Chapter Twenty Four: Inocencia maldita
1
Esa noche mientras cenaban, Katrina lucía tan pensativa que Oliver no pudo evitar preguntarle si había ocurrido algo malo ese día, si le había pasado algo en el trabajo.
-No, no pasó nada ¿Porque lo dices? -Lo miró como si recién cayera en cuenta de su presencia. Esos ojos azules tan claros como agua cristalina le devolvieron una mirada vacía, Liver no era capaz de sentir preocupación por alguien que no fuera él, lo sabía puesto que había buscado en internet las características de los psicópatas y había coincidido en muchas, pero aún así había ocasiones en que prefería engañarse a si misma y pensar que él la quería tanto como decía, y que si se preocupaba por ella.
-Es que te noto muy distraída, como si hubiera algo que te inquietara -Respondió dando un bocado más a la pasta que estaban cenando.
-Uhm, no es nada, solo me cruce a una mujer un poco loca en la calle y me dijo cosas raras, nada preocupante -
-Y ahora le mientes a él -Siseó aquella voz que llevaba oyendo desde que la habían arrestado un mes y medio atrás.
-¿Segura? Uhm ¿que dijo? -
-Locuras -Argumentó la rubia, jugando un poco con una albóndiga.
Sintió la mirada sarcástica de Oliver sobre ella.
-¿Que "locuras" exactamente? -Insistió.
-Dijo que alguien cercano iba a hacerme daño -
-Yo... Yo no te haría daño ¿lo sabes, verdad? -Katrina alzó la vista nuevamente para observarlo, la expresión del chiquillo era extraña pero calmada, casi se veía sincera.
-Lo sé, Liver -
Si lo harías, pero no me importa.
-Aquella vez que... Te disparé fue un accidente, no sabía que estaba cargada.
Mentira.
Katrina sonrió y estiró su mano hacia el cabello del niño, acariciando suavemente su cabello.
-Lo sé -
No te creo. Ya no.
El timbre se oyó y entonces la muchacha se levantó, dirigiéndose a la puerta para luego ver el sobre beige que alguien había pasado bajo la puerta.
-Que extraño... -Lo levantó, revisándolo pero este no traía ni nombres ni dirección alguna. Abrió de inmediato la puerta para ver si quien lo había pasado aún estaba allí.
Pero no había nadie, o bueno, ella no sabía que había alguien observándola desde la ventana de la casa de enfrente. Ese mismo alguien llevaba un tiempo siguiéndola, en silencio, solo vigilandolos.
Al final la chica ante cualquier cosa cerró la puerta de nuevo, y se apoyo en la misma para luego abrir el sobre. Apenas leyó lo que decía aquella hoja, la soltó como si quemara.
-¿Katrina?, reina mía, ¿que ocurre? -El pelinegro se acercó a ella, al parecer se había cansado de esperarla en el comedor o le había dado curiosidad quién era.
La chica estaba pálida, la sorpresa y un ligero temor eran notables en su rostro. Pritzker se inclinó a recoger la nota, su expresión se tornó seria apenas la leyó, aquella caligrafía se le hacía conocida pero no lograba recordar de donde.
"Sé lo que hicieron.
Asesinos.
La policía ira por ustedes."
-N-nos van a encontrar, Liver... -La rusa lo observo con algo parecido al temor o al pánico en sus ojos.
Sin embargo, Oliver se mostró igual de ininmutable que siempre, su indiferencia ante el peligro en el que se encontraban le daba cierta envidia. Ella estaba perdiendo la calma pero él no.
-No lo harán, tenemos que irnos ya mismo -El chiquillo arrugo el papel y lo arrojó por ahí, acto seguido se dio la vuelta para luego irse a la habitación.
Él supo desde el principio que su estancia en Blackmile no duraría para siempre, en algún momento les encontrarían, lo que no estaba seguro era de como. Razón por la que no había desempacado la mochila que había traído consigo, cuándo debía cambiarse de ropa, sacaba un repuesto y ponía a lavar la que había usado para poder reutilizarla luego, y volvía a guardarla.
-¿A donde iremos? -Katrina murmuró, viendo al chico irse, no tenía idea de donde escapar ahora.
Un golpe sonó a la puerta, la rubia tenía miedo de abrir.
-Señorita... Karenina -La voz tras la puerta pertenecía a una mujer, a la muchacha le sonó semejante al siseo de una serpiente- Abra por favor
Lentamente ella hizo caso, asomándose hacia afuera apenas. La mujer pelirroja la observó con aquella misma sonrisa de hace unas horas.
-Sé que esta en problemas... Puedo ayudarla -
-¿Porque usted me ayudaría? -
-Porque usted no pinta nada en este embrollo... El niño que ocultas si -Señaló el pasillo de más allá, el mismo que dirigía a la habitación de Oliver.
Suspiró, en parte tal vez era cierto pero también la buscaban a ella por el asesinato de Edith MacMillan.
-B-bueno, esta bien -Aceptó, dejando entrar a aquella que llamaban la loca del pueblo.
Quien había acusado a Liver de estar maldito, y había dicho que él la destruiría, sin saber que ya lo había hecho.
2
-Blackmile esta a tres horas de aquí según nuestro informante -Turner dijo, palmeando el hombro a su compañero- Deberemos ponernos en marcha ya mismo
-Ni siquiera conocemos a quien llamó, no nos dio ningún nombre y su voz sonaba extraña ¿como sabes que podemos confiar en él? Quizá solo este tomandonos el pelo, nunca en mi vida oí hablar de Blackmile.
-Yo tampoco había oído antes de ese lugar, pero si tenemos la posibilidad de encontrarlos allá, no planeo desaprovecharla -
Philip suspiró, notando la determinación de Dante.
-Bien, espero que los encontremos -
-Si, yo igual -Lo jaló del brazo hacía la patrulla.
A este punto todos y cada uno de los corazones que habían encontrado en la mansión Pritzker habían sido restituidos a sus dueños, o más bien a las familias de estos. Cuando Wendolyn Pritzker, una mujer dulce, totalmente contraria a lo que era Lauren MacMillan, recibió los corazones de ambos de sus hijos no pudo más que llorar. Ella había creído que Adrien estaba de viaje, él nunca había tenido mucho contacto con ella, pero el dolor que sentía era tan terrible como ácido expandiéndose por su pecho, así era como lo sentía. Había perdido a sus dos hijos, por su culpa de la misma mujer, y su nieto estaba desaparecido, acusado de haber atacado a un psicólogo.
"Una madre no debería enterrar a sus hijos" pensó Dante subiéndose al automóvil, mientras que Wells subía del lado del conductor y arrancaba el auto.
3
Oliver observaba las fotografías que había en algunas pequeñas repisas, también había velas de colores, todas diferentes. Una vela frente a cada foto. Se preguntó efímeramente porqué.
-Entonces... -Katrina comenzó, notando que Arlet, la supuesta loca, seguía con la vista los movimientos de Oliver- ¿No pretendes herir a Oliver? -Fue directa con su pregunta.
-No... No planeo herirlo por el momento, solo les ayudo a esconderse -La pelirroja volteó a verla, los aros que colgaban de sus orejas tintinearon ante el movimiento.
-¿Porque dijiste que él estaba maldito entonces? No lo entiendo... -
-Porque lo está... Su concepción fue un terrible error. Niños como él son traídos a este mundo creyendo que son normales, cuando en realidad solo traen desgracias a quienes están a su alrededor -Suspiró dandole un sorbo a la taza de té que tenía entre sus manos.
-Yo.. Y-yo veo a Oliver muy normal, él no... Él no es como esos niños, estoy segura -
Engañate a ti misma, Katrina... Tu vida se ha ido al traste desde que lo conociste...y por lo que puedes notar... La de Edith también.
-Así es como funciona... Los... "malditos" son criaturas hermosas, a veces tienen un aspecto frágil y al verlos te da una sensación de que debes protegerlos, cuidarlos de todo, te manipulan sin saber... Pero su destino no es otro que el de perturbar la paz de las personas...
-¿Porque? -La rubia cuestionó confusa, mirando a su niño que se había sentado a un lado, sabía que probablemente él estaba oyendo, pero de igual forma también sabía que Liver era un poco... Escéptico.
-Los demonios... No tienen forma propia ¿sabes? Por eso toman las forma de alguien cercano a quien desean atormentar o usar. Muchas veces de la pareja de esa persona, por lo que asumo que... Su madre no se habrá dado cuenta entre la única y pequeña diferencia entre su marido y el ente -
-¿Cual? -Pregunto la rusa.
Aunque una parte de ella presentía cual era.
La mujer se dio un toquecito al costado del ojo derecho.
-Los ojos. Los ojos siempre revelan la verdad de todo, los demonios son expertos mentirosos pero no pueden ocultar la naturaleza que sus orbes revelan -Le tomó la mano a Katrina, quien solo en ese momento se dio cuenta de que estaba temblando- De esta forma, los linajes se mezclan y las cosas malas pasan... Estos niños, muchas veces, no lo hacen a propósito, pero en otras ocasiones tienen un cierto gusto por causar desastres... -
-¿Como sabes todo esto? -Katrina bebió un poco de su té, con la mano libre.
Arlet pareció pensárselo un momento antes de sonreir brevemente y contar.
-Yo... Hace casi dos años, tenía una vida hermosa, un apuesto esposo, había... -Miró a Cerbero que custodiaba a su amo, sentado a sus pies- Dos mansos y protectores canes, y estaba esperando mi primer hijo... -
Katrina oía atenta. Si la vida de esa mujer era tan bonita ¿que había pasado? ¿Acaso la historia del bebé que Sun le había comentado era verdad?
La mirada café/verdosa de la mujer se perdió en alguno de los cuadros que decoraban la sala.
-Cuando mi pequeño Joseph nació, todo comenzó a ir mal... -Suspiró poniéndose de pie, soltando la mano de Katrina- Entraron a robar aquí, asesinaron a los perros y me golpearon, pero no se acercaron al niño, como si él los repeliera de alguna manera. Me sentí aliviada porque no hubiesen hecho daño a mi bebé pero meses después mi esposo... Él me engañó y se suicidó. No lo entendía, todo estaba ocurriendo tan pronto, todo estaba llendose por el caño y no fue sino hasta la visita de Madame Quirrelle que supe el porque -
-¿Madame Quirelle... era alguna clase de bruja? -
-Era una sanadora por lo que me dijo, pero ella sabía de la existencia de estos niños maldecidos por su sangre, había conocido casos parecidos antes del mío... Ella me dijo que era mi niño la causa de todos mis males, al principio no le creí pero a medida que fue explicándome, lo fui comprendiendo, convenciendome... Joseph era solo un bebé, pero ella dijo que el gen era fuerte en él, por eso podía hacer todo esto con tan solo unos meses. Dijo que solo debía ver los ojos de mi bebé y notaría que no eran normales... Que él no era más que una criatura que me habían designado para arrastrarme a la locura, eso era lo que el ser que lo engendró quería. Quería que yo cayera, que me rindiera y poder apoderarse de mi mente para su complaciencia, y alimentarse del sufrimiento que me causaba... Era la forma en que se mantenía con fuerzas para usar sus encantos y su hechizo... Para seguir existiendo-
-Eso... Eso no... -La rubia comenzó a negar.
-Por eso un día, cuando creí que ya no podría más... Tomé una almohada, observé a mi Joseph que me miraba fijo con sus pequeños ojos oscuros.. -Cerró los ojos- e hice lo que tenía que hacer, era él o yo...
Entonces era verdad. Ella había asesinado a su propio bebé.
-¿No hay manera de pararlos? ¿De que dejen de causar daño? -
Arlet la miró fijamente.
-Solo hay una forma de evitar que terminen contigo... -Desvío su vista a Oliver que había estado oyendo todo y las miraba con frialdad- Destruirlos primero...
*****************
Hola! Lo siento, iba a subir más temprano pero la verdad mi papá contrató Netflix y me colgué viendo una película que hasta ahora se me hace interesante "La chica danesa".
Por otro lado, quería avisar... o más bien confesar que esta historia esta a nada de terminar, quedarán como tres o cuatro capítulos, cinco máximo 😢 agradezco enormemente a todas las personas que me leen, a las que votan y a las que me dejan comentarios.
Espero poder aclarar todas sus dudas en estos últimos capítulos, confirmar o descartar teorías xD y espero que les guste, voten y/o comenten por favor ❤
IvetteBellerosse🌹
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top