05

Mi hermano se había ido al trabajo algo temprano el día de hoy, y mi querida cuñada se encontraba en el suyo.

Ali ayer se durmió sobre mí, a las horas después desperté recordando que tenía que llevar a Daniela a su casa. La fui a dejar y me devolví a donde mi hermano, pasaría la noche en su casa, solo por hoy. Realmente ya no quería seguir imaginándome a Alison desnuda haciéndola mía una y otra vez, ella era como mi propia hija, no podia seguir pensando este tipo de cosas, anoche dormi en el sofá por mi bien y el de ella. Preparé el desayuno, y subía buscarla a su habitación, se nos hacia tarde para la secundaria, la puerta se encontraba entre abierta, iba a entrar cuando la vi ahí, de espalda, colocándose la ropa interior, ¿Por qué me sucede esto a mi?, Su trasero se veia tan suave, se me hacia agua la boca, ella se puso la braga y hizo frente a su espejo, sus pechos eran increibles... solo viéndola desnuda ya sentia que me eyaculaba en mi pantalón, sus pechos son tan firmes y lindos, eran como gotas de agua,  tal y como me gustaba. Ella seguía mirándose al espejo, luego comenzó a esparcirse crema por todo su glorioso cuerpo, solo quería entrar y comérmela entera, ya no me aguantaba las ganas, la tenía hay toda para mi, no podía seguir esperando más, tenía que follarla. Pero no. No puedo hacer esto, mire mi pantalón y mi erección era tremenda, una corrida me haría bien ¿No?, tome fuerza de voluntad y abandonė el lugar.

- Buenos días, tío - Dijo besando mi mejilla, no pude evitar recorrer todo su cuerpo con mi mirada.

- Hola. - Dije serio. - ¿Irás con eso hoy?. - Llevaba una minifalda que dejaba ver todo su jodido trasero y una blusa algo escotada que daba a imaginar muchas cosas.

- Si. - Dijo dando una vuelta -¿Te gusta?.

- No te ves mal, pero los hombres de la secundaria se pueden pasar de listos, ¿No crees? - Dije mirándola mientras nos sentamos juntos en la mesa.

- Tu me protegerás, yo lo sé - Dijo ella sirviéndose un poco de jugo.

- Hermosa, sirven un poco a mi también. - Dije sintiendo mientras mordía un trozo de mi tostada.

- Claro. - Dijo para comenzar a servir el jugo, pero el vaso se volteo, cayendo todo en mi pantalón. - ¡Oh! Que tonta soy. - Dijo poniéndose de pie para caminar hasta a mí, y arrodillarse en medio de mis piernas - Creo que se mojo bastante. - Dijo en un susurro Observando fijamente mi miembro.

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