XII. Trabajo en equipo (Parte 1)



- ¡Si que tardaste! -reclamó Kazuha a Heiji cuando llegaron al auto -¡Kudō -kun! Tanto tiempo.

-También me alegro de verte –le sonrió.

Kazuha posó sus ojos en Kaito –Esto... ¿Y tú eres? -Es igual a Kudō-kun, pensó.

- ¡Idiota! Él es Kaitō Kid.

-¡Hattori! -llamó Shinichi la atención de su amigo.

Para bajar un poco los humos de la situación, Kaito tomó delicadamente la mano de Kazuha.

-Kaito Kuroba, aprendiz de mago, es un placer conocerla, bella señorita -besó su mano e hizo aparecer un brazalete de flores en la delgada muñeca de la chica.

Kazuha quedó encantada y también se presentó. Claro que el gesto de Kaito hizo enfadar a Heiji.

-Si, ya, ella es Kazuha, mi amiga de la infancia, un verdadero fastidio, así que ni se te ocurra acercarte a ella.

Kaito se acercó al oído de Shinichi aprovechando la discusión que se había generado entre Kazuha y Heiji por llamarla "idiota" y "problemática".

-No me digas que aún no se declara.

Shinichi intentó sonreír –Hubo un tiempo en que tenía la idea de que Kazuha-chan lo hiciera primero, pero con los años perdí la fe en ambos.

-Creo que yo también la acabo de perder.

Subieron al taxi, por petición expresa de Heiji, Kazuha y Kudō en medio de ellos dos, y él en el asiento del copiloto.

- ¿Podemos ir directamente a tu oficina? No hay tiempo que perder –la verdad es que Shinichi Kudō solo quería conocer el lugar de trabajo del que tanto le había presumido Heiji.

Heiji lo miró decepcionado - ¿Por qué la prisa? Es hora de almorzar, no me obligues a pensar con el estómago vacío.

El detective intentó refutar, pero dada a la misma queja por parte de los otros dos y el comentario por parte de Hattori diciendo "Estamos en mi ciudad, yo mando", no le quedó más remedio que aceptar.



Al bajar del taxi, Heiji apoyó una de sus manos en su hombro dando unos leves golpes –Cambia la cara, al fin podré compensarte con el okonomiyaki que te debo.

El lugar no tenía nada de especial, era el típico restaurante pequeño y que pasaba desapercibido entre las demás tiendas de esa parte de la ciudad. Al entrar, el dueño, que parecía conocer bien a Hattori, les dio una calidad bienvenida.

- ¡Lo mismo de siempre! Esta vez que sea para cuatro –pidió.

- ¿Qué pediste? -preguntó Kaito extrañado y deseando que no fuera pescado.

Recibió una sonrisa milagrosa por parte de Heiji –Ya verás.

Mientras esperaban, Heiji aprovechó para preguntarle a Kudō que era lo que lo traía por esos lugares. Shinichi intentó explicar la situación lo mejor que pudo y en voz baja para evitar llamar la atención de los pocos clientes que estaban en el lugar.

-Ya veo ¿Y dónde se está quedando?

Heiji preguntó a Shinichi mirando con los ojos entrecerrados y claramente un poco molestos al ver como Kid se divertía enseñándole a Kazuha trucos de magia con las servilletas y palillos, quien además había tenido la osadía de sentarse junto a su amiga.

Shinichi miró sus manos un poco avergonzado antes de responder –En....mi casa.

Sintió como las gotas de agua le salpicaron en toda la cara, dado que Hattori, ante tal sorpresa, escupió el vaso de agua que estaba bebiendo, atrayendo la atención de todos en el lugar.

Tuvo suerte y se evitó una ronda de preguntas, o más bien, burlas por parte del detective de Kansai, ya que la comida había sido servida.



-Entonces ¿Tienes cómo conseguir esa información ahora? -Shinichi preguntó limpiándose la boca con la servilleta al terminar de comer.

- ¡Claro! Solo déjame pedirle a Ōtaki-han que corrobore la información por mí.

Se atiborraron de comida hasta que sintieron sus estómagos al borde del colapso. Kaito percibía que, si se movía un milímetro de la silla, el botón de su pantalón saldría volando hasta Tokyo. Heiji y Kazuha no se encontraban en una situación muy diferente, el único que parecía controlarse era Shinichi, quien estaba impaciente por largarse del lugar y comenzar a actuar.

El teléfono celular de Heiji hizo vibrar toda la mesa, sobresaltando al silencioso grupo.

-Justo a tiempo –exclamó satisfecho mirando la pantalla –Buenas noticias, solamente existen dos nuevas joyerías prontas a abrir sus puertas –el moreno se rascó la nuca.

Shinichi captó el mensaje - ¿Y la mala noticia?

Recibió como respuesta una sonrisa nerviosa –Se encuentran a una distancia importante.

Por supuesto que Shinichi había estado varias veces en Osaka, pero eso no significaba que conociera la ciudad al revés y al derecho. Kazuha, quien había estado atenta a la conversación, propuso una idea.

- ¿Y si nos separamos en dos grupos? Así será más fácil, Heiji y yo conocemos bien la ciudad.

Kaito sonrió y apoyó ambas manos en su nuca e inclinándose en la silla- A mí me parece lo más sensato -miró fijamente a Heiji con ojos casi siniestros - ¿Vamos los dos juntos? Quiero que me enseñes la ciudad...Kazuha-chan.

Logró su cometido, Heiji estaba molesto, y este, para rematarlo, le devolvió una mirada asesina y empujó con sus pies por debajo de la mesa la silla de Kaito, logrando que el ladrón perdiera el equilibrio y se fuera de espalda al suelo generando un gran estruendo.

-Ni hablar, tú vendrás conmigo -usó un tono autoritario irrefutable –Y Kazuha irá con Kudō.


Pagaron por el almuerzo y abandonaron el lugar. Heiji le dio instrucciones a su amiga y ella asintió, luego se acercó a Shinichi.

-Cualquier cosa, no olvides contactarme -volvió a sonar autoritario –Y recuerda que tienes prohibido poner en peligro a Kazuha, tienes un don para terminar metido en situaciones turbulentas.

Shinichi rió nervioso sin poder rebatir lo que había dicho Hattori y caminaron hacia el auto que los llevaría a su destino.

-Vigila bien a Kuroba -pidió el detective -Últimamente lo noto descuidado.

Heiji levantó las cejas burlándose - ¿Y esa preocupación repentina a que se debe?

- ¡No seas tonto! -se quejó dando un manotazo.

-Kudō, una última cosa –Heiji endureció su rostro- No intentes nada extraño con Kazuha-advirtió.

La última mirada que recibió de Shinichi, antes de que el auto se perdiera, no la supo interpretar al cien por ciento, podía significar tanto como "¿Me crees de ese tipo?" o "Quién sabe, no me hago responsable"

El taxi se perdió dejando a unos incómodos Heiji y Kaito mirando hacia el lado contrario de la calle con poca aceptación.

Ambos eran un poco infantiles en cuanto a reaccionar, sin embargo, por mucho que les disgustara, tenían que trabajar juntos esta vez. Siguieron los pasos de Kazuha y Shinichi y fueron en la dirección que Ōtaki-han había señalado.



El lugar estaba bastante aislado y era más grande de lo que esperaban, el edificio estaba rodeado de una extensa área verde, entre vegetación y a unos pocos metros un par de viviendas situadas en la cima del pequeño cerro que se formaba debido a la inclinación del terreno.

Hattori bajó apresurado encaminándose al lugar que el GPS le indicaba.

Kaito preguntó - ¿Cuál es el plan?

-Solo vamos a observar de lejos.

El mago se llevó la mano derecha a la cien –Si logramos infiltrarnos será más fácil y rápido conseguir información.

- ¿Y cómo piensas hacerlo? -Heiji se dio cuenta de que tenía razón.

-Al más estilo Kaitō Kid.

Los chicos se sentaron en una banca cercana a observar disimuladamente la entrada. En el interior del lugar se podía apreciar un par de personas conversando. Kaito tenía la idea de que apenas saliera alguien por la puerta lo dormiría para tomar su lugar y no pasó mucho tiempo antes de que su blanco saliera por la puerta de vidrio.

-Ayúdame a distraerlo -pidió Kaito a Hattori.

El hombre era robusto y más bajo que ellos, pero eso no significaba problemas para el mago, se había disfrazado del Profesor Agasa una vez y le fue fácil ocultar el hecho de que no compartían la misma estatura.

A todo esto, Heiji no estaba ni medio convencido con el plan forzado que estaba siendo obligado a realizar, pero tenían al hombre casi encima y no había tiempo para echarse atrás.

Se pararon frente a él, y Kaito, como un experto, comenzó con su número teatral.

-Disculpe –se inclinó un poco en señal de respeto –Estamos buscando esta dirección -le enseñó la pantalla del móvil - ¿Sabe dónde es?

El hombre miró a ambos sin demostrar o sentir desconfianza alguna –Es un par de calles más allá -indicó con su dedo índice hacia el sur.

-Lo que sucede, es que al avanzar el GPS cambia de dirección ¿Ve? -le demostró con su teléfono- Mi amigo aquí tiene que presentarse al padre de su novia.

Apuntó a Heiji con la mirada y este abrió mucho los ojos.

-No sería correcto llegar tarde –se preocupó el señor -Síganme.

Dieron unos cuantos pasos y entre tanto Kid le conversó al hombre de una forma tan natural que incluso Heiji se creyó el cuento de que los estaba guiando a la casa de su supuesta "novia".


Kaito exclamó asustado de un momento a otro apuntando con su mano hacia el frente, sobresaltando a ambos - ¡¿Qué es eso?!

- ¿Qué cosa? -preguntó Heiji asustado.

- ¡Esto! -propinó un perfecto golpe que noqueo a su guía y se escabulló con él en un rincón de la calle evitando cualquier sospecha de su acto. Hattori lo siguió.

- ¡Avisa antes de hacer algo así!

-Cierra la boca, detective del oeste y ayúdame a tumbarlo.

Con dificultad, los chicos tomaron al hombre de los brazos y piernas y lo recostaron detrás de un contenedor de basura. Rápidamente, Kaito comenzó a desvestirlo y a tomar sus prendas para ocupar su lugar. Heiji se limitaba a mirar nervioso en toda dirección asegurándose de que nadie los viera.

-Esto no es correcto-decía Heiji –Es más, ni siquiera sé por qué accedí a ayudarte.

-Basta de drama, detective-kun –se sacó la playera- No lo haces por mí, esto es por tu amigo el detective de Tokyo -recibió un quejido por parte del moreno - ¿Quieres voltearte? Me estoy cambiando...o es que acaso ¿Te gusta lo que ves? -lo miró con una cara pervertida.

Heiji se volteó con las mejillas levemente sonrojadas –Apresúrate antes de que alguien nos vea o este idiota se despierte.

- ¡Listo! -anunció una vez que había quedado vestido –Solo me falta la máscara.

Heiji estaba perdiendo la paciencia -¡Estas muy alto!...Dobla las rodillas como sabes hacerlo –le dijo molesto.

- ¿Aun no lo superas? -se burló Kaito recordando aquella vez en que se había disfrazado de Kazuha y tuvo que doblar las rodillas todo el tiempo para lograr la estatura de la chica.

Sin tener tacto alguno, Kaito sujetó la cara del hombre inconsciente para evaluar todas las facciones y características del rostro, y cuando le inspeccionó el cabello se llevó una sorpresa.

Tal vez había sido el jaleo cuando lo movieron sin cuidado, pero cuando el mago tomó la cara del pobre hombre, su "cabello" se desprendió de un lado al igual que una alfombra de pasto sintético. La atención de los muchachos se centró solo en eso y Kaito intentó volver a pegar el pelo del hombre, pero al hacerlo, se desprendió por completo.

Kuroba se llevó una mano a la boca tratando de ahogar su risa. Heiji, que miraba la escena con la boca abierta tampoco pudo controlar el ataque de risa cuando el peluquín del hombre que los había ayudado cayó al suelo.


Al par de bobos le tomó varios minutos calmar su risa y cuando Kaito al fin se dignó a terminar con su disfraz, volvieron al edificio.

-Tú espérame aquí cerca –le ordenó -Vuelvo en seguida.

El espectáculo era lo suyo, podía salir de cualquier situación, ya fuera improvisando o ensayando algo. Entró por la puerta de cristal y en el interior, una mujer y tres hombres que estaban presentes en el lugar centraron sus miradas en él.

- ¿No se suponía que irías a buscar el encargo a la oficina de correos? -preguntó el más alto de los cuatro y Kaito se percató de que todos iban vestidos muy formalmente.

-No lo vas a creer, pero creo haber dejado mi teléfono móvil aquí -no se dejó intimidar.

Uno de los que estaba detrás del mostrador de vidrio miró por encima de la mesa buscando el supuesto teléfono extraviado.

-Seguramente lo dejaste en el baño, como siempre –la atractiva mujer agregó sin demasiadas ganas.

-Tienes razón, iré a verlo.

Kaito caminó hacia el único pasillo que se extendía desde la parte principal, observando todo a su alrededor. La decoración parecía costosa, incluso las cerámicas del suelo eran de las caras. Normalmente las joyerías eran o solo de un gran cuarto o un edificio completo de las tiendas departamentales, pero este no parecía ser el caso. Supuso, que lo más probable, era que la parte por donde él estaba caminando formaría parte del camino restringido de los clientes y visitantes. Estaba tentado de dejar algún micrófono o cámara oculta, pero por petición que desconocía por parte de Shinichi, no lo hizo.

Su intuición jugaba a su favor y de una vez encontró el cuarto de servicio. Al ingresar, cerró la puerta con llave y como tenía todo planeado, sacó el móvil del hombre que había guardado con anterioridad en su bolsillo y salió con el en la mano.

- ¡Tal como dijiste! Estaba en el baño.

- ¿Hasta cuándo serás así de descuidado? Recuerda que la próxima semana tenemos que ir a inspeccionar - un hombre ya mayor llamó su atención y recalcó muy bien la palabra "inspeccionar"

El último que había guardado silencio hasta ahora, agregó -Te enviaré la dirección ahora mismo, cuando vuelvas, yo me habré ido –tecleo la pantalla de su dispositivo móvil y el celular que tenía Kaito en sus manos vibró.

No esperaba obtener tal información, después de todo había ido a inspeccionar el terreno para actuar más adelante y como quería salir rápido de allí no hizo nada más que agradecer y abandonar el lugar sin antes recibir la advertencia de uno de ellos sobre que no se perdiera en el camino yendo a beber a algún bar. Kaito asintió y salió para encontrarse con Hattori a unos metros del edificio.

- ¿Y bien? -preguntó ansioso el detective de gorra.

-Camina –le indicó el mago –Necesito la huella dactilar de este sujeto.


Llegaron a la calle donde tenían escondido el cuerpo inconsciente y Kaito logró desbloquear exitosamente el teléfono usando la huella de su dueño. Tenía un mensaje nuevo, que abrió y mostró unas coordenadas, también aprovecho para registrar el resto de mensajes en la bandeja de entrada, pero al parecer el hombre borraba los mensajes que podían ser comprometedores.

- ¿Coordenadas? -preguntó Heiji curioso.

-Así es, anótalas antes de que despierte -ordenó.

Heiji obedeció y agregó - ¿De qué son?

-Lo averiguaremos, pero ahora tenemos que marcharnos.

Devolvió las pertenencias del hombre y se colocó su ropa. El detective llamó a un auto con una aplicación móvil y avanzaron para llegar a la calle central.

-Casi lo olvido –Kaito sacó unas latas entre sus pertenencias.

Se acercó a la figura robusta tendida en el suelo y roció de cerveza al susodicho, dejando las latas vacías a su alrededor.

- ¿Dónde te metes todo eso? -preguntó Heiji un poco molesto.

Kaito lo miró con el ceño en señal de burla -¿De verdad quieres saber?

El detective le propinó una patada que el mago esquivó ágilmente riendo.

-Venga, deja de hacer el tonto y reunámonos con Kudō.  





Hallo!!  Espero que estén bien 😊😊

Me demoré un poco :c lo siento 

Nuevamente gracias por el apoyo en el capítulo anterior 💖💖

Este quedó un poco largo así que lo dividí en dos, a mas tardar el domingo la siguiente parte 

Les quería preguntar, ya que estamos en partes con fanservice ¿Hay algo especial que les gustaría ver? e.e (con confianza nomas 7w7) 

Si es así por favor díganmelo, que yo feliz de agregar mas payasadas entre estos 3 

Ah y obvio cualquier otro comentario, duda, queja o lo que sea también me gustaría saberlo 😸😸


Abrazos a todos ;DDD

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