Capítulo 8

Hoseok suspiró.

─ Apestas a él. ─ Respondió Yoongi al verlo entrar en la oficina de investigación de la sede.

El Omega había decidido comenzar el papeleo sin Hoseok, ya que no quería tener que dormir en la sede, aunque en realidad tampoco es que tuviera un grandioso motivo por el cual llegar a su casa.

─ ¿De verdad? ─ Preguntó Hoseok olfateandose a sí mismo y sintiendo su aroma algo mezclado con el de amaretto, haciendo que sintiera un leve picor en su nariz.

Su lobo se sentía extrañamente alerta ahora que el pequeño Alfa estaba lejos y sentía la extraña necesidad de estar rodeado de aquel fuerte aroma. Pero decidió ignorar aquello y entrar a ver cuánto había avanzado Yoongi.

─ ¿Por qué te mentiría? ─ Dijo el Omega bufando.

─ Supongo que es normal, pues lo estuve cargando todo el día... está bastante delgado, no siento ninguna molestia por haberlo cargado. ─ Dijo el Alfa pelirrojo.

Yoongi chasqueó la lengua mientras lo observaba.

─ ¿Qué? ─ Preguntó Hoseok.

─ Es raro que hayas cargado a ese Alfa todo el día, solo eso diré. ─ Comentó el Omega.

─ ¿Crees que no lo sé? ─ Dijo algo frustrado. ─ Es sólo que él no quería soltarse y yo...

... tampoco quería soltarlo...

─ Sí, no querías forzarlo por ser su primer día. ─ Terminó Yoongi.

─ Si eso. ─ Dijo Hoseok sintiendo sus mejillas sonrojarse.

La noche avanzó mientras Hoseok y Yoongi ponían en orden los papeles sobre la misión de rescate de Jungkook. Había sido bastante papeleo debido a los interrogatorios y otros resultados. Pero aún no tenían más pistas para rescatar otros Alfas.

A pesar de lo rápido que trabajaron, tuvieron que dormir en la sede, pues ya era demasiado tarde para irse. Y digamos que Hoseok estaba algo agradecido pues pronto tocaron a su puerta. Se levantó desperezandose, un bostezo adornó sus labios y estiró sus brazos hacia el cielo.

Volvieron a tocar la puerta.

─ Voy... ─ Respondió con su voz aún algo ronca por el sueño.

Se colocó una camisa, pues solía dormir solo con una calzoneta.

─ Hola. ─ Saludó al abrir la puerta y ver a una Beta algo nerviosa frente a él. ─ ¿Sucede algo? ─ Preguntó ahora más preocupado.

─ Es que... ─ Comenzó a decir. ─ El Alfa nuevo... no quiere abrir la puerta.

─ ¿Qué? ─ Preguntó Hoseok.

─ Dijo que sólo le abriría a usted...

Hoseok no tardó en regresar al interior de su habitación en la sede, se aturdió tanto que ni siquiera notó que le cerró la puerta en la cara a la pobre Beta. Su cabeza daba vueltas en el asunto mientras comenzaba a vestirse rápidamente, sin siquiera tomarse el tiempo para bañarse.

El pequeño Alfa tal vez estaría muy asustado como para abrirle la puerta alguien más, esa es la excusa que se daba a sí mismo. Iría a ayudar, para que Jungkook pudiera tener una vida normal.

No era que él deseara volver a ver a Jungkook o que extrañara esa sensación extraña en su nariz por el fuerte aroma del pequeño. Tampoco era que su lobo estuviera curioso por no decir emocionado de volver a ver al pequeño. Mucho menos era que quisiera ver ese extraño brillo en los ojos multicolor del pequeño orejudo.Definitivamente no era por ninguno de esos motivos que él deseaba ir a ayudar.

Abrió la puerta justo cuando la Beta se estaba decidiendo por volver a tocar tímidamente y sin decir nada caminó hacia los dormitorios al otro lado de la sede. Normalmente ellos no se quedaban en los mismos dormitorios para no exponer la vida de los recién rescatados.

Caminó más rápido al comenzar a sentir el aroma que hacía a su lobo sentirse tan extraño, era increíble que pudiera sentir el aroma a esa distancia. Y finalmente vió la agrupación frente a la habitación de Jungkook. Varios Omegas y Betas intentaban hacer que el menor abriera la puerta, diciéndole desde afuera que todo estaba bien, que podía confiar en ellos.

Se acercó lentamente hasta llegar a ellos y que éstos le abrieran espacio para llegar hasta la puerta...

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Jungkook despertó algo tarde, ya que los sonidos de los carros y de un día cotidiano fue lo que lo despertó. Se sentó en su extrañamente cómoda cama y el recuerdo de lo que había sucedido el día anterior lo golpeó.

Volvió a olfatearse a sí mismo y pudo sentir levemente el aroma de ese Alfa que lo había sacado de aquel edificio. Jungkook lo pensó unos segundos, por qué al final se había aferrado a ese Alfa y tal vez la respuesta sería que Hoseok parecía no ver sus ojos de esa forma tan extraña. La forma extraña en la que los Alfas y Omegas solían ver sus ojos...

Tal vez por eso al final pudo confiar en Hoseok y mostrarse sin tener miedo, aún con sus ojos abiertos, sin importar que el Alfa pelirrojo pareciera quedarse viéndolos por un tiempo y luego volver a la realidad.

También tenía que aceptar que el aroma del Alfa era extraño, parecía llamarlo, casi como una canción que te relaja y te embriaga de un sentimiento de comodidad. Lo tranquilizaba y lo hacía sentir rodeado, cómo si no estuviera sólo. Pero él no aceptaría aquello en voz alta, él era un Alfa después de todo, no podía ir por allí con pensamientos tan extraños y necesitados...

Los sonidos de los pasos y luego los golpes en su puerta fue lo que lo hizo salir de sus pensamientos.

─ ¿Joven Jungkook? ─ Una voz femenina lo llamó desde el otro lado.

Jungkook ni siquiera supo porqué lo hizo. Simplemente corrió hacia la puerta y colocó llave.

─ ¿Joven? ─ Preguntó la Beta al escuchar el sonido del llavín.

─ ¡Dejeme! ─ Dijo Jungkook sintiendose invadido. ─ ¡Vayanse!

─ P-Pero su comida... y sus clases, tiene que comenzar a estudiar y...

─ ¡No! ¡No quiero! ¡Dejeme! ─ Dijo Jungkook, sus orejas estaban levantadas y erizadas, su aroma se combinaba con feromonas de molestia y sus ojos estaban muy abiertos. Tenía miedo de repente.

─ Tranquilo, respire, todo está bien. Si quiere me iré. ─ Le dijo la Beta. ─ Pero necesitamos que coma. Por lo menos eso.

Jungkook escuchó cómo los pasos se alejaba y se giró recostando su pequeña espalda en la puerta. No quería que nadie más lo viera pues no quería que nadie viera sus ojos. Por consiguiente tenía miedo de lo que los demás lobos pudieran hacer mientras él mantenía sus ojos cerrados...

El tiempo pasó y Jungkook sólo escuchó pasos que iban y venía a otras habitaciones, también escuchó risas y algunas conversaciones. Se mantuvo con su espalda pegada a la puerta, como si eso evitara que la abrieran.

Mordió su labio inferior al escuchar pasos detenerse frente a su puerta y luego ésta ser tocada de nuevo.

─ ¿Joven Jungkook? ─ Preguntaron de nuevo.

─ No quiero... sólo... déjenme tranquilo. ─ Pidió

─ Necesitamos que salga. ─ Dijo la chica. ─ Por lo menos a comer. Tiene que salir.

─ Hoseok... ─ Balbuceo Jungkook suavemente, no contaba con que un Omega peliblanco estuviera escuchando al otro lado de la puerta.

─ Si traemos a Hoseok, ¿Abrirías la puerta? ─ Jungkook escuchó aquella voz masculina y sus orejitas se movieron.

─ S-Si... ─ Dijo algo confundido.

─ Listo, traigan al detective Jung. ─ Pidió el Omega peliblanco y se fue de allí. Había sido llamado por si la situación ameritaba que abrieran la puerta en contra de la voluntad del pequeño Alfa.

─ Si, señor. ─ Respondió la Beta.

Al escuchar sobre la situación, otros Betas y algunos Omegas defectuosos que estaban en la sede fueron a ver qué sucedía y por que el pequeño nuevo Alfa no quería salir de su habitación. Jungkook escuchaba lo que decía, sin embargo no entendía por qué realmente estaban allí, nunca había estado en un lugar lleno de chismosos.

Pronto escuchó la única voz en la que confiaba.

─ ¿Jungkook?

─ Diles que se vayan... ─ Pidió Jungkook y Hoseok rápidamente despachó al resto de lobos que iban refunfuñando.

─ Ya no hay nadie. ─ Comentó Hoseok cuando el último se fue por el pasillo.

─ Ya lo sé. ─ Dijo Jungkook desde el otro lado de la puerta.

Hoseok podía sentir las feromonas de molestia y temor que Jungkook desprendía junto con su fuerte aroma.

La puerta se abrió lentamente, dejando ver primero el ojo azul claro de Jungkook, que lo observó detenidamente y luego se abrió por completo dejando ver el ojo café claro.

─ Llevas la misma ropa de ayer. ─ Acusó Jungkook tomando la mano de Hoseok y jalandolo al interior para cerrar la puerta.

─ Y tú... ¿Por qué no te haz cambiado? ─ Preguntó Hoseok observando a Jungkook con la misma ropa vieja.

Jungkook se sonrojó algo avergonzado.

Me asusté...

Fue lo que pensó, pero no podría decir aquello.

─ Es que olvidé dónde dijiste que estaba la ropa. ─ Comentó intentando verse tranquilo.

Hoseok sonrió, su nariz llena con el aroma del pequeño Alfa y sus ojos enfocados en las orejas de lobo negras que se movían captando todo sonido. El pelirrojo caminó hacia el único lugar donde podría estar la ropa: el ropero.

─ Aquí está.─ Señaló.

─ Oh... ─ Dijo Jungkook muy mal disimulado y caminó hacia el ropero.

Abrió la puerta y observó la ropa que alguien había dejado allí para él. Era muy bonita y se notaba muy limpia.

─ ¿Por qué no querías abrir? ─ Preguntó Hoseok.

─ No quiero... que nadie mire mis ojos. ─ Mencionó Jungkook.

─ ¿Por qué? ─ Preguntó el pelirrojo mientras Jungkook comenzaba a revolver la ropa buscando que usar.

─ Por qué... porque no quiero. ─ Dijo el pequeño Alfa, sus orejitas agachándose por unos instantes.

Escogió ropa y se giró a ver a Hoseok.

─ Quiero mantener mis ojos cerrados. ─ Dijo cerrandolos y volviendolos a abrir. ─ Y sólo... sólo confío en tí, ¿Bien?

─ Eh... Está bien. ─ Dijo Hoseok. ─ Pero no puedes andar por allí con los ojos cerrados, quiero decir podrías chocar o algo...

Bastó una mirada del pequeño Alfa para que Hoseok entendiera su plan. Suspiró profundamente.

─ Jungkook... no puedo. ─ Dijo Hoseok. ─ Tengo mucho trabajo que hacer, así cómo tú hay muchos Alfas y Omegas que están atrapados y necesitan ser rescatados.

El pequeño Alfa abrió mucho sus ojos e hizo un suave puchero.

─ No te molestaré lo juro. ─ Le dijo el alfita. ─ No q-quiero estar sólo. ─ Comentó.

─ En algún momento debes abrirlos. ─ Dijo Hoseok. ─ No podrás conocer Omegas sí no los miras. ─ Dijo en broma.

Jungkook se encogió de hombros.

─ Tal vez su aroma sea suficiente. ─ Dijo para seguirle el juego a Hoseok que por alguna razón no se rió de aquello, su lobo se había removido algo incómodo con la conversación que él mismo había iniciado. ─ Lo siento. ─ Comentó Jungkook.─ No molestaré, lo juro.

─ Está bien... ─ Dijo Hoseok sin poder resistirse. ─ Por hoy estarás conmigo, sin embargo no puede ser así siempre, tienes que aprender a ser independiente. Para eso estás aqui.

Jungkook asintió con molestia y se dirigió al baño de su habitación.

Hoseok caminó hacia la cama y sentó para esperar al pequeño Alfa, ya se podía imaginar la cara de Yoongi cuando le viera llegar con el Alfa defectuoso. Al menos solamente sería un día...

Sin darse cuenta, el Alfa pelirrojo ya se encontraba inhalando lentamente el aroma de Jungkook, era tan embriagante. Por un momento pensó en recostarse en la cama, su lobo sintiéndose extrañamente curioso, pero a la vez queriendo marcar la cama con su aroma, como si de marcar un territorio se tratara.

─ Estoy listo. ─ Las voz del menor lo descolocó y se puso de pie rápidamente haciendo reír un poco a Jungkook.

Hoseok se quedó embobado mirando la sonrisita del pequeño Alfa quien no tardó en avergonzarse por haberse reído así.

─ Entonces, vámonos. ─ Dijo Hoseok intentando alivianar el ambiente. ─ Tenemos mucho trabajo en investigación.

Jungkook asintió y corrió hacia él. Hoseok se sorprendió al sentir al pequeño Alfa subir su cuerpo cual monito y engancharse en su espalda. Colocando sus brazos en su cuello. El Alfa pelirrojo soltó un pequeño gruñido pues a su lobo no le gustaba la idea de tener a otro Alfa cerca de su cuello.

Sin embargo Jungkook gruñó de regreso mostrando que no tenía miedo y eso hizo que Hoseok se rindiera y suspirara.

─ No te acerques a mi cuello. ─ Dijo Hoseok en tono firme.

─ Como digas. ─ Dijo Jungkook y cerró sus ojos al sentir que Hoseok comenzaba a caminar.

Hoseok se dirigió hacia las oficinas de la sede y Jungkook simplemente se aferró a su espalda, pensando en no abrir sus ojos hasta estar de nuevo a salvo en su habitación.

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