•Capítulo 2•
°Sakura°
No me ha sido fácil la separación, al principio como toda herida duele, me atormentaba a diario preguntándome qué era lo que había hecho mal, pero solo el tiempo nos dará la respuesta, pero todo cambio cuando en los resultados de mis análisis se remarcaba positivo en negrita, me di cuenta que no podía estar enojada con él toda la vida y aunque nunca entendí sus motivos, pero de una u otra forma teníamos un lazo, pero también nuevas preguntas comenzaron a surgir a medida que mi panza crecía ¿Lo querrá conocer? ¿Lo buscara? ¿Me preguntara por él? ¿Cómo es?
Mi turno en el hospital había terminado, en lo único que pensaba era en llegar a casa, ducharme y pasar tiempo en familia. Deje mi bata en el respaldo de mi silla tome mi bolso y salí del consultorio, busque mi tarjeta de acceso y marque mi horario de salida, camine hacia el estacionamiento del hospital y entre en mi auto.
Al llegar, la casa se encontraba en completo silencio, los chicos deben estar trabajando y mi niña seguro salió con Chiyo.
Deje mi bolso sobre la mesa del recibidor y camine hacia el pasillo de mi habitación para ducharme.
-¡Ya estoy en casa!- escuche un grito proveniente de la sala. -¿Princesas?
20' después salgo y me preparo, tomo la ropa que había dejado preparada sobre la cama y cuando termino de vestirme salgo de la habitación con dirección a la sala me encuentro con Deidara tirado en el sofá.
-¡Bienvenido a casa!- digo y le muestro todos mis dientes en una sonrisa.
-¡Ya estoy en casa!- se incorpora. -¿Dónde estabas?- pregunta mirando a todos lados. -¿Y Sarada?
-Cuando llegue no había nadie, así que aproveche a ducharme.- digo y me encamino a la cocina.
-¿Hoy podríamos salir a comer?- pregunta. –Ya que es viernes.
-Solo vine a ducharme hoy me toca guardia con una practicante.– digo mientras abro el refrigerador para tomar ingredientes para un sándwich. –La doctora Tsunade me lo pidió.
-¿Cómo le haces?- toma asiento en una de las banquetas de la isla y me roba mi emparedado. –Gracias.- sonríe.
-La verdad no lo sé y ahora tendré que ir por más lechuga.- protesto.
La puerta se abre otra vez y entran la señora Chiyo y Sarada tomada de su mano. Cuando nos ven la niña suelta la mano de su nana y corre en mi dirección, dejo lo que estoy haciendo y extiendo mis brazos.
-¡Mamá!- nos abrazamos. ¡Tío!- Dei la sube a la isla.
-¡Buenas tardes!- dice Chiyo mientras entra a la cocina.
-¡Buenas!- decimos ambos.
-¿Cómo se ha portado?- pregunto.
-Como siempre señora, muy bien.- dice esta mientras toma su bolso.
Le dedico una sonrisa a la nana. -¡Muchas gracias!- le agradezco y después que se despide de los dos niños que hay en la casa la acompaño a la salida.
-¿Te divertiste princesa?- pregunta el rubio.
-Si muchísimo, con la nana fuimos a un parque y me encontré con un amigo del jardín.- dice la niña sonriendo.
-Pero que lindo, yo también lo quiero conocer.- digo mientras miro la cara de Dei.
-No puedes conocer a niños.- dice esto con cara seria. –Hasta el día que muera y le vas a agregar tres días más para estar seguros.
Comenzamos reír con la pequeña, mi hermano tiene cada ocurrencia.
-Bueno, pero me tienes que compar helados.- dice la niña mientras se cruza de brazos y negocia.
-Necesito un abogado, esto es chantaje.- dice mientras se pone de pie.
Yo solo puedo reírme de toda la situación.
-Flasback-
Estábamos en la sala de casa mirando la tele cuando Deidara nos interrumpe.
-¿Itachi estas ocupado?- pregunta el rubio.
-Si lo estoy.
-No estás haciendo nada importante, yo en cambio necesito tu ayuda con un trabajo.
-No creo que pueda en estos momento, tendría que revisar mi agenda.- Itachi hace como que toma un libro imaginario y comienza a dar vuelta las páginas. –No definitivamente estoy muy ocupado hasta el 2035.
Estas cosas son muy normales en mi vida, estoy rodeado de niños.
-Vamos hombre, ayuda a un camarada, a tu cuñado favorito.
Itachi lo piensa y suspira. –No lo sé, no me convence, estoy muy a gusto al lado de mi novia.
-Te compraré dangos.
Y justo en ese preciso instante es cuando mi hermano pierde la guerra. -Dangos diarios, por un mes.- dice.
-Vamos hermano, me dejaras en banca rota la primera semana.- chilla el rubio.
-Ok, seguiré ocupando mi valioso tiempo con ella, suerte para la próxima. -No, no espera.- este me mira. –Saku tú novio no me quiere, acepto.
-Fin del Flashback-
Esta situación me traía tantos recuerdos de ellos dos que me apiadaba del pobre.
-Cerezo, di algo.- me decía este mientras hacía pucheros.
-A mi no me metan.- Dije. –Obito tiene trabajo en el bar, creo que hay una fiesta privada, me envió un mensaje cuando estaba en el hospital, se iría temprano, así que me llevan al trabajo y tu pagas tu deuda con Sarada, ¿Van a estar bien?
-Okey pioja, solo seremos nosotros así que pediremos mesa para dos y mucho helado.- dice y Sarada asiente con la cabeza.
El reloj de la cocina marcaba las 7pm, duche a Sarada y la aliste para su cita, para las 8 ya estábamos todos listos.
Nos subimos todos al auto y nos fuimos al hospital, al llegar me despedí. –Se me portan bien, y no se duerman tarde, en la mañana los veo. –me despedí de Sarada con un abrazo contorsionada y muchos besos. Después bese la mejilla de mi hermano y baje del auto, los despedía con la mano desde la acera.
Al entrar me encontré con Hinata.
-¡Buenas noches doctora Haruno!- dice esta mientras marca en la planilla.
-¡Buenas noches!- saludo. –Dime Sakura, por favor.
La noche comenzó muy tranquila, la sala de emergencia estaba calmada, a eso de las 3am dimos muestra ronda por la sala y vimos a los paciente, decidimos subir al piso de la cafetería, cuando llegamos nos pedimos un café y mientras nos lo tomábamos íbamos bajando a urgencias cuando el alto parlante sonó.
¡Doctora Haruno a emergencia accidente automovilístico, repito Doctora Haruno a emergencias accidente automovilístico! Se escucho por la bocina.
En ese momento tire mi café en uno de los basureros y comencé a correr por los pasillos junto a Hinata, llegamos justo cuando las puertas de este se abrían y entraban los camillero.
Me acerque a la camilla y saque de mi bolsillo la linterna que uso para ver reflejos. –Informe. –ordene mientras chequeaba las respuestas de las pupilas.
-Accidente automovilístico, contusiones de segundo y tercer grado, trauma torácico, posible pulmón perforado, lesiones a la altura de la cabeza, cuello y cara, fractura de la pierna derecha y brazo izquierdo destrozado, posible lesión cerebral, signos vitales cayendo.- dijo la camillera.
-Quirófano listo doctora.- dice la chica a su espalda.
-¿Quién es la víctima?- pregunte a los camilleros.
Me sorprendí cuando Hinata respondió. –Uchiha Sasuke, doctora.
-Den aviso a sus familiares.- indique antes de entrar a quirófano.
°Sasuke°
-Horas Antes-
Salí de ducharme y me encontré con Naruto, con un enorme moño de regalo en mi cama.
-¿Quién te dejo entrar?- pregunte.
-Es loco llevas saliendo con mi prima qué unos dos tres años y nunca le has dado llave.- dice mientras me mira. –Le pedí las llaves a Hina.
-Tendré que hablar con el portero.- digo riendo mientras entro en el placard.
-Vamos hombre ¿Qué demonios pasa con mi prima?- cuestiona Naruto.
-Que quiere que te diga, se supone que hoy le pediría matrimonio o al menos era lo que tenía pensado hace algunos meses, pero últimamente está muy rara, distante, se que algo está ocultando y no tengo ni la menor idea de lo que es.- digo esfumando la idea de mi cabeza. –La verdad no quiero pensar en eso, hoy quiero divertirme.
-¿Quieres que hable con ella?- pregunta mientas se saca el moño que traía puesto.
-No amigo, solo dejare mis tontas ideas de matrimonio de lado, tomaré una buena botella de cerveza y me divertiré el resto de la noche.- digo mientras busco entre mis jeans y tomo uno negro, me lo coloco y tomo mis converse negras, tomo una remera negra que tengo a mano y mi campera de cuero negra.
-Pensé que habías dejado tu etapa oscura en la adolescencia.- dice divertido.
-Que te puedo decir el negro es mi color.- digo mientras recojo mi pelo en una coleta.
-¿Así que dejaras crecer tu cabello de nuevo?- pregunta mientras frunce el seño.
Lo había considerado en mi estancia en los ángeles pero al final decidí que el largo ya no iba conmigo pero lo mantenía lo suficiente para hacerme una cola o rodete.
-Vamos o llegaremos tarde.- salimos de mi habitación.
-Hina te mando esto, y dice que hoy le toca trabajar pero quiere que te la pases en grande por los dos.- me entrega un regalo envuelto en papel azul que parece un videojuego y efectivamente era el último juego de guerra que salió al mercado.
-No le vasto con organizarme la fiesta.- digo mientras dejo el regalo sobre la isla de mi cocina.
Tomo mis llaves, la billetera y el móvil que guardo en mi bolsillo y luego salimos del departamento, tomamos el ascensor hacía el estacionamiento del edificio y salimos rumbo al bar.
Al llegar Kiba nos recibe con un par de cervezas en la mano, el cual tomamos.
-¡Porque sigas siendo el alma de la fiesta Sasuke!- grita Neji y todos alzamos nuestras bebidas.
La noche trascurría de lo mejor, Karin llego un momento después de nosotros y se sentó en la barra, intente acercarme y después de muchos intentos y que me ignorara decidí seguir con la fiesta y comencé a beber más de la cuenta, esta recibió una llamas y se dirigió a la salida, la sigo y veo que camina hasta un auto estacionado en la entrada, esta se sube y besa al conductor, y se ponen en marcha.
Intento subir a mi auto y cuando lo logro salí en la dirección por donde se fueron, quería confrontarla y pedirle explicación de todo esta mierda.
Sabía muy bien que mis condiciones no eran muy óptimas para manejar, pero en caliente uno no piensa muy bien las cosas.
Comienza a llover y la autopista comienza a tornarse peligrosa, todas mis alarmas de peligro se encienden pero el enojo y el alcohol consumido no me dejan detenerme.
Cuando por fin los alcanzo en una curva cerrada pierdo el control, comienzo a dar tumbos, el parabrisas se hace añicos y ya no recuerdo nada solo una negrura que me abraza.
°Sakura°
-En Quirófano-
-Hinata necesito que traigas el rayos x portátil.- ordeno.- Necesito dos volúmenes de sangre o- y que comiencen a limpiarlo.- le indico a una de los ayudantes mientras que con las tijeras comienzo a deshacerme de la ropa.
-Oxigeno en 60 y bajando.- avisa un asistente.
-Vamos a entubarlo.- otro asistente me alcanza los implementos.
Llegan con el aparato y tomamos las imágenes.
-El esternón está intacto pero una costilla perforo el pulmón... procedamos con cautela, necesitamos entablillar la pierna y brazo, su cabeza no tiene fracturas, pero sus ojos recibieron un grave impacto, doctora Hyuga, se que esta no es su rama pero la necesito aquí y ahora.- le dije a la chica que esta frente a mí, esta inhalo aire y su miedo se transformo en determinación.
Cada procedimiento era con el mínimo detalle, asegurándome que todo volviera a su lugar pero con agilidad, Hinata pudo seguir mi ritmo y poco a poco el paciente volvía a estabilizarse.
Habíamos retirado todo el cristal del cuerpo y la cara.
Cuando la operación termino me recosté en la pared y me deje caer viendo como sacaban la camilla con el paciente.
-Gran trabajo el de todos.- dije al incorporarme.
Pasamos a la sala de esterilización y me retire la ropa ensangrentada lave mis manos y me dispuse a salir a donde se encontraban los familiares a la espera de noticias.
Hinata me alcanzo a la mitad del camino y se inclino. -¡Muchísimas gracias doctora Sakura! Salvo la vida de mi primo.
-Es mi trabajo.- caminábamos hacia la sala y nunca en toda mi carrera había visto tanta gente esperando noticias.
Alguien caminaba de un lado a otro, otros consolaban a otros, una mujer rezaba junto a un hombre, pero todas las personas posaron sus miradas en nosotras al instante que entramos.
-Hinata, Sasuke tuvo un accidente.- se acerca un chico rubio y la tomo de los hombros.
Me sorprendí por un segundo pero volví a mi temple de doctora.
-¡Supongo que todos son familiares de Uchiha Sasuke!- digo.
Un hombre se levanta. -Hace horas que espéramos algún tipo de noticia sobre nuestro hijo, pero no hay caso.- dice este.
-Soy la dctra. Haruno, estuve a cargo de su operación, ya está fuera del quirófano pero no de peligro, fue trasladado a la unidad de terapia intensiva con monitoreo constantes, logramos el 100% de la extracción de los vidrios del parabrisas que estallo en su cuerpo y cara.- tome aire y proseguí. –Esperamos que evolucione favorablemente y reciba bien el tratamiento que garantizara una sanación optima, lamento informarles que solo una persona puede quedarse con él y si lo quieren ver solo se puede de a uno ahora y después en los horarios de visitas. El joven Uchiha, va a estar bien.- dije.
-Gracias doctora por salvar a mi tonto amigo.- se inclina el chico rubio.
-Por favor acompáñalos a la sala.- le dije a Hinata. –Necesito que alguien venga conmigo a completar ciertos datos del paciente.- el chico rubio insistió en ir conmigo y dejar a los padres que vallan con Hinata.
Después de completar la planilla seguí con mi guardia y sin darme cuenta mi turno llego a su fin, la sala estaba ahora vacía salvo por el chico rubio y el padre del joven, marque junto a mi compañera y esta se quedo con ellos y yo salí del hospital. Óbito me esperaba junto a su auto con café.
-¿Noche difícil?- pregunto este mientras me acercaba el vaso descartable.
-Las noches de guardias no son fáciles.- lleve la bebida a mi boca y le di un sorbo. Entre en el auto y vi como este lo rodeo y entro en el lugar del piloto.
-¿Qué pasa?- me miro sorprendido.-T e conozco demasiado.
-El paciente que atendí hoy se apellida Uchiha, obasan era Uchiha, tú eras uno y Itachi era otro Uchiha ¿No es demasiada la coincidencia?- pregunte.
-Obasan me adopto, no se quienes son mis verdaderos padres.- este puso en marcha el auto. –La verdad no sé si ellos tenían consanguinidad, éramos compañeros de curso, pero no teníamos relación hasta que ustedes dos comenzaron a salir.
Miraba el paisaje urbano mientras me absorbía en mis pensamientos, hasta que el carro paro en la entrada de la casa.
-Se que tienes muchas dudas acerca de este tema.- dice apagando el coche. –También se que en este tiempo que ha pasado no lo has dejado de querer, también sé que si él volviera le rompería la cara pero en tu corazón no mando, pero es hora de avanzar peque, debes soltarlo.- me abrazo.
-ojala pudiera traerlo de vuelta, pero se esfumo, perdí su rastro hace tres años ya.- digo y no puedo evitar llorar.
-Flasback- de Obito-
Entrando en el cuarto universitario.
-Esto te mando Saku.- digo mientras abro la puerta. –Itachi.- escucha que tosen en el baño.
Cuando entro veo manchas de sangre en el lavado y el váter, este lo mira mientras sangre se escurre por su mano.
-Tenemos que ir a un hospital.- me acerco.
-Nada de hospitales, no quiero volver todavía...- dice mientras vuelve a toser y más sangre se escurre.
-Estás loco.- grito.
-Busca en mi escritorio hay un frasco con medicina.- salgo corriendo para el cuarto y busco sobre el escritorio y vuelvo al baño.
Salgo y espero en la silla junto a la cama.
Itachi sale. –Se suponía que nadie lo debería saber.- se sienta en la cama.
-¿Por qué no quieres ir a un hospital?- cuestione enojado.
-Porque ya sé lo que tengo y si voy me harán que me quede y moriré en el hospital. Es egoísmo querer disfrutar más, querer estar un poco más de tiempo a su lado.- dice. –Obito júrame que no se lo contaras, júrame que no la harás preocuparse por esto, no quiero condenarla con esta enfermedad.
-Lo que me pides es demasiado Itachi.
-Fin del Flashback-
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