Chapter One: Ella me pertenece (2/2)

4

Edith suspiró agotada cuando llegó finalmente a la mansión, miró su reloj de muñeca, ese de oro tan delicado, y se acarició la sien. Eran las tres de la madrugada, estaba cansada, habia trabajado todo el dia viendo que hacer, llendo de aqui para alla, viendo nuevos proyectos, campañas, estaba estresada.

Lo unico que nesesitaba en ese momento era entrar a su casa, subir a dejarle un beso a su bebé, descalzarse e irse a dormir. Amaba sus tacones rojos y le quedaban preciosos pero los pies estaban matandola. En cuanto entró a su hogar, se quitó los zapatos y los llevó en su mano, notando que en la sala no habia nadie se extraño un poco. Le restó importancia y subió las escaleras, caminando con elegancia a la habitacion de su hijo.

Al entrar a la misma, casi no pudo contener su expresión sorprendida y molesta al ver a una dormida Katrina abrazando al pequeño, claro que la rubia estaba sobre las sabanas pero eso que importaba ¡¿Como se atrevia?! Ella confiaba en la chica pero ¡¿como se atrevia a quedarse dormida junto a su bebé en la misma cama?!

Estaba a punto de despertarla, dispuesta a sacarla de alli para cantarle las cuarenta... Pero entonces se detuvo al ver que los orbes azules de su Oli, la miraban fijamente. Estaba despierto ¿pero como? Si su pequeño siempre se acostaba temprano... Miró con recelo a la joven de aureo cabello que dormia tranquilamente.

-Shh, mami, no la despiertes -Susurró apenas su niño.

Ella respiró hondo para calmarse y poco a poco lo logró, se acercó, quedandose junto a la cama en cuclillas.

-No te enojes con ella, mamá, por favor. Yo tuve sueños feos y le pedí que se quedara.. -Mencionó antes de que siquiera ella pudiera decir una palabra.

Edith frunció sus labios pintados de carmín por unos segundos, para luego relajar su expresión y sonreirle suavemente a su adoración.

-Oli, ella no deberia dormir aqui, ella tiene una casa propia... -Dijo bajo acariciando con suavidad el cabello y rostro de Oliver.

-Lo sé, pero dejala dormir aqui hoy, por favor -Él casi le suplicó, con ojos de cachorro, sabia que su madre siempre cedía a cualquier cosa que le pidiera.

Era un niño bastante consentido ¿para que negarlo?

La mujer suspiró, su hijo siempre habia sido su debilidad, lo veia tan pequeño y tan fragil.

-De acuerdo, pero solo hoy, y tu te vendras a dormir conmigo -Dijo decidida.

-Pero mamá...-

-Pero nada -Dicho esto se dio la vuelta caminando hacia la puerta- Te espero en cinco minutos, Oli -Habló mirandole por sobre su hombro y salió de la habitación.

Oliver por otro lado, se incorporo de a poco hasta quedar sentado, mirando fijamente a la chica junto a él.

-Ella te pertenece, Oliver -

Él miró mas alla, cerca de la esquina del cuarto, viendo como de entre las sombras salia la figura de un chico de masomenos su misma edad, solo que este le regalaba una sonrisa de dientes afilados mientras se acercaba. Asi tambien, habia otros dos que salieron de debajo de la cama.

El niño se encogió un poco, de noche Wally le daba algo de miedo pero si se lo decia, sabia que su amigo lo burlaria por el resto de su existencia. Oyó a Tucker tronarse los huesos del cuello como si estos estuvieran rotos y un escalosfrio le recorrió la espina dorsal.

-Deberias marcarla ¿no crees?- Habló nuevamente Wally, quien era su mejor amigo.

-¿Marcarla? -Oliver se mostró confundido.

Entonces el otro acarició los cabellos de Katrina, causando que Pritzker frunciera el entrecejo.

-No la toques, ella es mia -

El niño miró fijamente al chico de puntiaguda dentadura y cerró los ojos.

-Ella te pertenece -Repitieron los tres- Debes marcarla para que todos lo sepan, nadie mas que tu puede acercarsele.

-No quiero...-El pelinegro hizo un puchero abrazando a la chica que se encontraba profundamente dormida.

-¿Y si alguien te la roba?

-¡Marcala!

-Debes marcarla-

-¡Ella te pertenece!

-¡Ella es tuya!

Oliver apretó los ojos con fuerza, cubriendose los oidos pero las voces de ellos se hacian cada vez mas fuertes.

¡MARCALA!

Entonces, Oliver bajó de la cama, caminó hasta una de sus estanterias tomando una pequeña navaja que él siempre escondia entre sus libros y caminó de regreso, parandose junto al cuerpo inactivo de su maestra, entonces le hizo un pequeño corte debajo de la nuca con la misma, pero apenas, fue tan sutil que ella nisiquiera se despertó aunque si se removió e hizo una mueca volteandose hacia el otro lado.

El pelinegro miró en el filoso objeto, el cual ahora tenia unas pequeñas gotitas de sangre, y las tocó con el dedo, como si analizara el liquido carmesí.

Oyó pasos en el pasillo, por lo que se apresuró a esconder nuevamente la pequeña navaja, que era como las que llevan los sacapuntas por cierto, despues caminó rapido a ponerse junto a la cama como si acabara de bajar de ella.

La puerta se abrió lentamente y el rostro sin maquillaje de su madre se asomó.

-¿Oli? ¿Porque tardas tanto? -

El niño esbozo una sonrisa inocente.

-No encontraba mi peluche... -Fingio un puchero, que su madre obviamente se creyó.

-Vamos, yo puedo ser tu peluche -Ella bromeó extendiendo su delicada mano para tomar la pequeña de él.

Antes de salir de la habitación, la criatura miró hacia donde Katrina ni se habia movido.

Y sus amigos ya habian desaparecido, de nuevo.

5

Cuando Katrina despertó, el sol ya habia entrado por la ventana, dandole de lleno en la cara por lo que gruño suavemente estirandose y volteandose hacia el otro lado...

Entonces se dio cuenta de algo. Abrió los ojos apenas mirando a su lado, para darse cuenta de que Oliver no estaba alli.

-¿Cuanto dormí? -Se pregunto momentaneamente somnolienta al sentarse y bostezar.

De golpe se le fue el sueño al recordar que la señora Pritzker deberia de haber vuelto ya, ¿Ella la habria visto dormida junto a su hijo?

Oh, mierda. Estaba segura de que Edith podia echarla de patitas en la calle si la descubria de tal forma con su pequeño hijo. Aunque era claro que a la rubia jamas se le pasaria por la cabeza hacerle daño a Oliver, por supuesto que no, pero sabia que Edith era una madre muy protectora con su hijo, sino fuera asi quiza enviaria al niño a una escuela y no contrataría a profesores particulares para que le enseñaran en casa. Aunque secretamente agradecia eso porque sino aun continuaria buscando trabajo, y no hubiera conocido a tan peculiar chiquillo.

Al sentarse en la cama, sintió una especie de pinchazo bajo la nuca, un ligero dolor por lo que se llevó la mano a la zona y luego se miró la mano nuevamente, no habia nada. Suspiró pensando que quiza habria dormido mal.

Alrededor de diez minutos despues, la chica bajó cautelosamente las escaleras dirigiendose a la cocina. Luz Caceres, la mujer que se encargaba de cocinar le regaló una sonrisa.

-Buenos dias, señorita Katrina -La saludó.

-Buenos... dias...-La joven miró alrededor, notando la ausencia de los dueños de la casona.

-Madame Pritzker y el joven Oliver han salido al aeropuerto hace una hora -Informó sirviendole un poco de café y entregandole unas tostadas.

-¿Al aeropuerto? - Expresó confundida mientras le daba un mordisco a una tostada.

-Hoy llega el señor Adrien, el hermano del difunto esposo de la señora Edith -Explicó, aunque la rubia notó el ligero tono de disgusto de la mujer, mientras le dejaba mermelada de fresa sobre la mesa

-Ah, no sabia que hoy vendria -La rusa hizo una mueca- ¿Edith se veia molesta o algo asi?

-No, de hecho la señora se encontraba radiante ¿Porque la pregunta? -Le dio una mirada extrañada a la joven frente a ella.

-No, por nada -Contesto rapidamente, tomando la taza de cafe y bebiendo para callar.

"¿Se habra dado cuenta u Oliver se marchó de la habitacion en cuanto me dormí? Por dios, que vergüenza, se suponia que el que iba a dormir era él" Pensó avergonzada, mientras continuaba desayunando.

Hoy era sabado, por lo que sabia que Edith Pritzker tenia el dia libre y seguramente lo pasaria con Oliver... y con su cuñado ahora que llegaria.

Ella se quedó pensativa unos minutos, estaba segura de que a Adrien Pritzker solo lo conocia por una que otra foto que habia por la casa, pero jamas lo habia visto en persona. ¿Como seria? Miró de reojo a Luz, quien ahora lavaba unas cucharillas que habia usado para las mermeladas del desayuno de señora y señorito de la casa, parecia que el hombre no le caía bien a Luz, y eso le pareció raro porque Katrina consideraba que a la mujer le agradaba cualquier persona.

Suspiró y decidió no taladrarse tanto la cabeza, terminaria su desayuno, esperaria a los señores de la casa para despedirse y se iria muy dignamente a su apartamento para ver sus "dibujitos chinos", como les llama Liver. Estaba muy intrigada con que pasaria en el siguiente capitulo de Durarara.

6

Habia pasado casi una hora y media cuando se oyó aquel Mercedes estacionarse en el patio de la mansion.

Katrina pegó un salto levantandose del sofa en el que se habia dejado caer y cerrando la aplicacion de anime de su movil, aunque queria seguir viendo porque le habia dejado con intriga el misterio de la espada Saika.

Momentos despues vio entrar a Edith riendo tan elegante y coqueta con un hombre de traje pero que se cargaba un aura de seducción que hizo entrecerrar los ojos a la rubia.

Tras ellos apareció su alumno favorito, con su tipico rostro inexpresivo aunque Katrina pudo notar fastidio en su mirada azul, cosa que no dejo pasar.

-¡Oh, Katrina! Sigues aqui -Sonrió la señora Pritzker, no se veia en lo absoluto enfadada, eso fue lo primero que destacó la rusa, de hecho hasta parecia radiante, mas de lo normal.

-Si, ehm... No podia irme sin despedirme antes -Se excusó la chica distraidamente.

El hombre de inmediato dirigió su mirada hacia la joven, recorriendola con la mirada de forma disimulada.

-Ya veo... -La mujer notó la mirada de su cuñado sobre la joven y se sintio molesta repentinamente- Katrina, él es Adrien Pritzker, el hermano menor de mi difunto marido. Adrien, querido, ella es Katrina Petrova, la maestra particular de literatura e idiomas de Oliver.

-¿Idiomas? -Adrien se mostró interesado al tiempo que le tendia la mano, cosa que ella no rechazó, sino que la estrecho a modo de saludo- ¿Que idiomas manejas? Dime, Katrina.

La joven se sintio algo incomoda por la intensa mirada azul del hombre puesta sobre ella.

-Manejo Portugues, Italiano, Ingles, Frances, y el Ruso como lengua materna. -Respondió en voz baja.

Oliver miró la union de las manos de ambos, su tio no parecia dispuesto a soltarla por el momento asi que carraspeó llamando su atención y asi la rubia pudo liberar su mano.

Katrina no comprendio del todo porque su Liver parecia molesto, pero Adrien notó en el muchachito una nota de frialdad dirigida hacia él, ademas de que le dirigia una mirada a la veinteañera, una mirada de posesión.

Adrien no pudo evitar esbozar una ligera sonrisa divertida al descifrar el mensaje que su sobrino trataba de darle sin palabras.

"Ella me pertenece"

Y sabia lo peligroso que era jugar con ese mocoso, pero él era un maldito curioso y estaria encantado de ver que salia de aquel atrevimiento entre él y Oliver.

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Bueno aqui esta la segunda parte del capitulo uno, en lo personal a mi me gusto, no se.

Edith Pritzker en multimedia.

¿Que creen que pasara entre Adrien y Oliver? -inserte carita malvada aqui.

Espero les guste, voten y/o comenten por favor.

R.G.Wright

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