Capitulo 4.
Supusieron que Bryan había vuelto al hotel, o que finalmente fue a reunirse con sus amigos. Por lo que luego de ese extraño momento, Esperanza y Ramiro se unieron a las miles de personas que se encontraba moviéndose al ritmo de la música electrónica, que sonaba por los grandes altos parlantes en aquel momento.
— Debemos tener una noche épica en Los Ángeles antes de irnos mañana — dijo Ramiro con entusiasmo sin dejar de mover sus pies
— Creo que esta noche en si ya lo es — dijo Esperanza haciendo lo propio mientras se reía del comentario de su amigo.
— Vamos, recién estamos empezando y mira este lugar, es inmenso, yo digo que debemos explorar — insistió Ramiro —. Como los viejos tiempos, cuando nos metíamos en las peligrosas cuevas de la playa, o cuando explorábamos las minas de sales en el norte
— Nuestros padres se ponían histéricos cuando desaparecíamos — dijo ella sonriendo
— ¡Exacto!. Pero ahora estamos solos, sin padres y en el extranjero. ¡María, estamos en Los Ángeles, California! ¿Perderías esta oportunidad?
Después de haberlo pensado por varios segundos, ella, ya más convencida; tomó la mano de su amigo, y como un par de niños traviesos corrieron escalera arriba entre risas cómplices. Se adentraron a lo que era la tercera sección y al llegar, disminuyeron sus pasos y callaron sus risas para no verse sospechosos, pues el lugar estaba iluminado y el ambiente era diferente e inquietantemente tranquilo. Pero pese a eso no podían dejar de pensar, que ni el actuar de Bryan ni aquel chico que le obligaba a beber un liquido de dudosa procedencia, o incluso el excéntrico comportamiento del barman que los atendió, se comparaba con lo que vieron en la tercera sección: un ambiente de aire muy distinto al ambiente fiestero del primer piso. Pulcro, tranquilo pero que parecía congelado en el tiempo.
Esperanza un tanto tímida se arrimó más al brazo de su amigo y ambos comenzaron a avanzar con algo de sigilo. Temerosos de ser descubierto decidieron observar a la gente desde lejos y aunque nadie les prestaba atención, los dos tenían una constante sensación de ser vigilados.
Además, también se sentían incómodos y fuera de lugar pese a que los dos venían de familias de alta alcurnia, no obstante, para ambos aquel lugar era más snob de lo que acostumbraban. Con todos esos muebles lujosos y aquellas personas de ropa caras que de seguro eran de diseñadores famosos. En comparación, ambos amigos se sentían como unos plebeyos perdidos en un palacio.
— Es tu turno, Jared — dijo Emma esperando desde hacía un minuto que Jared hiciera su jugada en la mesa de billar
— ¿Ah? — respondió el cantante sacudiendo la cabeza. Perdió un poco la concentración cuando de pronto le vino la imagen mental de una chica, y no era una chica cualquiera, se trataba de la que vio a la entrada del El Antro, y es que él sentía que la conocía, pero no recordaba de donde hasta que sus imágenes mentales se la volvieron a mostrar mientras jugaba con la bruja. Era ella, aquella que se manifestaba en sus pensamientos desde hace años. La veía crecer y madurar a través del tiempo desde hace una década.
— ¿Por favor, podrías dejar eso por cinco minutos que sea? — le reclamó la australiana
— No siempre lo controlo, Emma. A veces sólo aparecen sin aviso — respondió Jared un tanto fastidiado. Pero, queriendo olvidar el asunto, Jared simplemente se puso en posición y se dispuso a hacer su jugada.
— Creo que no deberíamos estar aquí — dijo Esperanza un tanto nerviosa
— Pues, si realmente fuese exclusivo habrían guardias por todos lados, María— dijo Ramiro; quien desde muy pequeño se dirigía a su amiga por el segundo nombre de vez en tanto, porque creía que su primer nombre era muy largo.
— Salgamos de aquí — pidió ella sin apartar la mirada de esas personas. Pero en el segundo que se disponían a salir, sin querer, ambos fueron testigo de lo que para ellos fue muy aterrador y surrealista.
Seductoramente, una mujer de cabello Platinado y vestido ajustado y corto; se sentó ahorcajadas en el regazo de un hombre, éste siguiendo el juego de la chica, apartó el cabello de ella y lentamente se inclinó sobre el hombro de la muchacha, olfateó su piel y finalmente le clavó sus filosos colmillos de vampiro en la yugular. Ambos amigos se quedaron mirando aquella situación boquiabiertos, sin despegar su mirada en la mujer que poco a poco se iba desvaneciendo hasta caer desplomada al piso, mientras el vampiro inclinaba su cabeza hacia atrás cerrando los ojos deleitándose con el sabor de la sangre que le cubría la comisura de sus labios y manchaba sus dientes. Ignoraba absolutamente la presencia de todos los demás, incluyendo la de Ramiro y Esperanza, quienes entrando en pánico, no sabían qué hacer.
— Creo que se te pasó la mano, Shannon — dijo un hombre sentado frente al vampiro
— No es para tanto, Tomo, sólo la dejé inconsciente, ya despertará... tal vez. — añadió con cierta sonrisa traviesa.
— A tu hermano no le va a gustar — añadió Tomo
— Pues, no tiene que enterarse. Además, me importa un comino que se entere — Enseguida volteó de manera casual hacia la dirección de ambos testigos humanos. Asombrados Esperanza ahogó un grito, ella se paralizó al verse descubierta, en tanto que Ramiro reaccionando de manera diferente la tomó de la mano y la arrastró hasta la primera puerta que vio.
— ¿Viste eso? — preguntó Ramiro en español. Y a partir de ese momento, la discusión comenzó a ejecutarse en ese idioma, y es que ambos chicos, sólo hablaban en inglés entre ellos en presencia de anglosajones pero cuando estaban solos, preferían comunicarse en su lengua madre. De todas formas ambos eran bilingües, pues en el colegio que estudiaron desde pequeños, les enseñaron a comunicarse en los dos idiomas desde kínder, por lo que no era problema para ellos pasar del inglés al español en cosa de segundos.
— Sí... era... era... — quiso decir Esperanza pero sus palabras quedaban atoradas en su garganta.
— Era Shannon Leto. Por él aprendí a tocar la batería — añadió su amigo en un tono entusiasta
— Sí, y es un vampiro.— dijo Esperanza un tanto alterada — ¡PON ATENCIÓN! ¿QUIERES?
— ¿Shannon un vampiro? ¿Cómo crees? Eso no existe— dijo con incredulidad el muchacho
— ¿Viste lo que yo o no? Dejó a esa mujer inconsciente — rebatió Esperanza — Este lugar se está tornando muy raro, te lo juro.
— Seguro estaba ebria — argumentó Ramiro — los vampiros no existen
— Y la boca del tipo. ¿Acaso no le viste la boca roja como si tuviese sangre? No lo niegues tú viste lo mismo que yo, él atacó a esa chica ¿Qué tal si fuimos testigo de...? Un asesinato
— ¡María! — Exclamó algo exasperado Ramiro — eso no es posible. Era Shannon Leto, mi baterista preferido, gracias a él me animé a comprar mi gran tesoro musical y no permito a que lo difames...
— ¡Por favor, no hagas esto, no de nuevo! — espetó ella
— ¿Hacer qué? — exclamó él
— ¡Cerrarte, entrar en negación! ¡Siempre lo haces cuando no quieres ver la realidad!
— Claro, porque los vampiros son reales ¿no? — replicó con sarcasmo Ramiro
De pronto, el acalorado debate que ambos amigos sostenían, fue interrumpido por el carraspeo de una voz femenina. Los dos miraron en dirección de donde provenía aquella voz, y se dieron cuenta que estaban siendo observado por al menos unos ochos par de ojos, todos perteneciente a varios famosos del mundo de Hollywood: cantantes, actores, Socialité, youtubrs y conductores de televisión. Todos dueños de una doble y clandestina vida, en los que frente a las cámaras se mostraban como simple mortales con fortuna y fama, pero lejos de ellas, se mostraban como lo que realmente eran, criaturas de la noche.
Esperanza y Ramiro sin darse cuenta, entraron al lugar que sólo gentes autorizadas podían acceder. La sección V.I.P. El lugar estaba iluminado en una tenue luz de tonalidades sepia y dorado, que hacían juego con el color de las paredes y los muebles que decoraba el lugar. Todo en su totalidad, le daban al lugar un aspecto antiguo y cálidamente acogedor, como la de una casa de campo o una cabaña rustica. Excepto por la tecnología y multimedia, el televisor plasma que colgaba en la chimenea eléctrica, que era a tono con el color madera de las paredes y el sepia de la iluminación. Por último a un rincón, frente a una pequeña ventana de persianas, se hallaba el equipo musical junto a un computador de última generación que descansaba sobre un antiguo escritorio.
— Lucen algo nerviosos — dijo Angelina Jolie sonriéndoles a los recién llegados, y es que la forma en que Esperanza y Ramiro detuvieron su discusión, fue casi cómica ante los ojos de algunos testigos
— Bueno, no nos esperábamos encontrarnos con tantos artistas en una sola habitación — dijo Esperanza — la verdad, no esperábamos vernos con gente en este lugar
— En especial dentro de un edificio en construcción, que resultó ser una especie de discoteca, club... o algo así — añadió Ramiro tartamudeando. — Por dios, es Angelina Jolie — murmuró luego a su amiga con la emoción reflejada en su voz
— Ah, así que hablan en un perfecto inglés — dijo la actriz fingiendo que no escuchó al emocionado Ramiro decir su nombre cual fanático a punto de desmayarse — creí que eran turistas perdidos.
— Y lo somos — dijo Ramiro soltando una risita nerviosa tratando de recuperar la compostura. — somos chilenos y estamos de paso aquí
— Relájate, querido, no mordemos —bromeó Angelina de manera juguetona
— ¿O sí?— sugirió con una sonrisa picara Johnny Depp guiñándole un ojo a Esperanza. El actor se hallaba sentado junto a Angelina en el sofá frente a la chimenea. — Así que ¿son de Chile?, ¿y cómo es? — preguntó el actor
— Es un país de sur América — respondió Ramiro
— Se donde está, pero nunca he ido — dijo Depp — mi pregunta es ¿cómo es?
— No todos los gringos son ignorantes — susurró Esperanza disimuladamente a su amigo hablando en español
— Ah... si, si — respondió Ramiro en voz alta, como si le estuviese contestando a ambos a la vez — es un país hermoso, con mar, ríos, la cordillera. Aunque eso es más al sur, en el norte se encuentra el desierto de Atacama y... y en fin — Ramiro no quería sonar tan patriótico, pero no podía dejar de admirar los distintos paisajes de su tierra — ¿y dónde estamos? ¿Qué es este lugar? — quiso saber cambiando de tema mientras aclaraba su voz
— Están en El Antro — intervino Jared desde la mesa de villar. Enseguida, dejó el taco sobre la mesa y con decisión caminó hacia Esperanza y Ramiro, casi amenazante. — Realmente me encantaría saber de lo que estaban hablando cuando entraron aquí. La verdad, sonaba interesante su discusión aunque, claro no se mucho español, pero entendí claramente que mencionaron a mi hermano ¿me podrían explicar por qué?
Ramiro no podía creer a quien veía frente suyo, y pese a que estuvo en el concierto y pudo subir al escenario. No creyó nunca que lo vería tan de cerca aquello lo dejó casi hiperventilando, pues él era un Echelon de corazón al que le gustaba Thirty seconds to mars desde el comienzo, cuando el chico tan sólo tenía unos diez años de edad. No así Esperanza, quien si bien no le encantaba la banda, tampoco le desagradaba, aunque admitía que algunas de sus canciones eran buenas.
— ¿Y bien? — insistió el cantante, quien en realidad se fijaba mas en Esperanza que en Ramiro
— Es que vimos algo muy raro allá afuera — comenzó a decir Esperanza señalando ligeramente con su pulgar por sobre su hombro
— Mi amiga cree, que Shannon es un vampiro asesino— intervino Ramiro — ¿pueden creerlo? ¿Vampiros? Por favor
— Lo que vimos fue claro. No fue mi imaginación y te consta porque tú también lo viste, Ramiro — dijo ella — el tipo de allá afuera...
—Era Shannon — interrumpió Ramiro
— Como sea— dijo ella — él mordió a una chica en el cuello y... y... y la mató
— No la mató, la dejó inconsciente en el piso y de seguro era porque estaba borracha. ¡Nada de vampiros, los vampiros no existen!
— ¡Había sangre en el cuello de la chica!—exclamó — ¡en la boca de ese tipo también!
Jared no estaba potencialmente interesado en el relato de los dos jóvenes. Simplemente quería saber porque mencionaron a Shannon en esa discusión y ya que estaba enterado, no le sorprendía tanto su actitud. Pero aún así, sintió bastante curiosidad la presencia de Esperanza y Ramiro. Uno renegaba de la existencia de vampiros y la chica aseguraba que ellos existían, pero era evidente que para ella aquello era novedad. Lo que significaba que fueron invitados por una criatura de la noche al El Antro, probablemente siendo engañados. Aunque por otro lado, tenía la teoría de que uno de ellos era un Destinado o un Heredero y aún no lo sabía.
Un inesperado silencio invadió el lugar, los presentes se miraban unos a otros de manera disimulada, pero con complicidad. En ese lapso, otra visión invadió la mente de Jared y la imagen de esa chica la pudo ver con más nitidez, enseguida volvió en sí, desvió la mirada a un lado mientras sacudía la cabeza ligeramente y nuevamente posó sus ojos en Esperanza.
— ¿Cómo llegaron hasta aquí?— preguntó Jared secamente. Tanto Esperanza como Ramiro tragaron saliva pensando que quizás estaban infringiendo alguna especie de regla implícita o algo así. Y aunque quisieron mentir de alguna forma para zafar de la situación, sentían que no podían hacerlo realmente.
— Jared, intimidarlos no es la forma— le regañó Emma parándose junto a él.
— Bueno, si este es un lugar exclusivo, pues déjame decirles que no se nota — dijo Ramiro volviendo a su actitud segura. De pronto se sintió molesto por la forma tan pedante que Jared tenía con ellos, sin razón aparente. — Vamos, María tenemos que volver al hotel, mañana debemos levantarnos temprano.
— Respondan — insistió Jared a lo que Ramiro soltó una risotada incrédula.
— Vaya que increíble actor eres Jared Leto. ¿Te planteaste incursionar también en el teatro? Se te da muy bien. Digo, con lo hipócrita que te muestras ante tus fans. Que no se te olvide que si no fuera por nosotros, tú y tu hermano no serían nadie
— Te equivocas, nosotros estamos en la cima gracias a nuestro talento y esfuerzo— revatió el vampiro
— Pero ese esfuerzo no es nada si no tienes a alguien que admire y reconozca tu talento— replicó el chileno. Lo que provocó otro incómodo silencio qué fue ligeramente roto por murmullos que mostraban su acuerdo o desacuerdo ante la opinión de Ramiro. Jared debió contar hasta diez antes de seguir con la discusión.
— Bien. Quizás tengas razón, sin el Echelon nosotros no somos nada, ¿sí? Y me disculpo por ser tan grosero. Pero realmente necesito saber cómo llegaron hasta aquí... además, esta es zona restringida — finalizó
— ¿Ah sí? Pues no vimos ningún cartel ni guardia ni nada que nos diga lo que estas afirmando — respondió Ramiro — además ¿Que importa? Es sólo un feo edificio aparentemente abandonado...
— Fue por mí, señor —intervino Esperanza— vi el letrero de afuera y para ser honesta, no me parecía que fuese un edificio abandonado. Realmente es un lugar que te invita a entrar, lo que me extraña es que no haya guardias ni recepcionistas en la entrada... y como mi amigo dijo, si eta habitación fuese zona restringida, al menos debiera haber una señal que prohíba el paso a cualquiera
— ¿Ya nos podemos ir? — Preguntó Ramiro, enseguida miró su reloj — ya es tarde, sólo tenemos tiempo para ir por nuestras maletas e ir al aeropuerto, si te da sueño tendrás que dormir en el avión. — Esperanza asintió con la cabeza sin decir nada. Ambos amigos se marcharon sin despedirse cerrando la puerta tras de sí dando un estrepitoso sonido que hizo sobre saltar a varios ahí.
Aunque a veces le avergonzaba las reacciones exageradas de su amigo, en esta ocasión no pudo evitar admitir para sí misma que él, Ramiro tenía razón. Aquel hombre fue muy grosero con ambos, y la verdad; a ella tampoco le agradaba las estrella famosas que actuaban de mala manera, sólo porque van a un paso mayor que la gente común en tanto a logros económicos y profesionales se trata. Ella nació en cuna de oro, estudió en una escuela prestigiosa y pese a eso, conoció desde muy pequeña el significado de la humildad y el respeto por lo que actitudes como la que Jared mostró en ese momento, eran las que intentaba evitar.
— Bien, otro potencial elemento se nos fue, esta vez gracias al señor Leto — dijo Angelina con cierto sarcasmo. Jared puso los ojos en blanco gruñendo por lo bajo— tenía ganas de ver a ese chico como vampiro, de seguro habría sido un interesante elemento, me gusta su estilo.
— Tú siempre ves potencialidad como vampiro a quienes increpan a las soberbias estrellas de Hollywood — dijo Johnny
—Monstruos de Hollywood querrás decir — dijo la actriz — Depp le sonrió y luego suspiró apesadumbrado
— Lo que es a mí, me hubiese gustado tener a esa chica en nuestras filas, ya sea como vampiro o como Eterno, de verdad me gustó. Tenía un no sé qué que llamó mi atención — ante ese comentario, Jared le lanzó una repentina mirada fulminante al actor que le obligó a borrar su sonrisa — ¿Qué? Es la verdad.
— Es ella — murmuró Jared al acercarse a Emma.
— ¿Qué? — cuestionó la hechicera sin entender— ¿ de qué estás hablando?
— La chica de mis visiones, es ella
— ¿Estás seguro?
— Sí — afirmó Jared — Escucha, necesito que averigües donde va, y a qué hora sale su vuelo
— Jared, ya escuchaste, se van ahora y además necesito un objeto que le pertenezca.
— Emma, por favor — imploró él — Si es necesario, puedes ayudarte con mis visiones.
— Bueno, está bien pero no aquí —dijo ella. Enseguida ambos subieron al tercer piso, sabiendo que a esa hora no habría nadie en la quinta sección.
Una vez en la habitación, bajo una tenue luz que sólo provenía de la luna, ambos se hallaban sentados a la orilla de la cama. Emma y Jared tenían un don que les hacía conectarse entre ellos síquicamente, de modo que ella podía leer la mente de Jared y ver las visiones que él tenía. Pero aquella conexión no era constante, sólo funcionaba cuando Jared lo permitía
— Debemos ver hacia dónde va su vuelo, Emma — urgió Jared
— Pero eso es difícil. Ya te dije que necesito algún objeto que le pertenezca a la chica— Jared abrió los ojos y suspiró frustrado
— Bien... entonces, debemos alcanzarlos, de seguro aún no se han ido del edificio.
— ¿Pero, cuál es tu obsesión con esa chica? Ni si quiera la conoces — cuestionó Emma
— ¡Es que no lo sé! — Exclamó él subiendo la voz mientras se ponía de pie repentinamente, lo que hizo que Emma se sobresaltara al ver sus brillante ojos azules encenderse como luciérnagas en la oscuridad— lo siento — dijo él sentándose de nuevo— es lo que quiero averiguar. Por alguna razón esa chica ha aparecido en mis visiones desde hace años y quiero saber por que
— Bien, entonces, vamos te llevo hasta el aeropuerto y la buscaremos juntos
— Gracias yo... espera, la veo. Van hacia el ascensor
— ¿Seguro? — preguntó Emma
— Mis visiones son más poderosas cuando me alimento y te aseguro que no he dejado de beber sangre en toda la noche, ella y su amigo están en el ascensor y se dirigen a la salida
— Pues, hay que irnos ahora — dijo la bruja.
El viaje hasta el aeropuerto fue muy rápido para Jared y Emma. El problema era que se adelantaron mucho al grado de darse cuenta que Esperanza y Ramiro aun no llegaban por lo que estuvieron en vano buscándolos por una hora.
— Sentémonos — dijo Emma acomodándose en una mullida banca acojinada. Jared la imitó y luego Emma colocó sus manos sobre la cabeza del cantante — Ya llegaron al aeropuerto — informó ella cerrando los ojos — Están registrando su equipaje
— Sí, así veo — dijo el vampiro. — Hay algo más, Emma. Veo en su mano un pasaporte y su boleto pero no logró leer su destino
— ¿Necesitas beber más? — Preguntó la bruja — Yo me ofrezco a...— Jared negó con la cabeza
— No es eso. Es más creo que hoy me sobrealimenté — dijo sonriendo débilmente — Necesito a Natalie. Ella tiene hambre
— No por favor, no empieces con eso — suplicó Emma — hablas como si ella fuese un bebé recién nacido y tú tuvieras que amamantarla
—Pero es cierto. Puedo verla en mis visiones, ella me necesita
— Pero tú no a ella. — Respondió Emma en un tono serio— Jared, Natalie te esperará como siempre lo hace
— Sin embargo, sus ansias me bloquean, así que por mucho que yo pueda vivir sin Natalie. Natalie no puede vivir sin mí e interviene en mis visiones, y eventualmente, en esos casos yo también necesito de ella.
— Enserio, Jared; esa relación simbiótica que tienen, es muy mala y créeme ustedes dos son los primeros. En toda la historia del vampirismo; nunca se ha visto que un vampiro y un Eterno dependan tanto uno del otro. Hasta ahora, porque lo normal es que sólo los Eternos sean dependiente y además...
— Debemos continuar — interrumpió Jared queriendo cambiar de tema drásticamente— ya casi amanece y mis ojos se nublan.
— Bien, como quieras — dijo ella poniéndose de pie imitando al vampiro, quien ya se había incorporado y tan pronto como lo hizo él, se había adelantado unos cuantos pasos, obligando a su amiga a seguirlo casi corriendo para poderlo alcanzar.
NOTA DE LA AUTORA: En esta historia Jared no es actor, es sólo cantante
NOTA 2 ¿Que nombre les gusta más para la chica? Esperanza o María? Según lo que elijan, continuaré refiriéndome a ella con ese nombre en la voz narrada.
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