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DUEÑOS DEL MAR
Sus hermanas no la aceptaron y honestamente ella no las culpaba. ¿Cómo podían aceptar a alguien que no conocían? Sobre todo porque les soltaron la noticia apenas una semana después del funeral de su madre, ella hubiera hecho que su dragón se los comiera a todos, pero por suerte sus hermanas no tenían su temperamento. Al menos Rhaena porque Baela siempre lucía como si quisiera golpearla cada vez que la veía, y puede que Baela sea menor que ella, pero si llegaba a golpearla ella no iba a contener sus golpes al momento de defenderse. Aunque por suerte Aegon se mantuvo pegado a ella todo el tiempo impidiendo que su hermana menor pudiera atacarla.
Ah, Aegon.
Cómo habían cambiado las cosas con Aegon, ¿No?
Su tío-prometido no se despegó de ella desde que la vio por primera vez después del funeral de su tía Laena y aunque al principio le pareció asfixiante lo dejó pasar. De verdad no quería causar otro problema. Lástima que los problemas eran el pan de cada día en su familia, en serio, ella no sabía cómo esa gente no podía vivir un día sin drama. Sus hermanas, otra vez, demostraron su disgusto por ella cuando notaron lo cercana que era a su abuelo Corlys. No era como si ella pudiera evitarlo, había pasado más tiempo que ellas con su abuelo, era normal que fueran cercanos. En todo caso deberían dirigir toda su ira a Jacaerys que siempre se ganaba la atención del hombre con solo respirar, su preciado heredero.
—Me miran como si quisieran matarme—le comentó a su abuelo mirando a su hermanas, regresando el desprecio.
—Solo necesitan tiempo, cariño—Corlys suspiró—, creo que todos lo necesitamos.
Su madre decidió que para evitar futuros problemas era mejor decirle a la familia sobre su verdadero padre y digamos que no fue muy bien. Todos estaban molestos con sus padres y su abuelo Viserys, pero ninguno la trató como menos. Gracias a eso la familia había decidido dejar Driftmark, la Princesa Heredera y su familia irían a Dragonstone para tomar el lugar que le pertenecía.
—Pero...—miró a su abuelo—quiero ir a navegar el Mar Estrecho contigo—sacó su mejor arma, sus lágrimas falsas—, prometiste que iríamos.
Corlys la miró y se sintió mal al ver sus ojos llenos de lágrimas.
—¿Realmente quieres eso?—ella asintió. —Acabas de conocer la verdad, ¿No quieres pasar tiempo con ellos?
—Baela y Rhaena me odian como si yo tuviese la culpa—bufó mirando hacia el mar—, y yo no quiero a Daemon.
—Es tu padre.
—Mi padre es Laenor Velaryon—apretó las manos—. Tengo que buscar a mis hermanos, disculpa, abuelo.
La niña se alejó con ira burbujeando en su interior y él la vio irse. ¿Cómo podía la gente ser tan desconsiderada? ¿Acaso olvidaron que Laenor fue quien la crió? Que le dijeran que Daemon era su padre la hacía querer cometer crímenes violentos, antes le gustaba saber que tenía otro padre que la amaría, pero después de ver el sueño donde ese hombre planeaba matar a su padre no podía aceptarlo.
—¿A quién vas a matar?—se sobresaltó.
Helaena la miró con curiosidad, Aemond estaba con ella y también la miró curioso.
—A todos los que dicen que Daemon Targaryen es mi padre.
—¿Es tu padre?—su tío la miró confundido.
—Te pareces mucho a él—añadió Helaena—. Tienes tres padres, Aerys, Daemon y Laenor.
—Daemon Targaryen no es mi padre, tampoco lo es Aerys Targaryen, mi padre es Laenor Velaryon y cortaré la cabeza de aquel que diga lo contrario.
Aemond se sobresaltó al escucharla y Helaena sonrió con felicidad, la niña agarró la mano de su hermano y se alejó murmurando algo sobre una araña que había encontrado. Daenerys suspiró y continuó su camino solo para encontrarse con Daemon Targaryen, su enemigo jurado, recostado en la pared mirándola atentamente. ¿Había escuchado?
—¿Quién es Aerys?—preguntó como si nada.
Por los malditos dioses.
¿Acaso la gente no podía dejar de ser tan metiches?
—Nadie—miró hacia otro lado.
—Puedes confiar en mí—Daemon se alejó de la pared.
—Te diré si haces algo por mi.
Los dos se miraron por unos minutos y él acabó accediendo. Más tarde Daenerys se encontró despidiéndose de su familia, su madre la llenó de besos en medio de súplicas para que se cuidara y su padre la abrazó por un buen rato susurrando cuanto la amaba. Sus hermanos fueron los que lloraron durante la despedida y ella tuvo que prometerles muchos regalos para que la soltarán y se fueran con sus padres. Daemon simplemente asintió en su dirección y eso fue más que suficiente. Sus abuelos, Viserys y Alicent, también besaron sus mejillas deseándole suerte en su viaje por el Mar Estrecho, sus tíos la abrazaron y prometieron esperarla en King's Landing. Aegon fue otra historia, con él tuvo que hablar en privado, fuera de los ojos que vigilaban todo lo que hacían.
—¿Por qué tienes que irte?—le preguntó él cuando le dio la noticia.
—Es mi sueño y cuando nos casemos no podré cumplirlo.
—Te compraré una flota de barcos si eso quieres, pero no te vayas—agarró sus manos mirándola con desesperación—, te voy a extrañar.
—Regresaré pronto.
Pero Aegon esperó por días, semanas, meses, años y Daenerys no regresó.
Daenerys había escuchado sobre la belleza más allá del Mar Estrecho, pero nada la preparó para lo que encontró. El día que zarparon de Driftmark después de despedirse de su abuela Rhaenys se sintió feliz. Su abuelo Corlys le enseñó cómo comandar un navío y ella absorbió toda la información que podía, su padre ya le había instruido en la mayoría de esas cosas así que fue fácil para ella comprender todo. Grey Ghost iba con ellos, por suerte el dragón comía peces porque fueron días de viaje hasta que llegaron al primer puerto.
Primero visitaron Braavos y se maravilló con la vista, ahí su abuelo comenzó sus lecciones sobre el comercio y otra vez ella absorbió tanta información como pudo. Se quedaron en Braavos por una semana antes de zarpar con dirección a Pentos. En Pentos fueron recibidos por el mismo príncipe que decía haber acogido al Príncipe Daemon y su familia, el hombre no dudó en darle el pésame a Lord Corlys. Grey Ghost fue bien recibido y alimentado durante su estadía en Pentos, y ella se integró más en las negociaciones con los comerciantes. Apenas tenía once años, pero pudo poner en práctica cada lección de su abuelo. Los comerciantes quedaron encantados con ella y así en todas las ciudades que visitaron. Myr, Tyrosh, Lys, Volantis. Cuando estuvieron en Volantis Grey Ghost voló hacia la vieja Valyria y ella deseó poder ir con él, quería verlo.
Daenerys cumplió los doce años en el mar, como toda una Velaryon había dicho su abuelo. Cuando terminaron su viaje por Essos regresaron a Westeros, primero viajaron hasta las Islas de Hierro y siguieron su viaje pasando por Lannisport, Oldtown, The Arbor, y Dorne. Dorne fue una parada más corta que las anteriores que duraron de una semana a dos, pero a ella le encantó ver el lugar. Aunque mantuvo a Grey Ghost alejado, por si acaso. Pasaron por Stormlands donde celebró su cumpleaños número trece, otra vez en el mar, y continuaron hacia Tarth donde recibió zafiros como regalos de cumpleaños. Zafiros que convertiría en joyas para su madre, tía, y abuelas. En su viaje se detuvieron, por fin, en Driftmark donde su abuela los recibió sorprendida por la llegada inesperada. Se quedaron en la casa de los Velaryon por dos semanas sin decirle nada a sus padres, cuando terminó la visita zarparon hacía el Norte pasando por Dragonstone, pero no se detuvieron en la isla.
Ver el castillo de Dragonstone por primera vez en dos años fue suficiente para sacarle lágrimas, había extrañado a su familia. Su abuelo la miró y ella asintió. Sobre ellos Grey Ghost rugió y en poco tiempo fue respondido por los dragones de la isla, Seasmoke apareció detrás del castillo seguido por Syrax y Caraxes que se unieron al dragón gris. Daenerys sonrió viendo a los dragones volando juntos, desde uno de los balcones del castillo Rhaenyra, su esposo, sus hijos y Daemon miraban la embarcación de los Velaryon que pasaba por la isla.
La siguiente parada que hicieron fue en Maidenpool donde se quedaron por dos semanas más antes de seguir hacía las islas las Tres Hermanas. Después no fueron muy lejos, White Harbor fue su siguiente parada. Para cuando llegaron a White Harbor su abuelo le cedió el poder para que dirigiera la embarcación y ella sintió que estallaba de emoción, la tripulación era amable con ella y eso la hizo sentir segura cuando gritaba órdenes. Se quedaron por dos semanas más y finalmente partieron hacia Dragonstone, iban a terminar su viaje en King's Landing así que irían primero a visitar a su familia. Durante el viaje de White Harbor a Dragonstone también estuvo al mando, su abuelo no paró de decirle lo bien que hacía su trabajo cada vez que la escuchaba dar alguna orden. Era todo un abuelo orgulloso y no podía esperar a contarle al Rey todo lo que le había enseñado a su nieta, más quería presumirle.
Desembarcaron en Dragonstone por la mañana y ella se bajó del navío vestida como toda una Velaryon de pies a cabeza con su abuelo a su lado. Cruzaron el puente hacia el castillo con algunos miembros de la tripulación siguiendolos, cargando cofres llenos de regalos y cosas que Daenerys compró durante su viaje. Entonces los vió, su familia, todos sonriendo y con lágrimas en los ojos que derramaron apenas la vieron. En menos de un segundo se vio rodeada de los brazos de sus hermanos y sus padres.
Que bien se sentía estar en casa.
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NOTA:
Dany pudo cumplir su sueño y más, cruzó el Mar Estrecho tal como quería y con ayuda de Daemon, eh. ¿Creen que comience a tratarlo mejor? Spoiler: solo lo hace como por dos días.
En el siguiente será el viaje a King's Landing y su reencuentro con Aegon que debe estar sufriendo la ausencia de su prometida. Amamos a un Aegon enamorado.
Espero les haya gustado, gracias por leer, lu.
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