mis pensamientos se enfocaban en él y en la manera en que me trato ayer, esa indiferencia y ese rechazo que sentí a través de la pantalla traspaso mi corazón terminándolo de romper en mil pedazos.
Sé que dije que me rendí de siempre tratar de hablar con él, de solucionar las cosas, aunque sea para que el rencor que él me tiene se disminuya, de hecho, sigo manteniendo mis palabras, de eso no me arrepiento, pero no puedo ocultar mi tristeza al oír esas palabras tan frías y sonara como si el solo sintiera repulsión hacia mí y eso es peor.
En mi familia nos hemos criado con la imagen del amor verdadero, todos, mis tíos, mis abuelos, mis primos y mis padres ha estado casados con la misma persona toda la vida, yo sé que en la juventud las parejas vienen y van, pero la yo de hace tres años te habría dicho que Harry Styles era el indicado, pero eso era sin saber que luego de dos años de relación todo terminaría por una estúpida razón.
Todos en algún momento pasamos por diferentes etapas de enamoramiento, yo solo deseaba a alguien con el cual compartir mis alegrías, mis tristezas, mis logros y mis fracasos, lo único que tuve fue una gran desilusión por parte de la confianza.
La confianza es la base de toda relación, así lo dicen hasta los expertos, yo tenía confianza en él y en nosotros, pero al parecer de su parte no fue lo mismo y eso duele.
Duele que con ella él pueda salir a cualquier lado, duele que se vean tan felices, duele no haber podido disfrutar más cuando estábamos juntos, duele saber que durante un año en donde trataste de explicarle como realmente fueron las cosas, él nunca se haya dignado a hablar contigo, duele que él no esté aquí conmigo diciéndome que todo estará bien, duele estar en Paris siendo la ciudad del amor y tu estas sufriendo por uno en vez de disfrutarlo.
Me excusé a ir a las primeras conferencias porque se supone que no desperté bien y que me sentía mal, mal del corazón me siento quiero quedarme todo el día aquí, agradezco que en parte las conferencias de hoy solo duran hasta el mediodía para luego dejarnos recorrer la ciudad.
Pasado mañana en el último día de convención, yo iba a dar el discurso final y por cómo me siento ahora no sé si sea capaz de pararme frente a cientos de doctores a hablar de un tema y fingir una sonrisa todo el tiempo que me queda aquí.
Me pongo una blusa blanca y una falda de cuero negra, con mis tacones negros, necesito un café y algo para despejar mi mente de manera urgente.
Salgo del hotel con mi abrigo puesto y voy a la cafetería más cercana, no me atrevo a alejarme mucho del hotel, si no me confundiré y no sabré que hacer porque no hablo francés.
Luego de caminar dos cuadras llegué a una cafetería que parece ser buena porque estaba llena, por suerte había una mesa vacía, así que me senté ahí con mi café y un pequeño trozo de pastel.
Estaba tan concentrada mirando el paisaje que me ofrecía esta ciudad, pero volví a la realidad al escuchar dos palabras que me dejaron atónita.
— ¿vu que Harry Styles et Kendall Jenner sont ici à Paris? – escuche decir a una niña, me giro rápidamente, pero a la vez disimuladamente para prestarle más atención.
— il devrait venir à l'accompagner – dice otra chica a la cual no le entiendo nada.
— ¡Look est harry! – grita de nuevo la chica apuntando hacia la puerta de la cafetería.
¡Dios Santo!, no puedo estar un día descansando de su rostro, porque siempre me atormenta esto, lo detesto, pero no me iré, no le veo razón.
Sigo haciendo todo normal, no me iba a poner nerviosa porque él esté aquí, tengo que actuar madura, pero debo decir que se ven perfectos juntos, ambos vestuarios super combinados, tomados de la mano, sonriendo, una palabra, perfectos.
A veces creo que la vida quiere seguir poniendo en mi camino a Harry Styles, cuando yo solo quiero hacerlo un lado de mi vida por el momento la vida lo trae devuelta una vez que yo pienso que esta fuera.
El grupo de chicas que al parecer son fanáticas de la banda, se quedan mirándolo embobadas, como si fuera adonis.
¡Vamos Olivia no te mientas a ti misma! Él está en su mejor momento.
Prefiero seguir tomando mi café y comiendo mi pastel ignorando su presencia y está funcionando, me enfoco en pequeñas cosas que hacen que mi mente este en blanco, por lo mismo, saco mi cuaderno donde tengo un borrador de mi discurso y decido agregar más contenido y a la vez arreglar los pequeños detalles que están en él.
Después de media hora, el café y el pastel se habían terminado, por fin ahora puedo decir que mi discurso está listo para ser leído por mi frente a la conferencia del día viernes.
El ultimo día además de terminar la convención, iremos todos a una pequeña fiesta que está en un local muy famoso en la zona turística de Paris, cada quien decide si ir o no, yo no iría, pero tengo la curiosidad de saber cómo son las fiestas aquí en Paris y que tipo de música tocaran.
Iré solo a tomar un par de tragos ya que en la mañana siguiente tengo el vuelo tempranísimo, a pesar que son solamente una hora y veinte de viaje en avión, prefiero ser precavida y mantener la línea profesional por la cual yo estoy aquí, no quiero emborracharme y que luego todos los doctores me reconozcan como la borracha del hospital de Londres, no lo soportaría y la vergüenza que tendría seria de un mil por ciento.
Ya que no tengo nada más que hacer en esta cafetería, decido tomar mis cosas e irme.
Cuando voy a mitad de camino para salir de la cafetería, una voz que no escuchaba desde hace años.
— ¡No puede ser! ¡Olivia Golden! – exclama el chico de ojos azules.
— ¡Alexander Lagerfeld! – exclamo sorprendida.
— ¿Cómo te trata la vida Golden? – me pregunta.
— Bien, perfecto diría yo. – digo sonriendo - ¿Y tú que haces en Paris?
— Vivo aquí.
— ¿En serio? – pregunto sorprendida.
— Si, trabajo en una clínica privada de la ciudad – dice orgulloso.
— ¡Maravilloso!
— Lo es – asiente – Yo me pregunto lo mismo.
— ¿Qué hago aquí? – el asiente y yo tomo aire – Convención de Medicina.
— Era de esperarse si eras la mejor de la generación, ¿Dónde trabajas?
— Soy doctora en el área de pediatría del hospital central de Londres.
— ¡Felicidades! – exclama el yo sonrió agradecida. - ¿Cuándo te vas?
— Sábado por la mañana.
— Entonces debo invitarla a cenar, doctora Golden, me encantaría que hizo de su vida estos tres años.
— Acepto su invitación Doctor Lagerfeld. – reímos.
— Ten mi número – me entrega un papel con sus datos – Cena a las ocho, te llamo, yo invito. – me guiña un ojo y se va, yo solo niego con mi cabeza y salgo de la cafetería.
Harry.
Kendall me pidió más bien me suplico que la acompañara a su desfile en Chanel que tenía esta semana en Paris, lo hice porque siempre quise verla modelar, ver lo que ella ama y que es su fuente de trabajo, viajamos juntos en su jet privado, donde en la hora y veinte de vuelo solo me dedique a dormir, la noche pasada no pude conciliar bien el sueño, de hecho, creo que dormí solo un par de horas, el remordimiento me estaba pasando la cuenta.
Una vez que llegamos a la ciudad del amor, nos instalamos en el hotel Ritz y decidimos salir a dar una vuelta un rato.
Las cámaras no tardaron en acercarse a nosotros y empezar a tomarnos fotografías, esquivamos preguntas y los flashes de las cámaras para llegar cualquier parte lo más rápido posible para liberarnos de ellos, aunque sea por un par de horas, afirmo mi agarre de la mano de Kendall y entramos a una cafetería.
Tomamos asiento en una de las mesas, luego yo voy por nuestros pedidos para luego disfrutar de una buena tarde libre de fotografías, aunque a decir verdad sentía la mirada de todas las personas que estaban en la cafetería, sobre todo de un grupo de chicas que estaban sentadas al final del lugar, ya que ellas me miraban y se ponían a conversar, nunca entendí muy bien el francés así que no sabía realmente que estaban diciendo de nosotros.
Luego de un par de horas, seguíamos conversando de la vida, ya que Kendall tenía ensayo general a las ocho de la noche para su pasarela de mañana, lo que nunca se me paso por la cabeza que iba a pasar, sucedió.
Ver a nadie más ni nadie menos que a Olivia Golden en esta cafetería y conversando muy entusiasmada con un chico fue lo suficiente para que el Harry de unas noches atrás se hiciera presente, pero ese chico se me hace conocido, hubo un par de veces en que fui a buscar a Olivia a su universidad y siempre lo veía hablando con ese chico, yo me ponía celoso y cuando se lo dije a ella, solo rio y menciono que me despreocupara, que él era solo un amigo y que era a mí a quien me amaba, luego de esas palabras se me olvidada todo, incluso del porque era mi razón de celos.
Y luego de un año, vuelvo a sentir los mismos celos que sentía hace tres años, sabía algo de lo que estaba seguro.
Olivia Golden todavía seguía afectándome.
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Un final de capítulo ¿esperable o poco esperable?
¡Ambos están en París! 🇫🇷
¿Que pasara ahora que ambos se encuentran en la ciudad del amor?
Lo veremos en el próximo capítulo 🤔
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