Yongie se sorprendió con el abrazo sin embargo no se separó sí algunos minutos disfrutando de aquella calidez que la muchacha despedía.

- Siento mucho que hayas tenido que pasar por todo esto, te entiendo perfectamente, sé lo que es estar Perdidamente enamorado de alguien y finalmente ver cómo tus sueños se desbaratan enfrente de ti, es algo que, no le deseo a nadie, es algo indescriptible el dolor que se siente, es lo más horrible que puede pasar un ser humano -

Así pasaron algunos minutos con los dos muchachos abrazados hasta que Dana reaccionó y lo soltó suavemente desviando su mirada Por un instante y posteriormente se armó de valor nuevamente y lo miró a los ojos.

- Perdóname, creo que no debí de...- El muchacho la interrumpió - No te preocupes, entiendo fue la calidez del momento y además, créeme, que ese abrazo me ha ayudado mucho, me ha reconfortado más que las palabras de muchas personas en muchos años.

- Dana lo miro y el agrego un - Gracias - La joven tímida respondió - gracias a ti, por todo lo que estás haciendo por mí. No sé cómo te lo voy a pagar, ni siquiera empleo tengo! - los dos jóvenes rieron y el ataque de risa provoco una punzada en el cuello de ella, quien combinaba la risa con gemiditos de dolor.

- No te preocupes, ya veremos la manera en que me lo repongas. Tú tranquila. - Dana asintió y el muchacho continuó - creo que lo mejor por ahora será que descanses un poco, finalmente ya es algo tarde y mañana vendrán por ti muy temprano para hacerte todas las pruebas que tienen que hacerte, deberías de dormir ya -

- Sí - dijo Dana - creo que, estoy un poco cansada. Tú también deberías de hacer lo mismo, llevas aquí todo el día. Oye, ni siquiera comiste!!! - dijo angustiada, el sonrió tranquila y reconfortantemente

- No te preocupes, antes de nuestro pequeño accidente había comido ya. En este momento no tengo tanta hambre - dijo y ella respondió - Si, pero yo me quedaría más tranquila sí sé que vas a cenar algo y tú también deberías descansar. Porque no vas a tu casa y te duermes un poco?

El la miró y contestó inquieto - Pero si se te ofrece algo aquí? Si necesita algo el médico? Quién va a ir? - dijo con mucha ternura

-No te preocupes si eso pasa me aseguraré de que te llamen - dijo Dana y el muchacho agregó - ya tienen en recepción mi número - Dana sonrió y asintió - Perfecto. Espero que no sea necesario. La verdad es que ya estoy bastante apenada por todo lo que has hecho por mí y lo que menos quiero es seguir molestándote - exclamó con verguenza la joven.

- No es ninguna molestia para mí. Finalmente tú me salvaste de estar en el lugar en el que estás tú. Lo menos que podría hacer por ti, sería cuidarte, no crees? - dijo Yongie y Dana respondió sonrojada - Pues creo que no lo sé, pero me sentiría mejor sí sé que estás en tu casa descansando y que ya cenaste. - añadió Danita con un puchero.

Yong Hwa sonrió - Bien, entonces así lo haré, tienes tu celular a mano? -

- Pues sí está en mi mochila pero no la he visto desde hace, bueno, muchas horas - dijo Dana y el joven respondió - Está en aquella silla voy a anotarte mi número de celular y voy a guardar el tuyo y así cuando llegué a mi casa cuando ya haya cenado y esté descansando, te mandaré un mensaje para que estés tranquila. Te parece bien? - dijo y esbozo una hermosa sonrisa que Dana correspondió - Me parece perfecto- añadió ella

- Entonces así lo haré. Ahora te dejaré descansar, pero te prometo que mañana muy temprano estaré por aquí nuevamente - le dijo a Dana y ella agregó rápidamente - No deberías molestarte. Supongo que tú tienes mucho trabajo que hacer - El sonrió consecuente - No te preocupes, no es ninguna molestia, las ventajas de ser un jefe!!! Puedo ir a mi trabajo y si no quiero no -

Dana sonrió tímida y agachó la mirada nuevamente - De nuevo gracias Jung Yong Hwa -

- De nuevo te repito que no tienes nada que agradecer Dana Mar - dijo el muchacho, haciendo una reverencia, se acercó a ella y finalmente le tomó la mano despidiéndose de ella con un suave pero firme apretón

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Jung yong hwa llegó a su casa un poco cansado después de la larga jornada que había tenido en el hospital acompañando a Dana.

Lo primero que hizo al entrar, fue disponer a darse un baño después de un largo y reconfortante baño se envolvió en su toalla, fue a la cocina y comió lo primero que sacó del refrigerador.

Mientras comía pensaba en Dana, si ya había cenado, sí estaría descansando.

Recordaba todas las palabras que le había dicho aquel hombre que había ido a verla en la tarde, al recordar cada una de las palabras que le dijo, sintió una opresión en el pecho.

Podría decirse que el mismo dolor que había sentido Dana.

Después recordó la reacción de la joven, cuando él le contó su historia de amor y no pudo evitar esbozar una ligera sonrisa, acompañada de una lágrima en un sentimiento un poco ambiguo, ya que aún le producía mucho dolor recordar tan terrible momento y aquellos años en los que sufrió su pérdida, pero ahora, por alguna extraña razón, Dana reconfortaba su corazón y lo hacía sentir mejor.

Aquel abrazo, aquel simple abrazo, había sido en verdad para el, mucho más útil que todos los años que había pasado en terapia psicológica, cuando lo hablará con su terapeuta, ella no lo iba a poder creer, ante ese pensamiento esbozó una sonrisa nuevamente y noto, hacía tantos años no sonreía tanto.

Se dispuso a dejar el plato en el fregadero e ir a descansar. Sin embargo a pesar de todo el cansancio que sentía en ese momento, no conciliaba el sueño. Se acostó en la cama y no puedo más que dar vueltas y vueltas revolviendose entre las cobijas, ya que acordarse de Dana y sus palabras, de sus ojos, de su sonrisa, del cariño y la ternura que despedían de cada mirada y cada palabra le quitó el sueño por completo.

- Qué me está haciendo esta niña, ni siquiera la conozco y no puedo dejar de pensar en ella, no puedo esperar por verla mañana nuevamente. -

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Al día siguiente, Yong Hwa salió apurado de su casa, rumbo al hospital.

- No puede ser que me quedara dormido. Dana ya debe haber pasado a los estudios. - Pensaba mientras dejaba su bicicleta encadenada y entraba al hospital, caminando a la habitación de Dana.

Al entrar, vio la cama vacía y en un principio se alarmó, pero después de analizarlo, concluyó que seguía siendo examinada. Decidió esperarla sentado en el silloncito y entonces su celular comenzó a sonar

*LLAMADA ENTRANTE DE MAI LI*

- No crees que es demasiado temprano para amargarme el día? - dijo el castaño al responder

- Buen día también para ti querido, padre quiere saber si vendrás hoy a cenar - dijo la joven con altanería

- Mmm, no lo sé, debo considerar si quiero una indigestión nocturna...QUERIDA - dijo Yong Hwa - Además, tengo un montón de trabajo, saldré tarde hoy - agregó con un tono sarcástico

- Bien, espero que sea así, por cierto, como sigue la...niña...que fue atropellada por rescatar tu trasero de ser derribado por un montón de cajas - Dijo ella inquisitiva a lo que Yong enmudeció con asombro - - - Si, no te encontraba y le pregunté por ti a Min Hyuk, me lo dijo todo, mira que debe ser estúpida, arriesgar su integridad física, por un desconocido, pff, jamas -

Y él respondió sarcástico - Por supuesto que no, se llama hacer algo desinteresado por alguien más, tu no sabes lo que eso significa -

- Cómo sea Yong Hwa, el trato para ayudarte a llegar a donde estás y no revelar tu sucio...secretito...era que debías casarte conmigo y me estoy impacientando. - Yonghwa apretó la mandíbula y apenas audible pronunció un - Lo se -

- Por hoy, te perdono, pero mañana, espero verte en la noche - colgó y Yong Hwa aventó el celular junto a el, sobre el sillón

- Cuando podre librarme de ti, Choi Mai Li - pensó mientras se recostaba, cerró los ojos y cayó dormido

Luego de una hora, entraba a la habitación una enfermera empujando una silla de ruedas donde Dana iba sentada.

- Bien Señorita Mar, revisaremos todos los estudios con su médico y él vendrá más tarde a informarle sobre los resultados - dijo sonriendo y ayudó a la muchacha a levantarse para acercarse a su cama

- Si muchas gracias - dijo poniéndose de pie y miró al guapo joven durmiendo en el sillón.

- Señorita, podrian, cuando traigan el almuerzo, traer para dos personas? - dijo sonriendo con ternura

- Desde luego, con permiso - dijo y se retiró.

Dana se levantó de su cama y se acercó al bello durmiente. Sentándose en el descansa brazos, miró fijamente al muchacho, con ternura y pensaba mientras miraba sus labios - Eres tan hermoso que apenas puedo creer que te conocí - Y lentamente comenzó a acariciar su mejilla y mover algunos cabellos que caían sobre sus ojos

- No, no, tranquila - pensó en voz alta y esto hizo que Yongie despertara asustado ante esa aseveración. - No que? Estas bien? Te duele algo? - dijo poniéndose de pie como resorte

- Si, no, vaya. Estoy...bien. Siento haberte asustado - dijo apenada y él se tranquilizó

- No te...preocupes. Cómo te encontraron. Esta todo bien? - dijo el joven curioso

- Creo que si, no se, en un rato vendrá el médico. Cómo estas. Me quede muy angustiada porque no me avisaste que llegaste bien a tu casa. O, lo siento, supongo que viste a tu novia ayer. Perdona - dijo sonrojada con la mirada gacha.

- No, yo, no tengo novia - dijo con una sonrisa forzada pensando - QUE DEMONIOS ACABO DE HACER!!!