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NIA
Me paso toda la tarde leyendo hasta que me da hambre y voy por un café calentito. Mi madre ya ha llegado y sonríe al verme.
- ¿Qué tal el primer día? ¿Quién era ese chico que se te acerco? Puede parecer tonta o ciega pero no lo soy cariño-
- No es nadie- digo mientras termino de hacer mi café
- Es alguien, Bruno se llama pero seguro lo sabes. Es raro que se te acerque alguien si no lo conocen-
- Okey la verdad nos conocimos hace un mes en un café pero salí corriendo. Pensé que no volvería a verlo y mira las vueltas del destino, es tu ayudante- digo cansada de esa conversación monótona que viví todo el día
- Está bien, es un buen chico. Deberías hablar con él, se llevarían...-
- Mamá no empieces, seguiré leyendo- digo llevando mi café y yendo a mi cuarto.
Mi cuarto es bastante amplio, una cama de dos plazas, un escritorio, una biblioteca y una ventana con un banco donde sentarse a leer. Tomo una manta aunque no está frío, me calma. Acomodo mi vestido rojo lleno de florecitas y ato en un moño mi pelo.
Tomo Lesath de mi biblioteca y comienzo a leer con pausas para tomar mi café e imaginarme en ese mundo mágico y fantasioso, lleno de ese amor tan particular que tienen Adhara y Aiden. Quiero un amor así.
Horas después
Tocan la puerta, estoy medio dormido aún con el libro. Le coloco un señalador de imán en el párrafo y pagina que he quedado. Acomodo la ventana y me paro a abrir. Es Lea, mi hermana menor
- Ya está la cena, no te tardes. Tan aburrido era lo que leías que te dormiste- dice y ríe- Por eso yo no leo-
- Te pierdes mucho, no era aburrido sólo que tuve un día agitado-
- Como digas- dice y va hacia el comedor, voy al baño a lavarme la cara y al ver mis ojos verdes en mi mente se reproduce la voz de Bruno llamándome así. Quito eso de mi cabeza, me lavo las manos y voy al comedor.
La cena es tranquila, Lea cuenta de su primer día y de los chismes de adolescentes de secundario. Yo ya pasé por eso pero no tan bien como ella, terminamos y hoy me toca lavar junto a mamá. Agradezco que sólo se ocupara de secar los platos y no sacar nuevamente el tema de Bruno.
Bruno, por qué no puedo sacarte de mi mente. Termino, voy a mi cuarto, busco mi piyama, blanco lleno de pequeñísimas rosas. Me lo pongo, busco el libro que he dejado a medio leer y me acuesto en la cama con el velador encendido.
Leo un buen rato, tomo mi celular para colocar la alarma y veo que es casi la 1. Pongo la alarma para mañana y apago la luz. Cierro los ojos y al hacerlo aparecen los ojos azules de Bruno, intento pensar en el libro que estoy leyendo pero no lo logro. Pongo algo de música instrumental en piano y aún con sus ojos apareciendo en mi mente termino durmiéndome.
Al otro día
Me despierto por la alarma, escojo un vestido verde opaco lleno de mini florcitas blancas y un cinto para terminar el look. Que no quiera conocer gente no quiere decir que vaya hecha una piltrafa, además Miranda me mataría.
Tomo mi toallón y la ropa interior y me dirijo al baño. Cierro, me quito el piyama, abro la ducha y dejo que el agua caliente caiga por mi cuerpo. Al cerrar los ojos, la cara de Bruno viene a mi memoria. Me pongo champú, luego enjuague y me apuro pues necesito estar ocupada para no pensar en él. Me envuelvo en el toallón y me seco un poco el pelo con una toalla. Me seco el cuerpo, me pongo la ropa interior y me envuelvo nuevamente para correr a mi cuarto.
Me pongo el vestido y me miro al espejo sonriendo, esta vez dejo mi pelo suelto luego de peinarlo un poco. Me pongo unas jaguars blancas, desodorante, perfume. Tomo mis apuntes, la carpeta y los meto en la mochila. También pongo el libro que anoche no terminé y no sé bien por qué, meto Orgullo y Prejuicio.
Salgo del cuarto, voy a la cocina y me sirvo un café con leche y robo una tostada a mi madre. Mi padre y Lea ya no están en casa, se han ido hace un rato.
- Buen día, hazte tus...- empieza mi madre
- Es sólo una- digo dejando de comer y luego le doy otro mordisco- Muy rica- digo, bebo un poco de mi café y recuerdo que deje mi celu en el cuarto- Voy por mi cel- dejo la taza y me termino la tostada.
Camino hacia mi cuarto, agarro mi celular blanco con funda verde con una rosa roja grande en el medio. Lo desbloqueo y tengo un mensaje de Miranda.
Martín la va a pasar a buscar y pregunta si quiero que me busquen.
Okey, no voy a ser la tercera rueda, mando un no gracias, disfruta y ella manda emojis de besitos.
Bloqueo mi celular y voy a la cocina a terminar mi café.
- Miranda se está tardando-
- Voy en el metro, a Miranda la recogieron y yo no voy a estar entre medio de una parejita. No da-
- ¿Quieres que te lleve? Aún tengo unos minutos, si nos...-
- No mamá, no dejare que llegues tarde al trabajo. Hoy estás en la secu ¿no?- pregunto
- Sí, extrañas mi clase o quieres ver a mi ayudante-
- No mamá, mejor ya me voy- doy un último sorbo a mi café. Me cuelgo la mochila, me coloco los auriculares y salgo de casa.
Camino hasta la parada del metro y justo pasa un chico en moto, tiene la típica campera de cuero y me parece bastante sexy. Cuando llega el metro y estoy por subirme, la moto aparece nuevamente. Camino hacia el metro pero el chico se pone en frente de mí y hace una seña al chofer y se va.- Pero qué haces, acabo de perder mi transporte. Vuelve a...-
- Ya cálmate ojos verdes- escucho decir y se quita el casco, es Bruno. Sus ojos azules se fijan en mí y yo los miro con curiosidad para no tener que ver lo guapo que es por completo
- Bruno ¿qué estás haciendo?-
- Recuerdas mi nombre-
- Sí, la verdad que estoy yendo tarde a clases y no estoy de humor para que juegues conmigo-
- No estoy jugando, perdón. Sólo te vi y tuve la idea de darte un aventón pero si no quieres pues...-
- Sabes que no me queda de otra- digo y me subo detrás de él. Me pasa un casco, me lo pongo, él agarra mis manos y las pone alrededor de su estómago
- Sostente fuerte- dice y veo por el espejo que sonríe antes de bajar el visor del casco
Es lindo sentir el viento en mi cuerpo y me da un poco de escalofríos estar tan cerca de alguien que no conozco- ¿Estás bien?- pregunta, no respondo- Nia respóndeme-
- Estoy bien, sólo conduce- digo, la verdad no sé bien qué hago subiéndome en la moto de un desconocido pero la verdad no sé por qué esta vez no me siento incomoda y no estoy tan asustada como el día que nos conocimos.
Llegamos al campus, estaciona y bajo. Me quito el casco y sé que mi pelo es un desastre- Debo estar horrible- digo olvidando por completo que Bruno está frente a mí. Se quita el casco y su pelo oscuro despeinado lo hace ver muy guapo, sus ojos penetran mi figura y me siento algo incómoda. El pánico empieza a aparecer y sé que estoy a punto de correr pero él toma mi brazo
- Estás preciosa, sólo un poquín despeinada pero para mí así eres hermosa- dice y me suelta, agarra el casco de mi brazo y los guarda- Nos vemos ojos verdes- dice, besa mi mejilla y se va
Estoy por dar la vuelta para dirigirme al campus cuando alguien viene hacia mí casi haciéndome caer.
- Así que no querías saber nada, por eso no quisiste que te busquemos- es Miranda que aparece luego de bajar del auto de Martín
- No es así, fue una casualidad-
- Pero podrías decir que no- se mete Martín
- Podría pero el idiota de tu compañero dejo que el metro se fuera y no tuve de otra- digo
- Admite que no fue tan malo Nia, te conozco- dice Miranda
- No lo fue pero no volverá a pasar- digo- Los veo en el almuerzo- digo y corro a mi primera clase.
Pasan las horas y en las clases apenas presto atención pero logro tomar notas y apuntes para cuando empiecen los exámenes. Estoy saliendo para ir a almorzar con mis amigos, voy a ser sincera Martín me cae bien y se está convirtiendo en un amigo. Además tengo que llevarme bien ya que Miranda está loca por él. Camino a la puerta y un chico se acerca a mí, para mi mala suerte no era Bruno. Okey eso no suena a mí.
- Hola, soy Alejandro. Somos compañeros en clase, volví a cursar este año. Eres Nia ¿verdad?-
- Sí, em me están esperando- digo y logro esquivarlo para salir corriendo. Llego al comedor y voy a una mesa donde está Miranda junto a Martín y la chica que ayer estaba con Bruno
-Llegaste- dice mi amiga- Te compre algo- me pasa un sándwich de pollo
- Gracias- digo
- Creo que conoces a Marina ¿no?- habla Miranda
- Sí, ayer estabas con Bruno-
- Ya le llamas Bruno- dice Martín metiéndose, lo fulmino con la mirada- No significa nada, sólo que recuerdas su nombre. Sólo eso-
- No aclares- lo calla Marina que recién habla
- En fin, Marina y yo vamos al mismo taller de teatro y no sé me pareció buena idea que se siente con nosotras- explica mi bf
- Aja- digo dando un mordisco a mi sándwich
- Además es romántica y detallista como vos, se llevarían muy bien- insiste
- Miri podemos hablar-
- Em, sí- dice ella- Vamos al baño un minuto- dice y dejamos la comida y caminamos hacia los baños
-Miri-
- Perdón, perdón- dice ella arrepentida
- No pidas perdón, sé que Marina puede ser muy linda pero no puedo. No puedo dejar que...-
- Ni lo menciones, yo no dejaré que eso pase jamás. Ella tampoco estaba convencida, digamos que sabe de tu huida al ver a Bruno-
- Gracias por entender. Gracias por soportar todo esto-
- Nia, no tienes la culpa de nada de lo que te pasó. Te quiero, sos mi mejor amiga. Vamos-
- No, antes ¿qué pasó con Martín?-
- Podría preguntarte lo mismo sobre ojos azules-
- Miranda-
- Está bien, hablamos y la pasamos súper bien. Es tan lindo, creo que puede que le guste pero no lo sé-
- Estoy segura-
- ¿Cómo?-
- Sólo al ver cómo te mira o que sabiendo que tienes auto se haya ofrecido a buscarte y dejado que vos me invitarás-
- Está bien, puede ser pero no me quiero ilusionar-
- No es ilusión amiga, esto no es un cuento. Por primera vez es real y es para ti- digo y ella sonríe
- Mejor volvamos- dice, asiente. Lavo un poco mi cara, nunca me di cuenta que me habían caído lágrimas.
Caminamos a la mesa y sólo está Martín
- No era para que se valla así, no era...-
- Joa vino por ella, ni siquiera están en el comedor- cuenta Martín
- Okey- digo y con Miri nos sentamos para terminar de almorzar
- Debo ir a clase- dice Martín, le da un beso en la mejilla a Miranda y a mí me hace un saludo con la mano- Adiós- sabe que soy muy reservada con los contactos, aún no sé cómo deje que pasará todo lo que pasó en la mañana con Bruno
- Yo también tengo clase- digo
- Me dejarás sola- se queja dramática
- No porque tienes clases de cine ahora-
- Cierto y voy tarde. Te quiero, nos vemos ¿sí?- me da un abrazo rápido y sale corriendo hacia los pabellones.
Camino hasta mi nuevo salón y llego minutos antes de que entre el profesor. Pasan las horas y sigo pensando en Bruno y en por qué Marina se fue tan así.
Termina la clase y antes que Alejandro pueda acercarse a mí salgo corriendo. Miranda no ha salido aún, además no está en su auto.
Camino hasta el estacionamiento y la moto de Bruno no está. Me alejo y camino a la parada del metro, sigo esperando que salga de la nada pero no pasa. Me subo y me siento en uno de los asientos. Me pongo auriculares y pongo el nuevo disco de Shaw Méndez, es tan lindo. Tarareo bajo las canciones hasta que llego a la parada cerca se mi casa, bajo y camino hacia allí. Llego, abro la puerta y no hay nadie.
Me hago una cocoa y voy a mi cuarto. Dejo la mochila, saco el libro de Lesath y me siento en la ventana a leer.
Horas después
Me he quedado dormida y soñé con él, con su olor. Tengo que mantener mi mente ocupada, no puedo enamorarme, no, ni pensarlo.
Salgo del cuarto y ya es bastante tarde, Lea y mamá ya están en casa.
- Pediremos pizza, tu padre llegará tarde-
- Está bien- digo, busco un vaso y me sirvo jugo. Lo tomo y vuelvo a mi cuarto. Acomodo un poco mi cuarto, me siento en la ventana y miro la noche estrellada y el cielo azul oscuro me recuerda a sus ojos. No estoy bien, no puedo estar así por alguien que ni conozco.
Acomodo el lugar de la ventana, cierro las cortinas y me siento en el escritorio a leer un poco más antes de que llegue la pizza.
Pasan unos minutos y tocan timbre. Al ratito mi madre toca para llamarme a comer.
Voy a la cocina con ella, comemos viendo una película. Lea está bastante amigable conmigo y me pone feliz. Terminamos de verla y de comer y cada una va a su cuarto.
Me quito el vestido, me pongo el piyama, voy al baño y me lavo los dientes. Salgo, cierro y camino a mi cuarto. Tomo el libro de Lesath y leo un capítulo antes de meterme en la cama. Nuevamente Bruno aparece en mis sueños pero esta vez dejo que esté allí, no sé por qué pero su cercanía ya no me asusta tanto y soñando con esos ojos azules me duermo.
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