Hyungsik se rió al ver entrar a Yoongi por la puerta de la sala de interrogación.

─ Vaya, vaya, enviaron al Omega a interrogarme. ─ Dijo con burla, Yoongi gruñó molesto, pero luego respiró calmandose.

─ Veo que estás demostrando tus verdaderos colores, alfista. ─ Hyungsik ladeó la cabeza mientras observaba al Omega tomar asiento frente a él. ─ Espero me hagas esto sencillo.

─ Conozco todas las técnicas de interrogación y sé exactamente lo que esperas conseguir. ─ Dijo el ex oficial.

─ Entonces sabes que aunque no hables ya estás hundido. ─ Afirmó Yoongi viendo con intensidad al Alfa, no dejándose intimidar por las feromonas Alfa, él mismo había neutralizado su aroma para no hacerse vulnerable.

─ Si. ─ Dijo el Alfa sentándose cómodamente. ─ Lo sé, pero también sé que puedo negociar. Tengo mucha información y el Alfa desviado cobarde al otro lado de ese vidrio, ─ Dijo señalando el ventanal con las manos esposadas.─ Él querrá sabes a donde está su estúpido defectuoso.

Hoseok apretó los puños y gruñó al Alfa.

─ Confiesas que sabes el paradero exacto del Alfa secuestrado.─ Dijo Yoongi levantando una ceja.

─ Sé adonde está mi jefe.─ Le dijo.

─ ¿Tu jefe? Estás confesando trabajar para el ex ministro. ─ Le dijo el Omega, sorprendido, él pensaba que tal Hyungsik se había involucrado de alguna forma en el asunto, por motivos personales, pero no sabía que estaría trabajando para el ex ministro.

─ Tal vez lo esté haciendo.─ Comentó el Alfa encogiéndose de hombros. ─ ¿Puedes asegurarme que no me darán pena de muerte o cadena perpetua?

Yoongi sintió el estómago revolverse, giró la cabeza al ventanal, sabiendo que necesitaban la información lo antes posible. Hyungsik no era el pez gordo, era un peon. Debía recordar aquello.

─ Puedo asegurarlo. ─ Dijo Yoongi pensando en que eso no importaba, de igual forma el Alfa recibiría tal cantidad de años, asegurando que no volviera a salir de la cárcel.

Hyungsik sonrió.

─ Sí, trabajo para él, siempre lo hice. Yo era su contacto en la policía. ─ Yoongi sintió ganas de vomitar sólo de saber lo lejos que llegaba la trata de lobos defectuosos. Era obvio que tendrían a alguien dentro de la policía.

─ ¿Entonces por qué lo apoyabas? ─ Preguntó el Omega. ─ Incluso lo llamaste orejitas.

─ ¿Eres estúpido? ─ Preguntó el Alfa. ─ Era una cubierta. Jamás hubieran dudado de mí, de nos ser por el estúpido de Hoseok y su inútil predestinada.

─ ¿Qué tiene ella que ver? ─ Preguntó Yoongi.

Hyungsik rió de nuevo y negó con la cabeza.

─ Sea cual sea mi condena, debes asegurar que se reducirá veinte años. ─ Negoció el Alfa.

Yoongi mordisqueó su labio inferior, volvió a ver al ventanal. Sabía que el Alfa estaba saliéndose con la suya. Pero confió en sus propio sentido y decidió asentir.

─ Lo aseguro.

─ Ella me buscó para hablar de Hoseok, cuando supo que la pareja de él era un Alfa defectuoso, no dudó en preguntarme qué pensaba yo sobre los defectuosos. Una cosa llevó a la otra, hasta que ella me pidió sacar al defectuoso del camino, quería quedarse con el Alfa y pensaba que ese defectuoso solamente estorbaba. ─ Dijo Hyungsik. ─ No sabía que iban a matarla, pensé que el plan era salir de allí con el Alfa defectuoso y ya.

Maldita... La tipa se hubiera refundido en la cárcel si tan sólo continuara con vida.

─ ¿Por qué lo hiciste?

─ Por ese imbécil. ─ Dijo Hyungsik observando al ventanal. Rió con molestia. ─ Es un hipócrita, antes era igual de alfista que yo, incluso peor, y ahora se cree un gran representante de la comunidad de lobos defectuosos, incluso teniendo una relación con uno de ellos. Quería quitárselo, así como él me quitó a mi mi primer amor al rechazarme por ser un desviado. ¿No es lindo, Hoseok? ¿No se siente bien perder al amor de tu vida?

Hoseok sintió arcadas y sostuvo su estómago. El jefecito le ayudó sosteniendo su manos. Cerró sus ojos diciendose que merecía ésto, él había hecho daño hace tantos años y ahora su suerte venía a golpearlo de tal forma.

─ No es tu culpa. ─ Susurró el jefecito.─ No era tu obligación enamorarte de él.

El Alfa pelirrojo vió al jefecito y asintió levemente.

Yoongi golpeó la mesa con furia.

─ No le eches la culpa de tus malditos errores y tus decisiones, Hyungsik. ─ Le dijo Yoongi. ─ Todos fuimos colegas, sabías lo que no debías hacer y lo hiciste. Tú caíste por tu propia mano. ¿Sólo deseabas venganza contra los Alfistas? Pero te convertiste en uno de los peores alfistas, eres uno de ellos.

Hyungsik observó al Omega, algo quebrándose dentro de él al darse cuenta.

─ ¿Donde está Jungkook? ─ Preguntó Yoongi.

Todos contuvieron la respiración cuando la pregunta fue formulada.

Hyungsik vió al Omega a los ojos.

─ Asegura que me enviarán a la prisión de otra ciudad. ─ Dijo.

Yoongi rió y se pasó la mano por el cabello.

─ Y dices que Hoseok es el cobarde. Te enviaremos a la peor prisión de el país. Te lo aseguro.

Hyungsik mostró una sonrisa.

─ ¿Donde está Jungkook? ¡Contesta, maldita sea!

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─ ¿Es cierto que secuestraron a Jungkook? ─ Taehyung dió un salto y maldijo un poco no sentir los aromas de los lobos.

─ Si, ven aquí. ─ Jin caminó al lado de Taehyung, pues todos estaban pendientes de las noticias y las prontas órdenes.

Él estaba seguro que pronto tendrían la misión de rescate.

─ ¿Irás? ─ Le preguntó el pequeño Omega, su cola estaba inmóvil, mostrando lo preocupado que estaba por el asunto.

─ Estarémos bien. ─ Le respondió.

─ La última vez que se encontraron con él... ─ El pequeño Omega recordó que Taehyung regresó muy lastimado.

El Beta le sonrió a su Omega.

─ Sé que tú estarás aquí para cuidarme, serás el mejor enfermero. ─ Seokjin le mostró una pequeña sonrisa, aunque jamás deseaba ver a su Beta en una camilla, no otra vez.

Pero sabía que la vida que Taehyung había escogido era esa y no tenía muchas opciones.

─ ¡Taehyung! ─ El Beta levantó la vista. ─ ¡Ayuda a cargar las armas!

Seokjin se confundió un poco, por qué no cargaba cada quien sus propias armas.

─ Ya vuelvo. ─ Le dijo el Beta con una expresión de disculpa, pues sabía que su Omega estaba sintiéndose protector con él.

─ Tae. ─ El Omega lo llamó.

El Beta se detuvo y se giró a ver su pequeño Omega, las mejillas del Omega de la cola se sonrojaron. Éste sacó de su bolsillo un pequeño amuleto hecho con un poco del pelaje de lobo de su propia cola. Le había pedido a la luna que aunque Taehyung fuera un Beta, recordara que era su Beta y cómo recordatorio le entregaría pelaje de lobo, pues el Beta no poseía un lobo.

Taehyung se acercó y tomó el pequeño amuleto conteniendo el pelaje de su pareja.

─ Llevalo, siempre a las misiones. ─ Le pidió Seokjin con las mejillas sonrojadas.

─ Lo haré. ─ Dijo Taehyung observando el pelaje en el amuleto.

Se agachó y besó suavemente los labios del Omega. Seokjin no se detuvo allí, saltó enganchando sus piernas en la cintura del Beta.

─ Eres mío... ─ Susurró en el oído de Taehyung haciéndolo temblar.─ Mi Beta.

Y se sentía bien pertenecer, no era algo que un Beta acostumbrara, pero Taehyung se sentía feliz.

─ Estoy perdidamente enamorado de tí. ─ Susurró para el Omega entre sus brazos. ─ Soy tuyo.

Seokjin se sonrojó y sonrió.

─ También soy tu Omega. ─ Le dijo.

─ ¡Taehyung!─ Ambos se sobresaltaron al escuchar a un Alfa llamando al Beta.

Se dieron un beso de despedida y Taehyung corrió en dirección al Alfa, el cual movió sus cejas de forma sugestiva cuando el Beta se acercó.

─ Apestas a Omega. ─ Le dijo riendo.

Taehyung se sonrojó un poco.

─ Es mi Omega. ─ Dijo al Alfa.

─ Wuu... no pensé que un Beta podría con un Omega, en éste mundo se ven tantas cosas. ─ Dijo el Alfa y Taehyung paró en seco.

─ En realidad...

─ ¿Sí? ─ Preguntó el Alfa.

─ En realidad no es así. ─ Confesó Taehyung con sus mejillas sonrojados,mientras miraba al Alfa. ─ Lamento decepcionarte, pero es Seokjin quien lleva el mando.

─ ¿De verdad? ─ Preguntó el Alfa mientras volvían a caminar.

─ Si..

Taehyung esperó por las burlas, pero no llegaron.

─ ¿Te gusta así? ─Preguntó el Alfa algo confundido.

─ Me siento bien así.─ Confesó.

─ Oh.

Llegaron a las armas que debían ser cargadas, todos esperaban por el Beta, pues solamente él podría ser el trabajo.

─ ¿Sabes? ─ Le dijo su colega. ─ Eres un gran Beta, Taehyung.

Y Taehyung sonrió mientras ayudaba a su escuadrón a prepararse para futura misión. Se encargó de guardar el amuleto en su faja para no perderlo y deseó que todo saliera bien. No perder más colegas en esta y próximas misiones.

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