capitulo tres;

Sacudo mi cabeza y me centro en lo siguiente, no puede ser él, pero estoy casi segura de que es él, tal vez es el nerviosismo de la situación y solo me ha parecido alguien que no era. Salgo afuera y siento todo lo que la Amaia de cinco años soñaba, siento que estoy cumpliendo todos mis objetivos y todas mis metas, veo a los chicos entrenando y mi respiración se corta cuando noto que Busquets está ahí.

Todo el mundo se referiría al Barça con jugadores como Neymar, Messi, Suarez o incluso Piqué, pero para mi fue Busquets quien me hizo amar el futbol, quien me hizo amar al Barça, y para mi conocerlo hoy es todo un sueño.

— Chicos, venid, quiero presentaros a alguien. - Xavi pide a todos los jugadores que formen un semicírculo alrededor suyo.

— Quiero presentaros a Amaia, que se une a nosotros en el equipo, será vuestra entrenadora y se encargará de vuestras dietas.

— Encantada de conoceros a todos, espero poder ayudaros a mejorar y que todos nos llevemos muy bien - sonrío e intento no hacer el ridículo cuando me acerco a cada jugador.

El último en presentarse es el chico que vi antes, noto como sus ojos marrones se clavan en mí, y noto como mis mejillas empiezan a calentarse.

— Soy Amaia, encantada.

— Pedro González, pero puedes llamarme Pedri - responde en un tono frío.

Hay algo en este chico que me hace querer saber más acerca de él, no sé si es su carácter, su forma de actuar o lo que para mi es lo que más me llama la atención, sus ojos.
Y se podría admitir que sus ojos son unos ojos normales, marrones, almendrados, pero, hay algo que te hace que hagas perderte en ellos y creo, que esa será mi perdición, mi kriptonita.

Veo como se aleja para seguir el entrenamiento y yo me pongo en marcha y me fijo en su rendimiento. Se nota lo muchísimo que han mejorado desde la temporada pasada. Desde la salida de muchos jugadores se han reforzado zonas que hacían falta. Aunque a día de hoy todos sabemos que no es igual sin él.

Terminamos la sesión y todos se van al vestuario menos mi hermano que viene hacia a mi con una sonrisa.

— ¿Qué tal nos has visto?

— Os he visto geniales, se nota lo que habéis trabajado para mejorar. - paso un brazo por detrás de su espalda mientras caminamos hacia los vestuarios.

— ¿Y con los chicos?

— Son todos diferentes, pero son majísimos.

— Vamos, pregunta. - Gavi me mira como si supiese lo que voy a preguntar.

— Este chico, Pedro ¿le pasa algo?

— Desde que se lesionó la temporada pasada nunca ha vuelto a ser el mismo, nadie sabe realmente lo que ha pasado, antes era... muy diferente, era cariñoso, tímido, se le veía más feliz.

— Pero algo cambió.

— Si, algo debió de pasar, yo... antes éramos muy unidos, pero desde que volvió se alejó y ahora no es que nos llevemos muy bien que digamos pero, se que aún queda algo del Pedro anterior.

...

Tras terminar el entrenamiento salimos de la Ciutat Esportiva y nos montamos en el coche para ir a la casa de Eric, veo como los coches pasan a una velocidad increíble y veo como las estrellas iluminan todo mi alrededor. Respiro profundo y escucho de fondo la canción que suena.
Es una de mis canciones favoritas a día de hoy, Rosylin de Bon Iver, lo es desde que vi por primera vez la saga de Crepúsculo, y a día de hoy es una de mis favoritas.

Aparco en frente de una casa grande, color mármol y con muchas ventanas, es tan grande que parece una mansión.

Apago el motor y salgo del vehículo.

Eric nos está esperando con una sonrisa y con unas gafas puestas. Al llegar el y Gavi se saludan con un apretón de manos y yo lo abrazo. Nos dice que podemos sentarnos en el sofá a esperar a algunos jugadores que faltan y que cojamos lo que queramos que estamos en nuestra casa.

La casa está más o menos llena, distintos jugadores del equipo están alrededor ya sea riendo, charlando tranquilamente o bebiendo algo.

Pero no sé cómo mi mirada se dirige hacia alguien en concreto que sorprendentemente ya me estaba mirando anteriormente, me acerco a paso lento, intentando calmarme los nervios.

Si realmente es el chico del sueño, entonces, tendré que hacer todo lo posible para averiguar cómo ha llegado a mi cabeza y el cómo puede salvarlo. El dibuja una pequeña sonrisa en su rostro, su cara expresa que algo... le divierte. Le miro a los ojos, ese laberinto de color avellana, sonrío, divertida e intento seguirle el juego.

— ¿Qué te hace tanta gracia? - suelto en un tono burlón.

— ¿A mi? Nada.

— No me esperaba que te gustasen este tipo de fiestas, Pedro. - río al ver que le molesta levemente que le llame por su nombre.

— Llámame Pedri, por favor.

— Está bien, Pedri - contestó resaltando lo último.

Ahora soy yo la que se está divirtiendo, a pesar de sus expresiones incomprensibles y sus muecas que no dan a entender nada, se que algo pasa, con tan solo una mirada noto todas las emociones que siente con tan solo mirarle a los ojos. Cuando me mira sé lo que piensa y lo más importante sé cómo se siente.

Quizás sea un avance, quizás no, pero de momento estoy un poco más cerca de conocer lo que ocultan esos ojos tristes, estoy un paso más cerca de conocer el pasado de este chico, tengo la posibilidad de tal vez salvarlo, o simplemente, estoy viendo en un chico de diecinueve años lo que nadie vió en mi cuando apenas tenía dieciséis años.

Aunque casi nunca la realidad se asemeja a lo que un corazón ve y a lo que un alma siente.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top