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19/05
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—¿Qué acabas de decir? — preguntó el pelirrojo levantando la mirada de su tarea para mirar al mayor.
Ranpo se encogió de hombros —Quiero que me acompañes a un evento de mi universidad. Será como una exposición de varias cosas y puede ser entretenido, si vamos juntos.
Chuuya se mordió la lengua ligeramente intentando controlar la aceptación inmediata que estuvo a punto de escupir, respiró profundamente antes de negar.
—No creo, ese día estoy ocupado — se excusó regresando a su tarea, ignorando la mirada fija del otro.
—¿Por qué me mientes? — aquella pregunta lo tomó desprevenido, pero se negó a levantar la mirada.
—No estoy mintiendo, ¿por qué lo haría?
—Eso mismo quiero saber, porque me mientes, si no quieres ir puedes decirme y lo aceptaré, pero no me gusta que me mientas. — el pelirrojo no necesitó mirarle para notar el cambio en el tono de voz en su acompañante.
—Lo siento — murmuró, apoyando su barbilla en la palma de su mano.
Los labios del mayor se deformaron en una mueca molesta, antes de recoger sus cosas para irse. —Yo también tengo cosas que hacer — mencionó levantándose de su asiento —Y yo no miento.
Chuuya lo vio alejarse antes de enterrar su rostro entre sus libros, eso había sido horrible, había hecho enojar a Ranpo y sabía que fue su culpa.
—Eso fue horrible — murmuró al mismo tiempo que Tachihara quien se sentó dónde anteriormente estaba sentado Ranpo — ¿Tú qué haces aquí?
El de ojos ámbar se encogió de hombros, apoyando los brazos en la mesa para mirar fijamente a su amigo— Buscando un libro de recetas. Gin quiere hacer un pastel de limón, pero por alguna razón quiere hacerlo leyendo la receta de un libro y no del teléfono.
Chuuya asintió suponiendo que era algo entre ellos dos —Todo va bien entre ustedes eh — sonrió levemente.
—Ajá, ¿ya me dirás que pasó hace unos minutos? — preguntó no dejando que su amigo desviará el tema central a otro.
—No sé de qué hablas — negó el pelirrojo garabateando distraídamente en las esquinas de su cuaderno.
—Si, y Gin una vez no me puso una navaja en el cuello, te creo completamente querido Chuuya — exclamó sarcásticamente el chico, cosa que el otro no pasó desapercibido.
—Maldición, ¿Por qué todos parecen querer interrogarme siempre? — se quejó tirándole un borrador al otro chico el cual consiguió esquivarlo por un pelo.
—Porque cuando te dejamos pensar por ti mismo y hacer las cosas solo, tienes la costumbre de huir de tus problemas o hacer las cosas de manera impulsiva — respondió con obviedad el chico mientras se levantaba a recoger el borrador.
Chuuya lamentablemente no lo podía negar o replicar ya que Tachihara tenía razón, aún así eso no quitaba el hecho de que le molestaba.
—El cumpleaños de Dazai es en un mes — dijo dejando su tarea de lado.
—¿Qué, estás preocupado por no tener aún un regalo de cumpleaños para tu ex o qué? — preguntó sarcásticamente regresando a su asiento con el borrador en mano.
—Ese es el tema, el regalo que le tenía preparado se está complicando — murmuró agarrándose de la cabeza con exasperación.
—Me estás jodiendo, ¿Si le piensas regalar algo?
Chuuya rodó los ojos, no podía creer que su amigo no le entendiera.
—Hablo de lo que planeaba con Ranpo.
—¡Ah! De follar con Ranpo — soltó con una sonrisa al haber recordado pero solo recibió la cartuchera directo a la cara.
—¡Estamos en la biblioteca, imbécil! — le recordó Chuuya con molestia.
Tachihara se quejó mientras frotaba su nariz, estaba segundo que la punta de algún lápiz o bolígrafo se le había clavado de lleno.
—Pero entonces, ¿Por qué lo estás evitando? — preguntó inclinandose hacia abajo para agarrar la cartuchera que había terminado también en el suelo.
Chuuya estaba listo para decir algo como: "No lo estoy evitando, cállate" pero una parte de sí mismo no se lo permitió, como si hacerlo pudiera implicar más de que quería admitir.
—Creo que quizás...estamos haciendo cosas que no deberíamos, como si fueran más allá de solo el "plan" — respondió el pelirrojo en voz baja, como si se tratase de un secreto.
Tachihara intentó controlar su expresión, su amigo no podía estar hablando en serio. "Pobre Ranpo" pensó desviando la mirada, dudando en que responder.
—Déjame recapitular — se aclaró la garganta el chico antes de volver a mirar a su amigo — Te propuso follar, se han estado besando desde que accediste a follar con él en el cumpleaños de tu ex novio/su hermanastro. Han ido al cine juntos, has ido a su apartamento para cocinarle y cenar juntos. Accedió a ver toda la saga de Maze Runner contigo. Te ayuda con tus tareas, te explica álgebra y todo lo que no entiendes. Salen a merendar y a pasear en tu moto. — mencionó uno a uno, señalando cada evento con un dedo.
Aguardó unos minutos manteniendo el contacto visual con su amigo en busca de alguna señal de que entendía pero al no recibir respuesta solo suspiró.
—Nah, estás exagerando. Es obvio que todo es por el plan — dijo restándole importancia —¿Ir a un festival de su universidad? Suena a algo para que los vean juntos, ya sabes, círculo social y así, hacer creíble el espectáculo.
Chuuya dudó pero tampoco lo pensó demasiado, la verdad es que si se sintió mal al haber rechazado a Ranpo, así que se apresuró en guardar sus cosas para ir por él.
—Gracias Tachihara, te compraré un helado como agradecimiento, nos vemos — se despidió alejándose rápidamente mientras sacaba su teléfono para escribirle a Ranpo.
Tachihara le vio alejarse mientras negaba con la cabeza con incredulidad, en serio Chuuya no había notado su sarcasmo o simplemente se negaba inconscientemente a entender lo que sucedía.
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No haber tenido pareja nunca realmente le estaba pasando factura, creía que había estado siendo muy claro con sus intenciones, rozando la intensidad, pero aún así parecía que Chuuya no captaba sus indirectas.
Ranpo revisó su teléfono mientras esperaba en el pasillo de la facultad. Había estado dando vueltas con su mochila al hombro, entretenido mirando a los estudiantes que iban y venían, cuando el dispositivo vibró en su bolsillo.
Chuuya: "¿Dónde estás? Voy por ti."
Una sonrisa burlona se formó en su rostro. Claro que el pelirrojo aparecería, siempre lo hacía, aunque no supiera exactamente por qué. Ranpo respondió rápido:
Ranpo: "Frente al auditorio principal. Espero que no hayas olvidado que te dije que acepto sobornos en forma de café."
Guardó el teléfono y, tal como había imaginado, no pasó mucho tiempo antes de que el rugido de la moto de Chuuya anunciara su llegada. Se detuvo justo frente a él, quitándose el casco y mirando a Ranpo con una mezcla de exasperación y algo que no terminaba de descifrar.
—Súbete — dijo Chuuya directamente, evitando contacto visual.
Ranpo arqueó una ceja, divertido.
—¿Así nomás? ¿Sin un "hola"? ¿Sin un "lo siento por mentirte antes"? —preguntó con un tono juguetón mientras cruzaba los brazos.
Chuuya apretó los labios y frunció el ceño, claramente tratando de mantener la calma.
—Hola, Ranpo. Lo siento por mentirte antes. Ahora súbete — dijo con un tono casi mecánico.
Ranpo rió, satisfecho, y se subió a la moto detrás de él.
—¿A dónde vamos? — preguntó mientras se ajustaba el casco que Chuuya le ofreció.
El pelirrojo encendió la moto y respondió, tratando de sonar despreocupado:
—A compensarte por lo de antes. Te llevaré a un lugar.
Ranpo apoyó una mano en el hombro de Chuuya, inclinándose un poco hacia él para susurrar con un tono burlón:
—Esto empieza a sonar a una cita.
Chuuya se tensó ligeramente, pero no respondió. En cambio, aceleró la moto, dejando que el rugido del motor llenara el silencio incómodo que quedaba entre ambos.
Ranpo, por supuesto, lo notó. Y aunque podría haber seguido presionando, decidió guardar el comentario para después. Había algo encantador en cómo Chuuya intentaba mantener el control de la situación, como si no quisiera admitir lo que realmente estaba pasando. Y eso lo hacía todo mucho más divertido.
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