•I•
El metrónomo sonaba. Agitando su péndula de lado a lado. El pequeño reloj con forma de un pentágono tallado en madera color marrón, estaba colocado en los dos únicos escalones frente al pedestal dorado de la iglesia. Ahí, a su derecha, se encontraba Gulf Kanawut arrodillado, orando. Sus palmas unidas. Esos ojos que no brillan y parecen bolinches negros, cerrados.
Él era un sacerdote así que vestía una chaqueta negra encima de una camisa del mismo color con unos pantalones negros y zapatos finos de punta afilada con elegancia. Dejo de rezar cuando el metrónomo detuvo su péndula. Abrió esos viles oscuros ojos que no revelaban alma alguna.
-Gracias, Dios.- Gulf dice en una voz ronca alzando su mirada.
Las puertas de la iglesia se abren por una monja que caminaba con sus muñecas cruzadas en su espalda. Mirando divertidamente alrededor cuánto más se acercaba al sacerdote. Su velo negro cubría todo su cabello marrón. Ella vestía un traje negro con unos zapatos de tacón bajo.
-Padre Kanawut.- Ella llama, deteniéndose a unos pasos de él con su sonrisa de labios divertida con las cejas alzadas.
👄
-¡Ah! ¡Ah!- Ella no tardó en estar atada de muñecas, inclinada sobre el escritorio del sacerdote de espaldas al padre con el traje alzado sobre su espalda. Su largo cabello castaño ondulado era visible porque el velo se le fue quitado. El padre la follaba desde atrás sujetándola fuertemente de las caderas mientras que embestía ese trasero de melocotón que rebotaba con cada azote. La pequeña boquita de la asiática se abría en una sexy "O" mientras retorcía sus muñecas atadas vilmente contra su espalda. Con una corbata negra.
Gulf sólo gruñe durante las embestidas. Él la mira sin emoción alguna. Como si ella fuese una simple muñeca que emite sonidos. La chica sigue gimiendo hasta que se corre con un gemido aliviado. El padre tarda unas cuatro embestidas más hasta que gime internamente para correrse en ese trasero de melocotón.
-Ah... Eso fue sensual, padre.- La mujer dice con la respiración entrecortada en una sonrisa. El hombre sale de ese trasero de melocotón por lo que ella se restaura.
El padre no le responde. Solo le quita la corbata que ataba sus pequeñas muñecas. La chica hace un puchero al no ser respondida y se da la vuelta con una sonrisa: lista para decir algo pero el hombre le tira el velo en el rostro. Ella lo sostiene de caer. Se lo baja para en orden de finalmente hablar pero el padre sale de la oficina como si nada.
-Siempre tan frío.- Ella rueda los ojos cruzándose de brazos. Mira abajo y encuentra sus bragas tiradas. Se pone de cuclillas para tomarlas pero se detiene.
-Un momento. Puede que se haya ido a recibir a los de inspección... Qué escándalo crearía si... ¿Encuentran unas bragas en la oficina del sacerdote?
Ella murmura mientras se pone de pie ahora sonriendo de manera maliciosa para salir de la oficina moviendo ese trasero de melocotón orgullosamente hacia los lados.
Al salir por la puerta, ve al padre ahí mirándola de manera feroz. -Oh. Padre. Pensé que ya se había ido.
Ella dice. El padre toma su traje y lo alza, viendo la parte íntima de la chica al descubierto. Esa piel suave iluminada completamente al expuesto.
-Tus bragas. Ahora.
-Oh.- Ella ríe nerviosa. Su morboso plan había fallado. -Lo buscaré enseguida.
Se da la vuelta para entrar a la oficina de nuevo, rodando los ojos. -Nadie nunca puede sacarle información a este hombre.- Ella murmura irritada. Se dobla para tomar las bragas.
Al restaurarse, escucha una voz detrás de ella: -Es cierto. Nadie nunca puede sacarme información.
Él dice detrás de ella sin que ella se diera cuenta y le apuñala una jeringa en el cuello. Ella grita con terror pero sus ojos se pusieron blancos por el contenido de la jeringa y cayó al suelo.
-Praew Chaisang, has estado queriendo sacarme información desde que viniste aquí la semana pasada...- El padre se pone de cuclillas para mirarla mientras que la chica lucha por no dormirse. Jadeando. -¿Qué eres? Policía, FBI... ¿Detective?
-No me vas a detener. Ya sé lo que le haces a las monjas. Las follas como a mí y pretendes hacerte el inocente. No me vas a detener.
-¿No te voy a detener?- El padre ladea la cabeza. -¿Por qué?
-Soy... Reportera. Tengo mis medios.
-Sí... Tus medios... En tu casa. Puedo fácilmente obtener esos medios.
El padre dice. Ella lo mira con odio antes de quedar dormida.
El padre Kanawut sale en su auto para ir al edificio de Praew. Estaciona frente al edificio para bajar del auto. Sube las escaleras mirando para atrás cautelosamente. Verificando si nadie lo seguía. Si esa reportera no tenía secuaces suyos. Después de ir al piso debido, se posiciona frente a la puerta de Praew. Mira a su alrededor antes de sacar una herramienta afilada de sus bolsillos pero recién sacándola, la puerta se abre. El padre brinca un poco en su lugar. Teniendo las cejas alzadas pero aún con una expresión seria.
Un guapo chico recién salido de la bañera está ahí. Tiene piernas fuertes, con algo de bello. Sus muslos incrementan cuánto más vas subiendo la vista. Pero una toalla rodea su perfecta cintura que expone abdominales. Sus pectorales son tan perfectos, esos hombros anchos... Brazos con algo de masa, bien ejercitados. Un tatuaje de dragón cubriendo todo su brazo izquierdo. El cabello del asiático estaba mojado con hebras negras lloviendo sobre su frente. Esos ojos asiáticos tenían delineador.
-Ah. Disculpa.- El chico sonríe carismático ahora sacando una bolsa de basura para la esquina de la puerta.
-¿Eres otro de los juguetes sexuales de Praew?- El chico pregunta.
-No. De hecho..., venía a buscarla.
El padre oculta la herramienta filosa poco a poco. Se quedan viéndose a los ojos.
-Eso es gracioso porque... Ella te iba a ver a ti.- Él chico menciona de brazos cruzados.
-¿Puedo ir al baño al menos?- El padre moreno pregunta con algo de desespero.
-Cómo no.- Mew se hace a un lado con una sonrisa sarcástica para que Gulf pase. Al Gulf pasar, siente que algo duro rozo contra su muñeca. Se detiene para mirar detrás de él con el ceño fruncido.
El chico usaba sus manos como almohada tras su cabeza con una gran erección sobresaltada en esa toalla. El chico le esta sonriendo con sus labios.
-Estaba viendo porno hace unos segundos.
El chico aclara. El padre mira la erección y lo mira a él sin expresión alguna. Pero debido a que al padre no le gustó que ese hombre le mostrase su erección, sacó una botella de agua bendita y la roció en el rostro del chico. Salpicandola.
-¡AUCH! ¡ME CAYÓ EN EL OJO, ESTÚPIDO!- El chico grita mientras que el padre sigue agitando su botellita con las cejas alzadas. Teniendo una expresión súper relajada.
-Cuidado a quién le enseñas tu erección.
El padre dice. Cierra la botellita para guardarla en el bolsillo de su chaqueta e irse al baño.
-Mi nombre es Mew.- El chico se presenta frotándose los ojos pero el padre encuentra la habitación de Praew al lado del baño. Él cierra el baño para que el tal Mew crea que fue al baño y entra a la habitación de la monja.
*N/A: Gulf es serio en este libro pero no será una persona mala. De hecho, puede que dé gracia algunas veces. Es sólo que hace lo que debe cuando debe. Espero les guste, tendrá un poco de contenido hard pero será en lo que se desarrollan + el libro en sí es bastante... 🔥😏🔥 jajaja. Este proyecto es bastante nuevo para mí en el aspecto de que casi siempre pongo a Gulf parlanchín, dramático o loquito pero me tome el desafío de ponerlo serio y callado. Con escenas de comedia mientras que Mew será quién moldee a nuestro personaje poco a poco.
Por cierto, ella es Praew. Y idk pero pega con Gulf, por eso la puse. Me gusta que en un cast los personajes peguen incluso si no van a ser pareja jiji💖
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top