La alarma marcaba las siete de la mañana y un cuerpo empezaba a despertar entre las sabanas, donde se podían distinguir unos cabellos castaños.

- Es hora de levantarse- se dijo a si mismo bostezando mientras se levantaba.

Aun con sueño, el castaño se dirigió hasta baño de su pequeño apartamento. Se miro al espejo y observó su desordenado cabello causándole una pequeña risa.

«Y eso que lo tengo más corto que en la secundaria».

Durante los últimos 10 años Tsunayoshi había cambiado, ya no era el Dame-Tsuna de los tiempos escolares, esto se debió en gran parte a su tutor espartano. Tenía más confianza en sí mismo, su cabello que desafiaba la gravedad disminuyo considerablemente, su estatura era casi de un metro setenta y su cuerpo estaba bien definido.

Después de terminar de darse una ducha, fue a la cocina a prepararse el desayuno y en el camino, un gatito se acerco pidiéndole cariño.

-Buenos días Natsu- habló cargando a su mascota con cariño, quien lo saludo con un maullido.

Preparo un plato de comida para Natsu y uno de cereales para él.

Tsuna estaba desayunando tranquilamente cuando su celular empezó a sonar.

-Diga- Habló mientras dejaba su cereal de lado.

-Buenos días querido nieto- respondió una voz mayor.

-Abuelito- dijo emocionado - ¿Como estas? -preguntó acariciando a su mascota que se habia acercado a él.

-Bien, dirigiéndome al trabajo- respondió cálidamente- Me preguntaba si podrías venir a la empresa en la tarde, tenemos que hablar sobre un asunto- dijo en tono serio.

-No hay problema- contesto desviando su vista hacia la ventana - ¿Es algo grave? -preguntó preocupado.

-No es nada grave, así que no te preocupes - respondió Timoteo de forma tranquila- Coyote te pasara a buscar a las 3 de la tarde -mencionó.

-Está bien, lo estaré esperando- dijo alegre- Que tengas un buen día -dijo para despedirse.

-Tu igual Tsunayoshi- respondió el mayor finalizando la llamada.

«Será mejor que me vaya a trabajar»      

Continuara...