Capítulo 17
No sé si reírme o llorar, tampoco si debo quedarme a escucharlo o llamar a alguien que pueda ayudarme. Él me está esperando fuera de la cabaña, probablemente ya vestido, mientras que yo sigo dándole vueltas al asunto. Estoy encerrada en mi habitación, con la ropa seca ya puesta, pero sin ganas de salir.
Él no fue honesto conmigo; me mintió en algo tan simple como su nombre, su propio nombre. Todo este tiempo pensé que era alguien que no era, y si pudo mentirme con algo tan importante realmente no puedo imaginar cuántos engaños más ha hecho.
¿Realmente puedo confiar en Owen cuando no sé nada sobre él? A veces, la mayor parte del tiempo, es dulce conmigo. ¿Pero qué le pasa cuando no? Ahora sí quiere hablarme y contarme todo, pero ayer me pidió que no me acercara. ¿A qué versión de él tengo que darle mi confianza?
Lo peor es que me encanta estar a su lado cuando es dulce. Me fascinan sus ojos y su forma de sonreír, también su trato cuidadoso y sus bromas malas. Cielos, ¡es que él realmente me empezó a gustar hace unas semanas! Y no quiero que sea así; no quiero que me guste alguien que me miente y lastima cuando quiere.
Debo dejarlo ir, tengo que alejarlo de mí porque generalmente nada bueno sale de alguien que comienza su relación con una mentira. Pero primero voy a escuchar lo que tenga que decirme, tal vez hasta me deje conocer un poco de él. De su verdadera identidad.
De Owen Liv, no de Emmanuel.
Me reúno con Owen fuera de la cabaña. Él comienza a caminar de forma apenas audible hacia la zona desierta que, en las tardes, usábamos como punto de reunión, sobre todo cuando queríamos charlar sin distracciones. Me percato que el chico se mueve ágilmente, con una gracia que antes había notado, pero a la que no le había otorgado demasiada importancia. Ahora, con las sospechas cubriendo nuestro aire, empiezo a preguntarme sobre él, sabiendo que me da miedo qué es lo que pueda descubrir.
¿Desde cuándo permito que un desconocido me guíe hacia una zona donde generalmente nunca hay nadie? Está bien, no es algo que no haya hecho antes con él, pero hoy es distinto: ahora es alguien que creía conocer, no el chico que me dio un beso que me hizo volar.
Dudo si seguirlo o no, porque realmente el no saber qué es verdad y qué no de Owen me pone de los nervios. Incluso me resulta extraño pensar en ese chico con otro nombre.
―Estarás bien ―me asegura él al notar que yo no lo sigo―. Quiero mostrarte algo, pero no puedo hacerlo en un lugar donde me pueda ver más gente. Es importante, Emma.
Arrugo mi nariz. Algo en su voz parece roto y es imposible no sentir que destruye también algo en mí. Desconocido o no, yo me había llegado a sentir realmente cerca de él.
―Importante es que me mentiste y no sé qué creer de ti ―atino a decir, recordándole que ahora no tiene mi confianza, como si quisiera plegar un escudo que, por culpa de mi ingenuidad, antes no estaba protegiéndome.
Los ojos azules del chico brillan como el sol que está apareciendo entre las sierras, con la misma intensidad del fuego. Puedo distinguir enojo, frustración en deseo en él; nunca había conocido alguien que pudiera expresar tanto con una simple mirada, con un solo gesto.
―Confía en mí ―parece rogar.
―¡Eso ya lo hice! Y lo arruinaste.
Owen chasquea la lengua y camina unos pasos hacia mí. Intento retroceder, pero él es rápido y termina tomándome de los hombros con aparente angustia.
Nos quedamos quietos por unos breves segundos, contemplándonos como si allí estuviéramos bajo un chorro de agua fría que activa las emociones que no me sirven si necesito estar enojada. Sus labios se curvan en un leve puchero involuntario y su frente se arruga, provocando en mí ganas de posar mi mano sobre ella solo para desarmar los pliegues.
Descubro su cuerpo cerca del mío, no tanto como otras veces, pero sí lo suficientemente como para sentir ganas de abrazar a ese desconocido y preguntarle si hay algo en el chico que conocí que no fue parte de su mentira.
Joder, realmente me estaba gustando. De verdad que había comenzado a sentirme atrapada por él, atraída como un imán de forma ciega e inocente.
Fui tonta al permitir que se acercara con tu forma tan confiada de ser, que me atrapara con sus sonrisas y su personalidad y cautivara mi corazón en el momento menos esperado. Cielos, ¡estoy siendo boba ahora que sus ojos han vuelto a captarme!
Owen Liv me engañó fingiendo ser otra persona y, por ende, no es de fiar, pero mi cuerpo parece no querer comprender esa premisa. Mi corazón sigue acelerándose con cada segundo de silencio danzante entre él y yo, y todas las palabras que tal vez están siendo silenciadas en este preciso momento.
―No volveré a arruinarlo, Honey ―promete sin dejar de mirarme a los ojos. Por un momento olvido de respirar―. Tengo mucho que desconoces por razones que ni imaginas, pero quiero que conozcas a mi verdadero yo.
Alzo una ceja. A mí también me gustaría saber sobre su verdadero él. Es más, me habría gustado saber antes.
―¿Y no puedo conocerlo acá?
Owen niega con la cabeza.
―No, no puedes ―contesta seco y tironea suavemente de mis manos. Por un primer momento parece que me dejo llevar, pero aprovecho esa creencia para soltarme de su agarre. Owen se vuelve hacia mí y extiende nuevamente una mano―. Acompáñame, por favor.
―¿Y cómo sé que no estás loco y estás intentando matarme o algo así? ―indago sin demasiada cautela.
―¿Estás de coña, verdad? Si hubiera querido matarte, ya lo habría hecho ―responde él, levantando solo un poco la comisura de su labio. Cuando ve mi cara de espanto, borra rápidamente ese gesto y retrae su mano hacia él, incluso pareciendo avergonzado―. Vale, puede que eso haya sonado mal. El punto es que no, Emma. Nunca estuve tan cuerdo en mi vida, ¿sabes? Lo que menos quiero es hacerte daño. Yo quiero protegerte.
―¿Protegerme? ―La garganta se me seca cuando hablo, así que me la aclaro. En ese mismo segundo siento una oleada de frío recorrer mi cuerpo que me hace tiritar. Owen se quita su chaqueta y me la extiende, como si el frío no le afectase en lo más mínimo. Finalmente la acepto y, al ponérmela, el calor de Owen me abraza como si él mismo estuviera haciéndolo.
―Sí. Cierra los ojos, por favor ―demanda con intensa dulzura―. Ciérralos y verás de qué te hablo.
Y, sin poder evitarlo, solo basta con pestañear para que suceda.
AHORA SÍ.
QUIERO ANUNCIAR QUE OFICIALMENTE APROBÉ LAS PRIMERAS MATERIAS DE MI CARRERA UNIVERSITARIA. Hoy me dieron las notas y les juro que lo primero que pensé fue: ¡VACACIONES+ESCRIBIR+TERMINAR OJOS DE CRISTAL!
¿Y qué mejor que celebrarlo con la primera actualización de las últimas que vendrán?
Esta historia ganó un lugarcito importante en mi corazón y, de veras, espero que en el de ustedes también. Les agradezco mucho por haberme hecho "el aguante" esperando, por haber sido tan amables y haberme brindado su apoyo.
Fue un cuatrimestre duro en la universidad porque me tocaron materias que no pueden ir juntas si uno quiere salir entero. xD LA CUESTIÓN ES QUE SOBREVIVÍ Y LLEGUÉ PARA QUEDARME HASTA EL FINAL.
La pregunta ahora es: ¿están listos para decirle adiós a Ojos de cristal?
No se alarmen, que faltan varios capítulos. <3
LOS AMO, HONEYS. GRACIAS POR TODO LO QUE ME BRINDAN CON SUS MENSAJITOS, DIBUJOS Y TANTO AMOR. ME ALEGRAN EL CORAZÓN Y EL ALMA.
Grandes cosas vendrán. <3
-Bri. :) <3 (que los ama, ¿lo saben?)
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