~Consuelo~

Universo Reverse
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Durante mucho tiempo de su vida Licorice no tuvo a quién acudir.

Desde el día en que Envi lo desterró del mundo de los soles y lo condenó a una vida miserable de vacilar mundo tras mundo solo para obtener su aprobación; lo supo.

Desde el momento en que todo por lo que había trabajado por años se fue por el caño gracias a esas cuatro niñas del jardín Gris y el diablo albino.

Desde ese maldito momento en que comenzó a ser la víctima de Sin y Lil.

Nunca en su vida pensó que pasaría de ser Licorice, el diablo de las llamas a... ¿Una puta barata? No estaba seguro, él todavía era gay y no cedía ante Lil.

Ni Igls, ni Emalf, ni Poemi... A pesar de quererlos demasiado ellos nunca podrían llenar ese vacío que le dejó el inicio de su nueva horrible existencia.

Nadie podía consolarlo.

Sin embargo...

–¡Papá! ¡Mira, mira! ¡Hice esto para tí!

Ivlis...

–¿Uh? A ver, déjame ver. –El adulto se agachó a la altura de su pequeño de mechones rojos, observando entre sus manos un dibujo de ambos tomados de la mano. Los ojos dorados de su niño brillaban de ilusión esperando una respuesta. –Uhn...

–¿Qué? ¿Q-qué pasa?

–No es nada, cariño, es solo que es... ¡Un dibujo muy hermoso! –Sorprendiendo a Ivlis, lo levantó en sus brazos aprisionándolo en un abrazo que este no negó por nada del mundo.

–¡Qué bien! ¡Porque esos seremos tú y yo algún día cuando venza a esa vívora!

–Por supuesto, cariño. Pero debes crecer más ¿Lo recuerdas?

Él era su luz en este nuevo mundo oscuro que lo rodeaba.

Él, solo él.

No estaba diciendo que BUM, su vida ahora estaba resuelta. Pero desde la llegada de Ivlis algo había cambiado para bien en su día a día.

Tenía un motivo obvio por el cual seguir adelante.

El niño no era como su madre, eso ya decía algo de parte del destino ¿No es verdad?

Y curiosamente... Arreglaba mucho el asunto de Lil cuando esta llegaba a joderlo.

–Lo sé... ¡Pero puedo volverme adulto, lo sabes! ¡Así puedo llevar a papá lejos, muy lejos!

–Lo harás, Ivlis. Papá sabe que lo harás.

Bueno... Quizás eso ya era pedir demasiado. Ivlis era inexperto aún, dudaba que con sus poderes lograra sacarlo de ese infierno.

Pero por ahora... Él sería ese pequeño pedazo de cielo.

–Prometo hacerlo, papá... Porque... Yo te amo mucho. –Murmuró abrazándose al adulto dejando que Morfeo se lo llevara. Eran las doce de la noche, nada que extrañar.

–También te amo, Ivlis...

Él sería siempre su único consuelo...

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Adoro al Ivlis ilegal ❤