Capítulo 4: Fiesta
La semana prosiguió con normalidad, o lo que se podía llamar como normal en estas circunstancias.
Tsuna ya había establecido una rutina, la que consistía en que en la mañana el pelinegro ocupaba el baño primero, lo que le daba tiempo para despertar completamente o jugar con Natsu y con hibird (el ave fue nombrada así por Tsuna). Cuando el castaño entraba a darse una ducha, el encargado del preparar el desayuno, como todas las comidas, era su guardaespaldas. Después se dirigían a trabajar, en la cafetería la clientela femenina era atraída por un atractivo mesero, le pedían su número telefónico pero este ni se dignaba a responderles.
Cuando era hora de cerrar, se dirigían al apartamento, en donde el castaño se entretenía mirando algún programa o película en la televisión, mientas que el pelinegro se dedicaba a preparar la cena. Y para finalizar la rutina, cada uno se iba a dormir a su habitación.
Para suerte del castaño, vivir con Hibari ya no era tan complicado, en un principio le daba miedo. Pero en los últimos días, Tsuna agarro confianza y le preguntaba a cerca de su vida. Aunque este no entablaba una larga conversación, le respondía honestamente, para felicidad del castaño.
Tsuna hasta el momento sabe que su protector es de Japón, tiene 27 años y su cumpleaños es el 5 de mayo, signo tauro, en su escuela pertenecía a el comité disciplinario, lo cual no sorprendió a este, monta una motocicleta, fue criado por su tío Fon 《 ese nombre se me hace conocido... 》, el cual lo entreno en las artes marciales.
La semana comenzaba, lo que significaba trabajo.
-Hibari-kun es muy popular- habló Mimi- Cada día vienen las mismas chicas.
- Han aumentado las ventas jajaj- rió el castaño mirando de reojo Hibari.
-Tienes razón- dijo la pelirroja – Aunque igual entiendo a las chicas que vuelven cada día con la esperanza de conseguir el número de nuestro mesero estrella- habló mirando al castaño.
-¿A qué te refieres?- preguntó Tsuna.
-A que se sienten traídas por Hibari-kun- miro a Tsuna- Tiene un aire de misterio que a cualquiera le gustaría descubrir que esconde, además tiene un cuerpo para desmayarse.
-Si supieras- susurro el castaño recordando el incidente del baño.
-¿Qué dijiste?- preguntó curiosa la castaña con una sonrisa- No me digas que...
Fue interrumpida por dos clientes, que se acercaron directamente a donde estaba el castaño.
-Jundaime!!!- habló Gokudera mientras abrazaba al castaño- ¿Se encuentra bien? Me entere de lo que paso hace unos días, ¿Tiene alguna herida?
-Gokudera-kun- dijo alegre Tsuna- Me encuentro perfectamente.
-Me alegro que estés bien Tsuna- habló Yamamoto.
Mientras charlaban, un pelinegro miraba atentamente como el herbívoro sonreía con naturalidad frente a esas personas recién llegadas, aunque no quería entrometerse, se acerco a Tsunayoshi para comprobar que se encontraba bien.
-Sawada Tsunayoshi- habló un pelinegro detrás de Yamamoto y Gokudera, los cuales voltearon a verlo.
-Hibari-san ¿Qué ocurre?- preguntó el castaño mirándolo.
-¿Conoces a estos sujetos?-Preguntó.
-¿Cómo que sujetos?- dijo enojado el peli plata- Y ¿Quién eres tú para tratar a Jundaime con tanta familiaridad?
-Tsuna, ¿Quién es él?- preguntó Yamamoto.
-No se lo han contado- dijo extrañado el castaño- ¿Por qué no nos sentamos y les explico?
Sus amigos y el pelinegro se acomodaron en una mesa ubicada al lado de la ventana.
-Chicos, el es Hibari Kyoya y es mi guardaespaldas- habló mirando a sus amigos que estaban frente de él- Por ordenes de mi abuelito tengo que tener a alguien que me proteja en caso de que quieran atacarme, como se enteraron, hace unos días quisieron secuestrarme, pero gracias a Hibari-san no paso nada grave- concluyó Tsuna con una sonrisa.
-Así que era eso- dijo Yamamoto pensativo.
-Espero que protejas bien a Jundaime- habló el peli plata mirando a Hibari.
-Es mi trabajo- contestó un calmado pelinegro.
-Cambiando de tema- dijo Yamamoto- Tsuna te traemos los presupuestos para las investigaciones de Spanner, Shoichi y Verde- concluyó pasándole una carpeta al castaño.
-Gracias, los tendré revisados en unos días- habló.
-¿Por qué tienes trabajo de Vongola Corp si todavía no asumes el puesto del Noveno?- preguntó extrañado Hibari.
-Para que tu sepas, Jundaime se encarga del área de investigación, la cual fue creada por el mismo hace unos años- dijo sonriendo Gokudera.
-Interesante- pronunció Hibari.
-Otra cosa más- dijo el peli plata tendiéndole una invitación al castaño- Tiene que asistir a la fiesta de aniversario de la empresa, en donde asistirán todos los socios y futuros socios.
-¿Es necesario?- preguntó- Saben que no me dan bien esas cosas.
-Órdenes del Noveno- habló Yamamoto.
Tras despedirse de sus amigos, prosiguió en su puesto de trabajo hasta la hora de cerrar, preguntándose si hacia bien en asumir el puesto de su abuelito.
Pasaron los días con rapidez, era ya sábado por la noche, mientras se arreglaba su traje en frente al espejo, al castaño le empezaban a surgir los nervios.
Un toque a la puerta lo saco de sus pensamientos.
-¿Estás listo herbívoro?- preguntó el pelinegro al otro lado de la puerta.
-Voy en un momento- respondió echándose el último vistazo en el espejo.
Llevaba un traje negro hecho a medida, una camisa blanca y una corbata delgada negra.
Ya en el auto, conducido por Hibari, cada vez que se acercaban más a su destino, Tsuna se ponía más nervioso.
-¿Me puedes decir que te pasa?- preguntó el conductor.
-Tengo miedo- susurro.
-¿De qué?- preguntó de nuevo el pelinegro.
-Tengo miedo de lo que pensaran de mi- dijo ocultado su mirada con su cabello- Es mucha responsabilidad tomar la dirección de la empresa, no quiero decepcionar a nadie.
-Entonces, ¿Por qué lo haces?
-Porque yo...- miro por la ventana- Yo quiero ayudar de alguna manera, por eso funde el área de investigación, con la ayuda de algunos socios hemos hecho varios avances en tratamientos médicos, comunicaciones, robótica, entre otros.
-Mmm... Deberías estar orgulloso- habló mirando por un momento a su copiloto- Pocas personas logran lo que quieren en tan poco tiempo, además manejas dos negocios, la cafetería y tu área de la empresa- hizo una pausa- Te admiro por tu determinación.
El castaño quedo en silencio ante las palabras de Hibari, nunca nadie le había dicho eso, se sintió feliz, orgulloso y lleno de determinación de lo que podía llegar a ser. Una pequeña lágrima rodó por su mejilla, la cual limpio en un instante mientras sonreía al paisaje nocturno.
La celebración se llevaba a cabo en el centro de eventos del hotel más lujoso de la cuidad, las personas desfilaban con sus mejor galas ante la lluvia de flashes, por suerte para el castaño, la prensa no lo conocía, le saco ventaja a eso y se encamino directamente al salón.
La multitud charlaba a un volumen moderado, aún se podía escuchar la música de fondo. El salón bellamente decorado no era opacado por la gente que se paseaba de un lado a otro, si había una palabra para definir ese cuarto era lujo.
-Tsunayoshi has llegado- saludó el Noveno acercándose al nombrado- Buenas noches Hibari- saludó al pelinegro, el cual respondió el saludo con una pequeña reverencia y se ubico detrás de Tsuna.
-Buenas noches abuelito, espero no haber llegado tarde- habló el castaño un poco nervioso y mirando para todos lados.
-Llegas justo a la hora- dijo sonriente- Espero que disfrutes esta noche, hay varios conocidos- concluyó.
Tsuna de encamino lentamente al centro del salón seguido por su protector, el cual le daba un cierto grado de seguridad y confianza.
-Tsuna!!!- grito un pelirrojo mientras se lanzaba a abrazar al castaño.
-¡¡¡Enma!!!- habló Tsuna alegremente correspondiendo al abrazo.
-Tanto tiempo sin verte- dijo – Espero que hayas estado bien.
-Espero que tu igual, ¿Cómo va el negocio?- preguntó el castaño.
-El tema de la conservación del ecosistema es complicado- respondió- Pero no me quejo, vamos por buen camino.
-Me alegro- respondió el castaño con una sonrisa.
Continuaron caminando por la enorme habitación, la cual tenía unos enormes ventanales, los que se encontraban abiertos para dar paso al enorme jardín que estaba iluminado tenuemente, había una fuente en medio de varias hileras de flores, se podía presenciar como algunas personas disfrutaban del aire libre.
Tsunayoshi pudo divisar a sus amigos a lo lejos y apresuro el paso para reunirse con ellos.
-Chicos, buenas noches- habló al llegar.
-Jundaime- saludo Gokudera.
-Hola Tsuna- dijo Yamamoto.
-Sawada!!!- hablo un peli plata- Hace tiempo que no te veo, al extremo!!!- grito.
-Onii-san- dijo Tsunayoshi acercándose a él- ¿Cómo has estado? ¿Cómo va el torneo?
-Al extremo!!!- grito una vez más- Estoy en semifinales hasta el momento.
-Eso es genial- respondió con una sonrisa.
-Kufufufuf –rió alguien a sus espaldas- Parece que la pandilla ruidosa se ha reunido.
-Mukuro- dijo el castaño al voltearse.
-¿Qué dijiste cabeza de piña?- dijo Ryohei y Gokudera al mismo tiempo.
-Jajaja ya cálmense- habló relajado Yamamoto.
-Espero que estés cuidando a mi hermana- preguntó el peli azul.
-Chrome está bien - dijo sinceramente el castaño.
-Cambiando de tema- habló Mukuro mirando al pelinegro que estaba a unos escasos metros del castaño- ¿Quién es él?
-Es mi guardaespaldas- respondió Tsuna- Se llama Hibari Kyoya.
El nombrado como saludo hizo una reverencia.
-Kufufufu alguien quiere dañar al pequeño Vongola- dijo el peli azul.
-Eso no es extremo- habló Ryohei preocupado.
Después de varias charlas con sus amigos, las luces empezaron a bajar su luminosidad y se enfocaban en el escenario. El Noveno como era habitual daba un discurso de lo que había pasado en la compañía durante ese año. El castaño miraba como el anciano de desenvolvía ante el público, recordando como lo había conocido. Tsuna se encontraba tan concentrado que acepto una copa de champan que le ofrecía un camarero.
《Una copa no me hará mal》
Los invitados disfrutaban todo lo que los rodeaban, hablaban con sus pares de cómo podrían hacer negocios en el futuro. Tsunayoshi hablaba animadamente con Enma, hasta que empezó a sentirse mareado.
《Qué raro solo llevo dos copas de esto》
-¿Te sientes bien?- preguntó preocupado el pelirrojo.
-Jajaja creo que se me subió esto a la cabeza- respondió enseñándole a segunda copa media vacía- Iré a tomar un poco de aire fresco.
Intentaba caminar con normalidad, pero a cada paso su cuerpo se adormecía.
《¿Qué me pasa?》
Hibari lo seguía a unos metros, quiso apresurar el paso, pero un camarero se interpuso en su camino, chocando y derramando el contenido de las copas de la bandeja sobre él.
Se sintió el ruido de una copa y de un cuerpo desplomarse sobre el suelo.
-Sawada Tsunayoshi- habló el pelinegro viendo el cuerpo del herbívoro tirado en el suelo, quitando del frente al camarero.
Cuando el guardaespaldas se dirigía hacia Tsuna, como varios de los amigos del castaño, las luces se apagaron, sumiendo todo el salón en la oscuridad total.
Al restablecerse la luz, el castaño no se encontraba.
-Busquen a mi nieto- ordenó el Noveno.
Pasaron varios minutos y el castaño no aparecía. Revisaron las cámaras pero estas no mostraban nada. Todos se sentían impotentes, en especial la persona que se encargaba de protegerlo.
-¿Cómo pudo pasar esto?- se preguntaba el mayor.
-Es mi culpa- decía Hibari- Debí haber estado más cerca de él.
-No es tu culpa, alguien planeo esto muy bien- respondió el Noveno.
-¿Pero quién?- pregunto Gokudera.
-Podría ser cualquiera de los invitados- habló el pelirrojo- ¡¡¡Waaaaa!!! ¿Qué vamos a hacer?¿ Que le harán a Tsuna?- se desespero.
-No le harán nada- habló Yamamoto para calmar el ambiente.
-¿Cómo sabes?!!!- grito Gokurera con enojo- Maldición, Jundaime no ha hecho nada malo.
La oficina en la que se encontraban se torno ruidosa por los gritos de angustia, culpa y desesperación por parte de los cercanos del castaño. Pero un disparo los sorprendió, todos voltearon a la puerta para ver quien se atrevía a interrumpir en la estancia.
-Chaos- saludo un adulto de traje- Parece que a mi dame-alumno lo han secuestrado.
-¡¡¡Reborn!!!- dijo sorprendido el Noveno.
Continuara...
Holoooooo!! les traigo un nuevo cap <3 espero que les guste.
Nos vemos en el siguiente :333 *o* un abrazo!!! bye bye ;)
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