capitulo doce;

El sueño me puede, ayer me quede hablando con el canario hasta altas horas de la noche lo que significa que hoy lucho conmigo misma para no dormirme encima del césped. Los chicos trabajan en equipo entre risas y algún que otro pique.

Xavi se acerca a mi con una mirada seria.

— ¿Vais a echarlo?

— Depende de ti.

— Según lo que me a contado él, discutieron y Pedri dijo algo sobre nuestra familia, algo muy malo, y que simplemente reaccionó, ya sabes como es. - miento.

— Pedri me dijo que se pasó hablando y que con razón Gavi reaccionara así.

Intento no reaccionar y mantenerme lo más seria posible, Pedri a mentido, y yo también. Xavi suspira y se frota la sien con la mano.

— Quedan tres días para el parón de selecciones, dile que no venga, después del parón se volverá a incorporar con todos.

— Hecho, se lo diré.

Hago el amago de marcharme pero antes Xavi me dice una última cosa.

— Vete a ver a Pedri ahora, estoy seguro de que le va a hacer ilusión. - dice con una pequeña sonrisa que me hace pensar que esta tramando algo.

Grito a los jugadores para dar el entrenamiento por terminado, Gavi se acerca corriendo sonriente, pero le dura poco cuando ve mi expresión seria.

— He tenido que mentir.

Gavi suspira.

— Pero, al parecer Pedri a dicho la misma mentira así que está suspendido solo por tres días, después del parón y vuestro descanso como internacionales volverás.

— Gracias a Dios. - Gavi suspira y se echa las manos a la cabeza.

— Solo, piensa, por favor, hoy a sido Pedri, pero quizás la próxima no sea tan considerado contigo.

— He sido un pedazo de cabrón con él, no entiendo como voy a poder mirarle a la cara.

— Porque el no te tiene rencor, cuando existe el remordimiento o el rencor no importa lo que pase, siempre vas a tratarle especial.

Mi hermano hace una mueca, no va a pedir perdón, ni si quiera se va a dignar en hablarle.

— ¿Tanto daño te a hecho como para no querer hablarlo?

— ¡Me abandono! ¡Me dejó tirado como si nada! Prefirió irse a estar conmigo en el momento más importante de mi vida, el día que debuté con los de la primera plantilla el ya se había lesionado, pero lo que me duele es que no recibí ni siquiera un mensaje por su parte, nada, ni una llamada, ni mucho menos presentarse.

Abro los ojos. Eso no me lo esperaba, no de Pedri.

— No te quise llamar porque sería un lío mediático impresionante, pero le necesitaba a él allí, era mi mejor amigo y me abandonó, yo solo era un niño asustado de diecisiete años, necesitaba una mano a la que agarrarme, pero lo único que recibí a cambio fue un lugar vacío y la decepción de saber que la persona que más querías te había fallado, hace más de un año que no hablo con el, Maia, no pretendas que de la noche a la mañana vaya a ser su amigo.

Estreché a mi hermano entre mis brazos y le sonreí indicando que estaba bien y que lo comprendía.

— ¿Mamá y papá..?

— Me hablo lo justo con ellos, pero si, estuvieron allí.

Asiento y cojo las llaves de mi coche.

— Dijeron que estábamos al completo y que éramos la familia perfecta, idiotas. - Gavi resopla y recoge su mochila.

— Tranqui, chiquitín, tú y yo somos la dupla que va a conquistar el mundo.

Abro las puertas del coche, pero mi hermano no se sube. Salgo y le miro con cara dudosa.

— Le he pedido a Ferrán que me deje en casa, tú vete a donde tengas que ir. - dice mientras se despide de mi con un abrazo.

Sonrío y me subo al vehículo poniendo rumbo hacia la casa de cierto pelinegro que tanto me gusta.

...

Según mi teléfono, ya he llegado.

El canario vive en lo que parece una pequeña casa de un solo piso, la vivienda cuenta con piscina y como no un espacio bastante grande en el que se puede jugar un pequeño partido de fútbol. Llamo al timbre y las puertas se abren pero, no hay una persona que las abra.

Camino a través de todo el recinto, no hay rastro de actividad en ella, las luces están apagadas y los muebles parecen no haber sido usados en mucho tiempo, paso por la cocina y salgo al patio donde se encuentra una piscina impoluta lo que me hace sospechar.

Es en ese momento cuando una ráfaga de confeti cae sobre mi, por los lados aparecen Lucía y Diego con unos globos de color rojo y más confeti de el mismo color.

De la valla cuelga un letrero en el que se puede leer perfectamente la frase de "parecería raro si te pregunto, ¿quieres ser mi novia?" escrito a mano con un rotulador de color blanco sobre cartulina negra.

Y justo en ese momento, Pedri aparece vestido con una camisa y unos vaqueros además de un ramo de flores, se le notan todavía los golpes  pero aún así su sonrisa sigue intacta, provocando el mismo efecto en mi que la primera vez.

— ¿Entonces qué me dices, lunática?

— ¿Y si te digo que no?

Su cara empieza a cambiar, poco a poco se va quitando la sonrisa dibujada en su rostro. Se le cae el ramo al suelo.

— ¿No?

Río y en un abrir y cerrar de ojos le acerco hacia mi para juntar nuestros labios.

— Claro que si, bobo, ya te dije que iba ha apostar por esto.

El sonríe y me vuelve a besar posando sus manos en mi espalda, hasta para eso es educado.

— ¿Cuando me va a pasar algo a mi así? - Diego está en una esquina mientras finge estar llorando.

— Mientras sigas esperando tu historia de amor con quien todos sabemos, olvídate. - Lucía le da palmaditas en la espalda en señal de que se tranquilice.

— Te tengo una sorpresa. - Pedri me susurra al oído.

Pedri me agarra de la mano sin dejarme despedir a mis amigos que me dicen adiós con la mano antes de salir de la vivienda.

— ¿A dónde vamos?

— A un lugar especial, bueno, muy especial para mi. - contesta y arranca el coche.

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