Capitulo Único.
"Oh, Dulce Geno... ¿todavía crees en el infiel?"
-¿Que te parece ir a una cita mañana? Hace tiempo...no tenemos una...- propuso Geno a Reaper mientras le acomodaba la corbata un sábado por la mañana.
-Lo siento bebe, será para otro día... tengo una Reunión mañana.- dijo el de pelo negro
-Hm... entiendo... pero...¿Un sábado?-
-Sí, ¿Me crees, Verdad Cariño?-
-Sí... solo... Olvídalo.- Geno suspiro y terminó de hacerle la corbata al mayor.
-Gracias bebe.- Reaper le beso en la frente y termino de arreglarse para luego irse.
Geno solo tomó asiento en la cama matrimonial.
¿Por qué Reaper lo evitaba?
¿Por qué estaba tan ocupado?
Oh, Dulce Geno...¿No te das cuenta de sus mentiras?
¿Quizá... acaso lo estaba...?
No.
Reaper nunca le sería infiel.
¡Lo amaba!
Ambos se amaban mucho....
¿Reaper no le sería infiel nunca... Verdad?
Sí.
El nunca haría eso.
Solo son ideas tontas.
Solo eso.
Geno se levantó y fue a la cocina , se asomó por la ventana al ver un carro que recién se estacionó enfrente de su casa, abrió la puerta y el de bufanda pudo ver a una chica dentro.
Reaper la saludo y entró al Auto, cerró la puerta y la que manejaba acelero.
"Posiblemente solo será una compañera de trabajo..." Esos eran los pensamientos de Geno, el cual deseaba que sea verdad aquello.
El cual deseaba seguir creyendo en sus palabras llenas de veneno...
Comenzó a hacer el almuerzo, para cuando Reaper llegase recibirlo cálidamente, amorosamente, como la pareja que eran.
Como la pareja que solían ser.
La pareja la cual Geno aun piensa que son.
-Perdón bebe... se extendió la reunión, hubo problemas y eso...-Dijo disculpándose Reaper, este había llegado a la hora de la cena.
-Entiendo, No te preocupes.- Geno le sonrió y lo abrazó.
-Gracias por entender bebe... eres el mejor.-
Geno sonrió, seguía teniendo fe en Reaper.
Seguía creyendo en sus mentiras.
Oh, dulce Geno...¿Por qué te envenenas tu mismo?
-¿Que tal hacerme feliz un rato?- preguntó sonriendo Reaper.
-P-Pero... es muy tarde... y...-
-Vamos... hace rato no lo hacemos~-
-¡R-Reaper, Lo hicimos ayer!-
-Oh, Pero para mí fue demasiado tiempo sin mi Dulce Geno...- Este abrazo a Geno de la cintura y lo besaba, con deseo y pasión.
Geno imaginaba que era con amor.
Más por parte de Reaper, Era solo pura satisfacción.
-R-Reaper...¿N-No puede esperar otro día? Mañana quizá...- Decía Geno sonrojado, desviando la mirada.
-¿No quieres verme feliz, Bebe?-
-¡Si quiero! Es decir... No pero...Bueno, sí....pero...-
-Geno, Cariño... Solo Confía en mí.- Reaper le sonrió, tratando de darle confianza.
Cosa que funcionó, hizo que Geno creyera otra vez.
Se dejo llevar por sus mentiras.
Otra vez.
Como siempre.
Oh, Dulce Geno... ¿Cuándo aprenderás?
Un domingo, unos de los pocos días en los cuales Reaper no tenía trabajos o excusas.
-¿A donde.... vas?- pregunto Geno recién levantándose, se frotó los ojos levemente para ver a Reaper levantado y arreglándose.
-Tengo que salir un momento, no durará mucho.- Dijo Reaper mientras terminaba de arreglarse.
-¿V-Volverás temprano?- pregunto Geno, tomó asiento en la cama matrimonial mientras se tapaba con las sabanas su pálido cuerpo.
-Sí, no te preocupes bebe.- Reaper se acerco a este y le beso levemente, luego se fue.
Geno solo suspiro.
Otro día estando solo.
Otro día solo escuchando la voz de su conciencia.
Su conciencia tratando de hacerle entrar en razón.
Cosa que el de bufanda no quería aceptar.
Oh, Dulce Geno...¿No te das cuenta que Reaper contigo ya no quiere estar?
Geno se hacía el sordo.
Bien escuchaba aquella voz burlándose de el y echándole mentiras...
O verdades que el negaba a creer.
La voz buscaba su bien.
Mas el de bufanda buscaba solo poder soñar un poco más.
Soñar que aquel amor todavía existía.
Por lo menos el de bufanda se encontraba feliz.
Reaper había llegado a su hogar antes del almuerzo, de veras había llegado temprano.
Geno le recibió con una sonrisa a su hogar, brindándole el amor que este mismo puede darle.
Reaper solo le devolvió el saludo y vino de nuevo con aquella propuesta.
-Bebe...¿Qué tal sí lo hacemos de nuevo? -Reaper le sonrió.
-Reaper... lo hicimos ayer, no deberías estar tan obsesionado y...-
-¿No me quieres ver feliz, Geno?...-
Geno se mordió el labio inferior, lo odiaba tanto...
Odiaba tanto que tuviese tanto control sobre el.
Pero...lo amaba.
De alguna maldita forma, le amaba.
-...Esta bien...solo una vez y ya...-sentenció Geno.
Ambos sabemos que en aquella casa solo se escuchaban los gemidos de Geno, y créanme cuando les digo que no solo fue una ronda.
Aquello siempre sucedía.
Reaper solo pensaba en tener aquella relación llena de Sexo.
Puro placer sexual.
Al menos Geno estaba feliz, pensaba que así Reaper solo lo hace con el y ya, no le sería infiel si le tiene a el...¿Verdad?
Oh, Dulce Geno... Si supieses que el tiene millones.
Solo te quiere a su lado por simple placer.
Oh, dulce Geno, Abre los ojos ya de tu sueño.
-Que te vaya bien.- dijo Reaper despidiéndose de Geno
-No demorare tanto.- Geno le sonrió y salió de casa.
No demoraría tanto, solo saldría a ayudar a Ink a pintar el cuarto de sus hijos y ya.
Demoro aproximadamente dos horas, no fue tanto según el.
Geno regresó a su casa, no había llevado llave de la casa, así que comenzó a tocar la puerta hasta que por fin Reaper le abrió.
-Hey, Llegaste...Que gusto..-Dijo Abrazándole
-Heh... Sí... igual.- Geno sonrió.
-Bueno...Adiós Sr.Reaper.- Dijo Toriel despidiéndose de Reaper y saliendo de aquella casa.
-¿Que hacía ella aquí?- pregunto curioso Geno.
-Oh, solo por un informe...solo eso.-
-ya veo...- Dijo Geno y volvió a sonreír.
Oh, Dulce Geno...¿Por qué le sigues creyendo?
Geno luego de llegar comenzó a hacer la cena, abrió unos empaques y luego los iba a botar en la basura.
Al ver la basura, pudo ver unos condones.
¿Por qué estaba eso ahí?
No recordaba que había usado condones con Reaper... y no lo habían hecho desde ayer...
¿Entonces....?
No.
Reaper nunca lo engañaría.
Nunca.
Oh, Dulce Geno...¿Por qué le crees?
Días llenos de engaños.
Y noches llenas de solo lujuria y placer.
Pero no era así para Geno.
Reaper nunca le haría aquello.
Al menos esos eran sus pensamientos.
Oh, Dulce Geno...¿Por qué le crees?
Dia tras día pasaban, llenos de mentiras.
Geno seguía sospechando.
Mas nunca se atrevía a creerlo.
Todo un día Reaper desapareció.
Se disculpo al día siguiente con Geno con un ramo de rosas.
La flor de la pasión.
La flor que expresa tantas cosas.
Tenia demasiadas rosas.
Cada una representando una infidelidad.
Pero a Geno le parecían hermosas.
Hermosas Mentiras. ¿No, Querido Geno?
-Reaper...¿Seguro no quieres coger vacaciones?-pregunto el de bufanda mientras le arreglaba la corbata a su amado.
-No, Tranquilo, Bebe...-
-pienso que...bueno...emm...Trabajas mucho.-
-¿Y quieres que me tome un tiempo?-
-Si...-
-Oww..¿Ahora si me amas?- Pregunto jugando Reaper , sonriendo como siempre.
-¡C-Claro que te amo, Idiota!-dijo el de bufanda terminando de arreglarle la corbata.
-Me encantas cuando te pones así, Cariño~ quizá siga tu consejo.- Este le guiño un ojo y salió de el lugar.
Geno se quedo sentado en aquella cama matrimonial.
Solo.
Como siempre.
Oh, Dulce Geno...¿Por qué no ves la verdad?
Geno un día se atrevió a preguntar.
Un domingo en el cual su amado no tenía que salir.
No tenía trabajo.
Entonces...¿Por qué decía que tenía que salir?
-Reaper...¿Me amas?- preguntó Geno, mientras almorzaban.
-Claro Bebe...¿Por qué crees lo contrario?....-
-Tu...¿Me eres infiel?-
Aquella pregunta, desconcertó a Reaper, hizo que detuviera su acción de sonreír y comer.
Paró en seco y miró a Geno.
-Claro que no amor, ¿Cómo crees?- volvió a sonreír, arrogante, burlón.
Geno sonrió, El idiota volvía a creer en las mentiras.
En las mentiras de su amado.
Hasta que en la noche fue a la cocina por algo de tomar.
Reaper no había regresado.
Mas escucho algo afuera y se digno a Ver.
Pudo ver a su esposo serle infiel.
Besaba a esa misma chica que siempre le recogía, mas no era la misma que salió la otra vez de su casa.
Se besaban fuera de su casa.
Frente a SU casa.
Y no era un beso leve.
Geno estaba seguro de que se veía que era uno francés.
Aquello lleno de pasión y lujuria.
Geno lloraba.
Pudo ver como se separaban y Reaper caminaba a la casa, como si nada.
Sin ningún rastro de culpa y remordimiento.
Quizá...solo quizá... se estaba despidiendo de su amorío.
¿Por qué no darle otra oportunidad? Decía Geno para sí mismo.
Se limpio las lagrimas y volvió a la cocina como si nada.
Con su corazón ardiendo por dentro.
Geno veía cada infidelidad, y hasta a veces las llegaba a escuchar.
No las repetía.
Le gustaba jugar con muchas.
Lo que llamarían muchos, mujeriego.
Una tras otra, solo para complacerse.
Geno solo se repetía la idea de siempre en su cabeza.
"Solo una oportunidad mas y ya... el se detendrá."
Oh, dulce Geno... Bien sabes que siempre le perdonaras y nunca le detendrás.
Geno lloraba.
Cada vez que Reaper se iba.
Lloraba desconsolado.
Vivía entre engaños.
Engaños que el mismo permitía que pasaran.
El nunca lo detenía.
Solo... le dejaba continuar.
Continuar siéndole infiel.
Continuar llenándole de mentiras.
Hermosas mentiras que Geno prefería creer.
No soportaba semejante dolor.
Quería que todo solo sea como decía Reaper.
"No pasa nada, Bebe..."
¡Quería creer todas esas mentiras!
Oh, Dulce Geno... Simplemente huye de esa vida.
No creas sus mentiras.
Si no lo haces pronto...
Luego no podrás escapar.
Geno luego de muchos meses, decidió ponerle fin.
Llorando y temblando , decidió encararlo.
Le decía a Reaper que lo sabía todo ya, que no quería que le mintiese.
¡Que por favor, si se detenía, le perdonaría sin dudar!
¡Podía perdonarlo si paraba y así tener una hermosa vida como antes!
Pero...Reaper solo comenzó a Reír.
"¿De verdad crees que quiero que me perdones, Cariño?"
Fueron las palabras que le dirigió al de bufanda.
"Lo que quiero es que te des cuenta que no te quiero en mi vida, no quiero que me perdones, quiero que te des cuenta que lo único que me das ahora, Es asco."
Geno lloraba a mares,
Aun más que antes...
Aquellas palabras le dolían demasiado,
Solo se podía oír su llanto.
¡Prefería aun creer en sus mentiras!
Mas ya todo era tarde.
Oh, dulce Geno... te lo advertí.
Reaper solo seguía riendo, viendo como el de bufanda lloraba.
Lloraba sin consuelo.
Su hermosa vida junto a su pareja había sido solo una cruel mentira.
-hasta nunca, Bebe.- Reaper le sonrió y salió de la casa.
Aquella casa que había sido su hogar alguna vez.
Donde alguna vez pudo amar a Geno de verdad.
No como ahora que todo una mentira fue.
Geno no soportaba más.
No quería sufrir más.
Su mente nublada estaba.
Llena de dolor.
Solo agarro una cuerda de abajo del fregadero, una soga que de casualidad ahí estaba.
La amarró en el techo y en su cuello.
Lo iba a hacer justo en su cuarto.
Donde habitaba aquella cama matrimonial.
Donde no solo compartió con su amado Reaper.
Si no donde Reaper le engañó cientos de veces con millones de mujeres.
Geno se ahorcó.
Solamente para calmar su dolor.
Oh, Dulce Geno... Yo te lo había advertido, ¿Por qué creíste en sus mentiras?
Oh, Dulce Geno... ¿Por qué creíste que él cambiaría?
Reaper no volvió nunca a aquella casa.
Ni tampoco al funeral de aquella persona que alguna vez amó fue.
Vivía su vida de mujeriego.
De alguien tan cruel.
Hasta que alguien un día acabó con su vida.
Aquel día Reaper salió de casa de una de sus tantas amantes.
Y una bala certera le dio en toda la cabeza.
-Eso fue por mi brah, Maldito desgraciado.- fueron las palabras de aquel asesino.
Pero no le podemos llamar asesino.
Mas cruel y bestia fue aquel que murió.
Que aquel que le disparó.
Fin.
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