Chapter Twenty Two: Voces del infierno
1
Oliver dormía calmadamente mientras que Katrina se paseaba por la habitación, sin poder pegar un ojo. ¿Adonde iría ahora? No podía regresar a su apartamento, tampoco a la mansión Pritzker.
Echó un vistazo al bolso azul que había cargado con el dinero de la caja fuerte que.. Tecnicamente pertenecía a Edith, pero muerta ella ahora era de Oliver, y si debian desaparecer del mapa para que no los atraparan, eso les serviria por bastante tiempo. Por un efímero segundo sonrió divertida al sentirse en una película de acción, pero se borro casi instantáneamente puesto que en realidad no era tan divertido, tenía que conseguir identificaciones falsas aunque aún no sabia como, probablemente su tío Jerry supiera, y debía huir a otra ciudad o estado llevándose al niño consigo.
Casi quiso abofetearse al pensar en que probablemente Liver no había tenido tiempo de borrar sus huellas digitales del arma que había usado, sabrían que él se deshizo de alguien para escapar.
Desvío la vista hacia donde dormía el chiquillo, observando tres sombras sentadas a su alrededor en aquella cama. No se estaban mostrando de forma física ante ella, pero presentía quienes eran, lo cual le desconcertaba un poco pues creía que no podían salir de la casa.
Su Oliver se veía tan tranquilo durmiendo, casi parecía un ángel. "Un ángel con el encanto de un demonio" pensó de pronto, sin saber cuan acertada era aquella afirmación. Caminó lentamente y se sentó a un costado de su cuerpo, causando que las sombras se esfumaran de sus lados, para luego acariciar su rostro durmiente, a lo que el niño frunció el ceño sin despertar.
Lo sentía frío. ¿Había bajado la temperatura sin que se diera cuenta?
-¿No estas asustada, Katrina? -Esta vez la voz era masculina, y al voltear logró ver a Luca, el chico estaba apoyado en la pared, su único ojo visible grisáceo la observaba con ligera burla.
-N-no -Logró decir con un pequeño tartamudeo, quizá nunca terminara de acostumbrarse a ellos.
Estoy aterrada.
-Deberías estarlo, después de hoy... Probablemente no vuelvas a ver a tu hermana -Tucker apareció sentado sobre la mesita, meciendo los pies infantilmente y con aquel tic de tronarse los huesos del cuello.
Sé que no volveré a ver a Sia.
-Soy consciente de ello -Ella no se movió de su lugar junto a Liver, tomando su fría mano entre las propias, intentando calentarla.
-Y aún así pretendes que todo estará bien... Aunque realmente se este yendo a la mierda -Se sobresaltó al ver a Wally sentado justo del lado derecho de Oliver, justo frente a ella dado que se había sentado en el izquierdo.
-Y-yo... -
-¿En verdad crees que él puede ser capaz de amarte, Katrina?...-El castaño la observó atentamente un minuto, luego una sonrisa llena de malicia se extendió por su rostro pálido al ver que no respondía- Que ingenua eres...
Yo sé que él me ama, no importa lo que digan, él me ama.
-Cállense, ustedes no saben nada -Ella se cubrió los oídos.
-Debiste huir cuando Adrien te lo advirtió... -Se levantó de un salto de la cama al oir a Luca tan cerca suyo, el maldito se había aparecido a su lado.
A su mente vino el recuerdo de la primera vez que los vio, que vio también a Adam y Adrien Pritzker. El menor de los hermanos le había dicho que huyera, en ese momento no había sabido bien porque pero ahora sospechaba que era por esto... Por líos en que estaba metida, la cordura que había perdido y su amor por el niño que solo se incrementaba tornándose casi enfermizo.
Hace alrededor de una hora, cuando habían regresado de la mansión, había ocurrido algo extraño. Ella por un momento había visto los ojos de Oliver más oscuros, casi negros, por un efímero segundo no habían sido de su natural hielo celeste. Sin embargo, había sido demasiado rápido, un parpadeo y habían vuelto a la normalidad, Katrina terminó por creer que se lo había imaginado. Veía fantasmas, oía voces... Sinceramente no le extrañaría que comenzara a alucinar o ver cosas que no estaban ahí en realidad.
Ella no sabía, y quizás fuera muy tarde o tal vez nunca se enterara... De aquella verdad sobre Oliver, sobre el pecado que Edith había cometido al concebirlo y la estupidez de ella misma al confiar en él ya que...
¿Cómo diablos había sido capaz de confiar en alguien que estaba maldito desde antes de nacer?
2
-Bien, revisen todo, hasta el último rincón -Ordenó Turner a los hombres que entraban a la casona junto a él.
Wells no se encontraba allí esa mañana, lo había prácticamente obligado a quedarse en su casa, Dante consideraba que su amigo se merecía descansar y no presentarse hasta estar al cien por cien, Philip había protestado pero el moreno había logrado convencerlo. Razón por la que este día se encontraba acompañado por el oficial Duncan.
-Si, señor -Dijeron un par al unisono, para luego dispersarse en la gran casa para revisar todo en busca de pruebas.
Evidencias, que delataran al autor o autora de los asesinatos.
Turner se movió entre sus compañeros, observando lo que estos llegaban a encontrar. La sala estaba limpia, al igual que la cocina y el piso de abajo en sí.
-Dios santo... -Se estremeció al encontrar la habitación de los corazones, cada cajita con un nombre.
Luego notó que además de eso había fotografías, de la que suponía era Edith MacMillan con diferentes chicos, recorrió uno a uno los diferentes rostros sin reconocer ninguno hasta llegar a los hermanos Pritzker. A su lado vio al oficial Duncan que se encontraba temblando, no estaba seguro de si por lo... aberrante que resultaba aquella colección o...
Observó la foto que Markov tenía entre manos, en ella podía verse a una joven de alrededor quince años con el cabello largo y abrazando a un chico castaño rojizo, el chico allí reía al tener a la muchacha entre sus brazos.
-¿Oficial Duncan...? -Lo llamó dudoso, ¿acaso el hombre conocía a ese chico?- ¿Markov?
-La razón... por la que me hice policía fue porque hace veinte años mi hermano menor desapareció... -Su voz queda, vacía, como si hubiera perdido algo muy importante y apenas se diera cuenta, no quitaba la vista de la foto- Él tenía una novia, Edith MacMillan era esa chica... -Turner sintió que le habían pateado el hígado- Mi hermano... Walter Duncan, nunca apareció, un día normal fue a la escuela y ya nunca volvimos a verlo... Ahora al menos... Sé que pasó con él... -Desvió su vista hacia los corazones embalsamados.
-¿Quiere retirarse, oficial? -Preguntó cautelosamente el contrario.
Duncan negó, no. Ahora que sabía lo que había pasado con su hermano, quería justicia, él pasó veinte años preguntadose que había ocurrido con él, no quería que otras familias pasaran por lo mismo. Su madre había muerto de tristeza, sin poder siquiera velar a su hijo. Él quería justicia por aquellos que eran asesinados como si nada, por aquellos que buscaban a sus familiares sin saber si aún respiraban.
-Tenemos que encontrar a ese niño...-Suspiró antes de guardarse la fotografía, probablemente debería dejarlo con la evidencia pero tendrían que cortarle las manos antes de quitarle la fotografía de su hermano que ahora sabía muerto.
Sin más que decir, se puso a investigar entre las cajitas de cristal, intentando encontrar el que pertenecía a Wally, frustradose y sintiendo ira al no hallarlo.
Él no sabía que otro ya se lo había llevado.
-¡Encontré algo! -Uno de los policías que les estaba ayudando, sostenía un arma entre sus manos enguantadas. Era el arma de Adam, el mismo que le había quitado la vida a él y años después a su esposa.
Quizás era alguna clase de irónica casualidad.
3
Al mismo tiempo, en otro lugar, Katrina se despedía, probablemente para siempre, de su hermana. Se abrazaban con fuerza y le agradecía mil veces que les hubiera dejado quedarse la noche anterior, mientras Oliver esperaba en un auto que habían conseguido a última hora, con Cerbero echado en el asiento trasero.
-Espero que salgas de este embrollo pronto, Trina -Alessia igualmente la abrazaba fuerte.
-Tranquila, estaremos bien -Besó su coronilla al apartarse- Estaremos bien, Sia... Prometo que si -Le sonrió una última vez a su hermana antes de dirigirse al automóvil.
La menor se quedó allí de pie, viéndola subir y arrancar. Agitó la mano mientras veía el carro salir de la vereda e irse por la calle a velocidad.
No paso ni dos horas antes de que la policía fuera a verla, preguntando por Katrina. Pero era su hermana y no planeaba delatarla, dijo que si, que había estado allí en la noche pero que se había ido mientras dormía, excuso que ella no tenía idea de que estaban buscándola.
Por otro lado, Katrina suspiraba al manejar por la carretera, era increíble lo rápido que había logrado conseguir las identificaciones falsas, el registro del automóvil, etc. Gracias a un viejo amigo de su tío que le debía un favor.
Oliver la miraba fijamente, sentado en el copiloto con el cinturón puesto.
-¿La extrañaras? -Preguntó el chiquillo, quitándole el envoltorio a una piruleta que la hermana menor de Katrina había comprado por ahí y le había entregado.
La chica sabía que los dulces eran una buena distracción si te mareabas en viajes largos, y suponía que ellos harían uno de esos viajes.
-Si, bueno... Es mi hermana, mi familia... -Contestó dándole un rápido vistazo antes de volverla al camino.- Tu... ¿No extrañas a tu madre?
El niño desvió su mirada hacía la ventana, meditandolo por un buen rato antes de finalmente responderle.
-No -Su respuesta fue breve y cortante, vacía de emoción alguna.
La rubia no supo que contestar o pensar al respecto. Es decir, si, Edith estaba loca y por eso le había disparado, para proteger a Oliver pero... Seguía siendo su madre, lo normal creía ella, era que la extrañase, pero a veces se le olvidaba que Liver no era normal.
No dijeron nada más el resto de camino, les quedaban unas horas hasta Blackmile, un pequeño pueblo casi desconocido cerca de Baltimore, el cual el niño conocía por que su madre alguna vez le había hablado del lugar. Oliver había opinado que no era muy buena idea ir a Queens, debido a que hace unos años estando de vacaciones con su madre allá, esta lo había dejado con una niñera porque le había surgido una emergencia, claro que sus amigos no tardaron en darle ideas sobre como podía entretenerse con la chica antes de que su madre regresara.
No había que decirlo para saber que había sucedido con la pobre muchacha.
-Oliver... ¿Tu me quieres? -Preguntó en voz baja Katrina, al fin y al cabo, estaba dando todo por él. Había dejado a su hermana, su vida, por el niño, necesitaba saber si su amor era correspondido.
Él no la volteó a ver, echó su aliento en la ventana y dibujo una carita sonriente junto a un corazón.
-Más que eso, yo te amo, Katrina... -Respondió él.
Ella volvió a sonreír de inmediato, con su corazón latiendo fuerte, valía la pena si él también la quería a su lado.
Valía la pena soportar las voces del infierno que comenzaban a fastidiarla si podía tenerlo a su lado...
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Hola!^^ Bueeno, aqui esta el capitulo de la semana, mis niños en fuga y se revela el parentesco de Markov Duncan con Wally :v
PD: ¿Recuerdan que les comente que Mr. P podía adoptar la forma de quien quisiera excepto el color de sus ojos? Esto se debe a que él no tiene una forma especifica por ende toma la apariencia de alguien cercano a quien esta atormentando o usando.
Espero que les guste, voten y o comenten por favor, adoro leerlos ❤ y ahorita me iré a actualizar Duncan's nwn
IvetteBellerosse🌹
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