FINAL/EPÍLOGO

- Oh, cariño. –dijo Jade abrazando a Lyla. -¿estás bien? Debes cambiarte. –dijo viendo su vestido blanco manchado.

- Después. –estaban todos en la sala de espera en el hospital. Todos aun en trajes de fiesta aunque un poco sucios y desarreglados. Derian estaba en cirugía desde hacía ya una hora. La sala de espera estaba abarrotada y habían tenido que pedir a los de seguridad que esperaran afuera. Stefany no había entrado a quirófano pero no habían podido evitar que estuviera justo afuera esperando, ellos por supuesto no podían estar tan adentro. Como una hora después, vieron a la chica salir y caminando como ausente algo pálida, Lyla se levantó de inmediato temiendo lo peor, sin emitir ruido alguno sintió como las lágrimas salían sin parar de sus ojos. Stefany al fin la vio. Los demás estaban igual viendo la escena mudos y alertas.

- No, no. –le dijo a Lyla. –no pienses mal.

- ¿Entonces?

- La bala le dio en el apéndice. Este estaba por reventar de todas formas. Por eso dilató la cirugía, querían evitar una peritonitis. Perdió sangre sí, pero nada demasiado serio.

- ¿De verdad? –dijo Lyla secándose las lágrimas.

- ¡Sí! –chilló Stefany de alegría. -¡Está bien, muy bien de hecho!

- Me dio un susto de muerte. –dijo Josh. William lo abrazó contento. Lyla y Jade abrazaron a Stefany y como buenas chicas se pusieron a llorar.

- Mujeres...-dijo Josh parpadeando.

- ¿Estás llorando? –preguntó William riendo.

- No, me quiere dar gripa. -carraspeó y tosió.

- ¿Sabes? Creo que a mí también.

Derian no había protestado por la inactividad. Lyla lo mimaba de mil maneras diferentes y él estaba en el cielo, lo cierto es que se había sentido recuperado en pocos días, solo que eso no lo decía, estaba demasiado feliz de tenerla cerca, de sus cuidados llenos de amor. Había sido afortunado con ese balazo, lo sabia. Pero, lo único que a él le había importado y le importaría siempre sería ella, Lyla. Justo después de ser mandado a su habitación y aun bajo los efectos de la anestesia le había pedido que se casara con él. Ella había dicho que sí, pero sospechaba que no lo había tomado en serio. Habían vuelto al departamento de él, bajó las escaleras con cero problemas y la encontró cocinando. La laptop estaba sobre la encimera de la cocina. Fue hacia la laptop esperando encontrar alguna locura. La había descubierto googleando en una ventana de incognito sobre como se podía matar a alguien que estuviera en la cárcel. Después de reírse a carcajadas hasta que le dolió la cirugía la había intentado regañar. Pero había fracasado miserablemente en cuanto ella había puesto morritos y pucheros y le había asegurado que solo era curiosidad. Lo cierto es que Miles Jones purgaría muchos años y él se aseguraría si es que algún día salía de la cárcel de que no pudiera ni siquiera estar a cien kilómetros cerca de Lyla, las pruebas halladas en la buhardilla, las que ellos habían encontrado y las que el propio Marcos había aportado lo habían hundido. La abrazó por detrás.

- ¿Bajaste solo las escaleras? ¿te ayudó Bruce?

- No y puedo solito. Ya pasó casi un mes amor.

- Aun así... -le regañó mientras movía la salsa que usaría en la pasta.

- Puedo hacer eso y otras cosas. –le besó el cuello.

- Ya sé en qué estás pensando y la respuesta es NO.

- Vamos, estoy al cien por ciento bien. –insistió besando ahora su oreja.

- Quince días más dijo el doctor y no puedo creer que le hayas preguntado tan abiertamente apenas una semana después. –se dio la vuelta y riendo le besó la nariz.

- Quince días que van acabar conmigo como no lo hizo la bala. -suspiró resignado.- Vamos a dar un paseo hoy por el parque ¿Qué te parece?

- Me parece ideal, pero no tardaremos mucho, no creo que debas caminar mucho y además... -él la calló con un beso.

Aun faltaba un rato para que el sol se ocultara, iban caminando por el parque de la mano. Tranquilos, casi sin hablar disfrutando de estar juntos y bien.

- Creo que Josh está enamorado. –dijo ella de pronto, con el paso de los días había visto más a toda la familia de Derian, los había ido conociendo mejor, y eso incluía a Stefany por supuesto. Había visto la interacción de ella con Josh, quien llegaba casi diario igual que William y Jade. Esos dos se gustaban y mucho. Quería saber que pensaba Derian del asunto.

- Lo sé. –dijo él sorprendiéndola.

- ¿Sabes de quién? –preguntó con cautela.

- Sí.

- ¿Y es...?

- Mi hermana.

- ¿Y eso no te molesta?

- Es Josh.-dijo simplemente. -No podría pedir mejor hombre para mi hermana.

- Eso fue... tan lindo y dulce. -le dijo abrazándolo. 

- Si dices que lo dije, lo negaré. –bromeó. –si él no se atreve a estar con ella no es por mí. -besó su sien. 

- ¿Seguro que no?

- Josh me respeta pero no me teme, aunque le encanta jugar a que sí. Oye, no soy un ogro. No avanza con Stef porque la considera una niña. Muy pequeña para él.

- Pero si él tiene 30 años. Solo dos menos que tú. No es un viejo.

- Lo sé, pero la conoció siendo una adolescente y bueno... supongo que aunque la quiera, se empeña en poner esa barrera. Josh debe dejar de ver dramas asiáticos, está hecho un rey del drama, creo que eso le está afectando, menos mal que a ti y a Jade no... o eso espero.

- William se vuelve loco cuando hacemos maratones. –le dijo Lyla. Josh, Jade y ella ya llevaban varios maratones, Derian no lo había lamentado porque estaba convaleciente y cuando él dormía, esos tres veían drama asiático tras drama asiático. William aun se resistía a acompañarlos. Odiaba compartir a Jade con los asiáticos. –Quizás Josh quiera un empujoncito.

- Ella se lo dará. Ya se está hartando. Es una De Luca después de todo, solo espera. -le dijo sonriendo. –Lyla...

- ¿Sí?

- Me gusta este parque.

- A mí también.

- ¿Me seguirás acompañando a dar una vuelta?

- Claro.

- Bien. Lyla...

- Dime. –dijo ella viéndolo ya con curiosidad.

- ¿Y por la vida? ¿Me seguirás acompañando a dar una vuelta por la vida? –dejaron de caminar.

- Siempre que tú quieras. –le respondió ella con suave determinación. Él apretó su mano.

- Entonces... ¿te vas a casar conmigo verdad?

- Creí que ya te había dicho que sí. –dijo ella divertida.

- Pensé que lo habías olvidado o pensado que estaba bajo los efectos de la anestesia.

- Estabas bajo ella y no, no lo olvidé. Iba a recordártelo por si pensabas escabullirte. –él la abrazó con fuerza.

- Te amo demasiado. –la besó.

- Apuesto que ninguno pensó que terminaríamos así ¿eh? –le dijo ella cuando se separaron.

- Dijiste que nunca ibas a volver a usar esa palabra. -le recordó. -Y desde que te vi deseé que fueras mía.

- ¿Recuerdas todo lo que digo?

- Sí.

- Perfecto, así nunca olvidarás que te amo. Igual te lo diré todos los días... -él se palpó la bolsa del pantalón y sacó un hermoso anillo de platino con un diamante en forma de pera. Se lo puso en el dedo anular. -¿desde cuando lo tienes? –dijo ella viéndolo encantada.

- Lo compré cuando volvimos de México.

- ¿Desde entonces? –le dijo conmovida.

- Sí, aunque te amé desde siempre Lyla... desde que dijiste que quizás te aventarías del piso del hotel donde te llevé esa primera noche, desde que le aventaste la silla a ese idiota... -ella pasó sus brazos por su cuello y lo besó apretándolo contra ella, henchida de amor. –Siempre tuyo.

- Siempre tuya... 


EPÍLOGO

Un año después...

Derian caminó a través de las mesas de juego esperando llegar pronto con su esposa e intentar pararla otra vez. Las cosas no estaban saliendo como había pensado, se suponía que todo aquello era por una buena causa, por caridad y eso iba bien, todo iría a beneficencia pero también se suponía que las apuestas no incluían personas...

Lyla y Jade habían ideado con la finalidad de recaudar más para la causas en las que trabajaba Lyla, que ahora apostarían chicos guapos, atrás habían quedado las famosas subastas. Lyla se había entregado de lleno a su trabajo y quería que valiera la pena el esfuerzo que hacía al ir a todas esas galas benéficas. 

Lo de ahora serían las apuestas habían anunciado sin embargo, las Mackenzie. Y los habían apostado a ellos, a los dos...

Se topó con William que por lo visto también estaba preocupado y que al igual que él se acababa de enterar de lo de las apuestas. Josh estaba en la mesa dando las cartas, la mesa estaba abarrotadísima de mujeres. Jade y Lyla también jugaban.

- Traidor. –gruñó Derian al verlo. Josh ni se  inmutó. 

- Voy a matarlo. –dijo William. Josh se encogió de hombros ocultando su diversión.

- Amor... ¿Qué es esto? –dijo Derian en cuanto llegó a la mesa y enseguida se sintió como una pieza de carne, como animal de zoológico, como purasangre siendo evaluado por decenas de pares de ojos femeninos.

- Pago y triplico. –dijo una morena voluptuosa. Todas las demás empezaron a apostar y gritar enfervorizadas después de darles el visto bueno final a él y a William.

- Genial. –vio que Lyla vocalizaba feliz. Lo vio y le guiñó el ojo. Con ese solo acto lo desarmó, estaba visto que no podía negarle nada, aunque eso lo incluyera a él siendo dado como premio.

- Jade... para esto. –pidió su rubio amigo. –Josh... voy a matarte.

- Es para una buena causa. –dijeron Jade y Josh al mismo tiempo.

- Rebasamos el millón hace un rato. –anunció Jade. Derian y William se sentaron frente a la mesa esperando el desenlace final. Escucharon un grito de júbilo seguido de otro más. Ambos se levantaron para ver quienes eran las ganadoras.

- Bueno, te doy a mi marido pero no te aproveches. –dijo Lyla aparentando tensión. Derian se acercó y vio quien era la ganadora. Ocultó como pudo su reacción.

- Bien, querida. Si lo tocas de más no respondo. –dijo Jade y William se acercó también a ver, cuando se dio cuenta quien era, empezó a toser para ocultar la risa.

Dos preciosidades de pelo negro y ojos rasgados se colgaron del brazo de Derian y William. Las demás mujeres las vieron con casi odio y se alejaron en busca de otros juegos. Los cuatro salieron y se subieron a una enorme limusina que dio la vuelta al edificio y esperó por unos minutos, la puerta se abrió y entraron riendo los demás, Jade, Lyla y Josh.

- ¿Qué tal nos salió? –dijo Lyla sentándose encima de Derian y besándolo por todo el rostro.

- Vámonos. –dijo William y acercó a Jade a él.

- Tramposas. –dijo Derian al fin.

- Ven aquí Josh. –dijo Stefany y él no se movió.

- Que vayas allí. –dijo Leslie empujándolo hacia su hermana.

- No nos descubrirán. –dijo Josh satisfecho.

- Menos mal que Leslie y Stef no son conocidas, pero cuando lo sean....

- Será demasiado tarde. Y en unos meses además seremos olvidadas. Por lo pronto nadie sabe que somos las hermanas de Derian De Luca.

- ¿De quien fue la idea?

- Mía, claro. –dijo Lyla satisfecha.

- ¿Cómo se te ocurrió?

- ¿Pensabas que iba a dejarte ir con cualquier mujer? Primero muerta, ella, no yo... claro. -sonrió confiada. Lyla entrenaba artes marciales mixtas desde hacía unos meses. Miles Jones había sido muerto en una riña en la cárcel hacía poco, Derian había interrogado por supuesto a Lyla y finalmente le había creído cuando ella se había puesto furiosa por la duda de su esposo. Planeaba matarlo a patadas cuando saliera de la cárcel le había dicho después. No podía sino amar más y más a esa mujer. 

- Lo mismo digo. –dijo Jade mirando a William quien acababa de empezar con lo mismo. 

- Están locos. –bufó William.

- ¿Dónde está Bruce? –preguntó Leslie mirando a todos lados interesada.

- ¡Olvídalo! –le dijeron Josh, William y Derian al mismo tiempo actuando todos como hermanos mayores.

- Solo pregunté por él.

- No.-dijo su hermano mayor. Jade, Stef y Lyla solo sonrieron.

- Bruce no es mi tipo, pregunto por él simplemente.

- No. –le dijo Derian de nuevo y Lyla rodó los ojos divertida.

- Hará lo que quiera. No se lo prohíbas. –pidió en voz baja.

- Gracias cuñadita. –le dijo Leslie y todos terminaron riéndose. Menos Derian, claro.

Unos pocos años después...

- Vamos a llegar tarde. –dijo Jade saliendo del auto y corriendo por la acera.

- No corras, estás embarazada mujer ¡De seis meses, maldición! –dijo William detrás de ella y deteniéndola. –No quiero que tú o mi bebé sufran algún percance.

- Pues entonces apúrate. La obra está por empezar.

- Frozen estará allí, no se irá a ninguna parte.

- Sí, pero Rose estará muy enfadada si no ve a todos sus tíos en la primera fila. Además logró el papel de Ana.

- ¿Acaso dudabas que no lo lograría? Es hija de Derian De Luca. Tiene tres años pero creo que podría intimidar a toda la junta directiva.

- Pero si es adorable.

- No he dicho lo contrario, lo es casi todo el tiempo menos cuando se enoja. Igual la amo y lo sabes. –culminó con una carcajada mientras avanzaban a toda velocidad. Cuando llegaron el recinto estaba lleno, pero Josh había apartado todos los lugares. Stefany estaba a su lado y los saludó, alzó su mano y un diamante brilló con fuerza desde su mano izquierda. Por supuesto había sido Stefany la que había tenido que dar el primer paso, desde allí todo había fluido. Jade y Lyla habían contribuido mucho a ello. Seguían dándose maratones de dramas coreanos, a veces chinos y a veces taiwaneses. Solo que ahora el grupo de maratonianos había crecido, Stefany se había sumado junto a la pequeña Rose quien tenía un nivel demasiado bueno de coreano y chino. Solo por eso Derian había dejado que siguieran viéndolos. La pequeña estaba adquiriendo habilidades en los idiomas. William seguía siendo reacio, pero dejaba a Jade.

- Hola. –dijeron acomodándose en sus lugares. -¿Y mi hermana? –preguntó Jade.

- Ayudando tras bambalinas, pero ahora vendrá junto con Derian. –en cuanto acabó de hablar Lyla apareció de la mano de su esposo. Y fueron a los lugares apartados por Josh, muchas mamás no dejaban de lanzar miradas a esa fila, tres hombres guapos estaban allí y eso era común desde que la pequeña De Luca asistía a esa escuela.

- ¿Qué es eso? –preguntó Lyla al ver dos enormes bolsas con el logo de una famosa tienda de juguetes en el pasillo.

- Una es mía y la otra de Derian supongo. –dijo Josh como si nada.

- ¿Y que contienen? –preguntó ella sentándose.

- Ositos, peluches varios, flores, dulces...

- ¿Piensan montar una fiesta para niños después o que? –preguntó Stefany.

- Es su primer obra, debía traerle regalos- dijo Josh. Derian se rio pero al revisar Lyla la bolsa vio que tenia lo mismo e incluso tenía más que la de Josh. Y eso que Derian ya la había colmado de regalos antes, solo porque ese día era la obra -en la que su hija participaría. Movió la cabeza al ver el exceso. Lo malo, que casi nunca podía detener a esa pandilla de padre, abuelos y  tíos consentidores.


- Y yo que solo mandé traer unos cuantos arreglos de flores. –dijo William molesto cruzándose de brazos.

- Yo le regalé el traje que usara. –Stefany había mandado hacer el traje con un diseñador profesional.

- Yo también pedí sus flores favoritas, rosas...

- ¿Cuántos ramos Jade? –preguntó Lyla.

- Unos cuantos...

- ¿Qué son...?

- Unos diez... pero, no me juzgues, es mi sobrina. –No quería ni pensar que habían traído los abuelos y Leslie. Lamentaba que lo de ella con Bruce no se hubiera materializado nunca, pero lo cierto es que solo había sido un capricho de Leslie. Por lo pronto seguía soltera y rompiendo corazones.

- ¿Llegamos a tiempo? –dijo una voz a sus espaldas. Era el padre de Lyla y Jade acompañados por su madre y por los padres de Derian y claro, Leslie. La pequeña era la consentida de todos, aunque ahora debería compartir mimos con su próximo primito, al que ya esperaba con alegría, ella y toda la familia. Todos se saludaron con afecto. Una pequeña gran familia eran ahora y Lyla suspiró feliz.

Tras bambalinas una preciosidad de pelo oscuro y hermosos ojos negros miraba hacia el auditorio a escondidas detrás de la cortina.

- ¿Estás nerviosa? –le dijo otro niño.

- No.

- ¿No?

- No. Mis papás están aquí, mis abuelos, mis tíos... No seas babo...

- ¿Babo?

- Tonto. –le dijo riendo y el niño se rascó la cabeza. Los llamaron a escena. Ella se colocó en el escenario. El telón se abrió y Rose De Luca sonrió abiertamente hacia las primeras filas. No había dicho una palabra y los que estaban allí aplaudían como locos, ignorando las miradas de confusión, diversión e incluso enfado de los demás. Sí, tenía una grandiosa y loca familia. 

FIN

*Gracias a las que de verdad tuvieron paciencia y me animaron diciéndome que esperarían. Esto es especialmente para ellas. Iba subir mañana pero, mejor de una vez.

*Estoy muuuuy contenta de haberla terminado aunque los voy a extrañar. Para mí siempre será un logro terminar algo. Me cuesta más de lo que imaginan. 

*@Natamarsol y @Istarjg gracias por siempre estar allí para mí y por toda la paciencia y espera del mundo mundial que han tenido conmigo. Ellas leen Ojos Negros desde hace años cuando avanzaba más lento que un caracol.

*Aunque no lo crean, ubico muy bien a todas las que comentan, no puedo mencionarlas a todas, por eso siempre intento contestarles. Y sí que las tengo presentes. 

*Espero les haya gustado. 

*Babo es tonto en coreano.

*Hasta la próxima. Bueno, sigo en la próxima, si alguna quiere leer Inolvidable Pasión ¡Es bienvenida!

#FuerzaMéxico


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