•XVI•

-Ha pasado tanto tiempo.- Nattawat dice sin eliminar su sonrisita, pero lo primero que recibe es un puño de parte del padre. El chico permanece con su rostro desvíado hacia la izquierda alzando sus cejas con su boca abierta en una "O" de indignación, su cachete con una mancha roja por el golpe.

-Oh por Dios, sí eres real. Eres real,...- Gulf dice con histeria desviando la mirada de Nattawat para ver al cielo agitando su mano con la que lanzó el puño. Sacudía su mano una y otra vez por el punzante dolor en sus nudillos. -Eso dolió.- Él mismo dice antes de mirar sus nudillos con dolor.

-Siempre que estoy contigo te lastimas,- Nattawat detiene su mano, tomándola entre ambas de sus cálidas manos como si la mano del moreno fuera un copo de nieve. Las manos del padre no eran pequeñas debido a que era hombre pero las manos del más blanco cubrían la mayor cantidad visible de las manos del piel bronce. Los ojos del recién llegado recaen en las suaves manos del padre quién lo mira con los ojos cristalizados. -lo siento por eso.

-¿"Lo sientes", dices? Por el amor de Dios,- Gulf retira sus manos en un brusco jalón. -deberías decirme por qué desapareciste por tanto tiempo. Por qué me dejaste solo por dos años. Fue mucho tiempo.- Llora el moreno. -No sabes cuánto te extrañe.

Ríe con sarcasmo para evadir el enfoque en las lágrimas que salen de sus ojos, mirando hacia el pasaje tras ellos (casi al cielo). Sin embargo, no parece notar el auto entrante que se estaciona en el estacionamiento. El auto apaga sus motores para que el conductor se baje de lo más relajado poniendo sus pies en el rocoso suelo. Cierra la puerta del auto con una sonrisa sujetando un ramo pequeño en forma de corazón con rosas.

Mira con una sonrisa a las escaleras, ocultando en su espalda el pequeño ramo de flores, pero al mirar con más detalles: alza una ceja. Está viendo a su padre favorito llorando mientras mira a un hombre frente a él.

Mew vuelve a trotar con desespero y sube las escaleras todo apurado hasta colocarse al lado del padre viendo con una mirada desafiante -aunque un tanto cómica por un bufido sarcástico que hizo-. Respiro un poco por el ajetreado trote. -¿Hay algún,- Mew mira al padre a su lado antes de hacer contacto visual con el otro chico después de otro suspiro. -problema aquí?

Nattawat miró todo confundido al chico recién entrante. Abrió y cerró su boquita repetidas veces, pero el moreno se encargó:

-Mew. Tranquilo. Él es de quién te hablaba: mi mejor amigo.

-Espera. ¿Qué?- Mew abulta sus labios con el ceño fruncido volteando a ver al padre. -Gulf, ¿qué no estaba muerto?

-Pregunta si quieres.- Gulf le dice con el mismo reproche, cruzándose de brazos con un sollozo para mirar a su mejor amigo, cuestionando a este con la mirada. -Porque a mí me debe una misma explicación.- Gulf dice con firmeza tragando hondo como puede por sus lágrimas. Le duele. Sólo que no quiere demostrarse muy sensible.

Nattawat mira a Gulf a los ojos.

Mew lo mira con los ojos entrecerrados. No le agrada. Además, es guapo. Guapo y más joven que ellos dos. Guardó el pequeño ramo de flores metiéndolo en sus pantalones (por detrás). Lo cubre con la parte trasera de su chaqueta de cuero marrón. No sentía que era un buen momento para darle el ramo. Los miro a ambos con un poco más de comprensión. Él vestía una camisa blanca de cuello alto bajo esa chaqueta.

-Si necesitan hablar a solas, estaré afuera--- Mew iba diciendo, pero Gulf secretamente se aferra a su pulgar. No tomó su mano por completo. Sus manos estaban detrás de ellos ocultas a plena vista.

-Quédate. Por favor.- Gulf susurra.

Mew lo mira todo comprensivo con el amor de su vida. Estaba dudoso de la decisión de no dejarlos solos, pero con esa súplica no pudo hacer más que caer rendido ante él. Como un perrito, o como un caballo, totalmente fiel a alguien con o sin riendas. Sus labios dibujaron una sonrisa de labios.

👄

-Fui amenazado por quién te violó... Me amenazó con matarme a mí o a ti si le contábamos a alguien.- Nattawat va contando cuando Gulf y Mew están sentados en la butaca de la última fila (a la derecha) viendo a Nattawat quién cuenta todo sentado en la butaca a la izquierda. Abierto de piernas, algo encorvado, frotando sus palmas a medida que hablaba. -Me aterró la idea de que te matarán así que desaparecí del plano para que se olvidaran de ti.

-Pues lamento tener que decirte esto, pero,- Gulf rasca su nuca en demasía, reajustando su espalda, bien abierto de piernas también. Cerrando sus ojos con un suspiro. -a la verdad que se olvidaron de mí. Porque le conté a... ¿Cuántas? Ah sí, dos personas.- Cuenta el padre dejando de rascarse la nuca para mostrar dos dedos sacudiéndolos en el aire con una sonrisa sarcástica de labios.

-Gulf.- Mew llama todo serio al notar que está volviendo a ser crudo y frío.

Gulf baja su mano con desánimos de seguir siendo frío o de siquiera hablar. Opta por permanecer cabizbajo con un chasquido de labios.

-Te agradezco que hicieras ese lindo gesto por él. Aunque... Lo asustaste mucho. Debiste al menos dejarle una nota.- Mew trata de ser positivo hablándole al menor de ellos dos.

-Lo pensé. Pero no supe qué decirle. Sólo espero que me perdone y--

-Te perdono.- Gulf le dice sin titubear. Su mejor amigo le dedica la mirada con una sonrisa.

-Pensé que me verías como un villano.- El mejor amigo llora.

-En la vida real no hay villanos sólo personas inconformes que le dan momentos difíciles a otros.

Gulf le responde antes de ponerse de pie. Camina hasta su amigo. Se arrodilla delante de él mientras que el mejor amigo llora.

-Gracias por todo, y lo siento, por no darte una cálida bienvenida. Juro por Dios que no te haré ningún otro daño porque eres mi prójimo. Mi hermano no legal.- Gulf lo abraza como un niño pequeño. Poniendo su cabeza en su abdomen para llorar calladamente ahí.

Su amigo sigue llorando incluso si ha sido perdonado.

-No hiciste nada malo. Y no lo digo porque hiciste lo que hiciste por mí... Lo digo porque realmente no hiciste nada malo.

Gulf solloza. Retrocede de él para mirarlo arriba al rostro. Su amigo sigue sollozando mientras que lo ve con dolor.

-¿Qué hay de tus padres? ¿En dónde estuviste todo este tiempo?

-Mis padres me cuidaron en silencio. Aún tenemos el maniquí que se mostró en las noticias de mí "suicidio".

-Me muero de ganas por conocer al desgraciado del maniquí que me causó tanto dolor.

Gulf dice en una voz que comenzó dulcemente ronca hasta convertirse en una amenazante. No bromeando.

-Te lo puedo enseñar algún día que vengas a casa.- El chico frente a ellos se limpia las lágrimas con sus propios nudillos.

-Preferiría que lo trajeras aquí, gracias.- Gulf sonríe todo antipático antes de ponerse devuelta en sus pies de nuevo con sus manos cruzadas tras su espalda.

El joven sonríe.

Después de otros minutos de conversación, el joven se fue. Porque el ambiente en sí era incómodo. Al dejar esas puertas bajo la mirada del padre quién seguía parado entre las butacas viendo las puertas con una sonrisa de labios triste..., Mew aprovechó para pararse de la butaca y caminar a él.

-¿Estás bie--?- Mew iba preguntando, pero Gulf alza su mano justamente entre sus rostros ahora desviando la mirada al suelo con angustia.

-Stop your words. (Detén tus palabras.)- Dice el padre en inglés. Mew alza sus cejitas sin retroceder su carita de la mano de Gulf por lo que parece como si este le cubriera la boca.

-"¿Estás bien?" es la pregunta más mal inventada de todos los siglos de este mundo.- Gulf le cuenta ahora mirándolo a los ojos.

-Pero incluso tú la dices.

-A lo que me refiero es, si ves a alguien que está evitando llorar entonces no preguntes porque emocionalmente,- El padre baja su mano para ajustarse las mangas de su chaqueta. -no lo está.

-Tienes razón, padre. Aunque acabo de ver tu esfuerzo por no llorar justo ahora.- Mew dice y nota, al mirar abajo, como el padre está cerrando la mano de nudillos rojos para que Mew no la noté. El pelinegro sigue el juego de no notarlas para no preocuparlo.

-Por cierto, te traje algo.- Mew dice. Él saca un ramo de rosas de la parte trasera de sus pantalones. Se lo ofrece con un brazo.

Gulf ve el ramo con las cejas demasiado alzadas.

-¿Son ficticas?- El padre pregunta. -Porque si no lo son, no sé qué hacer con estas.- El toma el ramo de flores viéndolo todo escéptico. Bien dramático sujetando el ramo.

-Dios, al menos haz como que te gustaron.

Mew súplica.

Gulf juega un poco volteando hacia él con una sonrisa de labios sarcástica. -Me gustaron, muchas gracias,- El padre finge su voz amable antes de mover el ramo por el aire y dejarlo caer en la butaca detrás de él y poner un rostro amenazante de nuevo. -voy a comprar una vasija que vaya acorde con la innegable belleza de estas flores.

Habla con total aborrecimiento yendo a las puertas del auto. Mew sonríe por eso último brincando un poco sus tobillos de arriba a abajo y, toma el ramo antes de correr tras el padre con una sonrisa.

-¡Padre! Vas a necesitar las flores para encontrar la vasija correcta.- Mew informa como último con par de risas como un niño pequeño.

Para cuando van en el auto del padre (ya que Mew decidió dejar su auto frente a la iglesia) el padre está aborrecido porque el ramo de corazón está frente a ellos dos reposado en el tablero de enfrente (visible por la ventana principal). Mew va todo contento en el asiento pasajero con un sonrisa, enfocado en el panorama del exterior.

-... Debo regalarte algo también. Lamento por no pensar en darte un regalo. Fue una falta mía.- Gulf habla con mucha determinación asintiendo la cabeza.

-¿Qué? No, claro que no. Tranquilo, sólo quise darte algo.

-Pero, ¿no debo darte nada en cambio?

-Padre, los regalos que vienen del corazón no merecen otro regalo a cambio sino amor.

-El amor es tan raro.

-Hablas como un alíen fuera de este mundo.

-Es la primera vez que tengo a alguien a quién realmente quiero. No me juzgues.

-Dios, cuidado con cómo hablas. Me puedes poner la cara tan roja como un tomate.

Mew dice viendo con indignación la carretera frente a ellos. Gulf sonríe todo juguetón.

-Tal vez sí quiero ver tu cara tan roja como un tomate.- Dice el padre antes de pisar el acelerador por un segundo, espantando a Mew quién se pega demasiado a su asiento.

-¡GULF! ¡VAMOS A MORIR! ¡CONDUCE LENTO POR EL AMOR DE DIOS!

Mew grita por el leve segundo que duró la rapidez. Gulf sólo ríe a carcajadas.

-Estoy seguro que a Dios le gustó esto.- Gulf ríe todo simpático mientras que Mew está espantado en la silla respirando varias veces. Él mira a Gulf todo asustadito.

«Es raro. Pero... Oh, padre que estás en la iglesia, me gusta cuando eres peligroso. Es como si te liberarás de la presión de ser amargado con las personas todo el tiempo.»

Mew piensa aflojando su rostro de asustado a uno que permanece neutral mirando al chico que le hace latir su corazón el doble de normal incluso si ya han pasado por la intimidad... Que es el momento más cercano que cualquiera puede tener con su amado, y por la faceta de contar verdades.

Al final del día, por la noche, Gulf coloca la vasija que compró con Mew encima de una de las gavetas de la cocina. La vasija tenía de diseño un cielo pintado en azúl. Bajo el cielo, un terreno basto... Tan hermoso.

En el transcurso al viaje desde la tienda, devuelta a la iglesia, y la casa de Gulf... Mew se trajó su auto. Ahora ambos autos estaban afuera de la casa.

Gulf miró agusto la vasija recién comprada con una sonrisa de labios. Vestía una camisa de mangas largas (roja con manchas azules) abierta en el pecho. Mostraba sus clavículas. Se veía tan lindo en esa camisa. Con unos pantalones suaves negros y sandalias.

Mew salió del baño de la casa para caminar hacia él. Gulf instantáneamente sacudió sus hombros para mirarlo con un rostro sombrío fingiendo no estar conmovido con la vasija y toma un cuchillo del estante de cuchillos a su lado.

-Woah. ¿Vas a matarme?- Mew pregunta sorprendido.

-No. Tal vez la comida que prepare lo haga por mí.- Gulf amenaza con una sonrisa de labios.

Mew se acerca a él para tomarlo de los cachetes suavemente. -Vamos a cocinar juntos. Así la comida podría matarnos a ambos.

-¿Tú tampoco sabes cocinar?- Gulf pregunta riéndose.

-Digamos que no tengo mucha experiencia.

-Para la comida al parecer.

Gulf dice alzando sus cejas en un sonrisa. Ambos ríen por eso.

-¿Quieres decir que hago un buen trabajo amándote?

-Si no te he sacado de mi casa como una bolsa de basura entonces sí.

-Dios, esa lengua tuya... Qué afilada.

Mew bromea en una sonrisa. Gulf ríe.

-Mm... Mew,... Si hacemos el amor esta noche,- Gulf se rasca una cien mirando abajo al suelo. -te doy todo el permiso para que me lo hagas por atrás... Acostados.

-¿Seguro de eso, Gulf?

-. De hecho, sí.- Gulf asiento la cabeza con el ceño fruncido. Humedeciendo sus labios con su lengua antes de mirarlo.

-Me vas a entregar tu espalda, padrecito.

-Suena algo lindo cuando lo pones de esa forma.

Ambos ríen.

-Y, otra cosa...,

-Dime.

-¿Puedo ser yo quién... Te domine esta noche después de tu turno?

Gulf pregunta ahora tomándolo de un hombro con su mano libre para susurrarle al oído con una sonrisa juguetona: -Seré gentil si me permites.- Él dice.

Mew sonríe. No se esperaba eso. Gulf retrocede para darle un casto beso en los labios.

-¿Qué dices?

Gulf le sigue incitando.

*N/A: El mejor amigo de Gulf 🥺, 😍 El ramo de rosas y la vasija.... Ldjdkd se vieron de 10/10 en mi mente, espero haberles transmitido la misma imaginación y espero les haya gustado. Por cierto, ese final de cap... Uff 🔥😏😂 Tengan lindo día 😘

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