capítulo nueve;
Han pasado varías semanas desde ese primer beso, la temporada ha comenzado. El estadio está más que lleno, tras el empate contra el Rayo y la victoria ante la Real Sociedad, ahora toca disputar un partido benéfico a favor de todas las personas que a día de hoy luchan contra una enfermad como es la ELA.
Los jugadores salen al campo, minutos antes les he dicho que jueguen tranquilos y que no se fuercen ya que al fin y al cabo es solo un partido por una buena causa. Habrá ciertos jugadores que no saldrán esta noche, Ter Stegen, Dembèlè, Araujo y Pedri y el recién llegado, Lewandoski, ya que Xavi prefiere conservarlos y dar rodaje a los demás jugadores.
El árbitro pita para indicar el comienzo del partido, el conjunto blaugrana gana la posesion y hace que el City tenga que apretar el ritmo.
Todo cambia cuando un error de Iñaki Peñas suma un gol al marcador inglés, aunque la euforia en el equipo rival dura poco cuando Aubameyang es el goleador que empata el marcador.
Lo que queda de primera parte transcurre con varias oportunidades de ambos equipo y con varios cambios en la defensa, tras dar por concluida la primera mitad, Eric se acerca a mí.
— Después del partido quiero hablar contigo.
Le sonrío en señal de afirmación y voy con los demás compañeros, Gavi y yo no hemos vuelto a hablar desde la pelea, ni si quiera lo he intentado aunque a veces siento que me mira y se nota lo mucho que quiere hablarme pero, si una cosa se de él es que su orgullo jamás va dejarle disculparse primero.
El descanso termina y los jugadores salen al campo de nuevo, opto por sentarme al lado de Pedri y dejar a Xavi al mando de la situación.
— ¿Ya me echabas de menos, lunática?
— Eres un egocéntrico ¿lo sabias? - río mientras me siento a su lado.
— Lo hago solo contigo porque se que te molesta mucho.
— Tan amable como siempre - sonrío irónicamente y me centro en el partido.
— Estoy empezando a hablar más con los chicos - suelta de repente.
— ¿Que?
— Que últimamente estoy volviendo a hablar con los chicos, parece que estamos volviendo a ser un grupo.
Mis ojos se iluminan, sonrío y acto seguido le abrazo, se lo importante que es para el volver a ser el de antes, y hablar con los chicos es un avance muy importante.
— Estoy muy orgullosa de ti, pero, sabes que no necesitas ser el de antes, necesitas ser un nuevo tu, ninguna persona en este mundo vuelve a ser la misma después de un tiempo.
Le revuelvo el pelo y el me sonríe de vuelta, un coro hace que gire mi cabeza hacia el campo, Frenkie esta muy cerca de tirar a puerta, el holandés chuta y el balón se mete directamente en la portería, Pedri y yo saltamos de alegría y celebramos con los demás compañeros que están en el banquillo.
...
El resultado del partido acaba siendo un empate a tres, pero con muy buenas sensaciones, los chicos están felices, algunos están charlando entre ellos y otros están intercambiando camisetas con el equipo rival, lo más importante en un deporte es que la deportividad jamás debe sobrepasar los límites.
Recojo ya todas mis cosas y me dispongo para volver a casa cuando me doy cuenta de que Eric quería hablar conmigo.
El catalán está hablando con Pep Guardiola, su antiguo entrenador, así que me espero a que termine su conservación, el se acerca a mi y me dice que me lleva a casa y que así hablamos más tranquilos.
Una vez en el coche no me aguanto la curiosidad así que le pregunto.
— ¿Que es eso que me tienes que decir?¿No te irás a marchar del club y me lo estás contando a escondidas para que te guarde el secreto? - pregunto con un tono de burla.
— No, eso nunca - el se ríe y arranca el coche.
— La cosa es que Pedri estuvo hablando con nosotros ayer por la noche, supongo que te lo habrá dicho.
— A saber que os a contado - respondo esperando lo peor.
— Nos dijo que lo iba a intentar contigo, que os habéis besado un par de veces y nada más.
— No se que me quieres decir, Eric.
— Que a mi me a pasado lo mismo que al enano, que me he acabado pillando por ti.
Abro levemente los ojos, noto como el traga duro, sus ojos reflejan algo que no puedo describir.
— Mira, Eric yo... - el no me deja continuar.
— No te lo estoy diciendo porque quiera que sientas lastima, yo no soy así, te lo digo porque te has colado de lleno aquí. - se señala con el dedo índice el corazón - porque no te puedo sacar de la cabeza, y aunque se que mi corazón no late a la misma frecuencia que el tuyo, al menos me quedo sabiendo que no fui un cobarde.
— Te tengo muchísimo cariño, pero sabes que ahora mismo no siento lo mismo.
El asiente y sonríe.
— Espero que esto no cambie nada entre nosotros.
— Pues claro que no, cielo, ya verás como algún día vas a encontrar a alguien que valore esa sonrisa tan bonita que tienes, Eric.
El coche se frena. He llegado a casa, estoy por abrir la puerta cuando Eric me agarra del brazo.
— Gracias por no dejarme por los suelos. - Eric sonríe y es en ese momento que noto la tristeza en sus ojos.
— Que esto no te haga perder las esperanza en esto del amor, yo lo hice en su día pero mírame ahora, esa persona va a llegar, te vas a enamorar y vas a encontrar un futuro con ese alguien que menos te lo esperas, créeme, pero si ese momento no llega, no dejes que te borren esa sonrisa porque esa sonrisa es todo lo que tú eres, Eric.
Acto seguido me despido de él con un beso en la mejilla para después cerrar la puerta del vehículo. No es hasta que entro en casa cuando Eric se marcha.
Me preparo para irme a dormir y afrontar el día siguiente aún con las emociones en un puño y los nervios a flor de piel.
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