028
Alison.
Todo lo que quería hacer ahora era arreglar mis cosas e irme de aquí, me jodia cuando Bryan se ponía asi, sentia esa horrible sensación que todo lo que quería él, era sexo, dudaba mucho si él llegaba a sentir amor por mi. De todas formas seria mi culpa, yo lo conquiste con mi cuerpo.
Bryan entro a mi habitación y cerrando la puerta tras él.
- Por Dios Ali, no te enojes.
- ¿Qué no me moleste, Es enserio? -Alce ambas cejas. - Esto me comienza a aburrir. Siento que todo lo que quieres es sexo. ¡Todo lo que quieres es eso! - Le grite, él apretó la mandíbula.
- ¿No entiendes que esto es dificil para mí?. - Se acerco a mi furioso.
- ¿Y para mi qué? ¿Sigo sufriendo como una estúpida?. - Mis ojos se cristalizaron. - Que error más grande he cometido con... - Antes de que terminara con esa dolorosa frase, el tomo mi cara con ambas manos y me beso. Esta vez fue algo suave, algo dulce. Él sonrío como un idiota. - Bryan... - Suspire.
- Me gustas y mucho, no quiero que lo dudes. Solo quiero que entiendas que esto es muy difícil, por que yo soy tu tío y tu por desgracia eres mi sobrina y... - Puse un dedo sobre sus labios.
- Ya no hables más, solo bésame, por favor.
Bryan
Quería comprobarle que en verdad me gustaba, Alison me gustaba como jamás nadie me había gustado. Me volvía loco con tan solo rozarme, era la persona más hermosa e increible del mundo.
Metí mi lengua en su cavidad bucal con delicadeza y lentitud,quería disfrutarla como nunca. Quería que se sintiera amada, correspondida.
Luego de unos minutos, fui desabrochando cada botón de aquella blusa que minutos antes se había colocado. Cuando conseguí desabrocharla por completo, acaricie uno de sus senos con mis manos, lo apreté mientras mi lengua jugaba con la de ella. Ali soltaba varios gemidos.
Mi mano se deslizo por su vientre, lo acariciaba produciéndole un cosquilleó a ella, su sonrisa era completamente maravillosa. Pero luego, me puse sobre ella besando desde su cuello hasta sus erectos senos, ya no me aguantaba más las ganas. Quería comérmela.
- Bryan, amor... ¿Dónde rayos te metiste?. - Ella recorria los pasillos de aquella casa, buscándolo a él, Pero al parecer a Bryan no le importo.
- Es Daniela. - Gimió, mientras yo por mi parte mordisqueaba su pezón. Mi miembro chocaba intimidantemente con su pubis.
Mis besos bajaban cada vez más, comencé a quitar esa molesta braga. Pero ella me tomo por mis mejillas llevandome a la altura de sus labios.
- Es Daniela, es mejor que te vayas. No quiero que tengas más problemas por mi culpa.
- ¿Estas segura, nena?. - Le observe con ternura, se que no quería dejarme ir.
- Si. - Bese su frente y me marche rápidamente. Dejándola completamente sola allí.
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