Capítulo 29
Ella había caminado entre las mesas esas noche, su vestido se ondulaba a su paso, era tan hermosa y estaba desde hace mucho con un idiota. Uno que perdía y perdía, esa noche de la famosa apuesta, ni siquiera se había molestado en hacer publico que conocía al Frost débil, después de todo con quien más trataba era con su hermano. Y a ella... La había conocido por Mike, sabia quien era por Mike, parecía que el pobre tonto también estaba interesado en ella, y por casualidades de la vida, ella había preferido al Frost patético. Había estado a punto de apostar por ella y meterse en la flamante idea de De Luca ¿Por qué no se le había ocurrido a él primero? Habría dejado él en la bancarrota al idiota de Frost. Pero no, era De Luca el que nuevamente se llegaba el mejor negocio. El ya odiaba a De Luca, después de que le echara a perder varias adquisiciones. Y estaba medianamente interesado en la Mackenzie mayor, a quien pretendía obtener una vez que finalmente dejara ir al tonto de Marcos. Pero esa noche, algo en él se disparó. La apuesta debería de haberla hecho él, ganado él y ella habría sido el mejor premio. Ella le correspondía a él y a nadie más. La vida se lo debía, De Luca se lo debía.
Pero no todo estaba perdido, después había aparecido Marcos pidiendo dinero y él había fraguado otro plan, se lo daría pero nunca lo entregaría y ella quedaría libre. De Luca era despiadado en los negocios pero sabia que nunca tomaría a una mujer por la fuerza, no lo necesitaba. Y ella quedaría libre y entonces sería suya.
Pero la zorra había resultado ser toda una mujerzuela y había decidido seguir adelante con De Luca, después había sabido por la prensa que todo había sido planeado, que ella y De Luca desde el principio habían jugado con todos y se enardeció de cólera. Ahora tomaría por la fuerza lo que de un inicio era suyo. No sabia si esta sería la noche, pero ahora Derian no estaba cerca, parecía que al fin habían terminado todo entre ellos... por lo pronto la tenía tan cerca, tal como quería...
- Bailemos. –pidió Kenan.
- Derian dijo que no me moviera.
- Estaremos en la pista y estarás conmigo. Tenemos que lucir normales.
- Ve. -Le dijo Derian. –él tiene razón.
- Bien. –Lyla se levantó y caminó con Kenan a la pista.
- Solo no lo abraces mucho y no te pegues a él por nada del mundo. No quiero tener que ir allí y darle un puñetazo. Aunque le debemos mucho, ya le advertí de todas maneras lo que le sucedería si quería pasarse de listo.
- ¿Algo más? –le preguntó ella a punto de sonreír abiertamente divertida. La sonrisa se congeló cuando vio a Josh hablando con Mike Frost y manteniendo a todas luces un encuentro no muy amigable. Josh miraba a cada rato hacia un lado específico del salón esperando al parecer no ser visto por quien se encontrara allí. Josh salió del lugar con Mike. -¿Qué sucede? He visto como se lleva Josh a Mike.
- Solo aclararemos algo. Pero recuerda, no es él.
Ella suspiró intranquila. Kenan la tomó en sus brazos y demostrando ser un buen bailarín la hizo girar en la pista. Ella lo vio intrigada.
- Mi madre me enseñó. –le comunicó al ver su expresión. Conforme avanzaban ella empezó a estudiar las mesas del lado que Josh miraba hacia unos minutos. Todo parecía estar en orden, algunos de los socios más antiguos de su padre estaban allí, ella los conocía a todos, vio a los McAllister y recordó cuanto quería su madre emparejarla con Kenan... era curioso que ahora bailara con alguien que se llamaba igual. Miró a su pareja y él le preguntó que pasaba.
- Kenan McAllister. Mi madre siempre quiso que tuviera una relación con él y ahora bailo con un Kenan, pero no el que ella quería.
- Que lastima. –se burló su pareja de baile. -¿Quién es? –le preguntó.
- El que está al lado de la chica de pechos gigantes, oh, pero si es Tania. Por ella me dejó hace mucho. Esos pechos no son naturales.
- Pero vaya que llaman la atención. –le dijo Kenan mirando disimuladamente. Ella rio.
- Concéntrate.
- Lo intento pero parecen dos faros. –bromeó y ella agradeció el poder reír aun en medio de toda esa situación. –en otro giro quedó cerca del McAllister y él le guiñó un ojo mirándola con picardía.
- Me acaba de guiñar un ojo. –dijo ella.
- ¿Quién? –dijo Derian esta vez, quien parecía haber cortado comunicación y reanudado apenas.
- Nadie importante.
- ¿Quién? –repitió. Ya no pudo contestar puesto que McAllister se acercó con paso decidido a ellos ignorando a Tania y a las demás parejas.
- ¿Me permites a la dama? –le dijo a Kenan.
- No. –dijeron Kenan y Derian al mismo tiempo.
- Oh, vamos. Solo esta pieza. –insistió y ella recordó porque a veces tenía deseos de matarlo.
- Está bien. –dijo ella y Kenan la miró diciéndole que no con la cabeza. –No saldré de la pista. Te lo prometo.
- Estaré viéndote. –le aseguró y ella asintió. Vio como se retiraba desde donde podía verla.
- Que sobre protector. –le dijo viéndolo alejarse.
- Derian le pidió que lo fuera. –dijo ella y vio como es que Kenan movía los labios imperceptiblemente, ella supuso que se comunicaba con Derian.
- Ah, ¿pero es que sigues con él?
- Claro. Y por cierto, hola que tal ¿Cómo estás? -Le saludó irónica pues él no lo había hecho.
- Bien, aunque no tanto como tú. –le dijo deslizando la mirada por su cuerpo.
- No cambias.
- Dios, claro que no.
- ¿Qué hay de Tania?
- Somos amigos. Con derecho, pero solo amigos. –Tania ni parecía inmutarse por verlos bailar.
- Por supuesto. –ella sonrió con cinismo.
- Sabes que sólo por ti me comprometería.
- Por mí y por mis acciones.
- Bingo.
- Descarado.
- Pero sincero. –le dijo con una sonrisa enorme. –Lyla...
- ¿Sí?
- Cásate conmigo. –ella rodó los ojos.
- Lo voy a matar. –le llegó la voz de Derian y ella empezó a ahogarse de la risa, lo disimuló haciendo como que tosía.
- Me hieres en lo más profundo de...-empezó McAllister.
- Tu cuenta bancaria. –completó ella.
- Bueno, sí. Pero siempre me has gustado. Eres la única mujer que visualizo como la madre de mis hijos. –ella apretó los labios para no carcajearse.
- Voy a bajar a destrozarle la cara y cambiársela de sitio. –la voz de Derian le llegó muy enfadada.
- A Derian no le gustaría oír esto. –Derian va matarlo.
- No te conviene.
- ¿Ah no? Y tú sí ¿no? Dime, por qué.
- Soy más guapo. –Oyó la suave risa de su novio ante la declaración de McAllister , era muy confiado por lo visto sobre su apariencia, bueno, el espejo le daba todos los días a Derian un reflejo precioso. Uno que solía ponerle la vida del revés cada rato.
- Claro que no.
- Me sigues hiriendo con tus palabras. –él le dio un giro rápido y quedaron en la misma zona donde habían empezado a bailar, se sintió de pronto muy observada e intentó volver a mirar, pero McAllister estaba muy ocupado haciéndola girar.
- ¿Me quieres marear?
- Sí, si eso hace que me aceptes.
- Amo a Derian.
- Yo te amo más... -le dijo su novio al oído y sintió que empezaba a ruborizarse.
- Amor... ¿Qué es eso? Te ofrezco...
- ¿Pleitos, infidelidad y un pronto divorcio?
- Buen sexo. –le aseguró McAllister .
- Pfff... yo no tengo buen sexo, tengo sexo alucinante.
- Ya lo creo que sí. –dijo Derian.
- Me rindo. –dijo y la giró de nuevo esta vez ella quedó con la vista hacia las mesas, un tipo no dejaba de verla. Ella creyó reconocerlo, pero no recordaba de donde. Sintió un escalofrío cuando lo vio esbozar una sonrisa a todas luces lujuriosa y malvada.
- ¿Quién es ese? –preguntó ella incomoda. –el de la mesa cercana a la tuya. -Su pareja de baile tuvo la delicadeza de no ser obvio y miró con disimulo.
- Ah, ese es Miles Jones
-¿Lo conoces?
- Sí, pero tú también deberías, tu novio le ha arrebatado jugosos contratos y adquisiciones. Supe lo de la apuesta ¿sabes? Bien jugado Lyla, Marcos era un imbécil. El tal Jones se emborrachó unos días después y empezó a despotricar contra De Luca y decir que todo lo que tenía debería ser de él y te mencionó. El pobre idiota.
- ¿Él estuvo esa noche verdad?-sintió un frío recorrer su espalda.
- Sí, eso supe.
Lyla recordó de pronto. Esa noche había ignorado las miradas de todo el mundo. Pero la de él había sido difícil de pasar por alto, le había parecido sumamente perversa, cínica y abiertamente lujuriosa hacia ella. Recordaba que él era el que había sido callado cuando lo de la apuesta había sido discutido en su presencia. Tragó saliva sintiendo que acababa de descubrir quien era el que la acosaba. Lo vio levantarse y dirigirse hacia ellos.
- McAllister ¿no me negarás a la dama verdad?
- Creo que sí. –dijo dudoso.
- Tú hiciste lo mismo, solo un baile.
- No. –dijo Lyla.
- ¿Quién es? –preguntó Derian.
- Miles Jones. –dijo ella alto y fuerte.
- Lyla no... –dijo Derian casi gritando. Después de devanarse los sesos durante un tiempo considerable, Derian, Josh y la gente contratada para ello habían analizado todos y cada una de las posibles pistas, sospechosos e incluso gente de la cual jamás habrían considerado, rememoró esa noche de la apuesta, si bien casi todos devoraban a Lyla con la mirada, una de esas miradas había sido especialmente perturbadora y aunque había desechado la posibilidad, la había retomado y ahora todo apuntaba a ese imbecil de Miles Jones.
- La dama no quiere. –dijo McAllister, ella vio a Kenan en la orilla de la pista con cara de preocupación.
- Solo esta. –Miles se la arrebató y se la llevó.
Hacia escasos minutos que Mike Frost había decidido cooperar después de amenazarlo y decirle que Lyla estaba en peligro. Había aceptado que Miles le había prestado el dinero a Marcos y se enfadó de inmediato al ver las pruebas de que había mandado a golpear a su hermano. Recordaba vagamente que le había pedido el número de Lyla. Había llamado a Marcos en ese momento pidiendo que se presentara en el lugar. Marcos patéticamente se negaba.
- Se lo debes. –le había dicho Mike a Marcos quien seguía ocultándose.
- Es tu amigo Miles Jones. –dijo Marcos y lo puso en altavoz.
- Dice que es él.
- Trate de advertirles, pero fue difícil al ver que me seguían.
- ¿Cómo sabes que es él? –preguntó Derian.
- Cuando fui a su casa a devolver el dinero. Me pasó a su oficina y salió a atender a alguien que llegó a dejarle unos papeles. Había una puerta entreabierta, pensé que era el baño y lo era, solo que repleto de fotos de Lyla. Tomé fotos de todo. Él entró justo cuando yo volvía a mi posición normal. Pero intuyó algo y me puse muy nervioso. Supuse que él me había mandado golpear. Así que me oculté.
- ¡Maldito seas! ¡Ella ha estado en peligro todo este tiempo! Y ni siquiera te ocultabas bien, si Jones no mandó a golpearte o matarte fue porque no representabas amenaza alguna. –el patetismo y cobardía de Marcos era obvio para todo el mundo.
- ¿Por qué no me dijiste nada? –preguntó su hermano también alterado.
- No quería darte más problemas. Preferí ocultarme.
- Pensé que De Luca te había mandado a golpear.
- Mandaré a hacerlo esta vez de verdad. –dijo Derian.
- Basta todos. Miles Jones está allí abajo y creo que tenemos todo para culparlo. Marcos debes mandarnos las fotos que tomaste y necesitaremos tu testimonio.-dijo William.
- No apareceré si me quieren golpear. –Derian gruñó frustrado.
- ¡No lo haré! Pero trae tu maldito trasero aquí. –Aseguró que iría y cortaron la llamada. -Por lo menos, no necesitaremos poner a Lyla de carnada, eso me da un alivio inmenso. –puso la comunicación de nuevo y escuchó que Kenan le decía que bailaran...
Todo se había ido al garete después. El inútil de McAllister había dejado que se la arrebataran. Por las cámaras habían visto como la arrastraba a media pista y la movía de un lado a otro para que no fueran captados más que segundos. Kenan había empezado a avanzar a codazos entre los bailarines y Derian, Josh y William ya habían salido de la cabina de control corriendo. El terror se deslizó por el cuerpo de Derian cuando Kenan los topó mucho antes que llegaran y les dijo que los había perdido, ella ya no le respondía. Jack llegó rápidamente y Derian ladró órdenes a todo el mundo.
No iba a perderla. Los de seguridad si habían visto por donde la había llevado y se habían movido detrás de ellos. Sin embargo, la empresa era enorme, la fiesta había sido allí mismo en el salón principal y ahora se enfrentaban a varios pisos por revisar, pasillos y oficinas. Y Miles había sabido moverse en ese laberinto. Todo indicaba que había estudiado el lugar a conciencia también. Todos tuvieron que dispersarse incluidos Josh y William, este último intentaba tranquilizar a Jade a través de una llamada, ya se había dado cuenta que Lyla no estaba. Las cámaras no eran infrarrojas y no captaban gran cosa. Derian soltó maldiciones a diestra y siniestra por haber creído en la palabra del que las había instalado, solo había infrarrojas al principio de los pasillos, no en su totalidad. Lo mataría con sus propias manos.
Lyla se sentía una completa y total inútil. El vestido no le había permitido más que avanzar a trompicones, Miles había sido listo y la había girado por la pista con rapidez casi mortal, al ver una salida la había tomado llevándosela con prisa, su resistencia había sido vencida fácilmente y con horror vio que nadie les prestaba atención. Todo había sido en segundos y ella había oído como Derian le llamaba con desesperación, pero había callado. Era la última alternativa que tenía para ser encontrada. Tenía que hablar para indicar donde estaban, de tal manera que Jones no se diera cuenta que estaba comunicándose.
- ¿Dónde me llevas y por qué? –le espetó intentando pararse. Él la apretó con fuera en el brazo obligándose a moverse, ella gimió de dolor.
- ¿Lyla...? –dijo Derian angustiado.
- Vas a donde deberías de haber ido desde siempre. –le informó Miles llevándola casi corriendo, giró en pasillos y ella se percató que sabía por donde ir. Vio hacia las cámaras esperando ser vista. –No verán nada. –le dijo ufano. –me encargué de eso. El poder de don dinero. Hoy tenía que ser mi noche.
- Mi lugar no es contigo Miles. –dijo desesperada.- ¿A dónde vamos? –repitió.
- Bien amor, bien. Te encontraré en cuestión de breves momentos, haz que te de la ubicación. –Derian siguió hablándole y se alejó de todo ruido para escucharla mejor.
- Por allí no queda el estacionamiento. –dijo ella entonces.
- Mi auto no está allí. Está en la parte trasera.
- ¿Por qué haces esto?
- ¿Por qué no? –la seguía arrastrando por un largo pasillo hasta que llegó por dónde pretendía salir.
- Esta es la salida por donde nos traen suministros. –daba a un almacén donde solían llevarles el material de papelería y demás. -La más cercana a la parte trasera ¿no?
- Perfecto amor. Estaremos allí en segundos. –lo cierto es que sería en minutos. Todos se dirigieron para allá ante la orden de Derian.
Miles se paró de inmediato y se la quedó viendo detenidamente, empezó a pasar sus manos por su cuerpo rápidamente y ella horrorizada se defendió. Con brusquedad tomó su oreja y vio el chícharo.
- ¡Maldita! –dijo y le asestó una bofetada que la lanzó al piso. Ella dio un grito ante el impacto. En el suelo vio como él se sacaba una pistola de la chaqueta y arrodillándose se la puso en la sien. –levántate zorra traidora. –le quitó el aparato y habló por él. –jamás la volverás a ver...
- ¡No! –gritó Derian y corrió más rápido aun si cabía, el único que pudo seguirle el paso fue Bruce. Sus piernas quemaban, su pecho estaba agitado no por el esfuerzo sino por el miedo.
Lyla se sentía atontada por el golpe. Debería de tomar clases de defensa personal pensó por un segundo. Pero ahora, era demasiado tarde. El tipo la mataría, sabía que no la conservaría con vida, no se iba arriesgar más. Sintió como la zarandeaba pero ella haciendo otro intento de retrasarlo se deslizó por el suelo simulando un desmayo. Él le gritó, le puso la pistola de nuevo en la cabeza pero ella no se movió, tenía miedo, podía dispararle en cualquier momento si veía que no podría llevársela pero tenía que intentarlo. Siguió moviéndola y después él la pateó...
Derian vio justo el momento en que Jones la pateaba y la vio gritar y encogerse de dolor, vio todo en color rojo, iba a asesinarlo costara lo que costara.
- Jefe, no. –le gritó Bruce cuando vio que sin miramiento alguno corría hacia la escena y le siguió tratando de interponerse.
Jones los vio. Las luces iluminaron el lugar de pronto, viéndose acorralado alzó el arma y disparó hacia Derian, lo detuvo fracciones de segundos. Lyla se giró aun en el suelo, vio todo y gritó. Derian después de la brevísima pausa, siguió corriendo hacia ellos como si nada y Jones hizo amago de volver a disparar, pero se oyó otro estruendo y la pistola voló de sus manos. Bruce había hecho un disparo perfecto, lastima que por su mala ubicación no había podido disparar a matar. Derian lo derribó y en el suelo empezó a golpearle con toda la furia de su interior. Jones gritaba de dolor. Su cara era un amasijo sanguinolento. Bruce lo separó y lanzó como una miserable pelota a Jones lejos. Lyla adolorida gateó hacia él quedando ambos de rodillas en el suelo. Se abrazaron con desesperación.
- ¿Estás bien? Lo estás ¿verdad? –le dijo él besándole el rostro para luego inspeccionarla por todos lados.
- Sí, sí... tú... -Lyla se puso pálida. –estás sangrando. –le dijo viendo su costado derecho y poniendo de inmediato sus manos para detener el sangrado que empezaba a fluir.
- No es nada. –dijo él tratando de calmarla.
- Oh, Dios... no. –dijo ella empezando a llorar. –Bruce... -llamó a gritos. Escuchó como entraba corriendo mucha gente. Josh llegó justo cuando Derian empezaba a desplomarse y lo detuvo acomodándolo en el suelo con cuidado y poniéndose él como respaldo. William empezó a hacer llamadas mientras se paseaba como loco de un lado a otro impotente.
- Sigue presionando, sigue presionando. Toma. –le dijo Josh pasándole su pañuelo. -Mi chaqueta, quítamela y pónsela. –le dijo aparentemente firme, pero su frente estaba perlada de sudor. William le pasó la suya rápidamente también– Vamos Jefe, ¿Quién va amenazar con despedirme a cada rato? No te duermas. –le dijo a Derian que ya no respondía nada y tenia los ojos cerrados.
- Por favor no... -Lyla le acariciaba la cara sollozando. –no me vas a dejar, no ahora. –se limpió las lágrimas con el dorso de la mano. -¿dónde está la maldita ambulancia? –se levantó sin dejar de ver a Derian quien no despertaba.
- En camino. –dijo William arrodillándose al lado de Derian. –No tarda. Estará bien. –dijo nervioso.
- Bruce... -llamó ella.
- ¿Sí señorita? –dijo el hombretón que resguardaba a Jones junto con otros hombres, otros más también hacían llamadas.
- Mátalo. –todos voltearon a verla con los ojos muy abiertos.
- Sí señorita. –dijo de inmediato.
- ¡No! –exclamaron Josh y William.
- ¡Sí! –dijo ella.
- Eso sería demasiado bueno para él. –intentó razonar Josh.
- Quiero su maldita vida. –exclamó ella. –dame la pistola, lo haré yo. –Bruce miró hacia Josh y William.
- Señorita, no se comprometa. –dijo alguien.
- No lo haga...
- Nosotros vamos a desaparecerlo. –aseguró otro. Josh y William intentaron razonar con ella, pero estaba colérica. Todos hablaban al mismo tiempo y callaron cuando escucharon llegar la ambulancia.
- ¿Derian? –dijo Josh y acercó su oído hacia su rostro. Ella se arrodilló de inmediato.
- ¿Qué? ¿Qué dice? ¿está hablando? Amor... -escuchó una risita apagada.
- Se está riendo... -dijo William asombrado. Los camilleros llegaron y fueron rebasados por una visión en celeste. Era Stefany quien derrapando llegó donde Derian. Lyla quería creer que en realidad todo estaría bien.
- Hermano, hermano... -gimió ella. –tomó su pulso y palpó su abdomen.
- Se está riendo, estará bien. –le dijo Josh con ternura. Lo subieron a la camilla. Stefany se limpió el rostro lleno de lágrimas, se levantó y extendió su mano hacia Lyla quien también lloraba quedamente y juntas fueron hacia la ambulancia.
*Kenan McAllister aparece en los primeros capítulos, solo mencionado por la madre de Lyla y ella recuerda que la engañó con Tania.
*Miles Jones aparece en el mismísimo prólogo si no me equivoco, solo que no se menciona apellido. Estuvo en la mesa esa noche de la apuesta. Incluso tiene breve dialogo.
*Tengo Ojos Negros terminada desde este lunes, pero ayer no tenía ánimo de subir nada. Si eres de México, espero estés bien, lo espero deveras, abrazos a mi gente y a todo mi México lindo y querido.
#FuerzaMéxico
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top