capítulo 19.
Esperanza se encontraba en su lugar favorito dentro de la casa Leto: la biblioteca. Incluso para ella era extraño, que habiendo pasado tanto tiempo desde que llegó, los únicos lugares donde ella se movía, eran sólo algunos pocos. Limitándose únicamente al comedor, el despacho de Jared, su habitación y la biblioteca dónde se encontraba en ese momento escogiendo un gran y gordo libro de historia universal.
—Oh, gracias. — escuchó decir detrás de ella — justo lo que estaba buscando. — giró sobre sus talones con algo de fastidio pues había reconocido perfectamente aquella voz molesta
— ¿Enserio, Bryan? Pues tendrás que esperar porque ahora lo usaré yo— dijo ella. — Además; en esta casa también hay internet. Úsalo, a ti no se te prohíbe.
— ¿Y a ti sí, Hope? — ella resopló con fastidio al tiempo que le lanzaba una breve mirada al vampiro. Ante esa silenciosa respuesta, él se rió— Supongo que por algo será. Ignorándolo Esperanza simplemente caminó hacia el gran sofá que se hallaba en medio de la sala.
— La zona de informática está por alguna parte, búscalo y esfúmate— dijo ella abriendo el libro.
— Wow qué ruda— respondió él con sarcasmo— sabes entiendo que le caiga mal a tu amigo porqué... ja, ya sabes, se sentía amenazado. Pero ya no es necesario que finjas más ¿De acuerdo? Él ya no está aquí— Esperanza puso los ojos en blanco y luego resopló una vez más.
— Entre todas las cosas extrañas que me han pasado Últimamente, justo tú tenías que estar ahí. Ya déjame en paz, Bryan.
De pronto, escucharon aproximarse otros pasos y en segundos Shannon Leto estaba parado junto a Bryan mirándolo con una expresión seria nunca antes vista.
— Lárgate de aquí. — dijo el baterista imperativamente, Bryan simplemente obedeció sin decir nada, pero con cierto recelo en su interior.
Al quedar asolas, Esperanza se puso de pie con las firmes intenciones de irse pero Shannon, alargando un brazo la detuvo.
— ¿En serio quieres dejarme solo aquí?— cuestionó el baterista— Es una lástima, pensaba buscar compañía.
— Pues a mí no me da la gana de hacerle compañía a un mentiroso. — dijo ella. — Natalie casi muere por tu culpa
— ¿En serio?— preguntó Shannon cínicamente. — no fue mi intención.
— No te creo, lo hiciste adrede. Sabías perfectamente lo que contenía esa botella Era sangre humana. Y tú la querías matar y echarme la culpa. — dijo ella apuntándolo con un dedo acusador.
Aprovechando el momento, Shannon tomó rápidamente la mano de Esperanza aún con su dedo índice en alto. Entonces, el vampiro se echó el dedo de la chica a su boca, y suavemente lo lamió. Esperanza al comienzo no se movió, es más, aquel inesperado gesto la turbó de tal forma, que dejó escapar un ligero gemido parecido a un suave suspiro. Pero entonces reaccionó y ella dando un paso atrás, tuvo que forcejear un momento para poder liberarse de las manos de Shannon.
— ¿Qué haces? — espetó ella un poco molesta — Eres un repulsivo.
— Ah ¿sí? — dijo él mostrando una sonrisa pícara. — permíteme dudarlo. Esperanza gruñó con fastidio e indignada salió de la habitación dando grandes trancos.
Al salir de la habitación, Esperanza cerró la puerta con tanta fuerza, qué hizo retumbar las paredes del pasillo.
—¿ Esperanza? — llamó Jared quien estaba entrando por aquel corredor — ¿ Tienes un mal día? — preguntó pretendiendo oírse casual
— Algo así — respondió ella. — disculpe, no quise azotar la puerta. Es que su hermano y Bryan son tan .... — no pudo decir nada más solo se limitó a soltar un pequeño gruñido de frustración.
— Sí, comprendo. A mí me pasa seguido. En fin, te buscaba por otra razón.
— ¿Por qué? — quiso saber Esperanza preguntando en un tono de voz, entre curioso y asustada.
— Tranquila — respondió Jared al tiempo qué le sonreía — no sucede nada de malo. Dime ¿ te gustaría ir de compras?
— Bromea? — preguntó Esperanza. — Creí que nunca lo diría — añadió. Jared soltó una pequeña risita al tiempo que negaba con la cabeza. — además — continuó ella — llevo casi tres semanas con esto — se miró de arriba abajo. Pero entonces recordó que era de día y las pupilas de Jared eran de su habitual color perla, lo que significaba que no podía ver nada. — Digo... Disculpe — su voz sonaba apenada y en ese momento, por contradictorio que fuese, Esperanza sintió alivio de qué Jared fuese ciego durante el día, de ese modo no podría ver cuan rojo de vergüenza estaba su rostro. — quiero decir ... — tartamudeo, enseguida se aclaró la garganta.
— No te preocupes, entiendo lo que quieres decir — respondió el vampiro — pero creo haberte mencionado, que si bien no puedo ver con los ojos durante el día , tengo la capacidad de hacerlo con la mente. Y de todas formas ¿ que tiene tu ropa?
— Nada. Es linda, pero lo cierto es, que a mí no se me da muy bien usar ropa de diseñador. Son demasiado aparatosas. Prefiero mis jeans desgastados y mis tops simples y cómodos
— ¿ Te refieres a esos que mande a tirar a la basura?
— ¿ Qué? — chilló ella en un tono de espanto.
— Es un chiste, de seguro están limpios y guardados en alguno de los cajones de tu armario. Esperanza soltó un suspiro de alivio. — Se lo agradezco, señor pero de todas formas, no puedo aceptar
—¿ Por qué? — preguntó Jared frunciendo el ceño.
— Porqué no tengo dinero y mi tarjeta de crédito no es internacional ... no pregunte porque, es cosa de mi ausente progenitor.
— Lo tengo todo calculado, querida —dijo buscando en el bolsillo de su pantalón — esto te servirá.
—¿Qué es esto? — preguntó ella. Jared le estaba tendiendo un pequeño objeto rectangular plastificado parecido a una tarjeta.
— Te abrí una cuenta de créditos. — dijo él — es tu tarjeta. Todos los meses tendrás una gran cantidad de dinero.
— Gracias, pero siento qué no lo merezco. Las clases como institutriz fueron un fiasco. — Jared negó con la cabeza.
— Olvidémonos de eso. — dijo él — esto es lo menos que puedo hacer por haberte secuestrado. Y antes de que lo menciones, tengo claro que eso no te devolverá a tu madre ni a tus amigos. Pero te prometo que con el tiempo, podrás comunicarte con ellos.
— ¿Podré obtener un celular e Internet?
— Vamos despacio. Por ahora límitemonos en la ropa
— Los extraño, señor. Y me preocupa mi madre, debe estar histérica y Ramiro, él...
—Él te dejó — dijo Jared.
— Sí... pero quisiera saber porqué
— Lo entiendo. — Respondió Jared posando ambas manos en los hombros de Esperanza — te prometo que pronto podrás comunicarte con ellos. Por el momento, prepárate, nos iremos esta noche a las mejores boutiques de ropa casual, como te gustan a ti. — diciendo eso se alejó y al mismo tiempo, Shannon se le acercó por la espalda.
— Si fueras una Echelon, entenderías lo que realmente "pronto" significa para él. — comentó repentinamente Shannon, lo que hizo que Esperanza se sobresaltada.
— ¿ Por que eres así? — quiso saber la destinada. Pero sin esperar respuesta, ella le dio la espalda a Shannon dispuesta a alejarse de él. El baterista; impulsado por una especie de rabia o celos, se abalanzó sobre ella desde atrás y con una mano la inmovilizó desde la frente y con la otra le aplicó una especie de llave de yudo. En seguida, buscó su yugular y clavó sus colmillos en ella. Esperanza profirió un grito de sorpresa y dolor, pero luego de unos segundos su voz se apagó dejando salir simplemente unos fuertes jadeos. La mordida reveladora, no sólo permitía que los hermanos Leto pudiesen conocer a quién les clavaba sus colmillos, en ocasiones también utilizaban ese ataque para mostrar lo que ellos querían que viese, ya sea una información falsa o real.
— Ahora sabes porque soy así — respondió el vampiro con una voz ronca que denotaba amargura. Tras decir eso, Shannon se alejó, dejando a Esperanza totalmente anonadada, se llevó una mano a su cuello. Pero la herida que Shannon le había provocado con su mordida, ya estaba cerrando completamente.
Los hermanos Hunter, salieron de casa unas cuantas horas más tarde. Para cuando salieron en búsqueda de Jared; el sol se ocultaba detrás del mar. A esas alturas del día, el cielo del atardecer se teñía en una gama de colores entre cálidos y fríos que iban mutando en degradé comenzando por un amarillo brillante, continuando en un rojo suave hasta convertirse en un naranjo que finalmente se volvía en un suave tono rosa que se iba oscureciendo hasta finalizar con un púrpura y un azul marino.
Lily y Collin se prepararon con todo el armamento de protocolo, el cual incluía un dispositivo en cada muñeca que disparaba estacas, un par de sables enfundadas a sus espaldas, cuchillos de combate en la hebilla de su cinturones y gas pimienta en los bolcillos de su pantalón.
Aquel aparataje no le permitía a Lily vestir de manera muy femenina. Generalmente utilizaba un estilo a lo Lara Croft, que aunque aquel personaje ficticia de videos juegos se veía rudo, también lograba verse femenina con ese short a medio muslo y top sin mangas. Sólo que en caso de Lily, tenia ciertas modificaciones. Ella no sólo llevaba puesto un atuendo similar, también incluía una chaqueta de cuero negra con el emblema de la familia Hunter estampada en toda la espalda.
— No es justo.— se quejó Lily — no deberíamos estar aquí
— ¿Donde deberíamos estar? — preguntó Collin.
— En donde sea, menos aquí.
— Pero se trata de nuestro hermano — dijo el cazador.
— Querrás decir tu hermano — rebatió Lily
— ¿Cuál es tu problema con Bryan? — quiso saber Collin. Lily se encogió de hombros.
— Sinceramente ni yo lo se — dijo ella — tan solo me odia y ya. No pienso rogarle un poco de cariño a quien al parecer no me considera su hermana ... y la verdad no entiendo porque, es decir, somos de la misma familia ¿ no?
— Claro. — respondió Collin sonriendole. — de seguro sufre el típico síndrome del hermano de al medio.
Al llegar frente del gran portón, Collin presionó un botón y en inste una voz femenina se escuchó por el interlocutor
— Mansión Leto ¿ Verdad?
— Buenas noche ¿En que puedo ayudarlos?
— Asuntos oficiales — respondió Collin. En segundos, el estridente sonido que indicaba que la reja estaba sin seguro se hizo presente.
— ¿ Qué significa eso?— preguntó —Bryan desde adentro de la casa
— Son los cazadores — respondió Emma
—¿Qué? ¿ Y que hacen aquí?
— No lo se. Quizás pasó algo o desapareció alguien y la están buscando. Suelen venir aquí cuando eso sucede
— Bueno ya sabía yo que esa voz me era familiar. Y quizás a quien buscan es a mí. Pero yo no les daré en el gusto — dijo él poniéndose nervioso — Avísame cuando se vayan. No quiero que luego me cacen como a un ciervo — añadió mientras se dirigía escalera arriba.
Emma, con toda naturalidad abrió la puerta del vestíbulo y los dos cazadores se hallaban parados en el porsche de la mansión cuál policías de investigación.
— Buenas noches Emma. — saludó Collin.— buscamos a Jared Leto ¿se encuentra en casa?
— Hermanos Hunter. Sabía que esto era oficial pero no creí que era para tanto, pasen, no se queden afuera. Enseguida fijó su mirada en la chica — ¡ Vaya Lily, estas hermosa ! No te veía desde que tenias ¿Qué? ¿Diez años? sinceramente, el entrenamiento como cazadora te ha sentado bien.
— Ya lo se. — respondió Lily. Pero segundos después, recibió un doloroso codazo en las costillas. Collin le había propinado aquel golpe al darse cuenta de la respuesta tan cortante y poco cortés de su hermana. — Quiero decir, sí, gracias.
— Pero sigues siendo igual de graciosa. — añadió Emma sonriendo.
La hechicera los guió hasta una sala de estar que se hallaba muy cerca de la puerta de la casa. Enseguida les ofreció asiento y ella hizo lo propio sentándose en un pequeño butacón frente a los cazadores.
— Lamento informarles que Jared no se encuentra en casa ésta noche. Él tiene una cita con una chica ... y cuando se trata de eso, yo no puedo estar cerca de él, son las reglas. — Explicó. — Ay, pero que grosera soy ¿desean beber algo, un té o un café? — ofreció con amabilidad Emma.
— La verdad, nos encantaría. Pero no tenemos mucho tiempo. — dijo Lily— pero ya que no está Jared, de seguro usted si nos puede ayudar
— ¿ y cómo podría yo ayudarles?
— Buscamos a esta persona — respondió Collin sacando del bolsillo superior de su chaqueta una foto de Bryan — ¿Lo reconoce? Desapareció hace unas semanas, en el aeropuerto de Canadá. Algunos testigos dicen que usted y Jared estaban juntos ese mismo día y en el mismo lugar en el que Bryan desapareció
— ¡Wow! Que guapo es — dijo la australiana. Se parece mucho a ti Collin. Pero no, no lo recuerdo.
— ¿ Está segura? — insistió Lily. — observe la fotografía de nuevo, esta vez con mas cuidado, por favor. — Ante las palabras de la cazadora, Emma volvió a posar sus azules ojos en la foto del nuevo vampiro oculto en alguna parte de la casa. — No, lo siento, pero estoy segura de eso. Jamás lo he visto. — afirmó ella negando con la cabeza. — Jared y su banda son artistas internacionales, por lo que hemos estado en varios aeropuertos a lo largo de su carrera. Me es difícil recordar todo lo que sucede en un aeropuerto en particular.
—¿No lleva un itinerario o algo así? — cuestionó Collin.
— Sí, por supuesto — respondió Emma — como asistente de Jared, debo mantener su agenda laboral al día, y acompañarlos a sus conciertos y eventos varios. Pero como ya dije, hemos estado en muchos aeropuerto, y nunca nos quedamos ahí mas de lo debido. Supongo, que si algo extraño pasó en Canadá, yo al menos, no me enteré.
— Pero si supiera algo...— comenzó a decir Collin. — usted nos lo diría ¿Verdad que sí, Emma?
— Desde luego. — respondió la hechicera australiana ofreciendo su mejor sonrisa.
— Bien, si así es, púes ya no hay nada mas que decir. — Dijo Collin poniéndose de pie. Lily lo imitó y Emma también.
— Los acompaño a la puerta. — ofreció la hechicera.
— ¿Qué opinas? — preguntó Collin.
— Pues, yo no le creo mucho. — respondió Lily. — ¿y tú?
— Un poco — dijo él. — parecía muy segura de sí misma al responder. — hizo una breve pausa y luego continuó. — Aunque, tratando ser una hechicera, No se puede confiar al 100% en ella.
— ¡Shh! — profirió de pronto Lily susurrando, al escuchar un ruido entre los arbusto del laberinto.
— ¿Qué? — preguntó su hermano en el mismo tono.
— ¿Escuchaste eso?
— Yo no escuchó nada más que el viento, hermana.
— No, fue algo más. Un sonido de pisadas.
— Un animal, tal vez. — Sugirió Collin encogiéndose de hombros.
— No lo creo. — dijo Lily acercándose a una de las tantas puertas que llevaban al interior del laberinto de rosas.
— ¿Dónde vas? — quiso saber Collin.
— Espérame aquí. — Respondió la cazadora entrando a los manojos de senderos y pasadizos que componía aquella incomprensible estructura.
Lily se guió por el sonido de los pasos y siguió el camino hasta que se detuvo en un pasillo sin salida, donde una asustada Natalie se hallaba paralizada frente a la joven cazadora. Lily la miró de pies a cabeza. la luz de la luna, y los focos del jardín, iluminaban lo suficientemente bien como para poder ver a su alrededor sin problemas, en aquella fría y despejada noche californiana. Por lo que al ver a Natalie, lo primero que observó fue su impecable atuendo de diseñador. Luego se fijó en su rostro. En sus dieciocho años de edad, nunca había visto a una chica tan hermosa antes de toparse con Natalie.
— ¿Quién eres y que haces aquí? — espetó Natalie.
— Yo, pues vengo de parte de la "policía vampírica" — respondió Lily con sarcasmo mientras hacía las comilla con los dedos.
— Jared no está. — dijo Natalie de manera cortante.
— Ya lo sé. — Respondió Lily en el mismo tono. Enseguida, la cazadora se quedó mirando fijamente a la Eterno, entre cerrando los ojos en un gesto de suspicacia. — Creo que te conozco —dijo de pronto.
— Yo no lo creo. — dijo rápidamente Natalie.
— Creo que sí. Recuerdo verte en algún lado.
— Para nada, no sé de qué hablas. Yo no he salido de aquí.
— ¿Y desde cuándo que no has salido? — Cuestionó tenazmente Lily — ¿desde 2007? ¿No es así? Vaya, cariño. No has cambiado nada desde entonces.
— ¿Qué? No... Yo... — tartamudeó. — tú me confundes con alguien más. — finalizó desviando la mirada.
— No, no lo creo. — rebatió Lily con seriedad, a ella le molestaba mucho que la contradijeran. Y por consiguiente, tampoco le gustaba perder en los debates. — Y a juzgar por tu comportamiento evasivo, estoy aun más segura de qué eres esa chica que buscan desde hace diez años. Tus fotos aun están esparcidas por la ciudad... Natalie Miller ¿verdad?
— No, mi apellido es Leto. — respondió Natalie. — y además, no soy esa chica que dices.
— Sí bueno. Si eso te hace sentir bien... — comentó la cazadora con incredulidad.
— ¡Lily! — se escuchó de pronto la voz de Collin a lo lejos. — ¿Que tanto haces ahí dentro? ¡Ya vámonos!
—Vendremos otro día. — dijo Lily sonriéndole a Natalie. — nos vemos chica perdida. — añadió guiñándole un ojo antes de darse media vuelta, y marcharse corriendo hacia la salida.
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