uno | dinero, la fuerza vital




OO1


Pagar la universidad era lo más difícil del mundo, con una madre que no se preocupa ni le importa lo que ho haga, y un papá que se la vivía de borrachera en borrachera, con razón mi hermana mayor en cuanto cumplió los 18 se fue de la casa.

Solo que había un detalle, mi hermana no se fue sola, ella se fue con un hombre unos 20 años mayor que ella. Nunca me dio buena espina, era guapo sí, pero había algo en él que se me hacía raro. Siempre estaba sonriendo, se mantenía tranquilo y relajado, siempre con su maletín y sus dos piezas de ddakji, mi hermana decía que era un empresario y por eso tenía mucho dinero, pero nunca me explicó lo del maletín y el ddakji. Pero bueno, él le dio todo como para que ella viviera bien y sin la mínima carencia.

Y bueno, yo no tenía novio. Nadie con quien escaparme como lo hizo la inteligente de mi hermana. Que dejó a su noviecito de su misma edad, por ese tipo mucho mayor que ella pero con dinero.

Yo por mi parte estaba en una universidad, pidiendo información, preguntando los planes de estudios y esas cosas. Quería ir a una universidad privada, no era por el prestigio o algo así, sino que sabía que me prepararía mejor que una pública y así podría al fin dejar atrás la miserable vida que llevaba.

Pero había un grandísimo obstáculo, el dinero. El dinero, la razón de vivir de absolutamente todo el mundo, la fuerza vital de todo ser humano pensante.

Y no podía pagar una escuela privada yo sola, pero aún así quería preguntarlo.

—¿Así que 1.300.000 wones por semestre? —repetí lo que el que parecía ser el director de la universidad me dijo. —De ninguna manera podría pagarla.

Y lo peor que ahí no existían las becas.

—Pero de igual manera muchas gracias señor. —le di mi mano. —Yo me retiró.

—No, espera. —me jaló un poco. —hacemos excepciones con alumnas... destacadas.

—¿A qué se refiere con destacadas?

Él no me dijo nada, me miró de pies a cabeza con una mirada que me dio asco. Que viejo más payaso y gracioso, solo así puede tener atención.

yo me reí con sarcasmo, y me acerqué a él, a su cara. —Creo que podría interesarme esa oferta, señor director.

—Piénsalo, tienes las puertas de esta oficina abiertas, bonita.

—Y usted tiene su impecable camisa blanca manchada de café.

—¿Qué dices-

Antes de que acabara de hablar, le lancé encima su cafetera que tenía al lado, con agua casi hirviendo. El viejo empezó a gritar de dolor y a limpiarse con unas servilletas.

—¡maldita perra que hiciste!

—Que asco me dan las personas como ustedes. Estúpido cerdo.

Me fui de esa universidad. Viendo que detrás de mí estaba el lugar donde yo más anhelaba estar, estudiar administración de empresas era mi sueño. Pero bueno, había que poner los pies sobre la tierra y enfocarme en mi mundo real.

Una vez me había acostado con el jefe de mi trabajo, solo para que me diera el empleo, tenía dieciséis años, ya no pensaba hacerlo de nuevo.

Esperaba en el metro, para regresar a mi casa, no estaba prestando atención a nada, estaba viendo mi teléfono y escuché una voz de alguien que se sentó al lado de mí.

—Señorita. —habló pero yo no lo volteé a ver. —¿Tiene un minuto?

—No creo en Jesús.

—No se trata de eso, quisiera hablarle de una gran oportunidad que le va a-

Saqué de mi bolso una navaja para depilar las cejas, era pequeña pero siempre supe que para cualquier emergencia quizás podría ayudarme. Como cuando se me acercaran hombres tales como este tipo.

Entonces le apunté y lo regresé a ver. Y quedé helada cuando le vi la cara. Era el esposo de mi hermana Sun-hee, Gong Yoo, el que ella dice que es empresario y toda la cosa y por eso es rico.

¿Cómo no lo reconocí ni él a mí? Aunque era de esperarse, cuando ella se fue con él, yo tenía once años, ella ya tenía dieciocho, y ahora estoy yo acá, con veinte años, han pasado años desde que no la veo, ni a su esposo. Él no cambió tanto, total ya estaba grande cuando lo ví por primera vez, pero a mí pareció no reconocerme al instante, hasta después unos dos minutos.

— ¿Eun-ji? —parpadeó varias veces, como si hubiera visto a un fantasma. —Con razón, varias cosas me recordaban a la hermanita menor de mi esposa, como pude ser tan idiota como para no darme cuenta que se trataba de ti, niña.

—¿Qué tonterías dices? ¿Y que era esa oportunidad que me iba a cambiar la vida?

—No es nada. No debí toparme contigo.

—No. Tú te dedicas a estafar gente o algo así. No me mientas y dime que era todo lo que me ibas a decir, o si no voy y le cuento a mi hermana.

—Ella no te va a creer. —me sonrió tan soberbio, más que seguro de sus palabras.

—Habla ya, Gong Yoo, o te juro que en este momento le marco a Sun-hee.

él suspiró. —Está bien, solo porque es mi trabajo... ¿quieres jugar un juego conmigo?

—¿qué juego?

—Ddajki. —sacó las dos piezas. —Por cada ronda que ganes, te daré 10,000 wones, y si yo gano, tú me los darás a mí.

Lo pensé unos minutos, yo era muy buena en ese juego, lo jugaba mucho con los niños de mi primaria y no era por presumir, pero casi siempre les ganaba.

—¿En serio quieres que te crea? —me reí en su cara. —No puede ser que de esto vives, y la pobre de mi hermana creyendo que se casó con un hombre perfecto y rico.

—Y es verdad, a Sun-hee no le falta nada... tú puedes tener la misma vida que ella, pero no confías en mí. —se me acercó demasiado a la cara.

—Que asco. —lo aparté. —¿me quieres coquetear o algo así?

—¿Te molesta?

—¡Mi hermana es tu esposa!

—Jamás lo intentaría.

—Además no me gustan los ancianos.

—Y tú para mí eres una niña. Solo estoy jugando, yo amo a tu hermana.

—Ya cállate y mejor explícame eso del jueguito.

Al final no mentía, y eso del ddakji era cierto, le gané tres rondas seguidas, ya llevaba 30,000 wones, pero él me ganó la cuarta.

—Si no tienes dinero, puedes usar tu cuerpo para pagar.

lo miré demasiado ofendida y le pegué una cachetada. —¡Eres un asqueroso! Sun-hee tiene que saber esto. —saqué mi celular pero él me lo arrebató. —¿qué te pasa? Ya casi ni sirve y-

—No te preocupes, yo te puedo comprar otro, cuñadita.

Apenas iba a decir algo más, cuando él me estampó su mano contra mi mejilla, me ardió la cara, pero ardió más el hecho de que me haya golpeado así nada más. ¿Qué se cree este? Si me llegaba a enterar de que así se portaba con mi hermana, yo lo mataría con mis propias manos.

—A esto me refería a pagar con tu cuerpo. Si no tienes con que pagar, cuando yo gané te daré una bofetada.

Luego me entregó el dinero, yo lo tomé y lo guardé en mi bolso.

—No no, está bien. —me continué sobando la mejilla. —es más, creo que la necesitaba, ya sabes, para agarrarle bien la onda al día.

—¿quieres seguir jugando?

—No, yo creo que ya me voy a mi casa. Fue un gusto verte y me saludas a mi hermana. Dile a la bastarda que a ver cuando se digna a ir a visitarnos.

—Seok Eun-ji, hoy fue a visitar una universidad pero el dinero no le es suficiente para costearla.

Se me congeló el cuerpo de los pies a la cabeza en cuanto me dijo eso. Este tipo estaba loco ¿me espiaba? Pero lo que seguía diciendo, eso me preocupó más.

—Seok Eun-ji, nivel de educación, preparatoria técnica. Quiere estudiar administración de empresas en una universidad privada pero por su situación económica y los desobligados de sus padres no puede pagarla. Conseguir trabajo no le es nada fácil, pues los jefes no la toman en serio por ser una "niña" —hizo comillas con sus dedos. —Su papá es un alcohólico que-

—¡A ver ya! —lo interrumpí. —Si la chismosa de Sun-hee te cuenta todos mis problemas, dile que se vaya directo a-

—Shh. —puso su dedo índice sobre mis labios. —No quedan muchos lugares, piénsalo.

Sacó de su saco una tarjeta, con tres figuras geométricas; un círculo, un triángulo y un cuadrado, del lado de atrás venía un número telefónico "010-034".

—Espero tu llamada.

Ya se iba, pero se giró para decirme una última cosa.

—Y por favor, cuñadita, nada de esto a Sun-hee, sino tú y yo vamos a tener problemas.

Ni siquiera me puse a la defensiva, pues todo lo que este loco me había dicho me dejó con la boca abierta, llena de intriga y de dudas. Quería saber cómo era que sabía todo eso, mi respuesta más lógica era que mi hermana le contaba todos nuestros problemas, pero eso de que hoy fui a esa escuela, ella no lo sabía.

De igual manera, al llegar a mi casa, marqué a ese número. Ni siquiera lo pensé tanto, porque de verdad necesitaba el dinero, ya lo dije, es mi fuerza vital y mi escudo contra el miedo que me daba un mundo miserable con una vida mediocre, creo que ese era el pensamiento razonable de todos los que necesitamos dinero.

—¿quién habla?

—tu cuñada, no hagas que no conoces mi voz.

se escuchó como rió un poco. —¿Desea participar en el juego? Si quiere jugar, indique su nombre y fecha de nacimiento.

—Seok Eun-ji, 20 de abril del 2001.











holiiii hice esto porque estoy aburrida y sin nada q hacer ajjajajaja además de q no hay encuentro muchos fanfics de mi esposo Sangwoo ps quería hacer uno
espero q les guste y se tomen el tiempo para leerlo y votar <3
pueden seguirme en tiktok estoy igual como "retromances" y ahí estaré subiendo edits de esta y de mis otras historias <3

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