Capítulo 8
OWEN
Soy un idiota. Un completo imbécil. Otra vez dejé que su figura invadiera mi espacio, alterando mis pensamientos por leves pero preciosos instantes. Aunque haya cosas que me agraden, no puedo negar que me sentiré aliviado cuando termine la misión y me vaya de este mundo: no solo me siento débil físicamente aquí, sino que soy completamente vulnerable a estímulos externos. Sobre todo, cuando se trata de Emma Cusnier. Esa criatura es la mismísima diosa de la destrucción; y definitivamente no está haciendo fácil mi cometido: es terca, testaruda y, aunque logro molestarla, no puedo provocar que demuestre quién realmente es. Aun cuando tengo su diario íntimo, no estoy encontrando pruebas que la involucren como para llevármela al Cielo.
Entro a mi cabaña hecho una furia y cierro la puerta sin ningún cuidado. Estoy enojado con ella, con Emmanuel, con todo el maldito mundo de los ángeles. Y, ¿lo peor?, también conmigo, que parezco incapaz de controlarme cuando ella está cerca de mí.
Es una jodida mierda.
Quise salir para provocarla, para acércame más a su verdad; pero terminé acercándome a sus labios pecaminosos. ¡Estuve tentado a besarla por pura curiosidad! Haber escuchado tantas historias sobre besos me dio curiosidad, pero no tengo olvidar que ella no es humana. Ella es una inmunda criatura que está caminando sin permiso por este mundo, amenazando con la vida pacífica de muchos. Los Vengadores lo sabemos bien. Yo lo sé bien, y no debo olvidarlo.
Si tan solo simplemente fuera humana...
No. Aun así estaría prohibido.
Soy un Liv y no debo olvidar lo manchado que está mi apellido por culpa de mi padre. Josha traicionó a mi pueblo, y yo estoy aquí para reivindicar nuestro honor, no para cometer sus mismos errores.
Y todo me lleva a ella.
La falta de marcas en su cuerpo la ayuda a esconderse de mí y de todos los que la buscamos alrededor de la Tierra, pero sé que es ella. Sé que no es inocente por mucho que lo parezca con sus largas pestañas, ojos grandes y labios gruesos. Estoy seguro de que Emma lleva el mal por la sangre y es por eso que debo ayudar a los míos a cazarla. No ha captado mi indirecta sobre el Cielo, lo que me lleva a reforzar mi teoría de que creció en la ignorancia de nuestro mundo, y eso me da una gran ventaja.
Tal vez me sienta atraído por ella físicamente. Esperaba que la atracción fuera mayor y mejor que en el Cielo, pero no que justo me fijaría en ella. Es un asco que no pueda controlar qué siente mi cuerpo, porque hoy verdaderamente estuve cerca de llegar a sus labios y ese hubiera sido un pésimo error.
Tendría que haberme relacionado con alguna humana, tal vez así ahora no sentiría el deseo que tengo. Pero preferí terminar la misión lo más rápido posible. Y eso haré: Emma Cusnier nunca será una distracción. No otra vez.
Me dirijo nuevamente hacia su diario con la idea de seguir buscando alguna prueba que me lleve hasta su oculta verdad. Me recuesto sobre la cama para leerlo y, a pesar de que el cansancio me acosa, sus palabras me atrapan y rompo mi promesa una vez más.
Cuando termino el diario de Emma estoy contrariado. Allí no habla de demoler mundos, sino que escribe sobre cómo destruyeron su corazón en más de una ocasión. No escribe sobre catástrofes apocalípticas, pero sí habla de las veces que pareció llorar océanos por situaciones vividas en el colegio. Nunca cuenta sobre su idea de dominar razas, sino de cuán sola se siente incluso teniendo amigas.
Casi siento empatía con ella porque, joder, que no era eso lo que yo esperaba encontrarme.
¿Y si verdaderamente estoy buscando mal? Tal vez me haya equivocado con Emma... Hay probabilidades de que sea un señuelo más sin siquiera saberlo y eso hace que apriete mi mandíbula para contener mi descontento. ¡Y una mierda! ¿Y si le eché la bronca a la chica que no debía? Porque definitivamente ella no aparenta ser lo que me dijeron.
La observé durante semanas y no alcancé a ver ningún rastro de la malicia que los Conservadores relataban. La chica solo es algo torpe y tímida, pero eso no la convierte en el ser indeseado que mi mundo anda buscando.
Pero ¿y si lo es?
Entonces ahí no tendré más remedio que acusarla culpable y sentenciarla al peor destino. Y, por el bien de Emma, ojalá no lo sea.
Sé que debo ser más inteligente, reforzar mi estrategia y no dudar, porque ahí está el fracaso. Ya fallé una vez, con Aeraki, cuando la vi con ese demonio. No debo cometer el mismo error. Así que no creeré en el diario ni en la inocencia de la sospechosa, ya que podrían ser perfectamente una distracción. No la subestimaré ni la dejaré de molestar, pero tendré más tacto.
Pero pienso otra vez en ella, en cómo se comporta, y realmente no creo que esté fingiendo. Mi teoría de que, tal vez, no sabe quién es, cada vez cobra más fuerza.
¡DÍGANME EN COMENTARIOS QUÉ OPINAN!
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