~ Capítulo único ~
¡Hola! ¿Cómo están? Espero que bien.
Para los que me conocen, saben que mi personaje favorito es y siempre será Jean Krischtein ❤️, y sino, ahora lo saben.
El capítulo 138 me dejó tan destrozada en muchos sentidos, el principal, fue por Jean y Connie 💔 fue tanto, que por ello desaparecí un rato, mas sumarle problemas personales.
Si bien sé que la obra de Isayama es de esperar cualquier muerte, no estaba preparada 💔, aún tengo esperanza ✨ y de no ser escuchada, este pequeño escrito es una forma de desahogar parte de mi dolor y quiero compartirlo.
⚠️ Les recuerdo que es un escrito con spoilers del manga 138 de SNK, bastante triste y que leen bajo su criterio. Gracias.
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La situación era simple.
Solo debían mirar arriba y ver al ave agitar las alas tan alto y firme, dejando atrás la tierra y hundiéndose entre las nubes.
Ese era el fin.
Sí, las palabras dichas por su amigo eran claras y verídicas, increíblemente, sin pizca de miedo en ellas; como si, al final, su héroe interior estuviera agradecido.
Realmente para Jean, Connie había sido un héroe, su fortaleza de llegar tan lejos le había ganado el título bien merecido, lástima que no recibiría una medalla brillante por eso.
Connie, probablemente, pensaba que era una lástima que un héroe y líder como Jean estuviera ahí, en el peor momento, rodeándose del humo que él tanto conocía, su amigo debía de vivir, había llegado tan lejos dejando sus sueños atrás.
No solo Jean era consiente de ello, Connie también lo sabía muy bien.
La sonrisa de Connie se dirigió a Jean con cierta alegría oculta en la tristeza, ni siquiera el miedo a lo, lamentablemente conocido, se mostró ante su cruce de brazos por la espalda.
Un abrazo final entre amigos.
Jean pensó que debía responder al «fin» del que Connie hablaba, y con pesar en su boca firme, alzó la vista mirando al ave perderse.
—Es el camino de la Legión.
Palabras simples que no debían tener respuesta, como si el simple enunciado cerrara su conversación para siempre, esperando el tan triste efecto, pero Connie no silenció su habla.
—¿Recuerdas Jean... —ambos se miraron —... nuestra graduación? — el brillo en los ojos de su amigo fue atrayente para Jean, como si eso le obligase a responder.
—Si...
El extraño correr de electricidad lo sintieron, pero nada ocurrió, parecía que su cuerpo comenzaba a reaccionar al extraño humo a su alrededor, junto a las lágrimas del resto de adultos, y una niña aferrada a sus padres mientras perdía de vista al ave en el cielo, a su amigo.
—Salvamos el mundo por ti.
Connie sonrió. Jean le miró tan fijo que creyó olvidar cómo pestañear, tal vez ya no le fue posible responder, solo supo que tenía tantas cosas en la cabeza que no se atrevió a decir, le habló con la mirada, un agradecimiento de amistad sincera.
La electricidad estalló.
Los rayos de luz sucumbieron el lugar como si una tormenta se desatara entre gritos que se ahogaron hasta volverse rugidos en los cuerpos gigantes.
Su conciencia se esfumó.
Y cómo si fuese su último deseo, ambos cerraron los ojos para siempre.
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Parecía irreal su panorama, tan tranquilo y calmo, pero al mismo tiempo, vacío.
Las palabras resonantes se oyeron en su cabeza como un martilleo tratando de recordar lo que comenzaba a borrarse, ya no había necesidad.
Ambos sentían su cuerpo moverse en algo que no era suyo, una ilusión de control que no podían ver, unas ansias de comer y devorar mientras rugían. Era extraño, pero no le dieron importancia.
El final estaba descrito para ambos de cualquier forma.
Las luces se fueron volviendo nítidas hasta mirar su nuevo escenario, una realidad donde parecían volar por el cielo estando firmes al piso invisible, o eso creyeron; los pies flotaban, con las piernas dobladas tomando un impulso detrás de su cuerpo.
Jean y Connie se miraron entre sí, incrédulos.
Su propio reflejo les hizo mirar las alas detrás de su espalda, azul y blanco surcaban cubriéndola por completo, mientras aleteaban con suavidad; su asombro duró segundos, antes de dar el suspiro y simplemente aceptar la realidad.
La conciencia seguía desvaneciéndose lentamente.
Ambos pensaron en los que alcanzaron a surcar el cielo, montados sobre la gigante ave titánica para salvarse y terminar con todo, así como en los demás que seguían luchando.
Esperaban que lo consiguieran.
Armin
Annie
Mikasa
Pieck
Reiner
El capitán Levi
Y el pequeño Falco...
Y tan pronto recordaron esos nombres, tras el primer parpadeo en ese lugar, se esfumaron de sus mentes como si nada.
Se olvidaron por completo de ellos.
Jean pensó en ella, en la mujer que, posiblemente, estaría angustiada mirando al cielo rogando por su regreso; le pidió un perdón sincero diciendo el nombre de su madre, y tan pronto lo hizo, su recuerdo se esfumó también en la nada.
Las alas aceleraron el compás de su aleteo, obligándolos a alzar el vuelo a lo desconocido, antes de darse cuenta que sus manos era tomadas firmemente por siluetas que aún podían reconocer.
Ellos estaban ahí.
—Lo hicieron muy bien.
Jamás olvidarían la suave voz de su amiga de cabello castaño en coleta que les sonrió. Connie sonrió con lágrimas cayéndole del rostro, Jean solo plasmó la fisura en el rostro de una sonrisa aguantando las lágrimas, pero no lo logró.
Las lágrimas resbalaron por inercia.
—Nos quedaremos con ustedes.
La segunda lágrima cayó por su rostro mientras la sonrisa se expandía, sin duda, la tranquilidad del joven de pecas y ojos brillantes era la paz que sus almas necesitaban.
Sasha y Marco estaban ahí, y por ellos, dejaron su paz en el paraíso.
Al final, no los podrían alcanzar al tan ansiado paraíso, sus cuerpos se habían fusionado con el extraño ser hambriento rugiente, ya no eran ellos.
Ahora se habían convertido en ignorantes titanes.
—Gracias...
Jean y Connie respondieron al unísono con las lágrimas cayendo, mientras el vuelo de sus alas los impulsaba a vagar por ese espacio desconocido. Al menos, estarían acompañados.
Connie y Jean no estaban en casa, pero tampoco descansarían en paz.
Solamente volarían sin rumbo esperando algo, sin saber qué, con las conciencias libres de recuerdos.
Sin recordar nada ni a nadie.
Sin ser conscientes de la eterna pesadilla que tendrían que vivir.
Mientras cerraran los ojos no pasaría nada.
Era mejor vivir el sueño de esa realidad donde los 4 volaban juntos.
Incluso, olvidando sus propios anhelos, se aferraron a ese sueño donde sus alas dirigían sus cuerpos vacíos con mente en blanco.
Mientras el monstruo de su realidad buscaba devorar a alguien para regresar, despertar de esa horrenda pesadilla.
Solo bastaba hacer algo tan simple.
Incluso sin saber quienes eran, podían hacerlo.
Si la sonrisa de sus amigos estaba presente, ellos estaría bien.
Solo era cuestión de un acto.
Sin pestañeo alguno para vivir en esa realidad ficticia.
Solo debían mantener los ojos cerrados.
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Debo admitir que escribir esto, tan simple, me llevó dos semanas, entre el tiempo y la tristeza de conseguirlo, pero aquí está.
Lamento si los hice llorar, pero es una forma de liberar mi pesar por este gran personaje 😞💔 te amo y te amaré por siempre mi Jean ❤️ y Connie y Gabi también 💕
Este capítulo se lo quiero dedicar a estas personitas que, como yo, aman mucho a estos personajes 🥺❤️
Akobere
SummerRL
Chocolatandmint
temari05nara_
aymiki-chan
Y a todo el grupo de "Team Jean Krischtein ❤️🔥 por su amor a este/s personajes.
Muchas gracias por leer 💕 nos vemos pronto.
⚠️ Actualización: al final ninguno murió y todos regresaron 😭💔 estoy tan feliz pero no puedo creer que me hayan dejado llorando por todo un mes creyéndolos muertos 😭💔 Isayama, eres cruel pero justo.
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