Capítulo 6: "A camino largo, paso corto"
Observé como él aún seguía sin moverse; seguía pensando cómo es que no le estresaba tanto solo estar pensando en la nada, pensar en cosas que solo su cabeza puede estar mencionando y quedarse sentado en la cama teniendo un buen día afuera donde podría disfrutarlo con solo sentir la brisa del aire; parece que a mí me daba más agonía que a él porque para ser sincera, necesitaba hacer algo productivo para no aburrirme pero creo que él está acostumbrado tanto a esta situación de estar en la misma posición todos los días que parece no importarle si al final de su día termina siendo igual que siempre.
Desde que llegué a la villa de los señores Engström, lo primero que hizo fue saludarme de una manera descortés para luego tirarme unas galletas que le había hecho unas de las cocineras, lo mejor de ello es que aún tenía algunas migajas de esas galletas de chocolate con pasas dentro de mi escote, haciendo que me picara y me incomodara cada vez que me movía.
No era nada divertido pasar casi de cuatro a cinco horas con él de esta manera, sentada, callada, mirándolo, esperando que sucediera algo y no terminaba por suceder... ¡Me voy a volver loca! Es como si me tuvieran dentro de la recamara de un manicomio sin poder hacer nada y aunque hace varias horas estaba dispuesta a tirar de su brazo y hacer que saliera de esa cama, preferí quedarme en mi lugar porque además de llevarme un disgusto, a lo lejos de unos cuantos pasillos, tengo a la señora Engström y si sabe que estoy haciéndole algo a Leopold, no dudara en echarme de su casa; pero como no me quedaba de otra, intenté hacer mejor las tareas que me habían dejado ahora.
Para mientras que descifraba algunas ecuaciones matemáticas sentí como algo cayó en mi cara haciendo que me golpeara y mi cuello girara de una manera que me terminó por doler.
— ¿Te encuentras muy gracioso hoy o se te ha antojado de molestarme? —me puse mi mano en mi cuello para aliviar el dolor.
—No es mala idea divertirme un poco con alguien que parece no exigirme que me levanté de la cama —parecía un niño pequeño diciendo esa oración.
—Mejor dime ¿cómo tú tiro cayo exactamente en mi cabeza? —le pregunté.
—No sé, solo pensé que estabas en frente de mí, así que al parecer no falle —escuche su risa.
—Déjate de bromas o me romperás el cuello —farfullé.
— ¿Sería buena idea hacerlo? —lo fulminé con mi mirada a pesar que no puede verme.
—Ni se te ocurra, lo único que ganaras con ello es que te lleven a la cárcel por asesinato —seguí viendo el libro que me ayudaría a resolver mis dudas matemáticas.
—Y ¿crees que te creerían que un pobre ciego te rompió el cuello? —se burló de mí.
—De pobre ciego no tienes nada, Leopold —le reñí.
—Eso solo lo crees tú—rodé los ojos ante su sonrisita maléfica.
Aunque solo yo fuera la que creyera eso, de una u otra manera me rebuscaría por querer demandar al pobre ciego que dice llamarse ahora, pero la verdad las personas que lo conocen, es decir, su familia y las personas que trabajan aquí deben de saber perfectamente de que él no es de todo un santo después de haber sacado a patadas a varias personas solo por querer brindarle una mano.
En fin, empiezo a darme cuenta que Leopold me oculta algo, no creo que él fácilmente haya adivinado donde estoy situada para tirarme la almohada, hasta puedo mencionar que la almohada se pudo haber ido de lado y caer en otro lugar, pero como él no daría su brazo a torcer para decirme la verdad, tampoco yo terminaría por rogarle.
En ese mismo momento me di cuenta como alguien entraba en la habitación para luego poner un vaso de jugo en la mesa donde me encontraba haciendo mis deberes para ver luego un pie de limón, así que subí mi rostro para encontrarme con la de una señora ya muy adulta, algunos cabellos blancos se le notaban en la parte de su cabello oscuro, como a la vez, ella sonreía plácidamente como si hubiera visto a un ser querido.
— ¿Eres tu nana? —la voz de Leopold me llamó rápido la atención.
—Aquí estoy hijo, ¿necesitas algo? —preguntó con una voz dulce y suave aquella señora.
—No, solo quería acertar si eras tú u otra persona —respondió él para mientras que se sentaba de nuevo en la cama.
—Pasaras otro día en tu cama teniendo en cuenta que se encuentra allí la señorita Nyström —la señora intentó no mostrar su molestia.
—Comenzamos de nuevo, ya aclare esto contigo, con mis padres y Elin así que no quiero que me estén obligando a hacer más cosas que no quiero —terminó por quejarse.
—No sé preocupe, que él que se sigue haciendo el daño es él, no nosotros —le quise aclarar a la señora.
—Tanto como tú y los demás me hacen daño así que no vengas haciéndote la buena niña que me ayudara cuando del cuento o historia inocente que solo estas fingiendo ser otro grano en mi trasero —quería tirarle la almohada pero preferí no hacerlo así que la dejé donde se encontraba.
—Leopold, mide tus palabras. —Lo reprendió la señora.
—Es verdad, quiero ver cuando los engañe a todos y... —Una voz interrumpió su discurso insolente.
— ¡Leopold! —Entró la señora Engström —te ordeno que empieces ya con tus practicas —observé como Leopold achino los ojos de una manera dura.
— ¿Me estás dando órdenes? Por favor no soy un niño pequeño quien pueda estar controlando siempre —su respiración comenzó a agitarse—, dejen de tratarme como un estúpido, dejen de darme ordenes, dejen de tenerme lastima —su voz sonaba dura pero a la vez como que si estuviera a punto de cortarse—. Odio que me manipulen como un títere, dejen que viva, que respire, que haga por mi cuenta las cosas... —sus manos se convirtieron en unos puños al agarrar sus sabanas —sé que no puedo hacer mucho pero ya basta, cuando yo quiera lo haré, lo intentare pero ya dejen de obligarme.
Sentí una punzada en mi pecho ante sus palabras, gire mi cabeza para ver a su madre y a su nana, ellas se habían quedado calladas para mientras que en su mirada solo existía la palabra dolor; desgraciadamente ellas siguen sin considerar un buen apoyo de familia hacía él y como me lo ha dejado claro Leopold, él solo vive por medio de ordenes no por libertad y sabía que aunque en su mente dijera que este día o mañana o el siguiente se terminara por levantar de esa cama sería imposible si los demás se lo obligaban y no lo dejaran que él lo intentara por su cuenta.
Él comenzaba a estresarse, a sentir pánico, a querer huir de este infierno donde a pesar que él no lo dejara expresar, en su rostro se podía ver esas expresiones de rabia, ira y molestia; pero la verdad si todos seguimos con el mismo plan de decirle a él lo que debe de hacer en vez de que él lo quiera hacer, este plan terminara fracasando y tendremos al mismo Leopold derrotado y no conseguiremos devolver al que vivía una vida natural hace un par de años.
Después de esto me puse a pensar que él no quería ver a nadie así que empecé a empacar mis cosas para mientras que me levantaba y me ponía mi mochila. No es un buen momento para insistir o presionarlo para que comencemos con las prácticas, es mejor que lo dejé solo para que pueda descalentar su cabeza y no llegué a explotar luego si sigue viendo mi insistencia después de esta pelea que acaba de tener con su madre y su nana.
Así que cuando ambas señoras vieron que tomé mis cosas y les hice una señal para que me permitieran hablar un momento con ellas a solas, todas salimos para luego reunirlas en la enorme y bonita sala para aclarar unas cosas antes de que me fuera.
—Necesito que por hoy, no le den órdenes a Leopold ni tampoco le llegué a seguir presionando sobre las practicas —les indiqué —quiero que él se anime y lo diga con sus propias palabras que quiere salir adelante con esto —les expliqué a ambas.
—Pero no crees que se pasara más el tiempo —me indicó la nana de Leopold.
—Sí pero como le explicaba, de nada nos sirve que lo obliguemos a hacer algo que no quiere, si él siempre se negara a hacerlo porque se lo ordenamos y no porque él tenga el propósito y la voluntad de hacerlo —la señora asintió al reconocer mis palabras.
—Es algo tonto lo que dices, si él no quiere obedecer mis órdenes pues no puedo dejar que también él haga lo que quiere —la señora Engström habla de su hijo como si fuera un niño pequeño.
—No creo que Leopold le terminé dando problemas, es demás debemos de pensar claro ante su discapacidad... —me corto la señora.
—No menciones esa palabra, odio cuando dicen eso de mi hijo —cruzó los brazos.
Ahora entiendo porque Leopold me menciono que nombrara su discapacidad sin importar que lo reconocía. Al parecer a él no le afecta que se lo mencione pero como me lo hizo saber y me imagine, su familia aún no ha aceptado la realidad de las cosas y por eso es que él mismo se encuentra en una burbuja donde por eso, las personas de su alrededor hacen lo que él quiera, terminando por creer que él no podrá depender solo sin que lo ayuden, haciendo que su problema se profundice y por eso no quiera hacer otra cosa que ver a la nada y permanecer sentado en su cama.
Esto será más difícil de lo que yo, ya había encontrado, si tendré que sacar de nuevo a la realidad a Leopold eso quiere decir que también tendré que hacerlo con su familia aunque la única que aquí parece ser más racional con esto es Elin y su nana.
—Solo le pido eso señora, Leopold no le gusta que lo controlen... —intentaba encontrar las palabras adecuadas —ya escucho lo que él dijo que no le gusta que lo estén manipulando cuando él puede intentar hacer las cosas —intentaba que la señora Engström reaccionara.
—Y piensas que él solo puede ir al baño, que puede encontrar la ropa que él quiere para vestirse hoy o que no necesita de alguien que le pase un vaso antes de que él lo busque y derrame el jugo —¿Hasta eso hacen por él? Esto es decepcionante.
Me pase la mano por la frente, si su madre, su nana o cualquier persona hace eso por Leopold, empiezo a comprenderlo más porque él se siente como inútil y más porque no quiere que nadie lo ayude. Él ya está cansado de todo esto, me imagino que él quiere salir de ese caparazón y quiere hacer las cosas por su cuenta en vez que alguien le dé una mano.
—Inténtelo, no perderá nada —Le susurré.
— ¡Ni loca!
Ella se levantó de un salto para decirme esas palabras cerca de mi rostro, no le tenía miedo porque he enfrentado peores miedos o pesadillas, para que ahora ella quiera intimidarme con su rostro, sus palabras y el control que maneja al yo estar en su casa, aun así si no lo quiere hacer no será mi problema porque ella lo único que lograra es seguir viendo a su hijo encerrado en esa habitación, sentado en esa cama y ver como todos los de este universo le siguen ayudando como si fuera un paralitico por completo.
—Entonces haga lo que quiera con su hijo, señora Engström pero se dará cuenta que él no dará ni un paso si usted misma no se lo permite. —Le dije por ultimo. —Que pase una linda tarde.
Camine hacía la puerta para luego salir de ella a pesar que me faltaba como una hora y media para seguir con esto al final preferí irme mi casa y dejar que Leopold se tranquilizara de nuevo, porque sé que mi presencia no le ayudara mucho a pensar mejor las cosas; así que aunque lleve dos días sin hacer nada y sin ver ni un proceso; no pierdo la fe que en algún momento Leopold se entregara y querrá que le brinde una mano.
(...)
Como había llegado antes de la hora, mis padres se habían preocupado sobre si había hecho algo malo para que los señores Engström me hayan sacado antes de la hora, pero nada más me sincere con ellos para decirle lo que había pasado; nadie más que mis padres podían estar de acuerdo con lo que había hecho y dicho. Ellos al ver que no estaba ganando nada con esto, trataron de decirme con palabras suaves que renunciara a ese trabajo pero me negué al hacerlo, no me rendiré fácilmente ni mucho menos dejare que Leopold de nuevo ganara este juego; sé que las cosas desde una perspectiva mía no están bien pero sé que se puede solucionar y con un tiempo más que le dé a él, no creo que el mundo se acabe y todo planeado terminé descalificado de la lista.
Subí a mi habitación para quedarme a descansar un poco, quizás la universidad no sea lo único que me esté matando hasta ahora sino que lo segundo que me sigue matando es los pensamientos cerrados que tiene la señora Engström con su hijo. Sé que para una madre no resulta fácil dejar a su hijo ir más cuando se compromete o se termina yendo de la casa pero a pesar que no tengo duda de que Leopold no haya hecho eso, de nuevo su madre quiere mantenerlo a su control, haciendo que en vez de ayudarlo o apoyarlo, empeora las cosas y por eso es que su hijo se ha vuelto la pesadilla de esa casa. Es demás la señora Veronika no dejar vivir de nuevo a Leopold y de que le sirve contratarme si ella no permitirá o afirmara mis decisiones si me sigue contradiciendo, las cosas de nuevo se deben de empezar desde cero, no dar saltos que de un día para otro hará que Leopold mejore su estabilidad emocional, aun así creo que si la señora Veronika no me permite darle unos consejos o pequeñas maneras de poder entrar en razón con Leopold, pienso que esto no funcionara y él que terminara venciendo esta batalla.
Después de la cena, regrese de nuevo a mi habitación para seguir con mis deberes, al encender la laptop vieja que tenía llena de stickers y calcomanías que le había puesto cuando me la compraron mis padres, busque rápido la red social más común, es decir, Facebook, para conectarme y ver qué es lo nuevo que había antes de seguir con lo que debía de hacer, en ese instante me cayó un mensaje de grupo de Arath y Selene para preguntarme sobre mi día y al contestarles que no había ni una mejora pensé mejor decirles con mis palabras que seguir escribiendo así que nos conectamos por una video llamada para hablar sobre el reporte de noticias que les daría ahora.
—Hola— les dije a ambos al verlos en la pantalla.
—Tienes una cara de cómo... « ¡Güey, que día tan mierda he tenido!» —Todos empezamos a reír ante las palabras de Selene.
—Es así como me siento —dejé ir un suspiro.
— ¿Piensas ir mañana? —preguntó Arath.
—Tengo que ir, a pesar que me esté quebrando la cabeza con las tonterías de Leopold y las negaciones de la señora Veronika. —Me seguía doliendo la nuca al solo pensar como la almohada había caído en mi cuello y cabeza.
— ¿Tonterías? ¿A qué tipo de tonterías te refieres? —preguntó Arath interesado.
—Hoy sin que me lo crean, Leopold me tiro una almohada en el rostro para mientras que se reía —les señale el lugar donde me cayó la almohada.
— ¿Tan grave fue el golpe? —Selene intentó ver mi cuello más de cerca mientras Arath hablaba —es que ya sabes... las almohadas son suaves y es extraño que terminen por lastimarte —achiné los ojos ante el comentario de mi amigo.
—Pero mi pregunta es Liv, ¿cómo es que Leopold supo dónde te encontrabas? O ¿estabas cerca de él? —negué para mientras que ignoraba las palabras de Arath para ponerle atención a Selene.
—Estaba a una larga distancia y eso que estaba de lado y no comprendí como es que la almohada cayo exactamente en mí en vez de desviarse a otro lugar—seguía sin encontrar una solución.
— ¿No será que Leopold se está pasando por ciego? —mencionó Arath.
—No creería mucho en eso, existe la posible respuesta de que él llegué a saber dónde están ciertas cosas y que las identifique a una cierta distancia a pesar de su ceguera —Les expliqué a ambos.
—Tienes razón... —Selene puso su dedo en sus labios en forma de pensar.
— ¿Crees que Leopold este ocultando algo que nadie sabe? —encogí los hombros ante lo que dijo Arath.
—Creo que sí, pienso de que él no permanece en su cama siempre como todos lo hemos pensado —les asegure.
Si Arath menciono eso es porque tiene una concordancia con lo que me había pasado, es decir, tengo la seguridad de que Leopold se ha levantado de su cama y ha experimentado en caminar en su habitación de un lado hacía el otro intentando reconocer cosas por lo mismo de la curiosidad, además eso de pensar siempre de que él permanecía en la cama intacto como si fuera una escultura, cualquiera se lo podía creer menos yo, así que si las cosas están sucediendo como lo estoy pensando es posible que Leopold esté haciendo las cosas por su cuenta para mientras que lo mantiene en secreto.
Como no me pude quedar hablando tanto tiempo con mis amigos, seguiríamoshablando mañana sobre el tema así que al cerrar mi cuenta de Facebook; continúecon mis deberes para mientras que mis pensamientos no me dejaban en paz con lasdudas que aún seguía teniendo sobre Leopold, pero como no todo siempre se puedeocultar en esta vida será mejor que yo tenga que investigar por mi cuenta parairle dando unos pasos a esto.
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Continuará...
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