Chapter Four: Tu no sabes nada, Katrina (1/2)

1

La joven rusa se encontraba buscando al chiquillo por la casa, llevaba alrededor de veinte minutos buscandolo y no lo encontraba, esperaba que no se le hubiera escapado.

Lo que sucedia es que Oliver le habia pedido un receso para jugar, ella habia pensado en negarse pero nunca podia negarle nada a su niño. Cuestion que terminaron jugando a las escondidas, ella contando y él escondiendose.

Aunque tampoco le extrañaba mucho no encontrarlo, es decir, la casa era enorme, e incluso el niño podria conocer lugares de esta que ella no, lo que si le extrañaba un poco era no encontrarse con el tio del menor. Casi estaba resignada para cuando llegó a un cuarto que no conocia, la hoja de la puerta era de madera, cosa que le extraño un poco pues no era el mismo material que de las otras habitaciones.

Katrina se debatio por un momento si debia ver alli o no, aunque al final decidió asomarse solo para comprobar si el niño estaba escondido alli. Que, ingrata, sorpresa se llevó al encontrarlo sentado sobre la gran silla detras del escritorio y con los pies sobre el mueble.

Pero eso no fue lo que llamó terriblemente su atención y que la hizo pararse en seco en la puerta, quedarse inmovilizada con la vista fija en el arma "de juguete" que Oliver apuntaba hacia ella.

-L-Liver ¿que..? -Balbuceó mirandolo fijamente, estaba nerviosa.

Pero el niño parecia completamente tranquilo, incluso le sonreia.

-Te tardaste un poco en encontrarme, tuve que ponerme comodo -Alegó vagamente.

-La casa es muy grande -Se excusó, sin quitar la vista del arma, intentaba verificar a vista si era real o no. Porque de serlo... ¿quien demonios le daba un arma de fuego a una criatura de doce años?.

-¿Que? ¿Me tienes miedo, Katrina? -La voz de Oliver sonaba tan dulce y suave, que lo hacia parecer un ángel, lo hacia ver inofensivo, hacia que ella confiara aunque no debiera ser asi.

-Y-yo... no -Terminó por decir firmemente- No te tengo miedo, Liver, porque sé que tu no me harias daño... no a mi, no se lastima a las personas que quieres ¿verdad? -Ella le sonrió cariñosamente, avanzando dos pasos hacia él.

Que estupida ingenua, que no se daba cuenta de que solo era una marioneta.

-Eso es verdad, no se lastima a los que se quiere -Concedió el pequeño, parecio bajar el arma por un momento.

-¿Es de juguete? -Pregunto Katrina avanzando unos pasos más.

En ese momento, Oliver volvio a subir el arma y jaló el gatillo hacia ella causando que pegara un chillido y que cerrara los ojos fuertemente, pero no sintió nada por unos segundos. Petrova se sintio temblar como una hoja, abriendo enormemente los ojos mirando a Oliver.

-No lo es -Creyó oir a su Liver, que se mantuvo sin perder la sonrisa ni despeinarse.

Entonces sintio el dolor en su hombro, un dolor profundo y casi desgarrador, soltó un grito, antes de perder la consciencia por la vision de su propia sangre manando de la herida, que comenzaba a manchar su camiseta.

Lo ultimo que vio fue a Oliver.

Su Oliver sonriendole como si todo estuviera bien... y se pregunto, ella se pregunto porque parecia no afectarle el herirla si se suponia que la queria.

2

Despertó en uno de los cuartos de la casa, casi no sentia nada, hasta podia considerarse algo adormilada. Tenia el hombro vendado notó de pronto, intento enfocar su vista para poder ver mejor alrededor de donde se encontraba.

Vio a Oliver sentado junto a la cama donde ella reposaba, una molestia aparecio en su pecho al verlo.

-Lo siento, Katrina.. -Susurró el niño arrodillandose a un costado de la cama- Lo siento, no pense que estaba cargada... -La rubia notó que los ojos del chico estaban cargados de lagrimas.- No queria lastimarte... yo te aprecio mucho, eres mi mejor amiga...

Inmediatamente la molestia fue reemplazada por otra cosa. Por compasión. No debia pero.. no podia evitarlo. Katrina estaba conmovida por el claro arrepentimiento que veia en el semblante de Liver, ademas ni asi podia enojarse con su alumno, no entendia porque, quiza se debia a que lo queria demasiado... lo queria tanto que ni siquiera notó que ese arrepentimiento era solo un teatro perfectamente actuado por el niño.

Ella sonrió un poco, afablemente, aun sintiendose ligeramente atontada por la anestesia que seguramente le habria aplicado el medico que oía ahora fuera de la habitacion conversando con alguien, que supuso era Adrien.

-Tranquilo, estoy bien, Liver... -Susurró acariciandole la frente.

Él se trepó a la cama, quedandose junto a ella, cerca de ella. Ambos se miraban a la cara.

-No fue tu culpa, pequeño... tu solo eres un niño curioso -Continuó ella, acomodandole un poco el cabello- No tienes mucha idea de lo peligroso que es jugar con armas de fuego...

Él asentia, soltando un par de lagrimitas.

-Oh, no, no llores, no estoy enojada, mirame, Oliver, mirame, no paso nada...-Se quedó quieta cuando sintio el rostro de Oliver mas cerca del suyo.

-Yo te quiero mucho, Katrina -Murmuró bajo el pelinegro.

La miraba con arrepentimiento y culpa, ademas del cariño que notaba que él le tenia, sentia que sus palabras eran reales.

-Tambien te quiero, Oliver -Esas fueron las palabras que dieron comienzo al nuevo juego del que seria participe con él.

No se lo esperó, de verdad que no, se quedó absolutamente quieta y algo sorprendida cuando Oliver rozó sus labios con los de ella, casi como si quisiera darle un beso pero fuera demasiado timido para ello.

Mucho menos se esperó sentir un vuelco en el corazon o miles de sensaciones estallar en su pecho. Katrina se sonrojo un poco, ella habia sentido eso antes, sabia perfectamente lo que era, pero de ninguna manera debia permitirlo, no estaba bien.

Fue algo fugaz, apenas un roce de labios, pero le habia hecho darse cuenta de lo malo que era acercarse demasiado a él, puesto que ella era la adulto responsable tenia que detener cualquier florecimiento de ese tipo de cariño entre ambos... Aunque ella no se habia dado cuenta que desde hace tiempo lo queria de esa forma, solo convenciendose de que era cariño del tipo fraternal. No, no y no, debia detener eso.

El chico se apartó al mismo tiempo que la puerta se abrio, mostrando a un Adrien Pritzker algo preocupado y con un moreton en la frente.

-¿Katrina? -Se acercó a la cama- ¿Que tal estas? Dijo el doctor O'Conner que por suerte la herida no fue demasiado grave, solo un par de puntos... tendras que tomar una medicacion para el dolor que pueda producirte y...-Se detuvo al ver que el infante estaba recostado junto a la chica.- Y algo de reposo te hara bien -Completó.

-Bien, gracias, señor Pritzker -Ella dijo en un suspiro.

Él miro de reojo al niño, que lo miraba fijamente.

-Llamame Adrien, Katrina, no me van tanto las formalidades -Y le dedico una sonrisa de galán.

-Que estupido es... pretende seguir jugando contigo -Oliver oyó la voz de Wally junto a él, pero se mantuvo tranquilo pues sabia que solo él podia ver a sus amigos.

Katrina rio un poco, suave.

-De acuerdo, Adrien -

Deberia enfocar esos sentimientos en alguien más, eso era claro.

Aunque sintió a su niño tomarle la mano, lo que le provoco una sonrisa y una sensacion calida.

Estaba mal... estaba mal, eso era lo que tenia que memorizarse.

3

Para cuando Edith llegó, la mujer habia recibido el llamado de Adrien y practicamente habia salido corriendo al estacionamiento donde estaba su carro para luego conducir sobrepasando los limites de velocidad hasta llegar a la casa, estaba alterada por el simple hecho de que "Oliver" y "disparó" en la misma oración.

Entró, casi dando un portazo, a la habitacion donde estaba Katrina sentada tomando un té que Luz le habia dejado hace al menos cinco minutos. El niño se encontraba sentado junto a ella, parecia estar contandole algo. Sin embargo por el ruido que causó, ambos se habian girado a verle.

Oliver estaba sano, eso le hizo suspirar de alivio, pero Katrina tenia el hombro vendado y una camiseta de tirantes puesta.

Edith entrecerró los ojos al notarlo, no le parecia que esa vestimenta fuera adecuada en presencia de su hijo.

-Edith... ehm.. ¿Sucedió algo? -Preguntó Katrina ingenuamente.

-Madre, todo esta bien, no ha sido grave -Aclaró el niño mirando a la mujer.

-Yo... eh.. Oliver, sal de la habitación, por favor, requiero de hablar a solas con tu maestra -Ordenó de forma amable, manteniendole la mirada a la rusa.

-Pero, madre...-

-Afuera, Oliver, ve a jugar -

Su primogenito no protestó más, aunque la vio con el ceño fruncido por un momento antes de levantarse e irse de alli. Ella se aseguro de que se hubiera alejado lo suficiente de alli antes de hablar.

-¿Es verdad que Oliver te disparó? -Cuestionó cerrando la puerta y volteando hacia la joven.

-Bueno.. si, pero fue un accidente, yo lo sé, él es muy inocente, no es probable que supiera que el arma estaba cargada..-La rubia comenzó a hablar rapidamente, tratando de evitarle algun tipo de regaño, castigo o lo que fuere al pequeño.

El semblante de la dama se suavizó al oirla, casi pudo asomarse una sonrisa en sus labios intensamente pintados de rubí.

-Es justo de eso de lo que queria hablar -Tomó asiento en una esquina de la cama.- Tu mejor que nadie sabe que Oliver es un niño muy especial...

-Lo sé, pero eso lo hace unico, él no es malo -

Ambas se negaban a creer que ese niño al que tanto querian era alguien malo. Lo veian como algo imposible, aunque las dos supieran lo que él era capaz de hacer...

-Yo sé que no es malo -La ex-modelo suspiró- Pero a veces no logra diferenciar lo que esta bien y lo que esta mal, es por eso que ocurren accidentes como este -Señaló con una de sus largas y bien cuidadas uñas a la venda en el hombro de la muchacha.

-Eso lo comprendo. Pero no pienso demandarle ni nada si eso es lo que cree -Mencionó, ligeramente nerviosa.

-Gracias, Katrina -Agradeció la mayor de las dos.- Criar a Oliver sola, ha sido algo dificil desde la muerte de Adam -Edith pareció afligida al recordar a su marido.

Eso llamó la atención de la joven.

-¿Hace cuanto falleció el señor Pritzker? -Preguntó, con algo de curiosidad.

-Nueve años ya -Contestó, alisandose el cabello con los dedos.- Él era un hombre tan bueno... -

-¿Que fue lo que pasó? -La pregunta escapo de sus labios antes de que pudiera refrenarse.

-Un ladrón entró a la casa -Dijo con calma la bella castaña- Adam intentó protegernos a Oliver y a mi... y el ladrón le disparó.

La mujer aun podia oir el sonido del disparó en su cabeza, ese recuerdo nunca se iria. Aunque... a Katrina le daba la leve sospecha de que no habia sido como la mujer lo contaba.

-¿Un ladrón? -Dijo incredula- Es decir... sé que tienen seguridad aqui, es una mansión gigante ¿como fue que justo se topó con el ladron y ningun guardia vino en su ayuda? -Cuestionó.

Edith parecio tensarse ligeramente.

-Si, Katrina, pero el hombre habia desmayado a los guardias antes con algun tipo de somnifero o no se... -Alegó con voz filosa- Fue una casualidad... una tragica casualidad... -

La rubia miró fijamente a la otra, sentia que ella no estaba diciendole del todo la verdad. Edith tambien le devolvia la mirada, parecian desafiarse mutuamente en silencio.

-¿Tu estuviste presente cuando le dispararon? -

-No-

Esa mentira fue la que acrecentó la sospecha en la joven rusa.

-¿Sabe algo? Oliver me estaba hablando de eso hoy -Comenzó sin quitarle la mirada de encima- Dijo que no recordaba casi nada.. algo borroso pero que si recuerda que usted lo dejó en el armario al ir con su padre... -

La madre de Liver rompió el contacto.

-Era casi un bebe, es casi imposible que recuerde -

-Tenia tres años, es poco probable, no imposible -Replicó.

-Tu no sabes nada, Katrina, asi que no hables de cosas que no entiendes -La mujer se levantó de golpe de la cama.

-Tal vez no sepa demasiado, tal vez no me incumba pero algo me dice que esa historia como la cuentas no esta bien contada -Dijo insolente.

Edith se mostró furiosa al alzar la mano para darle una bofetada a la chica.

-¡Madre! ¿Pero que haces? -

Sin embargo, se detuvo en seco al oir la voz de su niño.

La silenciosa mirada que Katrina le dedico lo decia todo.

"Voy a desenmascararte, Edith"

************
Me tarde, ya sé. Pero es que no lograba terminar el cap, perdon.

Edith y Adam Pritzker en multimedia.

Espero que les guste.

Voten y/o comenten por favor.

R.G. Wright

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