Capítulo 9
─ Bueno, mierda. ─ Exclamó Yoongi cuando vió a Hoseok entrar con Jungkook en sus espalda. ─ Con razón sentía el ambiente pesado.
Jungkook hizo un puchero ante la mención de su aroma y Hoseok simplemente suspiró.
─ Yoongi, ¿No tenemos cosas que hacer? ─ Preguntó Hoseok y el Omega bufó.
─ No tenemos aún ningún indicio de algún otro Alfa, así que creo que nuestra mejor opción es volver a interrogar al ex ministro en busca de alguna pista. ─ Comentó Yoongi.
Hoseok caminó hacia su asiento y bajó a Jungkook para poder sentarse. El pequeño Alfa inmediatamente se sentó sobre sus piernas y se acurrucó en su pecho. El Alfa pelirrojo estaba impresionado por aquella actitud y él otro que observó aquello con la boca abierta fue Yoongi.
Hoseok movió sus labios hacia Yoongi: Si dices algo, te asesino.
Yoongi los movió también en respuesta: No he dicho nada...
Se defendió el Omega.
─ Puedo escuchar que están moviendo sus boquitas... ─ Comentó Jungkook haciendo que Hoseok se sonrojara.
El Alfa se aclaró la garganta.
─ No podemos estar interrogando al ex ministro cada vez que queremos encontrar a otro Alfa defectuoso. ─ Comentó Hoseok. ─ Es muy arriesgado, además le damos información sobre nuestras búsquedas
Sin que ambos se dieran cuenta Jungkook cerraba sus ojos con más fuerza cada vez que ese lobo era mencionado.
─ ¿Qué otras opciones tenemos? ─ Preguntó Yoongi.
El Alfa pelirrojo suspiró, notó que suspiraba mucho esos días, pero el estrés valía la pena si podía rescatar lobos... como Jungkook. Observó de reojo al pequeño Alfa.
─ Ya que no dijiste nada, supongo que no tienes alguna otra idea. ─ Comentó Yoongi. ─ Iré a hablar para que podamos interrogarlo hoy.
Sin esperar respuesta, el Omega se levantó y salió del área de investigación.
─ ¿P-Por qué deben hablar con él? ─ Preguntó Jungkook, él no era tonto, el ex ministro era el lobo que lo había hecho sufrir tanto. Lo conocía, tal vez demasiado.
─ No debería hablar estas cosas contigo.─ Comentó Hoseok. ─ En realidad tú deberías estar iniciando hoy tus estudios en la sede. ─ Jungkook guardó silencio y Hoseok mordió su labio inferior. ─ Necesitamos recatar a más Alfas defectuosos... sólo hemos podido rescatarte a tí. Tenemos registros de ocho Alfas defectuosos en la deep web...
─ ¿Sólo ocho? ─ Preguntó el pelinegro, sus orejitas agachándose un poco ante el dato.
─ S-Si.. ─ Respondió Hoseok.─ Sólo ocho.
Pues ocho era un número bastante pequeño para comparar con el número de Omegas defectuosos que habían recatado, incluyendo a su jefecito peliblanco en la lista.
─ É-Él... es realmente muy malo. ─ Comentó Jungkook en un susurro.
─ ¿Lo conociste? ─ Preguntó el pelirrojo algo sorprendido, no pensaba que Jungkook lo hubiera conocido.
─ Si... ─ Mencionó Jungkook, al sentir que no había nadie más con ellos en la oficina abrió los ojos y miró directo a Hoseok. ─ Él... me tuvo con él en ese edificio blanco.
─ ¿El congreso? ─ Preguntó el Alfa pelirrojo completamente sorprendido. Jungkook asintió.
En una época el ex ministro lo había llevado al congreso para mostrarlo a otros lobos poderosos que quisieran usar sus servicios. Tragó saliva.
─ ¿Cómo era? ─ Preguntó Hoseok. ─ ¿Luchaste?
Jungkook bajó la mirada, sus orejas agachadas.
─ Él... no se puede luchar contra él. ─ Comentó el Alfita. ─ Conoce todos nuestros puntos débiles.
Jungkook observó a Hoseok con una suave sonrisa.
─ ¿A qué te refieres? ─ Preguntó el Alfa mayor.
El pelinegro señaló sus orejas y Hoseok las observó sin comprender mucho.
─ Puedo escuchar a grandes distancias.─ Comentó Jungkook.
─ Ya lo sé. ─ Respondió Hoseok algo confundido.
─ No... ─ Dijo Jungkook. ─ Puedo escuchar a grandes distancias... todo... incluso... la voz de Alfa. ─ Jungkook mordió su labio inferior y bajó sus orejas.
─ Pero eres un Alfa. ─ Dijo Hoseok aunque él sabía a qué se refería Jungkook.
El ex ministro era un Alfa muy poderosos, su voz de mando podría someter a cualquiera. Jungkook rió irónicamente.
─ Realmente... ¿Lo soy? ─ Preguntó mirando a los ojos de Hoseok. Eran oscuros y profundos, no tenían nada que ver con los propios ojos de lobo.
─ Mi nariz me dice que lo eres. ─ Comentó Hoseok haciendo referencia al aroma nada dulce del pelinegro. Jungkook rió.
─ Sólo quieres hacerme sentir mejor. ─ Respondió.
Hoseok se quedó pensativo sobre lo que Jungkook le había mencionado, eso quería decir que ese hombre podía someter a Jungkook aún sin estar en la misma habitación. Pero no entendía bien de qué serviría aquello.
─ Así como él conocía mis puntos débiles... conocía el de todos. ─ Dijo Jungkook. ─ Daba mucho miedo.
─ ¿Todos? ─ Preguntó Hoseok. ─ ¿Conociste a los demás?
Jungkook parpadeó varias veces mientras miraba a Hoseok revolver archivos en su escritorio.
─Sólo a algunos. ─ Respondió mientras observaba al Alfa pelirrojo sacar lo que parecían ser fotos.
Hoseok las colocó sobre los demás papeles y Jungkook dirigió sus ojos sobre ellas.
─ N-Namjoon...─ Dijo al ver una foto de su viejo amigo.
─ ¡¿Lo conoces?! ─ Dijo Hoseok emocionado. No se le había ocurrido que Jungkook supiera más sobre otros Alfas.
─Sí. ─ Dijo Jungkook sobándose la oreja de lobo del lado donde Hoseok había gritado. ─ Crecí con él. Era muy difícil para Namjoon, por que él tenía un sentido del olfato muy desarrollado y yo pues... un aroma muy fuerte.
El pelinegro rió suavemente.
─ ¿Sabes dónde está? ─ Preguntó Hoseok con algo de esperanza, pero ésta se perdió cuando vió las orejitas del Alfa agacharse.
─ Él se lo llevó. ─ Dijo Jungkook. ─ Y no lo trajo de regreso.
─ ¿Quién?
─ El ex ministro.
Hoseok llevó sus manos a su cabello y lo jaló, después de todo si tendrían que volver a interrogar a ese hijo de puta.
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Hoseok, Jungkook y Yoongi se adentraron a la cárcel donde se encontraba preso el ex ministro. Todos observaban extraño a Hoseok por cargar a otro Alfa, pero simplemente los ignoraban.
─ ¿Sabes que él no puede entrar a la sala de interrogatorio? ─ Le dijo Yoongi.
─ Sí, ya se lo dije. ─ Respondió Hoseok quien se había cansado de decirle a Jungkook que lo mejor sería que se quedara en la sede.
Pero el pequeño Alfa insistió en no quedarse sólo y Hoseok... él simplemente no pudo negarse.
A una sal previa al interrogatorio y saludaron cordialmente a los Alfas policías que cuidaban el lugar. Afuera hacía demasiado frío ese día, incluso estaba nevando por lo que todos estaban abrigados ya que la calefacción del lugar no era tan fuerte que se dijera.
Todos excepto Jungkook que era una calefacción andante.
─ Jungkook, quedate aquí, por favor no te muevas. ─ Dijo Hoseok sentando al menor en un asiento. Jungkook asintió en respuesta, sus orejitas moviéndose intentando captar todo lo necesario. Sabía que estaba exagerando pues el pequeño Alfa ni siquiera quería abrir los ojos.
Caminó junto a Yoongi y antes de dejar a Jungkook dió un último vistazo a que el pequeño estuviera bien.
Caminaron por un pasillo, guiados por un Alfa y antes de entrar a la sala de interrogatorio se pusieron los dispositivos por si el ex ministro intentaba usar su voz de mando ellos. Abrieron la puerta e inmediatamente tuvieron una vista clara de la espeluznante sonrisa de él.
─ Hola, hola. ¿A quién tenemos aquí? ¿Mis mejores amigos? Son los únicos que me visitan. ─ Comentó.
─ Nadie quiere ver a un hijo de puta como tú. ─ Comentó Yoongi adentrándose y cerrando la puerta tras Hoseok.
El ex ministro rió.
─ ¿Qué quieren? ¿Vienen a negociar? ─ Preguntó.
Hoseok sacó una fotografía y la colocó frente al ex ministro, sintió su estómago revolverse al ver cómo ese Alfa relamía sus labios.
─ Mi Namjoonie. ─ Comentó.
─ Maldito. ─ Dijo Yoongi apretando los dientes con enojo.─ ¿Dónde ésta? ─ Preguntó Yoongi.
El hombre solo rió exageradamente por lo que pareció ser un minuto completo.
─ ¡¿Para qué lo quieres?! ─ Preguntó con algo de histéria. ─ ¿Quieren cogerselo también?
Ambos lo vieron con confusión.
─ No hacemos tal cosa como tener sexo con los Alfas y Omegas que rescatamos. ─ Aseguró Hoseok.
─ ¿Sabes que apestas a él? ─ Preguntó el ex ministro. Entonces Hoseok y Yoongi maldijeron en su interior, ese había sido un error de novatos. Debieron neutralizarse antes de entrar.─ Apestas a Jungkookie. Lo hace bien, ¿Verdad? ¿Le enseñé bien?
Hoseok respiró profundo, no podía caer ahora en las provocaciones.
─ Eso no le concierne. ─ Dijo el pelirrojo. ─ Conteste nuestras preguntas.
El ex ministro sonrió grandemente.
─ ¿Está aquí? ¿Lo trajeron? ─ Preguntó.
La mente de Hoseok viajó en ese instante a la última visión que tuvo de Jungkook, sus ojos cerrados y sus orejas levantaditas, mientras esperaba en el asiento.
─ ¡¿Dónde está Namjoon?! ─ Preguntó Yoongi golpeando la mesa.
─ Namjoon... namjoon. ─ Dijo el ex ministro. ─ No me suena.
Hoseok maldijo en su interior mientras apretaba los puños.
─ Ya nos dijo que lo conoce. ─ Responda.
─ ¿Me ayudarás a escapar? ─ Hoseok parpadeó confundido ante la voz de Alfa del ex ministro.
─ Maldito, su voz no funciona con nosotros. ─ Dijo el pelirrojo con una sonrisa.
─ Abrelos. ─ Dijo el ex ministro.
Yoongi comenzó a reír.
─ No abriremos nada, hijo de puta. ─ Le dijo.─ Responda o nos encargaremos de que sus días aquí sean muchísimo peores.
─ Busca, busca la alarma contra incendios.
Hoseok y Yoongi compartieron una mirada confusa ya que las últimas palabras del ex ministro no habían tenido sentido. Ambos observaron al Alfa frente a ellos que se mantenía con una sonrisa en el rostro.
El Alfa pelirrojo le hizo una señal a Yoongi para que salieran de la sala, ya que no habían logrado conseguir nada del ex ministro.
─ Maldito hijo de puta. ─ Comentó Yoongi. ─ Está loco.
Cuando Yoongi terminó de hablar la alarma contra incendios de la cárcel comenzó a sonar.
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