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Se bajan del auto para ir a la parte trasera de este (después de que se quitaron sus sombreros de scout obviamente) . Gulf abre para sacar su maleta. Saca la katana para desenvainar esta. Desenreda el collar de la espada para sostenerla en una de sus manos. Mew mira atento con el ceño fruncido.

-Gulf, ¿qué vas a...?

Pero su novio, el padre, pone el collar en una de las manos de su novio. De paso, agarrando esa mano. -No sueltes este collar por nada del mundo. ¿De acuerdo?

-Y tú ten cuidado ahí adentro,- Mew lo jala de las caderas a su pecho. -no es divertido que sólo tú me regañes.- El pelinegro le guiña un ojo con una sonrisa.

-Compórtate, no estamos solos aquí. Los demás padres pueden salir y vernos en cualquier momento.

Gulf le dice con una sonrisita. Todo sonrojado.

-Imagina lo celosos que estarían porque, un padre como tu, goza de una vida amorosa que da muchos frutos.

Mew le ronronea con una sonrisa inclinando su cabeza como si lo fuese a besar, pero el padre se separa de él, volviendo a cubrir su katana con la vaina. Caminan a la cabaña y entran. Recién entrando pueden escuchar una cama rechinando. Unos gruñidos en fondo. Son horribles los sonidos. Ambos se van acercando a la habitación, de a poco, Gulf con su maleta.

-Dios, saca a la maldad que ha consumido este cuerpo.- Se escucha un sacerdote.

El padre se asoma por la puerta junto a su novio y ve una chica retorciéndose ahí con mucho sudor. Hilos de sus cabellos pegados a su frente por el sudor. Sus muñecas y tobillos atadas a los mástil de la cama. Ella era quién gruñía. Habían tres sacerdotes en la habitación. El que se encontraba ahora mismo parado al lado de la cama de la chica, rezando con su biblia abierta y otros dos que rezaban sentados al lado del borde de la puerta.

-Buenas Tardes, Dios los bendiga.- Saluda el padre Kanawut con mucha sutileza en su tono. Son mayores que él así que debía respetarlos.

-Oh. Buenas Tardes, padre.- Los dos hombres se levantan de las sillas en dónde estaban sentados. Ambos volteando en unísono hacia el padre. Le ofrecen sus manos con sonrisas a lo que el padre tensa su propia sonrisa viendo las palmas de las manos vejestorias con sus cejas alzadas. Él saca su botella de agua bendita de uno de sus bolsillos para rociar agua bendita en sus palmas. Los ancianos se miran entre sí con el ceño fruncido.

-No es mi intención incomodarlos, caballeros,- Gulf va diciendo con un suspiro mientras guarda su agua bendita en un bolsillo para mirarlos totalmente serio. -pero es que es debo asegurarme de que nada de eso,- Gulf menciona indicando con su mirada a la mujer que se retuerce antes de mirarlos de nuevo. -este en ustedes. Sin más, me presento. Soy el padre Kanawut.

Gulf sacude manos con ellos teniendo una sonrisa de labios.

-Oh, padre. Qué bueno que has llegado.- Los ancianos se alegran mucho antes de volver a poner sus rostros de confundidos mirando a Mew.

-Yo soy... Su subordinado.- Mew se presenta con una sonrisa colocándose el collar de la cruz alrededor de su cuello antes de ofrecerle su mano a los ancianos para sacudirlas.

-Vaya, la iglesia Bendecida debe tener a las señoritas algo locas con ustedes. Son guapos, jóvenes, y firmes en la palabra del señor.

Un anciano dice.

-Uno de nosotros dos tal vez más que otro.- Mew menciona guiñandoles un ojo a los ancianitos regalándoles tambien dos pulgares arriba. Los tres estallan en risas a excepción de Gulf quién sólo sonríe con sus labios brincando una ceja. Los ancianos notan la seriedad del padre Kanawut así que dejan de reír carraspeando sus gargantas. Sus rostros gozantes de risas no tardan en tornarse rostros de perritos avergonzados con su actitud con los ojos dirigidos al padre que aunque es súper joven, se mantuvo serio por la situación a cambio de cómo se comportaron los ancianos. Mew también deja de reírse succionando su labio inferior bajo su labio superior dando a denotar que lo recién sucedido fue incómodo.

-Traigo sedantes, en todo caso, pero ¿a quién tenemos aquí?- Gulf habla con total indiferencia pasando de sus mayores hacia el mayor que tenía la biblia abierta. Parado al lado de la cama.

-Oye, ¿habías estado en un exorcismo antes?- Lo subestima el sacerdote.

-No, padre Non'. Es la primera vez que estoy ante la presencia de una actividad tan anti-natural como esta.- Gulf le dice, volteando a ver a la mujer que se retuerce con gruñidos.

El padre saca su agua bendita de uno de sus bolsillos.

-No te atrevas a ponerme eso.- Amenaza la chica con un tono de voz muy ronco al punto en que suena aterrador. Gulf sostiene la botellita arriba del estómago de la chica. Ella viste un traje blanco súper sucio. Los ojos muertos del padre la miran a los ojos. Una pequeña sonrisa se cuela en sus labios.

-¿Por qué no?- El padre tienta. -¿Es porque estás a punto de abandonar el cuerpo que no te pertenece?

-No-- ¡AH! ¡AH!

La mujer grita porque Gulf descargo una cantidad grande de agua bendita en su mano y estampó su mano contra la frente de la mujer quién estaba brincando su cabeza de arriba a abajo pero en ese momento la mano del padre la retuvo en su lugar. Ella grita. El agua bendita la esta quemando.

Los ancianos se sorprenden abriendo sus ojos de par en par por el contacto físico que el joven padre se atrevió a hacer. Mew incluso se queda sorprendido en su lugar. Lleno de temor por el bienestar de su novio.

Aunque su novio está inclinado sosteniendo la frente de la mujer para mirar a esta a los ojos. -Sal. De. Su. Cuerpo.

Demanda el padre.

-Oblígame.

Responde la mujer riendo como una desquiciada mientras sacude su cabeza a los lados con frenesí. Gulf maldice en bajo antes de retroceder su cuerpo entero. Él mira al sacerdote a su lado, quién lo ve totalmente sorprendido sin creerse la valentía del joven padre por hacer contacto físico.

-¿Me permite la Biblia, por favor?

Gulf le pide con una sonrisa humilde a pesar de que está respirando de manera agitada por cómo tuvo que inclinarse y sostener la frente de esa cosa.

¿Cómo negarse al padre Kanawut? Por supuesto que el otro padre accedió darle la biblia por más pasmado en su sitio que estuviese. Gulf le agradece en un murmuro abriendo la biblia con desespero. Llega a unas páginas y mira todo desafiante a la mujer. -Josué 1:9
"Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas."- Él lee un texto bíblico alzando la voz cada que puede porque la mujer está gritando cosas obscenas o suplicando a que se detenga con altos gritos.

La mujer reposa su cabeza en la almohada con la respiración agitada. Callándose mientras mira al techo porque el joven padre ha dejado de leer. Todos en la habitación miran a la mujer. Esperando a ver cómo va a reaccionar. Gulf la mira desde su sitio. Serio. Sin una pizca de miedo.

Lo pro siguiente que hace la chica es llenar sus cachetes y inclinarse hacia la izquierda para vomitar en la cama. Todos retroceden sus pasos con asco, cubriéndose las bocas a excepción de Gulf quién permanece serio en su lugar.

La mujer ríe con un rostro maligno mirando a Gulf.

-Mira lo que me hiciste hacer, padre,- Ella ríe con sus dientes amarillentos. Sucios. Al igual su labio inferior. Ahí quedo una gran mancha de vomito. -estoy toda sucia.

Ella juega volviendo a reír como una demente. Gulf alza su mentón.

-TE DEMANDO A QUE SALGAS, EN EL NOMBRE DE DIOS.- Gulf demanda, colocando la biblia abierta en su rostro.

-¡Gulf, la vas a asfixiar!- Mew grita corriendo hacia su novio.

-¡Quedáte lejos! No la voy a asfixiar,- El padre comunica ahora mostrando empatía en su rostro. -sólo quiero que salga de ella. Ya.

Él habla todo apenado. La mujer se retuerce y Mew observa el cuerpo de la mujer con mucha pena.

La cabeza de la cama suena aún con más fuerza por la fuerza que la chica está tomando en sus muñecas. Cada jalón que ella hace para desatarse es más fuerte. Su cabello rubio está esparcido por la almohada. Sus ojos sobrenaturalmente verdes de un tono claro están más que visibles.

-¡DEJA ESTE CUERPO!- Gulf sigue gritando.

La mujer grita en la biblia. En un último jalón, logra romper las cuerdas que sostenían sus muñecas y se sienta en su trasero de manera rápida (con velocidad Sobrenatural) y arranca el collar de la cruz del cuello de Mew de un sólo jalón.

-¡NO!- Gulf grita al ver que ella se lo arrancó. Ella sonríe con sus labios toda maléfica mirando a Mew.

-Ahora eres mío.- Ella le dice, dejando el collar caer fuera de la cama (frente a los pies de Mew). El pelinegro permanece confundido con una cara de cachorrito viendo el rostro de la mujer con miedo. La mujer ríe seguidamente de desplomarse en la cama como si fuese un saco de basura.

Mew mira a Gulf con miedo antes de que todo su cuerpo tiemble.

-No, no. Mew. No.- Gulf llama corriendo hacia su novio para tomarlo de los cachetes. Su novio no deja de temblar poniendo sus ojos en blanco. -Debes resistir, Mew. Ser fuerte. Yo sé que tú lo eres. Tú lo eres.

Gulf le dice al rostro con mucho dolor. Él se inclina para tomar su collar de cruz y ponerla en la frente de su novio quién gruñe sin dejar de convulsionar.

-Mew. eres más. Tú lo puedes. Eres mi novio y aunque tu estupidez podría ser más que suficiente para alejar a un espíritu, necesito que pelees. Debes ser fuerte y pelear.- Gulf llora viéndolo a la cara. -Yo te necesito.- Dice el padre. Sus labios temblando porque no quiere ser débil en este momento, pero sus sentimientos por Mew no se pueden ocultar. -Eres y siempre serás la persona que me cambio.

-Ahora sonrío por tu culpa. Ahora lloro por ti. Ahora habló me de lo que solía hablar antes. Me hiciste hacer amigos, Mew. Amo que siempre trates de bromear o detenerme cuando me paso de raya. Amo que me ames cómo quién soy. Amo cómo tratas a tus padres. No te vayas. Te lo suplico, no te vayas.

Gulf llora antes de abrazarlo aunque este no pueda devolver el abrazo. Sólo sigue convulsionando. Sus ojos blancos están dirigidos a la nada. Su cuerpo sólo convulsiona. Su boca está entreabierta.

Mew se comienza a dar puños en la cara con una mano.

-Mew, ¡no te golpees! ¡Te estás haciendo daño! ¡MEW!- Gulf retrocede del abrazo para sujetarle el puño (sin soltar el collar de la cruz).

De repente, Mew deja de convulsionar. Su cachete teniendo moretones.

-¿Mew?- El padre pregunta, pero al retroceder su rostro, los ojos café de Mew han reemplazado su color por un verde claro que se le ve sexy pero no indica buenas noticias.

-Nunca te has preguntado: ¿Por qué los humanos gritan antes de morir?.- Mew habla pero obviamente no es Mew.

-No hay. Nadie. Gritando.- Réplica el padre todo serio con dos últimas lágrimas dejando sus ojos.

-Ahora sí.- Mew dice antes de mirar a los tres padres y alza sus manos para usar fuerza sobrenatural, pero Gulf toma el mentón de su novio con fuerza. Abriendo su boca con dos dedos. Mew lo mira con sus ojos verdes.

-No te metas,- Gulf gruñe, y le da una patada para que caiga de rodillas sin soltarle la boca. -con el cuerpo de mi maldito novio.

Gulf le dice antes de meter el collar de la cruz dentro de su boca y le da un puño justo en la boca haciendo que este trague la cruz de manera inconsciente. Gulf lo suelta, viendo a su novio con preocupación

-¡Ah!- Su novio se agarra de la garganta. -Argh.- Él vuelve a convulsionar y se desploma en el suelo. Con sus ojos cerrados.

Todos se miran entre sí en la habitación. Mayormente Gulf.

La chica desfallecida en la cama comienza a toser. Pero su voz suena de ella. Sus ojos al parecer han vuelto a ser café.

Los sacerdotes caminan hacia ella excepto Gulf quién mira todo, atento. Los sacerdotes se sientan frente a la chica, en el borde de la cama.

-¿Qué me pasó?- La chica les pregunta y ellos suspiran en alivio porque ella está bien.

Gulf se arrodilla para revisar a su novio desmayado. -Mew..., despierta. Por favor.- El padre suplica antes de mirar arriba. -Como otros tengan su final feliz y yo no, vas a oír mis quejas, Dios.

Gulf dice en parte bromeando con Dios, pero en parte serio. La relación que él tenía con Dios era muy comunicativa ya que siempre le hablaba. No había contestación claro, pero el padre Kanawut sabía que su Dios único y inigualable lo escuchaba. Después de decirle eso a Dios, volvió a mirar a su novio. Acariciando sus moretones con una mano.

-Mew...

El mencionado permanecía con sus ojos cerrados.

De momento, comenzó a toser y se coloco en uno de sus hombros para vomitar el collar de cruz.

-Admito que pensé que lo ibas a cagar mejor.- Gulf comenta con una sonrisa todo emocionado por el despertar de su novio. Mew tose hasta que vuelve a acostarse en el suelo mirando con sus ojos café oscuros a la cara de su novio piel dorada.

-¿Yo te cambié?- Él pregunta en una débil voz.

-Sabes que sí.- Gulf le recalca haciendo de una risa un bufido sarcástico. Mew se sienta en su trasero. -Debiste hacerme caso. Ahora estoy herido. ¿No sabes que los testarudos son los primeros en morir en las películas de terror?

-Pero me salvaste.- Mew agradece en otras palabras con una sonrisa. -No morí.

-Me preocupaste, mundano.

-¿Me metiste un puño?- Mew pregunta al tocarse la boca moviéndola a los lados con incómodo.

-Fue por la causa.- Gulf le dice su excusa con un tono cool asintiendo su cabeza esperando que su novio le crea.

Mew ríe con él. Ambos se abrazan. -Gracias, padre.- Agradece Mew como un niño pequeño hundiendo su rostro en el hombro derecho del padre. El padre le devuelve el abrazo queriendo llorar de la alegría.

-¿Tu subordinado está bien, padre Kanawut?- Uno de los ancianos pregunta. Todos en la habitación están mirando al joven padre.

La pareja rompe su abrazo para mirar a los ancianos con sonrisas humildes.

-Estoy bien.- Mew les dice a todos.

Todos suspiran alegremente.

-Ese joven hombre fue quién te salvo, chica.- Uno de los ancianos le informa a la chica. Ella mira a Gulf y sonríe.

-Muchas gracias.- Ella agradece débilmente, pero con una sonrisa.

Gulf asiente en su dirección.

👄

Al salir de la cabaña, salen tomados de manos. El viento moviendo sus cabellos mientras que el cielo está nublado arriba de ellos. Ellos sólo están mirando a la nada frente a ellos mientras se dirigen al auto.

Gulf llevándose su maleta en su otra mano.

-¿Tuviste sedantes en iglesia todo este tiempo? Es que recordé que dijiste que los trajiste.- Mew le dice.

Gulf lo mira con una sonrisa. -Sí.

-A veces me pregunto si lo que tienes es una Iglesia o un Armería.

Gulf ríe con el comentario de Mew.

-Es una armería para los que quieren ser guerreros del señor y es una iglesia para los que quieren escuchar la palabra de Dios.

Gulf dice.

-Eso es agradable.

-Mjm.

-Este día fue un caos. Aunque lo bueno es que salvamos una vida.- Gulf dice.

-Dejaste el collar de la cruz en la cabaña. ¿No lo necesitarás?- Mew pregunta.

-Ya pase esa fase. Mi katana no necesita de ese collar.

Gulf menciona. Se puede ver que termino adentrando la katana dentro de la maleta. Por suerte no tuvo que ser usada.

Se dejan de sujetar las manos para ir a los lados del auto y antes de entrar, Mew le llama la atención con un silbido. El viento moviendo los flequillos de ambos.

-¿Iremos a la iglesia ahora?

-Debes buscar tu auto. ¿Tienes otros planes?

-Se me apetece un frappé.

Gulf pone cara de aborrecido.

-Pues desape-tecete porque Aokbab ya no trabaja en la heladería y si no está ella, no voy.

-¿Ósea que si se tira de un puente te tirarás con ella y me dejarás solo?

Mew bromea con una sonrisa. Gulf suspira angustiado entrando al auto. Mew ríe yendo a meterse pero Gulf enciende el auto y retrocede este.

-¿Pero qué...?- Mew murmura. -Oye, no me vengas a dejar varado.

Mew le dice.

Gulf le sonríe tras el cristal poniéndose el gorro de scout que le dio su novio. Gulf brinca sus hombros con una sonrisa traviesa antes de acelerar.

-¡GULF, NO TE ATREVAS!- Mew grita corriendo tras el auto que se aleja de a poco.

*N/A: Estamos llegando a la final~, ¿se esperaban estos sucesos en este cap? Por cierto, espero les haya gustado y los sucesos del cap de hoy son en parte los que están mostrados en la carátula que hice:

Sin más, tengan buen día😘*

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