Capítulo 28
Hoseok despertó de golpe, era tarde, casi medio día. Lo primero que notó fue que su alfita no estaba a su lado. Se dió una bofetada mental y se apresuró a tomar el celular para ver la hora. Rápidamente se dió cuenta que era muy tarde, faltaba poco para medio día, y que Jungkook ya se habría ido a la academia. Se sentó en la cama, restregando sus ojos para poder limpiarlos, mientras se preguntaba por qué Jungkookie no lo había despertado.
Se le ocurrieron opciones que le gustaban, como que lo quería dejar descansar, a su vez se le ocurrieron cosas que lo dejaron con el corazón en la garganta y con el pecho apretado. Su lobo aullaba al pensar en ello, sintiendose triste. Pensando que Jungkook se había ido y que aquello era una despedida a todo lo que tuvieron.
Hoseok no podía aceptarlo, no después de haber estado con él. Sus mejillas se sonrojaron recordando todo y lo bien, lo perfecto, que todo se había sentido. Casi sentía cosquillear sus labios con el recuerdo de los besos. Se abrazó a sí mismo y cerró sus ojos sintiendo el aroma de Jungkook en su propia piel, combinado con su aroma dulce y amaderado. Una lágrima se deslizó por su mejilla y a ésta le siguieron varias mientras su aroma a tristeza y sus suaves sollozos llenaban la habitación. Se dijo a sí mismo que tal vez eso es lo que Jungkook sentía: el rechazo, el adiós y la separación.
No se sentía usado, él simplemente había estado tan ciego y se negaba a aceptar lo que sentía por el pequeño Alfa, porque muy adentro no quería perder el estatus y la reputación que tanto le había costado conseguir. Pero había sido estúpido pues el dolor de estár sin Jungkook era mayor que lo que sentía cuando su Alfa era rebajado o humillado, y aunque estuvieran separados su mente y su lobo estaban junto al pequeño Alfa.
Volvió a ver la hora y se levantó a cambiarse, tenía las mejillas sonrojadas porque no le daría tiempo de bañarse si quería llegar a tiempo. Él sabía que los resultados se entregaban a medio día, tenía pocos minutos para llegar y tenía miedo. Pues si realmente aquello había sido una despedida, ¿Cómo reaccionaría Jungkook al verlo?
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─Las habitaciones de los cadetes están allá. ─ Comentó el Señor Park mientra Sungjae y Jungkook lo seguían.
Eran los únicos que habían sido admitidos para aquella especialidad. Los demás eran agentes y los agentes dormían en literas todos amontonados. Jungkook se agradeció a si mismo la especialidad que había escogido.
─ Bueno, eso es todo cadetes. ─ Dijo el Señor park─ Yook, Orejitas. ─ Los dos Alfas asintieron. ─ Ya pueden ir a dar las noticias a quienes andan con ustedes.
Sungjae y Jungkook compartieron una mirada.
─ Mi familia no vino así que iré directo a mi habitación. ─ Comentó el Alfa castaño.
Jungkook se giró y a lo lejos pudo ver sentado al comité de la sede que había venido con él.
─ ¿Son tu familia? ─ Le preguntó Sungjae, a Jungkook se le hizo un nudo en la garganta.
─ Son lo único que tengo. ─ Le respondió al Alfa. Sungjae sonrió y los saludó con la mano desde lejos.
─ Espero me presentes algún día. ─ Le dijo sonriendo al ver que todos ellos lo saludaban de regreso con grandes sonrisas.
Jungkook asintió y comenzó a caminar hacia ellos. Fue hasta que iba a cierta distancia que pudo distinguir una cabellera roja junto a todos. Mordió su labio inferior y su corazón se aceleró. Su mente se comenzó a hacer un millón de preguntas en segundos, ¿Por qué estaba Hoseok con ellos? ¿Por qué vino? ¿Habrá cambiado de opinión? ¿Sólo quiere saber si pasé el exámen? ¿No habrá entendido que aquello era una despedida.
─ ¡¿Cómo te fue?! ─ Gritó el jefecito sabiendo que Jungkook lo escucharía sin problemas, estaba demasiado ansioso por saber.
Jungkook rió.
─ ¡Pasé! ─ Gritó, el alfita vió como las sonrisas de todos se ampliaban, se levantaron y fueron hacia él encontrándose a medio camino. Todos comenzaron a felicitarlo y a hablar sobre cosas del futuro. Todos excepto Hoseok que se mantenía un poco atrás con sus mejillas sonrojadas, pues todos habían notado el aroma de Jungkook en él.
─ ¿Serás cadete?─ Preguntó emocionado el hijo del jefecito.
Jungkook asintió, pues había sido un gran esfuerzo y el estaba consiente de que la aventura apenas comenzaba.
─ ¿Cuánto tiempo es? ─ Preguntó el jefecito cuando ya se calmaron.
Jungkook le extendió una hoja que le habían entregado, todos se juntaron a leer que era un año de cadete y seis meses de especialización, luego un año de práctica que se haría afuera de la academia.
─ Wow, ésto si que es algo grande para los lobos defectuosos. ─ Comentó una beta y los demás asintieron.
─ Jungkook. ─ Llamó el jefecito.─ Supongo que ésta es entonces una despedida, ¿No? Te quedarás aquí.
─ Me dejarán salir los fines de semana. ─ Comentó el pequeño alfa.
El peliblanco asintió.
─ Entonces te dejaremos tu habitación asignada y nos veremos el viernes. ─ Dijo con una gran sonrisa. ─ Nosotros nos iremos ahora, si necesitas algo sólo nos llamas. ─ El pequeño Alfa asintió.
─ Y-Yo me quedaré un poco más. ─ Todos se giraron a ver al Alfa pelirrojo. ─ ¿Puedo acompañarte un rato? ─ Preguntó a Jungkook.
Jungkook mordió su labio, todos los demás esperaban la respuesta cómo si se tratara de una telenovela. El pequeño Alfa asintió y Hoseok suspiró levemente, aliviado de poder hablar con el pequeño.
─Entonces... ─ Dijo el peliblanco.─ Nos vamos. ─ Comenzó a empujar a todos para que dejaran sólos a Jungkook y a Hoseok.
Ambos estuvieron de pie sin mirarse hasta que los demás se fueron.
─ ¿Te acompaño a tu habitación? ─ Preguntó Hoseok.
Jungkook se giró para verlo haciendo que al Alfa casi se le pare el corazón por ver sus preciosos ojos.
─ ¿Puedes hacer eso? ─ Le preguntó y el pelirrojo asintió.
Ambos comenzaron a caminar hacia las habitaciones que le había señalado al pequeño Alfa. La tensión se podía sentir en el aire, pues ambos estaban sonrojados y evitaban verse o tocarse. Así se mantuvieron hasta que llegaron a la habitación que había sido asignada a Jungkook. Al abrir la puerta, ambos observaron el interior. El colchón estaba sin cubre colchón y todo se miraba vacío y gris.
Jungkook entró y dejó un pequeño bolso a un lado.
─ Acabo de llegar así que no he arreglado. ─ Le dijo a Hoseok que se había quedado en la entrada.
El Alfa pelirrojo entró y cerró la puerta tras él.
─ No te preocupes. ─ Le dijo y su respiración se hizo algo pesada.
Jungkook respiró profundo.
─ ¿Por qué estás aquí?─ Preguntó observando en otra dirección, incapaz de ver al pelirrojo.
─ ¿No quieres que esté aquí?
─ Ho-Hoseok... ─ Dijo haciendo que el contrario mordiera su labio. Hoseok observaba a Jungkook, sus orejitas agachadas y éste no quería verlo a la cara.
─ Era una despedida... ¿No es así? ─ Preguntó el Alfa pelirrojo.
─ Y-Yo... no puedo ser tu amigo. ─ Dijo Jungkook sintiendo de nuevo el vacío en su pecho y el rechazo. ─ Sólo... quería... quería saber lo que se sentía.
Hoseok sintió su cuerpo temblar.
─ No... ─Le dijo. ─ No te despidas así. ─ Se acercó a Jungkook y lo tomó entre sus brazos, levantandolo y dejándolo a su altura. El contrario jadeó suavemente y se sostuvo se los hombros del Alfa, no queriendo enrollar sus piernas en la cintura. ─ No te despidas nunca.
─ No puedo. ─ Dijo Jungkook observando a los ojos del contrario. ─ P-Por favor, no me hagas ésto, si no quieres estar conmigo, yo...
─ Si quiero... ─ Susurró Hoseok cerrando sus ojos. ─ Si quiero, ¿mh?
─ Pero sómos Alfas. ─ Dijo Jungkook algo asombrado, el contrario lo cargó y se sentó en la cama, dejando al pequeño Alfa en su regazo. ─ T-Tu dijiste que no podíamos...
─ Esta bien... no deberíamos según los demás lobos en éste mundo, es muy mal visto. ─ Le dijo Hoseok. ─ Nos rebajarán como Alfas, dirán que somos lo peor que existe, nos van a humillar preguntandonos cosas incómodas...
Jungkook sintió sus labios temblar mientras observaba los ojos de Hoseok aguarse.
─ Incluso pueden decir que por eso nací con éste aroma dulce... que se notaba que mi Alfa no era un verdadero Alfa. ─ Las lágrimas cayeron por las mejillas del pelirrojo haciendo que Jungkook se impresionara por verlo llorar así. ─ Van a decir cosas de tí, cosas muy malas, Jungkookie... Yo no quería eso... no quería enfrentar eso; pero estoy enamorado.
El pequeño Alfa se sentía abrumado, por el aroma a tristeza, la cercanía y las palabras de Hoseok.
─ No quiero alejarme. ─ Dijo Hoseok.─ No quiero que te vayas por que me enamoré. Ni siquiera sé cómo, sólo sé que no puedo dejar de pensar en todo lo que tenga que ver contigo. Jungkookie, no puedo, no puedo despedirme.
Ambos se miraron a los ojos.
─ ¿Qué sómos? ─ Preguntó Jungkook haciendo reír suavemente al Alfa pelirrojo.
Hoseok llevó una mano al rostro del pelinegro y luego a su orejita notando la herida que había en ésta. Se acercó y metió la orejita en su boca, lamiendo la herida. Jungkook cerró sus ojos, su piel erizandose mientras sentía la lengua de Hoseok en su oreja de lobo.
El pelirrojo se alejó con un suspiro.
─ Voy a complacerte. ─ Le dijo Hoseok. ─ ¿Qué es lo que deseas?
Jungkook llevó sus manos al rostro del pelirrojo y con sus manos apartó las lágrimas de sus mejillas. El rostro triste de Hoseok le estaba partiendo el corazón en pedazos.
─ Quiero que... que seas mío, mi Alfa. ─ Dijo el pequeño pelinegro con sus mejillas sonrojadas.
Hoseok lo observó sorprendido, pues para él aquello significaba una marca, aunque Jungkook no lo haya dicho de esa forma. Jungkook solamente deseaba que Hoseok supiera que pertenecía a su lobo, que su aroma, feromonas, todos los mimos, eran suyos. Pero Hoseok le dió otro sentido, entendía que Jungkook no se dejara marcar pues eso sería morir, era lógico que en la relación que fueran a tener él llevara la marca.
Su lobo aulló y arañó por dentro cuando Hoseok expuso su cuello para el contrario. Jungkook lo observó confundido.
─ É-Ésta bien, puedes marcarme. ─ Dijo el pelirrojo
Jungkook casi se va de espalda, si no era porque el contrario lo estaba sosteniendo.
─ ¡¿Qué?! ─ Preguntó haciendo dar un salto a Hoseok. ─ ¡No! ¡No voy a marcarte! ─ Le gritó en la cara.
─ P-Pero creí que...
─ No voy a matar a tu lobo. ─ Le dijo el pequeño, sus orejas erizadas con enojo y sus ojos de lobo brillando.
Hoseok sonrió suavemente.
─ Está bien. ─ Le dijo. ─ ¿Entonces qué hacemos?
El pequeño parpadeó varias veces aún confundido.
─ ¿Cómo así? ─ Preguntó.
─ ¿Cómo quieres que sea tuyo? ─ Le preguntó Hoseok ahora acariciando la mejilla del contrario.
─ No lo sé.─ Confesó el pequeño. ─ Serías mi primer pareja. ─ Comentó.
El lobo de Hoseok se exaltó con aquella confesión.
─ Primera y única.─ Dijo poniéndose algo territorial.
Jungkook rió y abrazó al Alfa. Hoseok se dejó abrazar, cerró sus ojos olfateando el fuerte aroma del pelinegro, sintiéndolo picar en su nariz.
─ Puedo quedarme aquí, en la academia. ─ Ofreció Hoseok.
Jungkook negó con la cabeza.
─ Nos veremos el viernes. ─ Le dijo.
Hoseok parpadeó varias veces.
─ ¿No quieres que esté aquí? P-Pero...
─ No es necesario. ─ Comentó el pequeño Alfa. ─ Además solamente quieres cuidarme, soy un Alfa, no necesito que me cuides.
─ Pero... Jungkoookiee.... Dejate querer... ─ Se quejó Hoseok y Jungkook se quitó de su regazo.
─ No. ─ Le dijo.
Hoseok hizo un puchero.
─ Dije que no. ─ Le contestó el pequeño Alfa. ─ Yo también quiero ser un gran Alfa, ¿Lo recuerdas?
─ Si, lo recuerdo. ─ Le dijo Hoseok tomándolo de la cintura y atrayéndolo de nuevo. ─ Pero... es que para mi ya lo eres.
El pequeño Alfa se sonrojó cuando el pelirrojo juntó sus labio en un suave beso, que fue subiendo de ritmo. Ambos se separaron jadeando suavemente.
─ No creo que podamos hacer ésto aquí. ─ Susurró Jungkook. ─ Aún no he leído las reglas, pero algo me lo dice.
Hoseok rió bajito.
─ Tienes razón, no podemos. ─ Dijo el pelirrojo. ─ Especialmente por que soy uno de los maestros.
Ambos rieron suavecito y volvieron a besarse.
─ Entonces nos veremos el viernes.
─ Jungkoookieee.....
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