💜~7~❤

~Mi héroe~
_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

Durante mucho tiempo... Ivlis estuvo solo.

Exiliado del mundo de los soles, el dolor que lo encerró entre sus garras se volvió algo eterno.

Aun lo recordaba... Sus alas siendo extraídas entre gritos desgarradores e insultos, la desesperación al caer al profundo vacío del infierno.

Llamó por ayuda... A su Dios... A su hermana... Quien sea.

¡Ayuda!

¿Pero alguien atendió a sus súplicas en algún momento?

No...

Estaba solo.

¿Y podía quejarse?

Claro que no...

¿Quién se molestaría en salvar a una basura como él? ¿Quién podría ser tan gentil como para interesarse en un débil y patético diablo como él?

¿Quién podría...?

De todos modos no lo merecía. Él era un error, un despiadado, vengativo y rencoroso. Alguien como él no merecía felicidad.

No después de haber arrebatado vidas inocentes por una causa egoísta y sin sentido. Su título de monstruo bien ganado lo tenía.

Alguien como él no podía darse el lujo de ser feliz con los pequeños detalles que aun recibía de sus subordinados y su hija.

Adauchi... No te culpo por irte... Yo tampoco me quedaría cerca de mí...

Me odio...

Incluso empezaba a pensar que merecía todo ese maltrato de parte del diablo de Pitch Black.

¿Qué importaba si le arrancaban su pureza?

Daba lo mismo... Él ya no valía la pena, él ya estaba sucio desde que fue creado.

Ni llorar valía la pena, su destino no cambiaría.

No odiaba a Satanick.

Se odiaba a si mismo.

Sin embargo, en silencio, suplicaba ayuda.

Aunque sea... Alguien que lo abrace y le susurre cálidamente "Todo está bien... Estarás bien... No llores..."

Pero eso solo era una falsa ilusión...

Al menos... Durante unos años.

-Todo está bien ahora, madre... Tranquila... Ya no te molestará por hoy... ¿Te encuentras bien? ¿Te hizo daño? Me preocupas, madre...

Me preocupas...

¿Hace cuánto tiempo que no escuchaba de alguien esas palabras?

Era tan inesperado como el tierno bebé que sostuvo en sus brazos alguna vez se había vuelto ahora su protector.

Licorice decía haber nacido por una sola razón, proteger a Ivlis.

Desde el primer momento en que él apareció en esa nueva forma adulta, desde el momento en que mientras Satanick se desangraba ese dulce diablo lo cargaba en sus brazos preguntando por su estado...

Desde ese momento una chispa de esperanza se encendió en su corazón.

–No temas madre... Las cosas serán diferentes ahora. –Musitaba, caballeroso y decidido, limpiando las lágrimas del miedo que Ivlis había experimentado momentos atrás. –Juro protegerte, madre... Mientras yo respire nadie te pondrá un dedo encima, lo prometo...

Su hijo era tan gentil... ¿Acaso podría ser que después de todo sí tenía una oportunidad de salir de ese sufrimiento?

Eso era lo que sentía, cada vez que él estaba a su lado, cada vez que en sus hermosos orbes dorados veía los destellos del amor y la sinceridad.

No merezco nada de esto...

A veces se atormentaba creyéndolo. Pero no duraba demasiado antes de que los llamados de esa voz infantil interrumpieran sus pensamientos.

–¡Madre se ve muy hermosa hoy!

–Exageras... S-solo es una bufanda... –Casi no la usaba últimamente, por lo que su pequeño mostraba genuina emoción al verlo usándola.

–No importa, madre siempre se ve bien ¡Madre siempre se ve perfecta!

Ivlis pudo respirar durante pocos años en paz, sintiendo como de a poco el dolor se atenuaba en su vida.

No duró tanto como yo esperaba...

–Iremos a un lugar... Ni donde Licorice pueda encontrarnos... Donde podremos estar juntos... ¡PARA SIEMPRE! –Los distantes gritos de Satanick no eran más que una manera de que, aún herido, Ivlis forzara su garganta para gritar.

–Li...corice...

Y de nada sirvió, todo se había nublado y oscurecido a su al rededor.

Ya sabía que era demasiado bueno para ser verdad...

Por favor... ¿Él? ¿Una escoria insignificante y detestable como él tener salvación?

Era estúpido haberlo creído.

No había héroes para él... No...

Solo quiero... Morir de una vez... Por favor...

–¡Cucarachita! ¡Te has despertado! –No sabía cuanto había pasado, si fueron días, semanas o meses... O años... Daba igual, el ciclo en esa nueva vida era tan monótono que había perdido la noción del tiempo. –¿Por qué dormías tanto? ¿Eh? –El tirón de la cadena en su cuello le hizo levantar un poco la cabeza, era lo mínimo que su debilitado cuerpo permitía.

–M-muer... Muérete... Ya... –Balbuceaba, indomable y frustrado. No importaba si la locura se había apoderado del diablo de Pitch Black World. Se encargaría de dejar en claro cada día que jamás correspondería ese enfermo sentimiento. Así le costara.

–Te extrañé ese rato~ Ven, ven, es momento de que te dé amor.

En reflejo al amague de Satanick, Ivlis trató de alejarse, pero en un dos por tres tenía las manos ajenas sobre su piel desnuda y herida.

Jamás lloraba... Eso era antes.

–N-no... No... Basta... No... N-no quiero esto...

Ya no hay esperanza para mí.

–¡MADRE! ¡MADRE!

...¿O tal vez... Sí?

No sabía cómo, no sabía si era real... Su hijo se hallaba ahí, frente a ellos.

Su dorado mirar echaba chispas de la furia, en sus manos apretaba con fuerza una de sus afamadas lanzas, la cual no tardó en cumplir su objetivo de lastimar a su padre para hacerlo caer lejos de Ivlis. Su estado ayudaba bastante en ello.

Fueron segundos, y Satanick quedó fuera de combate. No muerto, pero incapaz de acercarse a Ivlis... Y la cadena que lo unía hacia el grillete en su cuello había sido destrozada como el mismo "collar".

Fue entonces cuando entre los brazos del joven diablo, una inmensa calidez y euforia llenaron su pecho.

–M-madre... P-por fin... ¡Estaba tan asustado! ¡P-pensé que no te encontraría nunca! ¡E-estos dos años yo...! ¡Te extrañé tanto! ¡Madre!

–L-licorice... E-Eres tú... Realmente... –La voz del de mechas rojas se ahogó en las lágrimas y el llanto. No era posible, no se sentía como otro de sus sueños. Realmente era él. –¡V-viniste! ¡D-de verdad estás aquí! ¡E-Eres tú! ¡Licorice! ¡B-bwaahh! ¡Creí que... Q-que...! ¡Pero v-viniste a salvarme!Lloró desesperado como si su salvador fuese a evaporarse en unos instantes. Oh, había pensado tanto en él esos años de cautiverio... Había soñado con estar de nuevo en sus brazos, donde siempre se sentía seguro y protegido.

Ahora podía estar entre ellos... Y se sentía tan reconfortante como lo recordaba.

–No tengas miedo, madre... –Apretó contra él el cuerpo del adulto, acariciando suavemente su cabello, besando su rostro, limpiando sus lágrimas, calmando de a poco su respiración... Sintiendo como ese tiempo lejos de él se esfumaba y volvían a esos días en los que protegerlo era más simple. Ahorraría detalles sobre cómo es que había dado con él, no importaba ahora. –Lo prometí... Siempre te cuidaré... Estás a salvo ahora. Aquí estoy... Ven, vayamos a casa.

El destino no estaba negando a Ivlis nada.

Ahí mismo, frente a sus ojos, tenía lo que nunca antes había llegado a su vida.

Por quién había estado esperando tanto tiempo.

–S-sí... Sí cariño... –Sollozaba aún, recostando su cabeza en el pecho de Licorice cuando este lo cargó para tomar el camino a su hogar. –S-siempre has sido mi héroe...

–Madre...

Y él estaba ahí porque...

Lo amaba.

Y estaba dispuesto a ser el héroe que Ivlis nunca tuvo. No importaba cual fuese el riesgo.

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_
El bad ending me da material para hacer Licorivlis, déjenme (?)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top