Chapter Thirteen: No tan imaginarios
1
Seis años antes.
El pequeño Oliver jugaba con sus trenecitos sentado en el suelo de su habitación, mientras Grace, la niñera, había ido por galletas y jugo a la cocina.
El cuarto era enorme para el niño de apenas contados seis años, pero no parecía sentirse intimidado en lo absoluto por ello.
Jugando estrelló el tren contra otro, en su imaginación ambos ardían en llamas y podía ver a los pasajeros gritando por ayuda desde las ventanillas.
-Uhm, ¿puedes oírlos suplicar, verdad? Una ayuda que jamás llegará.. Ver como el fuego los consume -La voz de un chico lo distrajo de su juego, volteando hacia él. El castaño esbozó una sonrisa llena de dientes afilados- Soy Wally, por cierto.
-Mi nombre es Oliver -La voz infantil aunque monótona del niño se hizo oír.- ¿Cómo entraste a mi casa?
-Yo vivo aquí, pequeño -Respondió el chico sentándose frente a él- Así que... Tu eres el hijo de ella.. -Lo último pareció murmurarlo para sí mismo.
-No, yo vivo aquí... Le diré a la señorita Grace si no te vas o llamaré a la policía -Dijo con un puchero y el ceño fruncido.
-¿Un mocoso como tu? ¿Acaso te sabes los números? -Se burló Wally.
-¡No soy un mocoso! -Protestó arrojándole uno de los trencitos a la cabeza, la cual rebotó.
-Diría que me dolió pero no, ya nada me duele -Comentó con cierto aburrimiento.
El pelinegro tuvo una sensación extraña, le dio curiosidad su comentario y quiso hacerle daño de verdad.
-¿Porque no te duele? -Preguntó, olvidando que se suponía llamaría a la policía.
-Solo no... -Lo cortó, luego lo miró nuevamente- ¿Y tu, Oliver? ¿Sientes dolor?
El niño pareció pensarlo un momento antes de responder.
-Si, si duele... Pero no me importa -Se encogió de hombros.
Wally lo observó alzando una ceja.
-¿No te importa? ¿No lloras?
-¿Para que llorar? Es inútil, eso no calmará el dolor... -Volvió a bajar la vista a sus juguetes, mientras seguía jugando.
El chico comenzó a sentir un extraño interés por ese niño, no parecía del todo normal con ese tipo de respuestas.
-¿Tienes miedo, Oliver? -Cuestionó, enseñando los dientes como si esperara asustarlo.
Pero el menor no se inmutaba a aquello.
-No, no tengo miedo -Contestó tranquilamente.
-¿A nada? ¿Ni siquiera a la muerte? -Arrojó los juguetes lejos y se abalanzó, colocándose sobre el niño tomando su frágil cuello entre sus heladas manos. Su piel era suave como el algodón, quería destrozarlo, desgarrarlo y verlo llorar, que sangrara, hizo presión en la zona-
-No -Respondió nuevamente Oliver, sin expresión alguna en su rostro de querubín, sentía que de a poquito le empezaba a faltar el aire pero no sentía nada de temor- Si muero hoy... o mañana, no importa, no tengo miedo de morir -
El ceño del adolescente se frunció ¿que clase de niño era que no se asustaba? Lo comenzó a ahorcar y sintió que apenas se retorcía, pero no era una lucha desesperada como esperaba.
-¿No lucharás? ¿Te rendirás así de fácil a la muerte? -La voz del adolescente sonaba indignada, casi furiosa.
-¡¿Quien eres?! ¡Suelta a ese niño! -Grace llegó al rescate del chiquillo.
Wally la vio fastidiado, fácilmente podría matarla pero ella no le interesaba, así que simplemente soltó a Oliver y luego corrió a la ventana, arrojándose por la misma. La chica gritó, asomándose luego a la ventana encontrándose con... Nada, no había nada. Parecía que había desaparecido.
-¿Pero que..? -La pobre parecía asustada, rápidamente regresó con el niño y lo cargó en brazos- V-vamos a dar un paseo al parque ¿esta bien, Oli? Por dios... Debo llamar a tu mami -
Como odiaba ese chiquillo que lo trataran como lo que era. Un niño.
Actualidad
El tiempo fue pasando luego de eso. Hubo varios encuentros en los que Wally intentó matar a Oliver, pero siempre algo ocurría antes de que pudiese concretarlo, al final terminó encariñandose de alguna forma con él, después de todo, ese niño no era Edith, era distinto a ella y sin embargo tambien era especial, tenía una forma de pensar interesante. Aunque era obvio que no demostraría nunca si le importaba.
Lo dañaba, adoraba hacerlo, ver sangrar la suave piel de ese niño robot. Observar y "sentir" el tibio líquido carmesí deslizándose desde las heridas que le provocaba, le hacía ver que él si estaba vivo, que no estaba hecho de hielo como parecía la mayor parte del tiempo y tampoco era algún tipo de estatua de un ángel. Le recordaba que Oliver era un ser humano, a pesar de todas las cosas que hacía o él mismo le alentaba/obligaba a que hiciera.
Paseándose por los fríos pasillos de la mansión, a veces se sentía en una película de terror de esas que adoraba ver cuando estaba vivo. Sonrió con ironía antes de desvanecerse nuevamente a contemplar el espectáculo de los vivos desde las sombras.
2
-Madre -La voz de Oliver la hizo detenerse en seco.
¿Que no era Katrina el bulto bajo las sábanas?
-Oli... Es-esto... No es lo que crees.. -Ella esbozó una sonrisa tan perfecta como siempre, tan actuada, bajando el cuchillo y escondiéndolo tras su espalda.
El chiquillo se destapó y se sentó, mirando fijamente a la mujer.
-¿Qué intentabas hacer? -La seriedad en el rostro del niño era algo que le ponía de nervios a la castaña.
-Nada, cariño, mejor iré a mi cuarto ¿esta bien? -Intentó irse antes de que le dijera algo más.
-No me tomes por estúpido, madre -Su tono cortante, tan afilado como una navaja y venenoso como una serpiente.
Oliver se levantó de la cama y caminó hasta quedar frente a ella, la miraba fijamente.
-Oli, no me faltes el respeto.. -Ella frunció el ceño.
-Tu eres quien está faltandome el respeto al creer que puedes esconderme algo -
-E-es que... -
Tres figuras observaban desde la oscuridad a madre e hijo. Preguntándose efímeramente si deberían intervenir, más bien el de cabello largo chamuscado y el del cuello roto esperaban la orden del chico con marcas de asfixia en el cuello.
-Ella quiere alejarte de mi.. -Al final soltó, en un sollozo.
La mirada de Oliver se torno indescifrable.
-¿Pretendías hacer daño a Katrina?
-Y-yo... Y-yo solo... No quiero que te alejen de mi... -Se dejó caer de rodillas frente al niño.
-¡Contesta! ¿Ibas a hacerle daño a mi dama? -
Como odiaba cuando él le llamaba de esa forma. La rusa no lo merecía, no era digna de él.
-Yo te amo, Oliver, te amo.. -La mujer avanzó de rodillas hasta donde él se encontraba de pie y apenas llegó a posar un pequeño beso en los labios del chico antes de ser empujada fuertemente por el mismo, cayéndose de espaldas aun sollozando, el pelinegro se limpió la boca con la manga de su camisa con asco.
-No -Pronunció él- No correspondo a tus sentimientos -Declaró fríamente.
-Pero, Oliver... -La mujer lo miraba con los ojos empañados de lágrimas.
"¿Qué tan enferma debía estar para pensar en su propio hijo de aquella forma?" se preguntaba Wally, observando la escena casi anonadado.
-Rechazo el repugnante amor que tu me profesas, madre -El chiquillo expresó con mirada fría y una mueca de disgusto.
Él sabía la forma en que Edith lo quería y le asqueaba profundamente. Oliver solo quería a Katrina, nunca sentiría algo así por la mujer que le dio la vida, sería muy enfermizo.
Edith sollozaba mirándolo, suplicante.
-Oli... Bebé... -Estiró una mano hacia él, pero el chiquillo se alejó dirigiéndose a la puerta.
-Katrina no duerme aquí, te mentí -Soltó antes de irse, dejándola sola con los demonios en su cabeza.
"Está alejándolo de mí... " Edith se quedó girada hacia la puerta, con la mirada perdida "Lo estoy perdiendo... No puedo dejar que me lo quite.. "
Por otro lado, el chiquillo caminó a su habitación encontrando a Katrina allí durmiendo. Si, él sabía que su madre algo tenía contra la chica, por lo que la había persuadido para que durmiese en su cuarto, donde Cerbero podría cuidarla, aunque obviamente estaba en el sofá de la misma, pues no le dejaría dormir con él, claro que no.
Estando en silencio, caminó a su cama tras haber puesto seguro a la puerta. Se recostó mirando el techo, no quería dormir, no tenía sueño.
Su mente divagó en cosas sin importancia como recuerdos de cuando era más pequeño. Recordaba cuando Wally había intentado asesinarlo, Oliver sabía que su propia reacción no había sido normal.
Se miró las manos. ¿Cómo hubiera reaccionado un niño normal de seis años? Llorando y suplicando, tratando de zafarse seguramente, mientras que él no había hecho nada, solo se había quedado quieto aceptando el destino que le tocara. No había sentido temor, angustia o desesperación.
A veces se preguntaba porque no era normal. A veces pensaba que quería serlo. Había ocasiones en que no quería hacer daño a nadie, que solo quería ser un niño normal, quizá hacer cosas que los niños normales hacen... Pero eso era un secreto, un ínfimo secreto que nadie jamás sabría, porque Oliver había sido instruido para convertirse en lo que era tal vez, él había oído y seguido cada consejo, cada comentario de sus amigos, encontrando divertido el realizar lo que ellos decían. Se había convertido en el rey blanco de su propio juego, el que mandaba en aquel tablero de ajedrez.
Se preguntaba si habría heredado algo de su madre, además de sus ojos azules, ¿quizá por eso su forma de pensar era diferente? Eso había creído cuando tenía nueve, luego había sido acusado por sus compañeras de clase como un "psicópata loco" algo que encontró muy infantil, solo porque había arrancado las plumas a un pajarito muerto que había encontrado en el patio y las había pegado en su dibujo manchandolo con el carmesí del pequeño cadáver. Sin embargo, luego pidió a su madre acceso a internet para.. "Ver dibujos animados", obviamente una mentira pues lo que hizo fue investigar acerca de la psicopatía.
Leyendo poco a poco los síntomas o más bien características que estos tenían, terminó asimilando que tal vez era uno. Pero los psicópatas eran hombres o mujeres malos que mataban gente, según lo que habia entendido en aquel entonces, él pensaba que mientras no hiciera eso no podrían definirlo como tal... y aun así su pulso no tembló al quitarle la vida a la cocinera.
¿Podría volverlo a hacer? Si fuera necesario si. Pero... ¿Para que mancharse las manos cuando tenía personas dispuestas a matar por él? ¿Por su rey?
No sentía realmente una necesidad de cambiar, lo suyo era mera curiosidad por saber cómo sería sentir como sienten otros niños de su edad, saber cómo piensan habitualmente. Era un niño curioso después de todo.
Aunque a veces tambien pensaba que eso era ridículo, él era superior a ellos por lo que no debía ni sentir curiosidad al respecto.
3
Katrina se despertó cerca de las dos de la madrugada, vio a Oliver dormido allá en la cama y se levantó, envolviéndose con las cobijas, con pasos silenciosos salió de la habitación para ir a la cocina por un vaso de agua.
Una sombra fugaz pasó frente a ella, pero lo único que logró distinguir era que pertenecía a un chico. Parpadeó desconcertada, dado que Oliver estaba dormido, ella lo había visto dormido.
Una risa escuchó a sus espaldas, al voltearse igualmente otra sombra pasó demasiado rápido para distinguir lo que fuera.
"Finalmente me estoy volviendo loca" pensó la rubia decidiendo seguir su camino a la cocina.
Al llegar al lugar, abrió el refrigerador sacando una jarra, tomó un vaso, se sirvió agua y cuando estaba bebiendola oyó una voz masculina pero ciertamente amable hablarle, causando que se ahogara.
-Señorita Petrova, es un placer conocerla -
Tosiendo volteó hacia el dueño de aquella voz. El hombre de pie frente a ella la dejó pálida como el papel, lo conocía... O bueno, lo conocía por las fotografías que había por la casa, nunca lo había visto en persona pero estaba segura de que era el mismo sujeto. Adam. Adam Pritzker, el padre fallecido de Oliver, se encontraba de pie en la cocina frente a ella en plena madrugada, observándola con tranquilidad.
Y la rusa hizo lo que cualquier persona normal haría en un caso así... Ella gritó espantada, viendo como Adam se desvanecía frente a sus ojos, dejó caer el vaso provocando que se partiera en mil pedazos y se refregó con fuerza los ojos, al punto de que le ardían.
-¡¿Que mierda?! -Se cubrió la boca, viendo a todas partes buscando algún indicio de que en serio Adam había estado allí, presente aun después de su muerte.
Sin vacilar, dejó las cosas como estaban y salió corriendo hacia las escaleras, otra figura masculina le esperaba en la cima de estas, Adrien que la miraba en silencio y a causa de su falta de lengua, vocalizo una única palabra "Huye". La joven volvió a gritar regresando para después correr a por el otro lado de las escaleras y subir apresuradamente.
No supo si era por su distracción o por pura mala suerte que terminó perdiéndose en uno de los tantos pasillos del lugar.
-Katrina, querida ¿Tanto amas a ese niño? -Dirigió su vista hacia aquella presencia desconocida, el chico no aparentaba más de quince años, tenía el cabello pelirrojo oscuro casi confundiéndose con castaño y al esbozar una sonrisa llena de malicia... A Katrina le produjo un escalofrío ver esos dientes afilados cual cuchillas.
-¿Dejarías que te costara la vida? -Volvió a girarse, viendo a un chico más alto, carente de ojos y el cuello roto, lo cual le hizo retroceder totalmente asustada- ¿Tanto así lo amas?
-¡¿De qué diablos me hablan?! ¡¿Quienes son?! -
-Tu sabes quienes somos, Katrina... -Tras de ella la voz profunda de Luca se dejó oír, ella soltó un chillido alejándose lo más rápido posible, causando que el joven de cabello largo y chamuscado se riera.- Pobrecita, parece un cordero que se metió a la boca del lobo..
-N-no se quienes son -Sollozó, con el corazón latiendole a mil por segundo, sentía que en cualquier momento le daría un paro cardiaco.
-Claro que lo sabes... Aunque, bueno... No nos hemos presentado formalmente, soy Walter pero puedes llamarme Wally.. -El chico de afilada dentadura se inclinó ligeramente como si hiciera una reverencia a medias, enseñándole una burlona sonrisa ante su miedo.
-¿Wa... Wally? -Los ojos de la muchacha se abrieron enormemente al relacionarlo con aquel amigo imaginario de Oliver.
-Me llamo Tucker... -El chico sin ojos se presentó algo tímidamente, aunque eso no redujo el temor de la chica rusa.
La joven pegándose a la pared, posó su vista en el tercero, el que no se había presentado. Ella asumió que él era Luca. Pero... Pero los amigos de Oliver no existían ¡eran imaginarios, por el amor de Dios! ¿Cómo era posible que estuviera viéndolos?
-Pareces impactada... -Se carcajeó Wally.
-U-ustedes no... Ustedes no existen... -Ella susurró, esperando que se desvanecieran en cualquier momento.
-¿Esto te parece falso?... -Walter alzó el rostro ligeramente, enseñandole las marcas de asfixia en su cuello- ¡¿O esto?! -Se abrió la camisa mostrando un sangriento agujero en su pecho, donde debería ir el corazón.
Ella comenzó a retroceder, queriendo alejarse de lo que veía, no, no, no podían ser reales, claro que no. Estaba enloqueciendo...
-¡Bu! -Luca se levantó el cabello de la cara enseñando su rostro quemado horriblemente, casi calcinado.
Ella gritó nuevamente y volvió a huir, pero en su carrera se distrajo oyendo las carcajadas de aquellos entes y tropezó, golpeándose la cabeza contra la puerta del cuarto de Liver.
4
Un terrible dolor de cabeza fue lo primero que sintió cuando despertó, un quejido escapó de sus labios mientras abría los ojos. Los abrió por completo al ver que estaba nuevamente en el sofá del cuarto... Miró a su alrededor perturbada. ¿Había sido una pesadilla?
Se sentó rápidamente, sentía su cabeza palpitando por el dolor que sentía tan real. No entendía qué estaba pasando.
En la cama, Oliver aun dormía. Miró por la ventana, notando que ya era de mañana.
Suspiró refregándose el rostro, estaba aliviada de que solo fuera un sueño, no tenía idea de cómo su imaginación había creado de tales formas a los amigos imaginarios de Oliver.
Katrina nunca se percató de tres largos rasguños en la parte baja de su espalda, como si garras la hubieran dañado.
*************
Chama, casi tres mil palabras 😦 ¿saben hace cuanto no escribía casi tres mil palabras? Desde hace muuuucho tiempo la verdad. No se ustedes pero a mi medio me emocionó mostrarles un pequeñisimo recuerdito de cuando Liver era más pequeño, en aquel tiempo todavía se asemejaba a un niño normal aunque su mente no lo fuera.
He estado juntando curiosidades de esta historia porque... No se, para comentarles nomás. Así que aqui va una.
⚛En "Melody of a murder" cuando Oliver mató finalmente a un ser humano, a Luz (la cocinera). Podría decirse que use el nombre como una metáfora, queriendo indicar que la casi inexistente luz, esa que describen que poseen los niños, en Oliver acababa de morir por sus propias manos y él se da cuenta de ello, por eso parece estar en una especie de trance luego de haberlo hecho. Y si se fijan, parece haberse tornado aun más frío desde entonces o bueno, quizá eso no se nota mucho.
Bueno, era eso ¿lo habían pensado antes? ¿No? Okey. En el siguiente cap harán un cameo los personajes de una nueva novela que estoy escribiendo en borrador (si, la que les mencione en el capitulo pasado que quería hacer)
Eso es todo, espero que les guste.
Voten y/o comenten por favor. Amo sus comentarios.
IvetteBellerosse💋
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