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AMIGOS Y FAMILIA

Aegon el mayor y Aegon el menor, así separaban a los dos Aegon. Aegon el mayor era un desastre controlado, disfrutaba de provocar a la gente con sus palabras, volar en dragón y pasar tiempo con su prometida y hermanos. Lo único que había comenzado a odiar era pasar tiempo con su madre, desde la llegada de su abuelo a King's Landing la mujer se alejó de sus hijos tratándolos con mano dura. Aemond decía que era para protegerlos, pero cuando se tomó la decisión de enviar a Daeron a Oldtown otra vez el segundo hijo de la Reina enfureció y dejó de defender a su madre. Era un caos y Aegon no lo había causado.

Faltaba poco menos de una semana para la boda de Aegon y Daenerys cuando la Reina anunció que tras la boda el menor de sus hijos regresaría con su familia materna a Oldtown una vez más. La Princesa Heredera voló hasta King's Landing cuando se enteró y se dice que discutió con la Reina rompiendo la amistad que tanto les había costado recuperar. Helaena había llorado, rogándole a su madre que no se llevara a su hermano otra vez, pero todas sus súplicas fueron en vano. La situación se volvió tensa para todos, sobre todo para Daenerys que sentía estar caminando sobre una fina capa de hielo cada vez que visitaba la Fortaleza.

—Te ves hermosa—Daenerys miró a Alicent a través del espejo.

Estaba en la Fortaleza haciendo la última prueba de su vestido para la boda bajo costumbres de los siete, boda que la Reina había decidido organizar.

—Abuela—llamó apretando sus manos con ansiedad—¿Por qué enviarás a Daeron tan lejos otra vez?

Alicent se tenso y con un movimiento de manos le pidió a las doncellas que las dejaran solas. Cuando todas se fueron la Reina se acercó a la joven y puso sus manos en los hombros contrarios, su mirada fija en la imagen que podía ver en el espejo.

—Estoy tratando de protegerlos—susurró cerca de su oído—, mi padre es alguien peligroso, Daenerys—con cuidado bajo sus manos hasta los brazos de la menor—. Cuando te cases con Aegon debes llevártelo de la Fortaleza, váyanse y no regresen hasta que Rhaenyra se siente en el trono.

Daenerys asintió, no era como si pudiera negarse, ella sabía lo peligroso que era Otto Hightower. Alicent sonrió con tristeza y limpió la lágrima que se le había escapado alejándose de la princesa cuando escuchó la puerta abrirse. Las dos se giraron para ver quien las había interrumpido encontrándose con Rhaenyra, Rhaenys y Helaena, la última llevando una bandeja con pasteles y una jarra. Entonces fue que Daenerys notó algo, tanto su madre como su abuela miraron a la Reina de una forma, no era molestia, sino complicidad. Parpadeo confundida y casi grita de frustración al darse cuenta que estaban trabajando juntas. ¿Por qué no le decían estas cosas?

Después que la Reina abandonara la habitación Helaena se concentró en arreglar la mesa para que pudieran tomar su merienda mientras su madre y su abuela se concentraban en ella. Dos pares de manos expertas se movieron por todo su cuerpo revisando el vestido y ella se contuvo de alejarlas, después de revisar el vestido se dedicaron a mirarla y su madre dejó salir varias lágrimas. Lo mismo había pasado cuando se puso el vestuario para la boda valyria, su madre y su padre habían llorado hasta que ella les aseguró que se quedaría a vivir en Dragonstone. Su abuela Rhaenys había tenido que hacerse cargo de terminar de revisar el vestuario cuando su madre no pudo seguir.

—Te ves hermosa, mi soñadora—Rhaenyra agarró las manos de su hija.

—No llores madre, harás que...

La puerta se abrió nuevamente interrumpiéndola. Su padre, Daemon, y sus hermanos aparecieron hablando entre ellos, pero apenas la vieron se quedaron callados. Laenor fue el primero en acercarse para verla mejor, las lágrimas asomándose en sus ojos, Rhaenys suspiro y se movió para agarrar a su hijo antes de que abrazara a su hija y arruinara el vestido con sus lágrimas.

—Te ves hermosa, mi dragón de mar—Laenor acarició la mejilla de su hija—. Serás la novia más hermosa que jamás haya existido.

Sus hermanos se acercaron y miraron a su hermana mayor con admiración. Menos Jacaerys, él tenía el entrecejo fruncido y los brazos cruzados. Daenerys se rio de su hermano y soltó las manos de su madre para agarrar el rostro de su hermano, apretando sus mejillas.

—¿Por qué estás molesto, pequeño insecto?

Jacaerys se sonrojó y dejó salir una protesta que nadie entendió.

—La merienda está lista—anunció Helaena.

—¡Dulces!—Joffrey gritó y corrió hacia su tía con sus hermanos menores siguiéndolo.

—Joffrey, no puedes comer mucho dulce—Rhaenyra lo regañó siguiendo a sus hijos.

—Debes cambiarte, cariño—Rhaenys le recordó a su nieta, su mirada puesta en Daemon.

Daenerys asintió y besó la frente de su hermano antes de dejarlo ir, cuando levantó la mirada se encontró con Daemon y su padre. Su padre se acercó para besar sus mejillas y susurrarle que la quería, antes de que su abuela lo empujara hacia la mesa para que ella pudiera cambiarse. Daemon le sonrió cuando sus ojos se volvieron a encontrar y avanzó un paso hacia ella.

—Te ves hermosa, Daenerys.

En silencio ella asintió y siguió a su abuela hasta el lugar donde podría cambiarse fuera de la vista de todos. Cambió el dorado y el blanco por su ropa de montar y se unió a su familia en la mesa para comer. Su madre estaba regañando a Aegon por jugar con la comida cuando se sentó y el niño demandó que ella lo cargará apenas la vio, completamente ignorando el regaño de su madre. Lucerys quiso reírse, pero se tragó la risa cuando su madre lo miró. Daenerys si pudo reírse sin que la regañaran, ventajas de ser la única hija decía cada vez que sus hermanos se quejaban porque nunca la regañaban o castigaban.

—¿Qué vas a hacer hoy, cariño?—Rhaenyra le preguntó limpiando la mejilla de Viserys.

—Iré a volar con Daemon—miró al mencionado que hablaba con Rhaenys en el otro extremo de la mesa—, Aegon también me invitó a pasear por los jardines.

—Supongo que Helaena irá contigo—Laenor miró a la princesa que asintió en silencio.

—Dragón—Aegon levantó su dulce en el aire y pretendió que era un dragón volando—, Dany—giró la cabeza para mirar a su hermana.

—Es un dragón muy bonito—ella sonrió a su hermano y besó su cabeza.

Terminaron de comer la merienda en medio de las exclamaciones de felicidad de Aegon y Viserys que decidieron jugar a que eran dragones. Daenerys se despidió de sus hermanos y se fue en compañía de Daemon, el mayor iba caminando a su lado con las manos juntas en su espalda. Las personas que se cruzaban en su camino los miraban y muchos no podían evitar susurrar sobre el parecido que tenían, ella sabía que muchos la llamaban bastarda por dicho parecido, pero eso no quitaba que se sintiera incómoda por las miradas y los susurros.

—Solo debes decirlo y cortaré sus lenguas—Daemon apretó la empuñadura de su espada como advertencia.

—No creo que sea bueno derramar sangre...aún.

Llegaron a la fosa de los dragones a caballo, Caraxes y Grey Ghost ya los esperaban en el patio. El dragón gris se acercó apenas sintió a su jinete cerca y Daenerys sonrió cortando la distancia que los separaba. Con cariño acarició las escamas de su dragón que dejaba salir sonidos parecidos al ronroneo de un gato, detrás de ellos Caraxes recibió a su jinete con un chillido. La joven princesa trepó al lomo de su dragón y miró a Daemon que ya estaba listo para partir. Ambos dragones estiraron sus alas y se elevaron al cielo al mismo tiempo, ella no pudo evitar reír cuando Caraxes pasó sobre Grey Ghost dejando salir su característico rugido.

—¡Rápido, Grey Ghost!

El dragón giró a su derecha y comenzó a seguir al dragón rojo aumentando la velocidad de su vuelo. Cuando por fin lo alcanzó los jinetes se miraron y Daemon sonrió antes de inclinarse hacia el frente y gritarle a Caraxes que aumentará la velocidad. El rojo y el gris volaron sobre King's Landing y las islas cercanas en una carrera inocente. Esa era una vista nueva para la gente que vivía en la ciudad, pero no era nueva para los habitantes de Dragonstone que estaban más que acostumbrados a verlos volando desde el día que Daemon decidió ser amigo de su hija.

No trataré de ser tu padre, pero podemos ser amigos, después de todo somos familia le había dicho y Daenerys accedió a tratar de mantener una amistad con él.

Volaron hasta que Daenerys recordó su cita con Aegon y tuvo que regresar a la Fortaleza en un apuro. Por suerte se encontró a Helaena en la puerta de su habitación y pudo cambiarse de ropa antes de que Aegon apareciera. Helaena estaba terminando de arreglar su cabello cuando anunciaron la llegada de Aegon.

—Apestas a dragón—comentó él cuando comenzaron a caminar por el pasillo.

—Estaba volando con Daemon y perdí la noción del tiempo—se excusó llevando una de sus manos a su nariz para olerse.

—Está bien, me gusta—él sonrió—, hueles a lavanda y dragón.

Daenerys se sonrojo apartando la mirada y detrás de ellos Helaena levantó una ceja al escuchar a su hermano.

Llegaron al jardín y la pareja se sentó bajo la sombra de un árbol dejando a Helaena sola buscando insectos en los arbustos cercanos. Daenerys se recostó en el tronco del árbol y Aegon aprovechó para acostarse en el suelo a su lado dejando que su cabeza descansara en las piernas de prometida, ella comenzó a acariciar su cabello haciendo que él cerrara los ojos.

—Madre dice que te ves hermosa con el vestido—ella volvió a sonrojarse—, quisiera poder verte con el antes de la boda.

—Solo faltan tres días—le recordó ella—, mañana nos iremos a Dragonstone para preparar las cosas de la boda valyria.

—Dany—abrió los ojos para mirarla—¿No te arrepientes?

—¿De qué?

—De comprometerte conmigo.

Daenerys lo miró y casi se sintió insultada, había pasado tres años demostrándole que sus sentimientos eran correspondidos como para que ahora saliera con eso. ¿Acaso él se había arrepentido?

—¿Por qué preguntas eso?—tiró levemente del cabello blanco que estaba acariciando y él se quejó—¿Quieres cancelar la boda?

—Mi sueño es ser el mejor Rey Consorte para mi futura Reina—ella puso los ojos en blanco—, no podría cancelar esa boda aún si me amenazan de muerte.

—Más te vale ser un Rey Consorte eficiente.

Aegon se levantó y se movió para sentarse más cerca de ella con una sonrisa en su rostro, sus ojos escanearon los alrededores viendo a Helaena hablar con sir Erryk. Aprovechando la distracción de los dos él agarró el rostro de Daenerys con delicadeza y dejó un besó corto en sus labios, ella arrugó la nariz y lo golpeó en el brazo.

—Mi padre sabe que estamos aquí, puede aparecer en cualquier momento—lo regañó—, no deberías hacer esas cosas en público.

—Es inevitable no hacerlo—se excusó él.

El peliblanco intentó robarle otro beso, pero ella se alejó gritando su nombre. Sir Erryk y Helaena los miraron, la segunda puso los ojos en blanco al ver como su sobrina se levantaba y comenzaba a correr alejándose de su hermano.

—¿Le gustaría tomar el té conmigo, sir Erryk?—la princesa miró al caballero.

—Sería un placer, princesa—accedió sabiendo que ella no aceptaría un no por respuesta.

Daenerys tenía las mejillas rojas y la respiración acelerada cuando Aegon la alcanzó, el mayor la rodeó con sus brazos y besó sonoramente su mejilla riendo. Algunos sirvientes que trabajaban en el jardín los miraron y no dudaron en susurrar sobre la bonita pareja que hacían. La peliblanca se sacudió tratando de liberarse, pero era inútil.

Aegon, déjame ir.

¿Por qué dejaría ir a mi esposa?

Con un mal paso los dos cayeron al suelo, por suerte Aegon pudo moverse a tiempo para amortiguar la caída de Daenerys con su cuerpo. Aemond, Daeron y Lucerys los encontraron así, tirados en el suelo golpeándose entre ellos, Aegon con el cabello lleno de hierbas que Daenerys le había arrojado.

—¿Qué están haciendo?—Aemond preguntó frunciendo el entrecejo.

—Solo jugábamos, hermanito—Aegon pasó un brazo por los hombros de Daenerys y ella lo empujo.

—Mamá dice que deberías arreglarte para la cena—Lucerys miró a su hermana.

Daenerys asintió y se levantó sacudiendo su ropa. Se despidió de sus tíos y tomó la mano de su hermano para ir en busca de Helaena, cuando la encontraron estaba sentada en una mesa con sir Erryk bebiendo té mientras hablaban del escarabajo que ella encontró ese día. Una vista extraña para los sirvientes que los miraban como si hubiesen perdido la cabeza. Después que Lucerys viera el escarabajo y lo cargará regresaron al interior de la Fortaleza.

Aegon y Daenerys no se volvieron a ver hasta dos días después cuando él llegó a Dragonstone, un día antes de la boda.

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NOTA:

Helaena y sir Erryk, la amistad superior.

¿Qué piensan de la amistad de Daemon y Daenerys?

El que sigue ya es la boda y tendremos un salto de tiempo de un año, recuerden que para este tiempo Dany tiene 15 y Aegon 17.

Por cierto, parece que están haciendo un fanfic awards y me han nominado algunas personas, si les gustaría pasar por el perfil de allanggels. En la parte de mejor fanfiction de la casa del dragón.

Espero les haya gustado, gracias por leer, lu.

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