8.- El Poblado Dracomano
En Rune, siempre fuí considerado un bicho raro por mis historias e ideas, pero sobre todo después de qué aquel niño dracomano me salvó, porque empecé a ser muy preguntón con el tema de la guerra entre humanos y dracomanos, causando así que mucho adultos y niños (Tanto más grandes que yo, como niños pequeños y de mí edad), se cansaran de estar cerca de mí y volviéndome aún más rechazado de lo que ya era...
Al principio, lloré muchísimo al pensar que a las personas no les agradaba, ya que si de por si era huérfano, iba a ser un rechazado... Así que empecé a dejar de hacer preguntas y a no decir lo que pensaba jamás... Actualmente sigo teniendo las mismas ideas, sin embargo ahora trato de jamás mencionarlas, porque la gente en verdad cree que cambie la forma en la que pienso, así que tengo que fingir que así es...
Aún seguía sin creer que apenas 2 días antes, había tenido un día normal y como cualquier otro en Rune... Y ahora Uranux, el dragón qué había criado a Tana, la primera dracomana, estaba apunto de despegar vuelo para ir a una supuesta aldea dracomana... Así que, ahí estaba... En una situación muy interesante, ya que a pesar de que yo quería ayudar al cambio y a que humanos, dracomanos y dragones volvieran a estar en armonía, tenía miedo... A final de cuentas, yo simplemente era una persona... Aunque Tana me haya escogido como su elegido, yo seguía siendo lo que siempre fuí... Un simple humano... Y ahora, Tana esperaba que yo cumpliera con una estúpida profecía...
Una vez que salimos del castillo, estuve nervioso todo el rato, trataba de no pensar de forma negativa, pero mi mente se llenaba de cosas malas, inseguridades e incluso de arrepentimiento... Uranux se dio cuenta de cómo estaba, así que comenzó a sacarme plática para intentar distraerme de mis emociones encontradas...
- Tranquilo, la aldea no está tan lejos y pronto vamos a llegar - dijo en tono amable.
- Si, no hay problema... -.
- ¿Nervioso? -.
- Un poco... - respondí tratando de esconder el pánico en mi voz.
- Tranquilo, lo vas a hacer bien -.
- ¿Pero qué pasa si fracaso...? - dije tratando de esconder mi desesperación.
- Tranquilo, mi hija Tana te escogió por una razón SMG4, ella sabe que lo lograrás eso y más cosas... - me dijo con serenidad.
- ¿¡Pero qué pasa si la decepciono o qué pasa si fallo y empeora la guerra!? - pregunté desesperado.
- No lo harás, confía en tí y en lo que tú corazón te diga que es mejor, jamás te dejes llevar por la opinión de los demás y ten siempre tus propias decisiones -.
Me quedé callado, jamás me había dicho algo tan profundo y sincero... Todos me habían dicho desde que era muy pequeño que mis ideas y decisiones eran malas y que las tenía que cambiar, porque únicamente podemos tener una idea común... Pero ahora, Uranux me acababa de decir que tenía que seguir mi corazón y que me libere de los demás, que sea único... Como siempre lo he querido hacer desde que era un niño... No entiendo porque, pero por primera vez en mucho tiempo, sentí esa sensación de que todo iba a estar bien... Como cuando una madre le da un abrazo a sus hijos...
- Gracias... De verdad necesitaba escuchar eso... - dije al viejo dragón.
- De nada, SMG4... -.
Uranux siguió volando hacía las cuevas de los dragones, mientras Beeg y yo únicamente mirábamos el paisaje que estaba bajo nuestros pies... Era bellísimo... Todos los enormes árboles del Wyvern se veían muy diferentes vistos desde arriba, parecía que estábamos soñando, además de que por la época de primavera, muchas flores habían florecido y los pétalos de dichas plantas volaban a nuestro alrededor... El viento no era muy frío, pero tampoco era caluroso, era simplemente con aquella brisa que te hace sentir vivo, además de que como estaba amaneciendo, el sol reflejaba en el agua de un pequeño lago que estaba por ahí, en los pétalos y hacían que pareciera que los arcoíris estaban por todos lados... Por unos momentos, llegué a olvidar el hecho de que yo tenía una gran responsabilidad... Al mismo tiempo que olvidé por completo mis inseguridades... Y por primera vez en mucho tiempo, me sentí diferente... Me sentí libre...
- Este lugar es tan hermoso... - dije emocionado.
- Esto es algo que no volverás a ver, así que disfrútalo... -.
- ¿Por qué no? -.
- Porque los humanos destruyen estos bosques cada día, así que posiblemente un día, destruyan este bello paisaje... - respondió el dragón con tristeza.
Me quede callado al escuchar eso... Si había escuchado de la princesa que había tropas que iban a investigar los bosques del Wyvern, pero jamás pensé que los destruyen mientras estaban en ellos...
- ¿Por qué crees que los humanos somos así, Uranux...? -.
- Porque así han sido criados desde pequeños, algunos para destruir, otros para cuidar e incluso algunos para no hacer nada... - empezó a explicar - Y por desgracia, siguen esos ejemplos, en lugar de pensar por unos mismos, y terminan cometiendo los mismos errores que sus antepasados... -.
- Aquellos que no conocen la historia y no piensan por sí mismos, están condenados a cometer los mismos errores por el resto de la eternidad... - dije entre dientes, recordando la frase de un viejo libro que había leído hace mucho tiempo.
- Así es... -.
Después de estar en el aire como unos 30 minutos, por fin llegamos a aquel pueblo totalmente destrozado y lleno de vegetación por todas partes... Todas las casas y comercios que alguna vez habían estado llenos de vida y habitantes, ahora estaban quedando en ruinas y en olvido... Era algo muy triste de presenciar, sobre todo teniendo en cuenta que aquel poblado alguna vez había tenido vida y habitantes en el... Y de repente, me llegó un recuerdo de Rune, del mismo día que caí al lago... Me dio terror y pánico al pensar que así se podría ver mi hogar... Estaba tan distraído, que solamente salí de aquel trance porque escuche como las alas de Uranux empezaban a volar de nuevo...
- ¿¡Ya te vas!? - pregunté algo preocupado.
- Sí, desgraciadamente ya no te puedo ayudar, así que te tocará avanzar solo desde aquí... -.
- ¿¡Pero qué debo de hacer!? -.
- Tan solo busca los rubíes perdidos en la soledad y la tristeza... Quiero decir que busques a alguien que tenga algo rojo en él... - dijo tranquilamente mientras volvía a elevarse al cielo.
- ¿¡Pero como sabré a quién busco!? - grité al ver que se iba.
- ¡¡Confía en tu corazón y con ello lo encontrarás!! - gritó antes de irse.
Y se fue así, dejándome envuelto en preguntas y presentimientos de que algo malo iba a suceder...
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