XVII. Investigación Submarina (Parte 2)


A la mañana siguiente ninguno sintió la alarma del despertador, cosa que extrañó a Hattori, sabía que eso era poco común en su amigo Kudō, por lo que no le quedó de otra que ir a la habitación.

Siempre había sido un bruto. Claro que no tuvo detalle en tocar la puerta, además estaba en su casa, hacia lo que quería. Pegó un grito de sorpresa cuando pilló a los dos muchachos bien abrazados, ya que no habían cambiado de posición en toda la noche.

Levantaron sus cabezas adormiladas y despeinadas intentado comprender quienes eran y donde estaban.

-¡Lo siento! -Heiji dio un portazo arrepintiéndose de haber ido a husmear.

Kaito volvió a restregar su cabeza en la almohada sin querer levantarse y Shinichi pestañeó varias veces antes de entender que era lo que había pasado.

Se asustó y se levantó a abrir la puerta también de golpe y llamar a Hattori.



Los tres estaban desayunando en silencio, lanzándose miradas fugaces sin atreverse a abrir la boca, generando una especie de competencia para ver quién era el que perdía primero, y quien lo hizo fue Shinichi.

-Ya estuvo bueno –se paró evitando que los otros dos vieran lo avergonzado que estaba –Alístense que salimos en 10 minutos –se marchó.



No les costó tanto como pensaban conseguir equipo de buceo. Por suerte el guía que les tocó parecía ser un chico joven y bastante relajado, además un grupo de chicas se sumó a ellos. Decidieron ir con alguien ya que el plan era distraerlo mientras este enseñaba a Kaito y así poder marchar por su propia cuenta hacia su destino.

A penas les fue posible, los detectives abandonaron el grupo y partieron rápidamente ignorando las indicaciones del guía que prohibía ir directamente al punto donde se dirigían ellos. Bucearon a ritmo constante, dejando en claro que dominaban perfectamente la actividad y de vez en cuando se hacían señas, hasta que dieron con una enorme caja metálica que era a penas visible ya que se camuflaba con las algas del fondo marino.

Shinichi dio unos golpes en ella comprobando el material. Heiji encontró lo que parecía ser una compuerta bien asegurada. Era imposible abrirla sin romper o forzar el candado y en esos momentos no tenían nada para hacerlo. Y pensándolo bien, hacer eso era bastante arriesgado. Miraron por los alrededores un poco más para analizar el terreno y verificar que no se les pasaba ningún detalle.

Heiji le hizo un gesto con la mano a Kudō para indicarle que ya era tiempo de volver, después de todo ya sospechaban el contenido.

Al subir a la lancha que los había conducido al lugar, se encontraron con el resto del grupo dirigiéndoles miradas molestas y exigiendo una explicación. Seguramente los pocos minutos que habían significado para el par habían sido muchos más que unos pocos.

-¿Se puede saber por qué se alejaron tanto si las instrucciones fueron claras? -les gritó el guía.

Heiji mintió explicándole que fueron atrapados por la belleza del paraje, indicando con el dedo al lugar contrario del que habían ido. Shinichi lo dejó dar las explicaciones y las debidas disculpas ya que su preocupación era más importante. Kaito se encontraba en un rincón abrazando sus piernas y con la mirada triste y perdida en sus pies.

-¿Estás bien? -le preguntó el detective sin obtener un mínimo gesto como respuesta -¡Oye!- Esta vez se dirigió al guía quien seguía discutiendo con Heiji -¿Qué le hiciste? -preguntó mostrando clara molestia y sobreprotección.

-Nada, no tengo idea de que le ocurrió -lo miró -Subió cuando llegamos al arrecife, yo me quedé el resto del tiempo con ellas -indicó a las tres chicas –Y cuando volvimos lo encontramos así, no ha abierto la boca desde entonces.

Shinichi se gachó quedando a su altura y posó una de sus manos en su hombro –Kaito ¿Qué ocurrió? -preguntó utilizando un tono dulce y preocupado.

Hattori se acercó con la misma preocupación a ellos una vez que partieron a tierra firme, solo que Kaito no dijo ni una palabra en todo el trayecto. Incluso tuvieron que ayudarlo a bajar cuando llegaron al punto de partida.

Devolvieron el equipamiento y volvieron a pedir las disculpas necesarias para al fin marcharse y buscar un lugar para almorzar. Los chicos le preguntaron innumerables veces a Kaito que mierda era lo que iba a pedir, pero al no poder sacarle palabra, decidieron ordenar por él.

-Espero no te hayas dado un golpe en la cabeza o algo y tengamos que llevarte al baño por el resto de nuestras vidas –le dijo Hattori apoyando su cabeza usando su mano de soporte.

Shinichi lo miraba de reojo, no entendía que podía haber pasado para que el mago se encontrara en ese estado, era como ver a un niño que había llorado toda la tarde y que guardaba silencio hasta calmarse y volver a la normalidad. Creyó que iba a mejorar cuando sirvieran la comida, pero en el momento en que Heiji puso los platos en la mesa y miró su platillo los hizo sobresaltarse a ambos

-¡Quita eso de la mesa ahora mismo si no quieres que arme un escándalo!

-¡Idiota! -le gritó Heiji de vuelta –¡Ya estás armando un escándalo!

-¡¿Se quieren callar?! -alzó la voz Shinichi –Kaito cálmate, solo es... -entendió todo y obligó a Hattori a devolver el platillo y a que le trajera algo que no tuviera pescado.

-Lo siento –se disculpó Kaito con semblante serio.

Shinichi lo miró sin expresión alguna -Así que se trataba de eso –dijo entendiendo que el gran Kaitō Kid padecía de ictiofobia –Lo tendré en cuenta para nunca invitarte al acuario o a ver Buscando a Nemo.

Heiji llegó nuevamente y puso un plato de ramen sobre la mesa, su rostro mostraba claras señales de que estaba molesto, pero se le pasó cuando comenzaron a comer y como la mayoría, su estado de ánimo cambió por completo cuando terminó de llenarse la tripa.

-¿Qué prosigue ahora? -preguntó Kaito -¿Qué fue lo que encontraron?

Los detectives se miraron y Shinichi respondió en voz baja –En el fondo, encontramos un contenedor metálico, que por supuesto no pudimos abrir –bajó aún más el tono –Pero todo indica que contiene armamento de fuego y ese tipo de artillería en el interior.

-Así es -confirmó Hattori –Todo como acto ilegal, lo más probable es que las trafiquen y que los dueños de los sectores cercanos tengan conocimiento de esto -tragó saliva –Es por eso que esa área está prohibida -recordó la censura en el mapa –Y atando todas las pistas, lo más probable es que se trate de algo mucho más grande de lo que imaginamos.

Guardaron silencio tomándole el peso a las palabras del moreno y decidiendo los siguientes pasos, ya que, a pesar de haber avanzado, fue igual que dar un paso para darse cuenta de que nuevamente se encontraban perdidos como en un principio.



-Te aviso apenas tenga cualquier información -le dijo Shinichi a Heiji a punto de subirse al tren.

Kaito ya se había despedido del detective debido a que seguía con dolor de cabeza y quería dormir un rato, Heiji a pesar de su carácter impulsivo era una persona muy amistosa, por lo que intercambió números con Kaito para mantenerse en contacto y que así sus conversaciones no fueran solo por intermedio de Shinichi.

-Oye -tomó a este último del brazo evitando que subiera –No lo estropees esta vez.

Shinichi lo miró confundido -¿A qué te refieres?

-No lo sé, Kudō -suspiró -Solo te digo que no dejes pasar la oportunidad de estar con alguien que quieres -recordó su propia situación -Mírame a mí, han pasado años y no he sido capaz de decirle a Kazuha lo que siento, así que no me importa lo que te lleves a la boca –lo miró fijamente –O al culo -continuó -Mientras no signifique algo negativo para ti, yo te apoyo, igual que siempre.

Shinichi le devolvió la sonrisa dándole un fuerte apretón de manos para finalmente montar el tren.

El viaje se tornó un poco más intenso de lo normal. Por alguna razón sentía la necesidad de recordar con ligeros toques, en cualquier parte del cuerpo del otro, la presencia de el mismo. Kaito dormitó poco rato, por lo que el resto solo fueron toques y jugueteos en los brazos, piernas y rostro del otro. Llegaron a Tokio lanzándose comentarios acerca de lo blandas o duras que eran sus partes del cuerpo, cosa que hizo el viaje vuelta a casa algo muy divertido. Incluso Kaito olvidó el mal rato que había pasado y Shinichi de la realidad que estaban viviendo de momento.

-Tus piernas son demasiado delgadas –le decía Shinichi entre risas al mago.

Kaito intentaba defenderse –Y tú tienes el trasero pequeño.

-¿O sea que me has mirado?

-Claro, fue inevitable no hacerlo cuando te vi en ese traje de buceo -recordó cómo se le marcaba casi todo.

Shinichi le dio una leve patada en las piernas por detrás -¡Pervertido!

Continuaron dándose suaves empujones amistosos el resto del camino que les quedaba a pie. La gran reja negra de la casa de Kudō los obligó a parar con su juego. Shinichi rebuscó entre sus bolsillos las llaves de su casa y al momento de introducir la llave en la cerradura, sintió como Kaito le dio un agarrón por detrás.

-Te lo dije, pareces una tabla

Shinichi se giró impactado por el atrevimiento y obligó al mago a meterse a la casa agarrándolo del cabello y luchando por no soltarlo y contener la risa.

A penas pisaron la entrada y cerraron la puerta, Kaito se abalanzó sobre Shinichi sin siquiera darle tiempo de quitarse los zapatos. Comenzó a besarlo en la boca apasionadamente. El otro, ante tal mínimo contacto lo abrazó para pegarlo más a su cuerpo.

Querían sentirse cerca, sus manos se descontrolaron abriéndose paso por sus brazos, espalda y cintura. Cayeron de a poco al suelo, el detective separó instintivamente las piernas y soltó un jadeo cuando el mago envistió contra su pelvis. Kudō comenzó a pasar su mano izquierda por debajo de la camisa de Kaito y metió la lengua dentro de su boca, tal como lo había hecho en la casa de Hattori. Estaban tan sumidos en darle caricias al otro que no les importaba nada más.

-Me vas a dejar sin cuello –le dijo Kaito notando como el detective le pasaba su lengua húmeda por el cuello provocándole algo más que escalofríos.

-Y tu parece que vas encontrando el camino -ladeó la cabeza hablándole al oído y con voz agitada cuando sintió la mano derecha del ladrón marcando territorio por el interior de sus muslos.

Kaito volvió a presionar sus caderas contra las del detective –No te contengas.

Shinichi no tenía intenciones de desobedecer y siguió besándolo, soltando de vez en cuando gemidos de excitación cada vez que sentía a Kaito tocar un punto sensible.

Un ruido cercano los interrumpió de golpe. El detective supuso que se trataba de Akai, pero sus sospechas fueron descartadas cuando escuchó la voz.

-¡No! ¡Espera! -se trataba de una voz femenina.

Ya era tarde, la luz se encendió dejando al descubierto a ambos en esa posición tan comprometedora y a las otras dos figuras perplejas al presenciar tal escena.

-Shin...chan -exclamó ella casi sin voz.

El único hijo de Yusaku y Yukiko Kudō se sobresaltó -¡Mamá!  




🌸🌸🌸 ADVIERTO Mucho Texto ❗❗  PERO LÉANLO  

POR FAVOR NO ME MATEN!!! 

Sé que siempre les corto el rollo :cc perdón 😂😂 

Seguramente se dieron cuenta que cambié los nombres de este capítulo por el del número 12 porque yo la despistada me acabo de dar cuenta que lo había puesto mal 😲

Aquí quise tratar la fobia de Kaito como algo un poco más serio ya que siempre se toma como chiste y suficiente nos hemos reído de él en la serie, al bebecito de verdad le da miedo :ccc 

Así que limón en los ojos para el que se ría 🍋🍋🍋  ¿Ustedes tienen alguna fobia? Yo a las arañas y a las alturas como el Tío Kogoro 😅

Oigan les quería dar las gracias por el apoyo que recibí de ustedes en el capítulo anterior, no quería darles lástima u.u Y de verdad no saben cuanto significan esos mensajes de apoyo para mí 💖💖no los merezco 😭😭

Así que por eso quise traerles un capítulo doble, pensaba publicarlo el viernes pero de repente me di cuenta de que ya era viernes XDXD 

No tengo mucho mas que agregar que nuevamente darles las gracias y que me comenten si les gustó o lo que quieran comentar 

Abrazoooooos ;DDDDD 💚 💚 💚 💚 💚 💚 💚 💚  


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