Capítulo 2

Llego exhausta a casa dos horas después de los sucesos ocurridos en la cafetería con el moreno misterioso. Estoy furiosa por los acontecimientos del día de hoy, pero lo peor de todo es que no paro de pensar en la propuesta del desconocido, como si una parte de mi cerebro la estuviese considerando.

— ¡Está usted demente!

Recuerdo que le grité cuando escuché sus palabras mientras me levantaba bruscamente de la mesa donde nos habíamos sentado a por unas tazas de café.

—Es comprensible que reaccione de esa manera, no soy más que un desconocido para usted—contestó—. Sin embargo, le puedo asegurar que no me interesa como mujer en lo más mínimo, solo le ofrezco un negocio en el que ambos salgamos beneficiados.

—Me marcho de aquí.

No sé qué me molestó más, si su prepotencia o que me dijese que no me veía como una mujer, ¿Qué diablos significaba eso? ¿Soy un ogro?

—Entiendo. —Vuelve a responder el moreno—. Si cambia de parecer no dude en llamarme. —Extiende una tarjeta de contacto—. Tiene un máximo de tres días para considerar mi propuesta.

No comprendo por qué diablos tomé la tarjeta, el caso es que lo hice, luego de ello salí del local y ahora me encuentro en mi apartamento con la cabeza llena de confusos pensamientos. Es cierto que pedí un milagro, pero jamás imagine que se manifestaría como un alto y corpulento moreno con apariencias de vikingo pidiéndome matrimonio.

Decido llamar a mi amiga para contarle, pero antes voy a la nevera por un pomo de exquisita y extraordinaria Nutella, el chocolate siempre me animaba la vida por muy mala que fuesen las situaciones, la verdad no entiendo como lograba mantenerme delgada con todo lo que comía. Luego de par de cucharadas de la deliciosa crema, busco el teléfono y marco el número de Ana quien responde al tercer timbre.

— ¡Harley cariño! ¿Qué tal tu día?

—Horrible.

—No me digas, el señor Bernard volvió a echarte la bronca.

—Peor—respondo— Me ha despedido.

— ¿Qué ha sucedido?

La voz de mi amiga no parece muy sorprendida con lo ocurrido. Con todo lujo de detalles le narro los sucesos en el día incluyendo la ¨oferta de trabajo¨ del moreno.

—O sea, un viejo pervertido te ha dicho que está dispuesto a ser tu sugar daddy.

Pienso la respuesta unos segundos.

—No creo que sea como un sugar daddy, ha dejado muy claro que no está interesado en mí, sería más bien como un negocio, ni siquiera es muy mayor, por su apariencia no debe tener más de cuarenta, aunque...

— ¿Qué ocurre?

—Ahora que estoy más relajada, caigo en la cuenta que a pesar de su ruda apariencia es un hombre muy guapo ¿Por qué está haciendo todo esto por una esposa?

—No le des muchas vueltas al asunto, ni siquiera sabes nada de él, yo que tú dejaría las cosas como están.

Hago silencio, mi amiga tiene razón, no le conozco, no sé su nombre, una persona cualquiera abandonaría este tema y al cabo de unos días bromearía sobre ello, pero a mí la curiosidad me gana.

—Te llamo en un rato Ana, quiero hacer algo.

—Luego hablamos, besos.

Cuelgo el teléfono y comienzo a buscar en los bolcillos de mis jeans hasta que encuentro la tarjeta de presentación del moreno misterioso.

Caballos Cates, los mejores potros de todo Texas.

Ian Cates.

—Por lo visto nuestro desconocido tiene un nombre.

Busco mi ordenador por el apartamento, me siento en el sofá de la sala y comienzo a teclear en el buscador de Google el nombre que acabo de leer. Presiono el botón de buscar y automáticamente, miles de fotos en las que sale el apuesto hombre aparecen en la pantalla, solo que esta vez no lucía traje de negocios, sino camisas y vaqueros un poco desgastados. Si de traje se veía bien, ahora no tengo palabras para describirlo; de esta manera su aspecto parece ser inclusive más salvaje e imponente que como le recuerdo de esta mañana. «¿Por qué este hombre necesita conseguir una esposa por medio de un contrato?» Observo más detenidamente y caigo en la cuenta de algo, en ninguna de las fotografías sale acompañado de una mujer, solamente de otros vaqueros y caballos. Reviso la página a mayor profundidad y veo algunos artículos sobre él.

IAN CATES, UNA LEYENDA VIVIENTE.

IAN CATES ENTRE LOS MEJORES 50 GANADEROS DE AMÉRICA.

LOS MEJORES CABALLOS DE CARRERA DEL MUNDO.

Y así muchos artículos más, estoy a punto de cerrar el ordenador cuando algo en particular llama mi atención y me hiela la sangre.

IAN CATES ¿ASESINO O VÍCTIMA? Presiono sobre el enunciado para abrir el enlace y leer su contenido.

(...)El muy conocido, en el mundo ecuestre, Ian Cates fue acusado hace dos semanas del asesinato de su esposa Melanie Cates al ser encontrado junto al cuerpo ensangrentado de la misma(...)Confiables fuentes cuentan que el afamado vaquero llevaba meses discutiendo con la difunta, incluyendo el día de los hechos(...)Cates afirma su inocencia ante la policía y los medios de prensa, sin embargo, las dudas prevalecen en toda la comunidad de Houston(...)El cuerpo fue hallado en horas de la noche cuando un amigo de la familia llamó a la policía debido a que no podía contactar con ninguno de los miembros del matrimonio Cates y se encontraba preocupado por ellos, sabía que el señor Cates había estado bajo la influencia del alcohol en horas más tempranas y temía que le hubiese ocurrido algún accidente(...)El famoso criador de caballos fue llevado a juicio horas después donde se le declaró inocente del asesinato de Melanie Cates debido a la falta de pruebas, aun así, creo que todos nos realizamos la misma pregunta ¿Significa la falta de evidencias que Ian Cates es realmente inocente o solo un asesino muy listo como para cubrir su rastro?(...).

Cierro la pantalla del ordenador inmediatamente, no cabe en mi cabeza la posibilidad de que este hombre fuese un asesino, no me dio esa impresión cuando le vi, o sea, es muy intimidante y con un aura fría y distante, pero no la de un criminal, sin embargo, ¿Cuál era el verdadero rostro de un asesino?

«Basta ya», me digo a mi misma, Ana tiene razón, debo dejar este asunto de lado y centrarme en cosas más importantes como, por ejemplo: ¿De dónde sacaré el dinero necesario para pagar el alquiler?

Dejo el ordenador sobre la mesa de la cocina junto con la tarjeta de presentación de Ian Cates, alias el vikingo diabólico, y decido limpiar un poco mi apartamento para despejar la mente. A lo largo del día, enciendo el ordenador varias veces con la idea de comenzar a trabajar en mi nueva novela romántica, pero me es imposible, ni siquiera se me ocurre una buena idea para un título, nada bueno pasa por mi cabeza y la hoja en blanco del Word me saca de mis casillas, para colmo no dejo de examinar el artículo de la acusación de asesinato de Ian Cates cada diez minutos. «A este paso terminaré escribiendo una novela de asesinato antes que una de romance».

Harta de vanos intentos de escritura, vuelvo a apagar el ordenador y me dirijo a dormir, es tarde y mañana tengo que salir temprano en busca de un nuevo trabajo. Tan mala suerte tengo que me paso la noche entre insomnios y pesadillas de mujeres desangrándose, no logro pensar en otra cosa. ¡Maldito artículo y maldita mi curiosidad sobre Ian Cates!

A la mañana siguiente parezco un panda ojeroso, voy por una buena taza de té de menta para comenzar mi ajetreado día cuando desde la cocina observo un sobre blanco bajo la puerta de la entrada. Voy en su búsqueda suavemente, en el fondo sé de qué se trata y, en estos momentos, le temo más a ese papel que a cualquier asesino serial.

Recojo el sobre y me dirijo a la mesa de la cocina donde aún tengo el ordenador y la tarjeta de presentación del vikingo diabólico. Abro con gran pesar el sobre y observo el sello del banco con una nota que dice:

Tiene una semana para abandonar el apartamento o nos veremos obligados a tomar medidas legales. Que tenga muy buen día.

¿Cómo demonios se puede tener un buen día con una nota así? Arrojo el sobre a la mesa y observo mi pequeña y acogedora casa. La sala y la cocina eran una misma habitación bien espaciosa e iluminada, a un lado se encuentra mi dormitorio mientras al otro el cuarto de baño. Un gran dolor me invade, he vivido muchos recuerdos en esta casa, tanto buenos como malos, no puedo creer que fuese a perder todo eso en menos de una semana. Los ojos se me llenan de lágrimas que luchan por salir y la voz de Ian resuena en mi cabeza.

«Puedo pagar todas tus deudas...darte alojamiento y comida...puedo resolver tus problemas».

Observo la tarjeta de presentación sobre la mesa, deslizo la mirada de ella a la nota del banco y viceversa, sin pensarlo mucho volteo la tarjeta y anoto en mi teléfono celular el número que aparece en ella a la par que quito las lágrimas que comenzaban a descender por mis mejillas. No puedo creer lo que estoy a punto de hacer, pero situaciones desesperadas llevan a acciones desesperadas. Al segundo timbre contestan.

—Señorita Medeiro, un gusto tener noticias suyas. —La gruesa voz al otro lado de la línea me sobresalta.

— ¿Cómo sabía que era yo?

Sin buenos días y sin nada, no me interesaban los modales ahora mismo, estaba al borde de los nervios conversando con un hombre que ha sido acusado de matar a su última esposa.

—Es el único número que no tengo registrado en mi teléfono y es de la zona. —Espera unos segundos, pero ante mi silencio prosigue—. Si está llamando es porque ha reconsiderado mi propuesta.

—Necesito que me aclare algunas cosas, ¿Podemos reunirnos?

— ¿Le parece bien al mediodía en el mismo café que conversamos ayer?

—Perfecto. Ahí nos veremos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top