Capítulo 18: "En boca cerrada no entran moscas"
Incomoda. Es la palabra más justificable que encuentro en estar presente en una fiesta de millonarios que comen buenos platillos, chocan las copas de champán mientras beben y se ríen a carcajadas al contar chistes negros que por cierto, son malísimos porque ya escuche un par cuando tuve que caminar a traer un bocadillo o simplemente mantenerme distraída en ver la casa mientras la familia Engström conversaban con varias personas que no conozco pero terminaban presentándome como parte de la familia después de haber hablado con la señora Veronika sobre el plan que su hijo y yo elaboramos para que Ellen no molestara a Leopold y aunque ahora mi suegra por un día, no le gustó la idea un principio, tuvo que aceptarla para no perjudicar más a su hijo.
De por sí, quienes le gustaron la idea que fuera por un día la novia de Leopold, fue Elin y Jerker, ellos desde el primer momento aceptaron en ayudarme para que este día, representara una buena imagen a la familia y así, las cosas salieran mejor de lo esperado.
Por supuesto, Elin y Luci fueron quienes aportaron más en la imagen física que hoy todos están mirando en mí, es decir, aunque yo no quería usar un vestido demasiado caro en donde solo puedo pagarlo donando un riñón, pero Elin insistió en comprármelo hasta yo no poder evitarlo y bien, me encuentro con un vestido de color esmeralda largo, de espalda descubierta, tirantes gruesos y un cinturón de pedrería... No niego que me veo bien pero con solo pensar el costo, me duele la cabeza. Y con el maquillaje y el peinado, Luci se encargó y con haber hecho esa magia en cada labial, pintura de ojos, rímel, entre otras cosas, me dejó muy cambiada tanto que con solo verme en el espejo, me quedé admirada al verme lo diferente que soy con maquillaje.
Y ahora... solo entre a la fiesta cuando fui la mirada principal de todo el mundo y eso sin decir que las personas no dudaron pronto en preguntarle a Ellen quién es la chica que se encuentra a la par de Leopold Engström, pero para ser sincera, no me ha gustado para nada ser la anfitriona de la fiesta cuando lo debería ser Ellen y creo que tampoco a ella le ha gustado para nada porque desde lo lejos he comenzado a observar cómo me mira con enojo y sin lugar a dudas, con un par de sus amigas ha empezado a decirles cosas al oído cuando todas me miran y pronto empiezan a reírse como cacatúas, lo cual es demasiado para mí observar eso antes de no ir hacía ella y decirle que me diga a la cara lo que ha criticado con respecto a mí desde que pise una de sus mansiones.
Acaricio mi cabeza mientras trato de sentirme incluida en un ambiente del cual parezco no pertenecer ni de cerca y tengo que a la vez, adaptarme a la idea de ser la novia de Leopold mientras que las personas se creen todo el dramatismo de amor y felicidad que presento con él cuando solo deseo huir y no volver a pisar en este lugar donde no solo al mundo estoy mintiendo, sino que también a mí; aunque Elin me haya mencionado que con el aspecto que muestro físicamente me hace parecer como si soy modelo o una representante de marca de perfume o ropa, eso hace que las personas suelan interesarse más en mí hasta el punto de querer saber todo de mi vida.
— ¿Todo bien? —Elin se sentó a mi lado.
— ¿Cómo soportan esto? —le pregunté aturdida.
—Sé que no te comentamos sobre la sociedad que pertenece nuestra familia, así que mis hermanos y yo, estamos acostumbrados a esto aunque a Leopold se le daba mejor —reí al ver su expresión.
Agarré un pequeño pan tostado y lo unte con queso crema para darle una mordida, lo único que podía hacer en ese momento es comer y comer hasta sentirme satisfecha con la comida, mientras tanto, mi pareja se encuentra al lado de su padre hablando con un empresario que no terminé de entender si es el padre de Ellen o un conocido de ellos.
—Oye, ¿por qué no me dijiste nada de tu tatuaje?, es bellísimo —sentí mis mejillas arder.
—Bueno, no lo creí tan oportuno —dije tosiendo al sentir como se me atoraba el pan.
—Oh vamos, Liv. Se ve perfecto en tu espalda —empezó a verlo de nuevo.
—Gracias. Pensaba que no te gustaban los tatuajes —ella se quedó asombrada.
— ¿Qué?—hizo un rostro de admiración— ¡Los adoro! Simplemente no he encontrado uno correcto para hacérmelo. —Sugirió. —Mis padres tienen, mi papá uno en el hombro y mi mamá uno pequeño en su tobillo. —Abrí mis ojos sorprendida.
—Y yo que creía que tus padres odiaban la tinta en la piel —ella negó.
—No, sé que es extraño, pero ellos lo ven normal. —Encogió los hombros. —Además, tu tatuaje casi se parece al de Maren Morris. —Asentí.
—No lo había notado, pero tienes razón. —Intenté ver el tatuaje pero no lo logré.
—Los ojos son la ventana del alma —Leyó mi tatuaje — ¿Qué significa? —Sonreí al ver su curiosidad.
—Al morir mi hermano, decidí hacer un tatuaje que nos uniera tanto a él como a mi familia, todos hemos pasado por cosas a través de nuestros ojos... —Comencé a contarle—Y fue entones, que un día vi la frase en internet, la imprimí y bueno, me hicieron el tatuaje a escondidas de mis padres. La frase tiene más valor porque en cierta medida, nuestras expresiones y sentimientos se reflejan en nuestros ojos y, si llegamos a perder ese brillo que nos delata, nuestros ojos se cierran como una puerta y no reflejaran más nuestra alma. —Elin parecía petrificada por mi comentario.
—Sinceramente, es lo más bonito que he escuchado hasta ahora sobre un tatuaje —reí al ver su expresión en sus ojos asombrados.
Dejamos de hablar sobre mi tatuaje cuando observé como Leopold se acercó junto con su padre hasta nosotros, ambos se sentaron en la mesa y tomaron un poco de vino antes de que tener que presenciar un acto amoroso de parte de Leopold al tomar mi mano y plantar un beso en ella.
—Quieren que nos tomemos una fotografía como pareja —susurró en mi oído.
— ¿Ahora? —dije aburrida.
—Ahora —respondió animado.
Me levanté para luego ayudarlo a él a caminar hasta un lateral del salón de la fiesta donde se encontraba el fotografío, me sentía un poco nerviosa al tener que caminar al lado de Leopold, pero ese no era mi motivo del porque mi torrente sanguíneo comenzaba a acelerarse, sino que al ver hacía abajo, encuentro la mano de Leopold agarrada de la mía, mientras nuestros dedos de entrecruzaban uno a otro.
—Creí que no nos volveríamos a ver... —Leopold pronto se detuvo.
Él busco la voz de la persona hasta que detrás de nosotros encontramos a un hombre de casi su misma edad, bebiendo de una copa de vino, sonriente y con talla de superioridad.
— ¿Entonces? Ahora tienes novia —Leopold soltó mi mano e intento caminar hacia él pero lo detuve al agarrarlo de su blazer. —Melker, tú debes ser la famosa Liv, ¿no? —me puso su mano en frente para esperar el regreso del saludo de mi parte, pero no lo hice.
—Pensé que no tendrías el descaro de presentarte a la fiesta de Ellen —dijo Leopold.
—Será mi futura esposa, debo de estarlo —enarqué la ceja.
— ¿Esposa? Es raro que lo digas porque desde que comenzó la fiesta ella ni siquiera ha puesto tu atención en ti —comenté a lo que Melker pareció no gustarle lo que dije.
— ¿Pedí tu opinión? —encogí los hombros con indiferencia.
—No pero creo que sería bueno que lo llegaras a saber si no aceptas que ella parece ignorarte y aparentar su soltería —le señale en dirección a Ellen quien esta con un hombre.
Melker pronto se dio cuenta que tenía razón así que no dudo en caminar hasta Ellen en donde preferí mejor no presenciar el acto de celos que él le llegaría a hacer a ella pronto por coquetearle a un hombre que no es su futuro marido. Así que de nuevo tomé la mano de Leopold para seguir con el camino hacia el fotógrafo en donde observé como él seguía riéndose de las palabras que le dije a su primo.
Apenas llegamos hasta el cubículo donde se están tomando las fotos las personas cuando el fotógrafo nos hace una señal en donde posicionarnos para tomarnos la fotografía, así que Leopold y yo nos dirigimos hasta el punto de referencia para empezar a observar como el fotógrafo arregla el lente de la cámara para tomar una foto perfecta pero apenas me acercó a Leopold, él no tarda en poner su mano en mi espalda, eso me hace dar un pequeño salto que para él le da un poco de gracia, ya que su mano se encuentra un poco fría; a pesar de tener tacones, aún sigo siendo pequeña a su lado y antes de poder prestar atención al fotógrafo, me doy cuenta como varias personas nos observan y entre ellas, Ellen que no quita su mirada de nosotros.
—Sonrían. —Dice el fotógrafo antes de tomar la foto.
Terminó por acercarme a Leopold y con una mirada que supongo que se llega a ver dulce, llego a poner mi mano en su pecho y como si estuviera a punto de darle un beso, nuestras narices solo terminan por rozarse y como si fueran esas fotografías sacadas de Tumblr o Pinterest sobre parejas, el fotógrafo termina por tomarla, la siguiente solo me quedo a su lado y posiciono mi mano detrás de su espalda y la siguiente y última, un beso en su mejilla.
—Perfecto. Quedaron extraordinarias. —Anunció el fotógrafo. —Hacen una pareja perfecta y hermosa, felicidades joven Engström, su mujer es todo un encanto. —Leopold sonrió y asintió para después darle las gracias al fotógrafo antes que se fuera.
—Llévanos a la pista, te invitó a bailar. —Me hizo una señal con su cabeza.
—Parece que te ha encantado molestar a tu ex novia. —Le comenté con burla.
—Aunque no lo creas, hace un par de horas olvide para que ella existía. —Me quedé atónita con su respuesta.
Daba gracias a Dios que no puede ver mi rostro, sino ya se hubiera dado cuenta del poder varonil que él tiene conmigo; realmente cuando insistió en lo de tomarnos la fotografía, pensé que lo hacía para darle celos a Ellen y lo del baile sería otro truco para hacerle enojar pero con su respuesta, he empezado a darme cuenta que las cosas han empezado a cambiar y no sé si eso me está comenzando a gustar.
Lo sigue hasta la pista de baile y pronto buscó mi mano para que así yo se la diera y luego él volviera a poner su otra mano en mi cintura, de nuevo nuestros cuerpos se llegaron a juntar que parecía que no había ni un espacio de interferencia en ambos; posicione una de mis manos en su hombro y la otra siempre agarrando su mano y al paso de la canción acústica Secrets, cantada por un excelente músico, empezamos a movernos de un lado hacia el otro, al principio, tenía una cierta vergüenza en mí misma por estar haciendo algo inesperado con un hombre del cual me hace sentir extraña y diferente a su lado, no sé si decir si eso me hace sentir bien, pero últimamente, al estar con Leopold las cosas cambian, mi mundo cambia y yo, cambio.
Una giro hace que pronto choque con su cuerpo y esta vez, seamos los dos quienes sonriamos como un par de enamorados... Es raro decirlo, pero es más como lo asimilo; le doy una mirada y respetando siempre ese espacio de cordura y consciencia que nos queda, terminamos por bailar abrazados.
El mundo parece solo estar compuesto por nosotros dos, olvido por alguna razón el motivo por el que me encuentro aquí y sin duda alguna, me encanta sentir esa armonía que mi propio cuerpo siente al sentirse cómodo en un momento como este; casi es inevitable, seguir con una falsa actuación cuando en segundos puedo sentirla real, lo peor de ello, es que terminó por poner mi cabeza en el hombro de Leopold mientras que él, parece oler mi cabello y dejar cortos besos en él.
« ¿Cuándo fue la última vez que baile con alguien de esta manera?»
Quisiera no recordarlo, pero no puedo detener la imagen que aparece en mi cabeza y pronto hace que tenga un nudo en la garganta ante la idea que para aquella época aquel romance que mantuve con Halsten todo era de esta manera tanto que los sentimientos parecen florecer pero a la vez, retenerse con una nueva esencia y calidez que me proporciona Leopold.
Hago lo que puedo para no comparar a dos hombres que han empezado a entrar constantemente a mi mente, uno por mi pasado y el otro por mi presente, uno por haberme dado un buen amor a pesar de las dificultades y otro que ha empezado a invadir extrañamente mi corazón con detalles sencillos y generosos que no los veo venir y eso sin decir, de lo mal que pienso al creer que he empezado a sentir algo por Leopold cuando aún no olvido a Halsten.
Me siento como en un mar de confusión pero debo de seguir entendiendo dos cosas para que mi corazón ni mente jueguen conmigo; la primera de ellas es que no puedo sentir nada por Leopold cuando no ha ocurrido ni una atracción además de una amistad que se ha ido formando y fortaleciendo con el tiempo, por lo cual me niego a aceptar que sienta un cariño mucho mayor que una amistad por Leopold, y lo segundo, que Halsten está muerto, debo de dejar de pensar en él como si estuviera vivo, debería de reaccionar y decir que él ya no volverá y aquellos recuerdos que coleccionamos juntos, ya no sé encuentran.
— ¿Puedo bailar una pieza con mi hermano? —sonrió al ver a Elin.
—Todo tuyo. —Me suelto del agarré de Leopold para darle paso a Elin.
Cuando ambos empiezan a bailar, los dejó a solas mientras me alejo de ellos para buscar el baño, siento la necesidad de estar sola y por lo menos tratar de controlar mis pensamientos antes que vuelvan a desordenarse y hacerme pensar en cosas que no son.
Apenas llego cuando voy hacia el tocador, mis ojos se han dilatado que hasta encuentro una tensión en mis hombros que hace que no tarde en abrir el grifo del lavabo y pronto mojar mi cuello del cual se encuentra caliente. Me refresco un poco sin tocar el maquillaje que puede correrse de mi rostro para después secar mis manos y soltar varios suspiros que me hacen imaginarme cosas que no son sobre Leopold y Halsten.
Doy unas cuantas vueltas en el baño y agradezco de estar sola para que nadie observé mi etapa de nerviosismo por la que estoy pasando; pero cuando me encuentro en un buen momento para tranquilizarme, observó cómo Ellen entra al baño y pronto le pone llave a la puerta hasta que sin remediar los problemas que pueden suceder al estar las dos en un solo lugar, escuchó como empieza a hablar.
— ¿Cuánto dinero necesitas para que te quiera lejos de Leopold? —saca una libreta de cheques junto con un lapicero. — ¿Mil, diez mil, cien mil, un millón? —empieza a poner varios ceros seguidos del uno.
— ¿Estás loca? ¿Qué te hace creer que compraré mi relación con Leopold? —ella suelta una risa.
—Toda mujer busca algo de un hombre y me dirás que estás con Leopold por su físico y moralidad. —Frunzo el ceño antes de contestarle.
Ni siquiera puedo responder por lo atónita y desconcertada que me encuentro al ver como ella firma el cheque y pronto me lo posiciona en frente para que lo tomé. No sé qué clase de mujer cree Ellen que soy pero aunque tuviera una relación real con Leopold no sería capaz de vender nuestro amor a cambio de dinero. Es algo imperdonable y para ser franca, no buscaría de Leopold su dinero para estar con él y ser su novia.
— ¿Qué esperas? —Agitó el cheque cerca de mí.
—Haz caído muy bajo, Ellen. —Pronuncié segura. —Si piensas venir a chantajearme con dinero para romper mi relación con Leopold y largarme de su vida para siempre, estás muy equivocada. —Ella achicó sus ojos.
—Entonces, ¿qué quieres? Un auto, un viaje, una casa... —negué para que no prosiguiera.
—De ti. Nada. Ni siquiera ni un centavo tomaría porque todo de ti, está podrido. —Ella hizo puño sus manos.
—No sé qué ha mirado Leopold en ti... ¡Ah sí! Recordemos que no mira, que es un ciego y no se dará cuenta nunca lo fea que eres. —Reí.
—Tus palabras no me dañan. Ni siquiera caeré en tu juego. —Camine para irme del baño pero me detuvo.
En frente de mí, rompió en miles de pedazos el cheque hasta que las pequeñas virutas las tiro en mi cara, haciendo que muchas de ellas se quedarán pegadas en el azulejo que se encontraba un poco húmedo.
—Deja en paz a Leopold. Él no te ama, ¡entiéndelo! —le dicte.
— ¡Él me ama y volverá conmigo! —carraspeó.
—Quisiera creer eso. —Murmuré.
Ella camino hasta mí y a pesar que la altura de ambas no hace mucha diferencia, me tomó de los hombros y me empujo contra la pared en donde pareció comenzar a querer discutir conmigo de alguna u otra manera.
—Tú no sabes nada de nosotros... —soltó enfurecida —Tenemos 8 años de relación... —la interrumpí.
—Tuvieron... cambia el tiempo en que surgieron los hechos. —la corregí.
—Nosotros no vamos a desechar todos esos años por un error que no cometí. —Abrí mi boca indignada.
— ¿Lo dices en serio? Te acostaste con su primo mientras tenías una relación amorosa con Leopold, lo seguiste engañando después del accidente y tú fuiste la causante también que su relación se destruyera por completo. Ahora no vengas de inocente a querer arreglar su corazón con cinta adhesiva o pegamento aquellos trozos que ya están demasiado rotos para construirlos y repararlos. —Evite gritarle.
Ella achinó lo ojos mientras que se mantenía callada por un largo tiempo, decirle la verdad en su cara no sé si fue una buena opción pero tener que seguir observando la manera tonta e hipócrita que se está comportando, hace que me enfurezca más al imaginarme que dejó a Leopold solo por irse con su amante.
—Tú debiste de haber estado con Leopold cuando sufrió el accidente, no sabes lo que ha vivido por su ceguera... —ella dejó ir una risa.
—Y ¿tú? Crees que estos ocho años he estado con Leopold porque lo amo. —Intenté hablar pero ella prosiguió. —Él tiene una gran fortuna como herencia y su trabajo le favorecía más pero después que quedara ciego por el accidente, crees que yo, una chica hermosa que puede conseguir todo lo que quiera se iba a quedar con un ciego que ya no tiene futuro —empezó a dejar salir varias carcajadas—. No, casarme con su primo es mi segunda opción y Melker tampoco está mal para que me pueda dar la vida que yo siempre he querido. —Hice puños mis manos.
No me serviría pelear en el baño teniendo en cuenta que cualquiera nos puede escuchar y la fiesta puede soltar una rebelión por mi culpa; tenía muchas posibilidades de acabar con la fiesta con solo soltar la verdad, pero le prometí a Leopold no revelar ni una sola palabra mientras que él no se sintiera seguro de decírselo primero a sus padres.
Le di un empujón y pronto me acerqué a la puerta antes de escuchar como de uno de los baños liberaban el agua, mi piel se erizo ante la idea de que alguien nos llegó a escuchar, así que preferí huir antes de ver el rostro de la persona; no tarde mucho tiempo en abrir la puerta y caminar de regreso a la fiesta en donde se encontraba la familia Engström; Leopold y Elin ya habían terminado de bailar y de nuevo se habían sentado en la mesa en la espera de que llegara la hora de cenar. Así que como si no hubiera pasado nada, solo me senté en mi lugar en la espera que anunciaran las palabras que Ellen pronto diría como agradecimiento a todos los que hemos venido a su fiesta de cumpleaños.
— ¿Dónde está mamá? Ya empezara Ellen con su discurso y sé que ella no se lo querrá perder —Elin buscó a su madre entre todas las personas pero parece no encontrarla.
—Dijo que iría al baño y pronto regresaría —dijo Jerker.
Mis ojos se abrieron de manera tan enorme que sentí como mi corazón empezó a latir rápido, sin poder remediarlo, mis manos empezaron a sudar, uno de mis pies comenzaba a moverse de manera rápida y ni siquiera me di cuenta cuando comencé a morderme las uñas de mi mano.
No puede ser... Y si la madre de Leopold escuchó lo que Ellen y yo discutimos en el baño... No Dios, no. Espero que se haya ido a otro baño para que así ella no haya tenido que escuchar la verdad que por mucho tiempo su hijo le ha ocultado para no causar problemas.
Ellen a pareció con una sonrisa en su rostro para saludar a unas personas que se acercaron a ella para darle el saludo natural del feliz cumpleaños; estaba a punto de buscar a la señora Veronika cuando ella apareció con un rostro sonriente y calmado, tanto que al ver a su esposo, le dio un beso y pronto lo abrazo. No quería sentirme relajada al ver como ella parecía estar bien como si no haya recibido una noticia precipitada; así que antes de poder rogarle a Dios que no sucediera nada, la señora Veronika le dijo algo a su esposo en su oído para luego caminar y alejarse de la familia.
Observó como la madre de Leopold se dirige hasta Ellen con un paso casi rápido que en pocos segundos sé que estará pronto en frente de su ex nuera; intentaría detenerla pero sé que ya es demasiado tarde, como para evitar el próximo drama que enseguida surgirá, como también la discusión que pueda tener con Leopold si se entera que abrí la boca en el baño de mujeres por pelear con su ex novia sin saber que su madre se encontraba en el mismo lugar, escuchando las palabras de Ellen y mías en silencio.
Dejó mis pensamientos a un lado cuando Ellen se gira para ver a la señora Veronika y apenas le dirige unas palabras hasta que en un par de segundos, la cara de Ellen gira a un lado y todos dejan salir un ruido de sorpresa, tanto, que todos guardan silencio, dejan de hacer lo que están haciendo hasta ver lo que está próximo en llegar.
— ¿Qué sucede? —Leopold se acaba de dar cuenta del silencio que guarda la fiesta.
No tengo las palabras indicadas para decirle que su madre acaba de bofetear a su ex novia hasta el punto de ver como la rabia crece en la señora Veronika en donde está a punto de explotar si no dice lo que quiere decirle a Ellen.
—Te abrí las puertas de mi casa, te trate como una hija y creí que eras demasiado buena para mi hijo... —Empezó a decir la señora Veronika. —Pero nunca pensé que serías capaz de traicionar de una manera muy vil a Leopold...
Observé como el hombre que tengo a mi lado, con solo escuchar su nombre, se llegó a levantar de manera sorpresiva, tanto que se golpeó la pierna con la mesa pero al escuchar la voz y las palabras de su madre, ignoro el dolor para buscar a la persona con la cual debería tratar el problema antes que todos se enteraran aunque yo creo que siempre la señora Veronika quería montar aquel show.
—Él te amaba, hubiera hecho cualquier cosa por ti. ¿Cómo llegaste a ser capaz de engañarlo? Y con su propio primo. —Melker regreso el vino a la copa al escuchar la noticia.
Ellen seguía callada sin decir una palabra, el problema se encontraba en que el escandalo comienza a ser cada vez más grande con las verdades que desata la señora Veronika y por supuesto, eso solo me hunde más a mí.
Melker camino hasta su tía y apenas ella lo miro a él cuando fue el siguiente en recibir la bofetada y de ella agregando los reproches que también la madre de Leopold le tiene a su primo.
Todos los invitados, empezaron a murmura de la fiesta cada vez más y no fue evitable que las acusaciones se hacían cada vez más grandes hacia Ellen y Melker cuando la señora Veronika mencionaba palabra tras palabra que Ellen solo quería la herencia de Leopold, que ella comenzó a engañar a Leopold antes del accidente, que él mientras sufría por su ceguera Ellen se acostaba con Melker... Una y millones de acusaciones llegaban y no se detenían de la boca de la señora Engström.
Quise que el mundo se detuviera y todo se regresara hacia atrás para no haber abierto mi boca principalmente.
Cuando la madre de Leopold terminó de discutir, Ellen llegó a poner su rostro en mí, en donde no tardo en caminar hacia la dirección de la mesa de los Engström hasta que llego a ponerse en frente de mí y desatar su furia poco lucida conmigo.
— ¡Tú! ¡Eres una víbora! ¡¿Cómo te atreves a abrir la boca y a arruinar mi fiesta?! —gritó tanto que todos llegaron ahora a posicionar sus miradas en mí.
—Yo... Yo...—Dios, no sé qué decir.
— ¿Qué? Liv... ¿Tú le dijiste a mi madre? —Leopold se quedó sorprendido.
— ¡Y quién más puede ser! —soltó Ellen.
— ¡Prometiste no decirle a mi madre! —Ahora Leopold me grito.
— ¡No es cómo lo crees! —intercedí pero ya es demasiado tarde.
— ¡No quiero escucharte más! ¡Acabas de defraudarme! —refunfuñó.
—Leopold, no tuve la culpa de nada, créeme que yo no quería esto sucediera, todo empezó... —dejó ir un gruñido mientras llamaba a Elin.
—Elin, llévame donde mamá. No quiero seguir escuchando a esta traidora y mentirosa. —Abrí mi boca atónita.
— ¿Perdón? —me puse entre medio de él y Elin. —Mira Leopold, no niego que descuidadamente abrí mi boca sin querer pero llamarme mentirosa... ¡Es inaudito de tu parte! —renegué.
— ¿En serio? Me dirás que no lo eres al mentirles a todos que somos pareja —respiré hondo para no exaltarme.
—Te recuerdo que tú empezaste con esto, yo no quería venir aquí a fantasear un romance que ni existe —le dije controlando mis impulsos de enojarme más con él.
—Pero no te traje por obligación, por tu voluntad estás aquí y veo que fue un error traerte. —Camino a ciegas hasta Elin en donde ella le agarro la mano y lo llevo hasta la señora Veronika.
No me quedaría más en aquel lugar siendo el hazme reír de las personas; ya demasiada humillación tuve con Ellen y Leopold para escuchar más cosas que tengan que implicarme o no con el montaje que ha hecho la señora Engström. Con la frente en alto pero con la garganta hecha un nudo, tomó mis cosas y camino hasta la salida del salón, no quiero seguir siendo el centro de atención de todos ni mucho menos seguir haciéndoles creer a todos que tengo un romance con Leopold Engström.
Con los rojos ardiéndome por las lágrimas que retengo con lo furiosa y dolida que estoy, intento salir de aquella mansión para irme a casa; así que sacó mi celular y marco el número de Arath para que sea el quien me haga el favor de llevarme o sino me tocará pedir un taxi; al tercer timbre, él me contesta y pronto le digo que si puede pasarme a traer a la fiesta de Ellen y antes que él me pregunté que me sucede, evado sus preocupaciones para decirle si puede llegar a traerme y sin dudas, él acepta a llevarme.
Pronto cuelgo el celular para quedarme en medio de la nada fuera de la mansión de Ellen; empiezo a congelarme ya que no llevo un suéter a mano haciendo que tiemble del frío y busque la manera de como entrar en calor, miro hacia la puerta de la mansión y pienso en entrar de nuevo pero al recordar lo sucedido hace unos minutos, borró la idea de mi cabeza para quedarme en mi lugar.
— ¿Qué haces aquí? Morirás de frío —miró hacia atrás y me encuentro a Jerker.
—No deberías estar en la fiesta —digo cortante.
—Para que quiero ver más dramas de mi madrastra y de mi hermano. De todas formas, tampoco quería venir. —Intentó compadecerse de mí pero eso me abrumó más.
Nos quedamos en silencio hasta que él se quitó la chaqueta y me la puso en frente con la intención que la tomara pero me negué varias veces a su petición que al final, él la lanzo en mi espalda.
—Luci se preocupara por ti —le dije con la voz entrecortada por el frío.
—En verdad, vine para llevarte a casa. Ella pensó que después de lo sucedido querías irte. —Mencionó.
—Llame a mi mejor amigo, ya está de camino. —Le aseguré.
—Mejor llámale y dile que yo pasaré a dejarte. —Le contesto un «no» con mi cabeza.
Me niego a tener que sentirme la afectada de todo este hecho cuando solo trataba de ayudar a Leopold para que su ex novia no lo siguiera molestando más pero un simple error determinó que él parece no confiar en mí en lo suficiente, quizás fui tonta al no verificar primero si no había nadie en los baños antes de hablar o también no haber caído en la trampa de Ellen cuando podía para así evitar soltar la verdad; pero las cosas ya sucedieron y no puedo decir que quiero volver a atrás para remediar el error cometido.
Si Leopold no me quiere escuchar, pues bien, no insistiré y mejor que se crea las palabras de su ex novia porque para ser verdad, yo no le dije nada a su madre, ella se encontraba en el baño y yo no sabía que ahí estaba. Solo me imagino todo lo que le debe de estar diciendo Ellen a Leopold para seguirme culpado que su madre haya llegado a saber la verdad.
Después de veinte minutos de espera, congelándome en la nieve con Jerker, apareció Arath con una media sonrisa en la boca, salió de su auto y pronto me entrego un suéter de él, así que le devolví el blazer a Jerker para no quedarme nada con lo que le pertenecía a los Engström. Pronto vería como llevaba el vestido a la lavandería y así entregarle el vestido, los zapatos y la cartera a Elin. No quería nada de ellos, después de todo, también fue mi error aceptar a venir a la fiesta.
—Nos vemos Jerker. —Me despedí de él.
—Adiós, Liv. —Se despidió antes de entrar de nuevo a la fiesta.
Arath me ayudo a subir al auto y pronto él fue el siguiente en entrarpara conducir hasta mi casa. Daba gracias porque en el camino él no dijo, yaque no estoy disponible para dar explicaciones, así que mientras él manejaba ensilencio, agradecí que por fin llegaría a casa y el calvario que acababa desufrir ya terminó, a pesar que no muy bien después de todo.
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